por Jack Bauer »
21 Jul 2008, 00:32
Ailo, come xe?
Llegó el momento de decir
arrivederci.
De separar nuevamente, aunque espero que no definitivamente nuestros caminos.
Ya hace casi cinco años que un joven triestino alegre llegó a la ciudad de la Alhambra, y para el público empezó a ser más conocido por su éxito entre las granadinas que por su juego.
Pero aquel año en LEB, junto a Silas Mills, David Doblas, Aaron McGhee, David Mesa, Nacho Ordín, Jesús Fernández o Dani Romero, Andrea conseguía el ansiado ascenso.
Recuerdo el 5º partido por el ascenso frente al CAI Zaragoza, ¿Tú lo recuerdas?
Ha sido uno de los partidos inolvidables en nuestra ciudad, y lo cierto es que fue en aquel partido donde te vi por primera vez.
Con tu coraje y lucha, como si de un gladiador en la Antigua Roma se tratase, contagiaste al equipo y a la afición, y los hiciste luchar para conseguir el ascenso a la ACB, donde ahora nos dejas.
Desde entonces, nuestros caminos ya se separaron una primera vez, buscaste fortuna en Italia, donde casi te perdemos la pista hasta que finalmente regresaste y llegaste como agua de Mayo cuando todo parecía indicar que acabarías en Valladolid.
Con tu llegada, la afición se volvió a ilusionar, porque un fichaje de ese calibre a mitad de temporada es muy difícil de conseguir.
Fue desde ese retorno cuando te terminaste por ganar el cariño de la afición granadina con tus galopadas, tus triples, tu sentimiento "granaíno", y cuando la mayoría de los aficionados descubrimos tu faceta más "freak".
Che vanzada de blog y de vídeos!!!
Pero todo lo bueno llega a su fin, y tú no te dabas cuenta.
Andabas tan preocupado capitaneando la nave del CB Granada para evitar la maldición de Oriol Junyent y las garras del Kraken-LEB, que no te diste cuenta de que llevabas una maldición entre tus manos.
¡¿Cómo no percibiste de que llevabas contigo la maldición del capitán?!
Debiste darte cuenta que desde hace unas temporadas, cada año el capitán abandonaba la nave granadina
Pero tu sacrificio por el equipo te impidió ver la realidad hasta que era demasiado tarde, es ahora cuando dejas los puertos españoles hacía posiblemente las frías llanuras rusas.
¿Volverás algún día?
Por si acaso te pondremos un sello en el dorso de tu mano, para que vuelvas cuando quieras, porque aquí siempre serás bien recibido.
Arrivederci capitano, continúa sereno sempre