Me parece correcto lo que dices, no hay nada que no me parezca razonable. El asunto de las rotaciones nos haría entrar en el matiz de cuánto se rota y cómo se rota. Seguramente, Karl era más novedoso en el cómo que en el cuánto.meej escribió:Uff. En alguna cosa te doy la razón, como lo del triple. Pero en lo de los cambios no.
Para empezar, Aíto no era un entrenador más de la ACB, sino prácticamente el único entrenador ACB que hacía rotaciones regularmente desde hacía años, y rotaciones tácticas (normalmente girando alrededor de Jiménez alero con Epi o Jiménez pívot con Epi y Sibilio). En esta época la mayoría de rotaciones eran aún por temas individuales como que un jugador se cargase de faltas o algo así, en temas tácticos a lo más que se llegaba era a sacar a un tipo Tomás Jofresa a revolucionar el juego si el partido se ponía feo.
Así que Aíto reflejaba más el futuro que el presente de una ACB aún dominada por entrenadores del estilo Lolo Sáiz o Paco Garrido.
Pero sobre todo es que mirar las estadísticas no refleja con claridad el salto cualitativo que en mi opinión supuso Karl. No es ya que usara suplentes, es que la simple imagen de ver cómo cambiaba jugadores de dos en dos o de tres en tres con total normalidad reflejaba que su juego era otro. Eso no va a salir en las estadísticas, mucho menos en una temporada marcada por las lesiones y las bajas como tuvo el Real Madrid, pero es que cuando Karl cambiaba muchas veces lo hacía no para sustituir a un jugador por otro, sino para hacer que el equipo entero jugase distinto. Eran cambios tácticos a un nivel que no se solía ver en liga, o así lo recuerdo yo. Si no me equivoco, este año fue el de la polémica salida de Sibilio del Barcelona. Pues la gran variante táctica de Aíto este año para sorprender a los rivales era creo recordar jugar con dos bases a la vez, Solozábal y Costa. Ya está. Y con eso le daba de sobra para ir dos pasos por delante del resto.
Con esto no quiero decir que George Karl fuese perfecto ni mucho menos. Era muy propenso a buscar soluciones artificialmente complejas a problemas relativamente sencillos, lo que yo llamo sus ataques de entrenador, y por eso el Real Madrid no tenía término medio: o salía todo perfecto, mostrando una versatilidad que dejaba pasmaos a los rivales, o se torcía cualquier pieza y como bien dices se generaba un atasco ofensivo que ni dios lo sacaba adelante.
En cualquier caso, lo que yo quería puntualizar es el concepto de baloncesto avanzado a su tiempo. En mi opinión, Karl no jugaba en 1989 el baloncesto que se jugaría en la ACB en 2009, veinte años después. Nadie lo jugaba realmente; quizás Aíto es el que más se aproximaba. El baloncesto de Karl iba por delante en la medida en que el baloncesto americano iba por delante en aquellos tiempos. O mejor dicho, hacía cosas que aquí no se hacían entonces, bien por desfase, bien por pura adaptación a las condiciones existentes. Su baloncesto era mucho más deudor de esa tradición americana que innovador. Y por eso algunas de las cosas que hacía se quedaron obsoletas enseguida, porque ese baloncesto se iba a quedar obsoleto en pocos años; y por eso también le faltó la flexibilidad necesaria para producir una síntesis. Visto con la perspectiva que nos da el tiempo, creo que su baloncesto reflejaba más el mundo del que venía que el baloncesto que estaba por venir.