por docass »
12 Ene 2017, 20:51
Por pura curiosidad personal, he hecho un pequeño estudio sobre los americanos que juegan en la Euroliga, tratando de confirmar algunas características que podía intuir. Y esto es lo que más me ha interesado:
-En estos momentos hay 67 americanos activos en plantilla. Ese número incluye a todos los jugadores que tienen la nacionalidad estadounidense y que además se han criado allí. Por tanto, dejo fuera a gente como Taylor o Hackett, y sí meto a otros como Calathes o Stoll. Es un criterio discutible, obviamente.
-La media es de unos cuatro por equipo, pero no están igualmente repartidos. Hay una amplia gama de usos, desde el Maccabi con 9, hasta el Zalgiris con ninguno: Baskonia y Brose (2); Estrella Roja, Milano y Fenerbahce (3); CSKA, Galatasaray y Olympiacos (4); Efes, Barcelona, Real Madrid y Unics Kazan (5); Dogus (6); Panathinaikos (7).
-Lógicamente, dado el reparto desigual, también la aportación e importancia es desigual. En el Maccabi, por ejemplo, los cinco jugadores con mayor valoración estadística del equipo son americanos. A partir de ahí: Dogus (4); Milano, Pao y Efes (3); Galata, CSKA, Barcelona, Fener, Olympiacos, Unics (2); Baskonia, Real Madrid, Brose y Estrella Roja (1). Entre los 50 jugadores más valorados de la competición, casi justo la mitad son americanos; lo cual es perfectamente coherente con el hecho de que también son la mitad entre los 50 que más minutos juegan. Hay muy pocos que jueguen una media inferior a 15 minutos por partido, y normalmente se debe a lesiones o cambio de equipo durante la temporada. Dicho de otra manera: no hay jugadores americanos de relleno, porque ese papel está reservado fundamentalmente a jugadores jóvenes locales o a veteranos del club. Los equipos buscan producción efectiva y los cambios de americanos son cosa frecuente, como es bien sabido.
-Si nos metemos por un instante en el peliagudo asunto de los pasaportes, encontramos que 19 tienen una segunda nacionalidad, un porcentaje significativo. Pero la casuística es variada: Alexander y Landesberg tienen familia judía; Tyus se ha convertido; Calathes es griego de origen, Stoll mexicano y Feldeine dominicano; Jenkins ha jugado gran parte de su carrera en Serbia; como Bobby Dixon en Turquía y Lojeski en Bélgica, que han sido además internacionales por su segundo país, al igual que Schilb; Oleson ha jugado siempre en España pero no ha sido internacional. No debería sorprender, debido a la normativa ACB que limita los extranjeros a dos, que sean Barcelona y Real Madrid los equipos que lideran la tabla de pasaportes: Doellman, Oleson, Renfroe y Rice en unos; Carroll, Draper y Hunter en los otros.
-Por posiciones o alturas es difícil trazar un perfil claro. Hay un reparto bastante homogéneo entre bases, aleros y pívots. Hubo un tiempo en que el baloncesto europeo buscaba casi exclusivamente jugadores interiores al otro lado del charco, pero ahora la presencia de bases puros --o combos-- es notable en las filas de la Euroliga. Quizás se lo debamos a Rivers y a Edney, quién sabe. Hay 45 jugadores en un rango de alturas que va desde el 1,91 hasta el 2,03; y solamente hay tres jugadores que superen los 2,10: Randolph, Iverson y Austin Daye. El más bajito es Bobby Dixon, que dicen que mide 1,78.
-En cuanto a edades, 42 están entre los 26 y los 30. Apenas hay unos pocos por debajo (Wilbekin es el único del año 93) y tampoco muchos por encima (15 de más de 30; los más veteranos tienen 33: Dixon, Devin Smith, Carroll, Oleson, Langford, Schilb y Dorsey). Las explicaciones podrían ser, por una parte, que es difícil que un equipo de Euroliga arriesgue con un jugador recién salido de la NCAA, y por otra, que los equipos se desprenden de los jugadores de cierta edad en cuanto no dan el rendimiento adecuado. Hay bastantes jugadores por encima de 33 años en la Euroliga pero son todos de aquí.
-Como complemento de lo anterior, hablemos de experiencia en el baloncesto europeo. La media está en unas 4-5 temporadas, incluidas todas las competiciones. Solamente hay dos jugadores que debutan este año en la Euroliga sin haber pisado Europa antes (Budinger y Larkin, ambos en el Baskonia) y casi la mitad tienen una experiencia europea inferior a tres temporadas. De ello podríamos deducir que los equipos prefieren que el jugador demuestre previamente su aclimatación al baloncesto europeo, pero también que tardan poco en captarlo. Por otra parte, solo un puñado de jugadores llevan más de 10 años jugando en el continente: Devin Smith, Oleson, Dixon y Langford. Como decíamos antes, los más veteranos son de aquí.
-Una mayoría se quedaron 'undrafted' (39), que diría un castizo que veranea en Benidorm. Los que no, fueron casi todos segundas rondas. Los siete que entraron en la primera, con su número respectivo, son estos: Anderson (20), Singleton y Larkin (18), Daye (15), Randolph (14), Alexander (8) y Udoh (6). En cuanto a experiencia en la NBA, hay muy pocos con una trayectoria mínimamente estable en la liga. Abunda más --una veintena-- el caso de los que se debatieron durante un tiempo entre la NBA y la D-League, y luego cambiaron de rumbo. Pero el tipo más frecuente son los que orientaron desde un inicio su carrera profesional hacia Europa: una treintena amplia nunca ha jugado en la NBA, y nada o casi nada en la D-League.
-Sin embargo, la gran mayoría fueron estrellas universitarias, y algunos de ellos estrellas de instituto antes (hay unos cuantos Mr. Basketball en sus respectivos estados: Thomas, Budinger, Calathes, Paul, Anderson, Landesberg, Diebler...). Casi el noventa por ciento entraron en el quinteto ideal del año en su conferencia a lo largo de su carrera NCAA. También la gran mayoría completaron el ciclo: según mis cálculos, solamente hay 12 que se presentaron al Draft antes de su año senior; y Latavious Williams, que pasó del instituto a la liga de desarrollo. Proceden fundamentalmente de las llamadas conferencias grandes (42 en total, destaca la SEC con 10, y la universidad de Florida con cuatro) pero hay algunos casos curiosos. Tres universidades con programas modestos tienen representación doble en esta Euroliga: el College of Charleston con Goudelock y Draper, que no coincidieron allí; UC Santa Barbara con Orlando Johnson y James Nunnally; y UNC Greensboro con Hickman y Hines (lo que nos lleva a pronosticar, en contra de nuestro propio criterio, que el malagueño Francis Alonso jugará algún día en la Euroliga). Más excepcional todavía es el conocido caso de Brad Oleson, el único jugador de la Division II.
-Por añadir alguna curiosidad más; hay 12 nacidos en California, que es el estado más poblado, dicho sea de paso. Y he encontrado un único texano, Langford, que parece haber sobrevivido a la sobredosis de fútbol americano. Ah, Devin Smith, es de Delaware. Lo digo por si hay algún flojo de pantalón en la sala...