Voy a permitirme el lujo de poner al final del escrito una foto ya que sino la historia que se relata va a parecer prefabricada, o, directamente, inventada.
Años de preguerra. Es difícil imaginar cómo se desarrollaba el baloncesto entonces. En Italia, por ejemplo, sólo se jugaba a cubierto en las canchas de Trieste, la iglesia de Santa Lucía en Bolonia y en la conocida Misericordia de Venezia. Siete eran los integrantes que cada equipo podía inscribir en el partido. Eran años de enormes polémicas de un baloncesto europeo que solo comenzaba a andar. Por ejemplo, en el Eurobasket de 1937, en Letonia, Egipto (que había sido admitida para jugar en la región europa) llegó tras una viaje interminable hasta el báltico, primero barco después tren. Primer partido y victoria ante una Italia a la que un árbitro lituano (tiene mérito esto) no le había permitido el concurso de Mike Pelliccia, italo-americano. Una noche de quejas italianas obligaron a Egipto a repetir el partido. La selección africana se negó a jugar y concedió la victoria 2-0 a Italia. Pero aún no había terminado el espectáculo. El Eurobasket del ‘37 y del ‘39, ganados ambos por Lituania, tuvieron como protagonista a otro oriundo, a Pranas Jonas Lubinas, quien había ganado el oro de baloncesto con la bandera norteamericana en los Juegos de Berlín (los de Jesse Owens) bajo el nombre de Frank John Lubin. Lituania ganó los dos campeonatos europeos con una amplia presencia de jugadores americanos con raíces bálticas. Italia quedó segunda en el campeonato del ‘37, dando tempranas muestras del desarrollo de su baloncesto. En 1939 se levantó una enorme polvareda que llevó a la FIBA a buscar los orígenes de Frank Lubin, obteniendo un papel de la Unión Soviética donde aparecía firmada una partida de nacimiento del señor Lubinas en un pueblo cercano a Kaunas, y otro papel desde Estados Unidos que testimoniaba el nacimiento del señor Lubin en Los Ángeles.La Guerra se llevó por delante cualquier conclusión posterior.
A inicios de los años ‘40 Milán y Trieste eran las potencias de la pallacanestro. La Ginnastica y la Borletti habían ganado ya 4 scudetti cada uno para 1940. Era época de un deporte amateur, lo que propiciaba grandes historias. Por ejemplo, Cesare Rubini jugaba a baloncesto en Trieste primero, Milán después, durante los meses fuera de la temporada de waterpolo, en verano, donde jugaba en Roma o Nápoles. En 1948 Rubini era integrante de la selección italiana de waterpolo que ganó el oro en los Juegos de Londres, equipo denominado como “settebello d’oro”. Uno de sus rivales y, también, compañero de equipo y selección era el centro boya Carlo Pedersoli, quien tiempo después haría carrera en el cine, de oficio repartidor, bajo el sobrenombre de Bud Spencer

La temporada de la pallacanestro 1941-1942 daba inicio con fuertes aires de cambio. La Reyer, en Venezia, la Parioli, en Roma, y la Virtus, en Bolonia, apuntaban a terminar con el ciclo de Trieste y Milán. Sobre todo, la Reyer de Venezia de los hermanos Stefanini. La temporada de aquel año iba a cumplir los pronósticos . Lucha cerrada entre venecianos y romanos que debía dilucidarse en el último partido, que enfrentaba a ambos clubes en la laguna, en la palestra de la Misericordia, la piu bella del mondo. En la época no existía el playoff y el calendario, caprichoso, había querido que el último partido de liga enfrentara a los dos clubes empatados en lo alto de la clasificación. Una final en toda regla. El primer spareggio de la historia. La Reyer era favorita, jugaba en una cancha que iba a estar repleta de aficionados apoyándola y Sergio Stefanini era el mejor jugador del campeonato. Su rival era la Parioli Roma, club de la alta burguesía capitalina. Club muy escorado políticamente. Esa temporada ‘41-‘42 la Parioli tomó el nombre de Bruno Mussolini Roma, en homenaje a, tercer hijo de il Duce. Poco antes del inicio de la temporada, en agosto de 1941, Bruno había muerto en accidente aéreo, ya muy volcado junto a su hermano Vittorio en el grandilocuente proyecto de nación de su padre. Los dos hijos de Mussolini habían jugado a finales de los años ‘30 en la propia Parioli. En 1939 habían fichado para el club a un chico de 16 años que destacaba entre los jóvenes de su colegio. Un chico al que apodaban “Gallinaccio”, largo, 189 cm, y piernas delgadas. Un tal Vittorio Gassman. En 1942 se había convertido en todo un atleta, fuerte, musculado, un jugador moderno. Gustaba de la confrontación física. La intensidad y un “distinto” tiro a una mano eran sus marcas de fábrica. Había jugado para la selección italiana universitaria en una gira por Estados Unidos, y en Trieste debutó con la absoluta. Una promesa de la Nazionale....hasta que la guerra lo cambió todo. Bueno, y una reseña de la Gazzetta dello Sport en la que nos detendremos después.
