por Simpson_M »
29 Mar 2018, 23:14
Pues el mensaje resume bastante bien lo que he sentido viendo el encuentro entre Baskonia y Maccabi.
Al final es para que Pedro Martínez se sienta contento por la labor de integración y de puesta en valor de los jugadores más jóvenes en la plantilla. Hoy el encuentro de Beauvois y Granger ha sido discreto, por no decir otra cosa, y Timma ha sido innecesario. Incluso Sengheila no ha tenido que exhibirse. Pero hete aquí que pese a sufrir en el rebote con Parakoushki Diop ha cerrado el aro varias veces y ha hecho canastitas, y el juego exterior "B" (Janning, Vildoza y Garino) han cerrado el partido prácticamente con irrupciones clave en el último cuarto. Encima con el nivelazo de Poirier (que si bien en la segunda parte estuvo más apagado, en la primera superó casi siempre a un tío de juevos pelaos como Tyus) y, en general, de Voigtmann, bendita agresividad la suya recién recuperada. Si pensamos que los dos argentinos y los tres interiores venían de la oscuridad o la sordina de los primeros meses de competición es para estar más que satisfecho. Hoy por hoy se puede decir que la plantilla de Baskonia está dando prácticamente un 95% de lo que puede dar, o más incluso.
Pero hay una cuestión (que tal vez no sea el momento de recordarla, pero que puede ser importante en lo que queda ya, que son un máximo de 7 partidos del máximo nivel posible en Europa) y es que Granger esconde en ejecuciones técnicas y físicas sobresalientes una cierta incapacidad para hilvanar el juego, para elegir, para -al final- dirigir. Hoy se ha equivocado varias veces. Luego esas acciones tan solventes (suspensiones, penetraciones, incluso a veces asistencias) que desgrana te impiden ser categórico, pero la sensación que me queda es que la "grandeza" en la dirección de Baskonia lo tiene los ramalazos, por edad, de Marcelinho, y como apuntes de un aparente jugadorazo, Vildoza, que no es espuma como Laprovittola a mi modo de ver.
Y luego la inyección de vida que le ha dado Garino a esos 4 primeros minutos de último cuarto era puramente Chapulesca. En forma y en fondo, ese hacerse con la escena, ese arrancarles el aliento para soplarlo bajo tus pies. Es que por un momento casi me echo a llorar de pena por el recuerdo herido. Qué **** es la vida que nos hacemos cada vez más viejos.
Felicidades a Baskonia y a por el cielo, aunque tengo la sensación de que si lo alcanza no será por los medios más obvios, sino por los más inesperados, y ahí sí que a Pedro habría que ir a masajeársela contritos y con pie enjuto, que en noviembre una hipótesis así sólo cabía dibujarla en tinta goyesca, como el monstruo que pariría el sueño de la razón.
Un saludo.