14 de junio de 1942. Día de calor terrible que ni la brisa de la laguna se atrevía a apaciguar. La Scuola Grande Della Misericordia se convertía, día de partido, en una olla a presión. Eso si, el caldero más hermoso del mundo. Edificada en 1532 por Jacopo Sansovino, los partidos discurrían en un museo. Cada muro, cada pared, era una obra de arte. Los aficionados, apostados a pie de pista, animaban a la Reyer entre obras de grandes maestros de la escuela veneciana como Veronese, Lazzarini o Zanchi. Impresionante, te dejaba sin aire, y eso que las plagas y hambrunas hicieron que el edificio fuese rematado en un correcto ladrillo rojo. A la vuelta de la esquina, en la Scuola Vecchia el gran Tintoretto pintó su inmenso paraíso. La cita estaba puesta. El equipo local, la Reyer, jugaba por su primer scudetto. La gran estrella Sergio Stefanini jugaba para ellos. El rival, el equipo del régimen, un club romano que contaba con el prometedor Gassman. El marco para el partido incomparable, la inexpugnable Misericordia. Y en la grada, en una zona reservada, presentes las dos estrellas del calcio Venezia Ezio Loik y Valentino Mazzola, campeones de coppa el año anterior y que venían de acabar aquella liga como terceros, solo detrás de Roma y Torino. Los dos jugadores formarían parte del grande Toro tiempo después, donde tantos partidos ganarían y donde encontrarían juntos la muerte en la tragedia de Superga. El partido de ida entre ambas squadras concluyó en empate, 20-20, así que aquella final era la madre de todas las batallas. Vittorio Gassman, superado por la tensión del partido, sólo pudo anotar tres puntos, firmando un triste 1/7 desde el libre. La Reyer ganó el partido 33-28. El primer scudetto. Al fin, el lustre que se le debía a aquella magnifica palestra. La piu bella del mondo.
La Reyer jugó allí sus partidos hasta los años 70, cuando nuevas exigencias de aforo les obligó a cambiar al Arsenale. Hasta 1991 la Misericordia, esa inolvidable primera planta del edificio, fue sede del gimnasio Reyer. Por su parte, Vittorio Gassman decidió dedicarse a la interpretación, por suerte para espectadores de todo el mundo, y a llenar otro tipo de recintos, pocos tan bellos como la Misericordia. La guerra chafó la carrera del joven Vittorio en la pallacanestro...bueno...la guerra y algunos dicen que la dura crítica publicada en la Gazzetta tras la derrota en la final ante la Reyer hundió al perfeccionista Gassman. -“El joven Vittorio Gassman decepciona, deslumbrado por las luces de la contienda “-. Al que después conociéramos como el matador tuvo su gran decepción en aquella final ante la Reyer, la del primer scudetto, sobre el parquet de la Misericordia. Y una foto para atestiguar que el joven Gassman tuvo su primer amor en el baloncesto

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