Desde luego, la llegada de Hollis Copeland no tuvo nada negativo para el equipo. Volvieron a perder con Utah al comienzo de la temporada 1974-75, pero a continuación encadenaron siete victorias consecutivas incluyendo a rivales de peso como St. John’s, Princeton o Seton Hall, y más adelante Syracuse o La Salle (con Joe “JellyKobe” Bryant). Alcanzar las 18 victorias por sólo seis derrotas con ese calendario no sólo era meritorio, sino que además los convertía en favoritos en la división New York – New Jersey de la Eastern College Athletic Conference. La ECAC había decidido crear un torneo de baloncesto de postemporada para agrupar a todos los independientes como Rutgers, y la recompensa era nada más y nada menos que un puesto en el torneo de la NCAA. Rutgers nunca se había clasificado para la NCAA. Rutgers quería clasificarse para la NCAA. Rutgers llegó al Madison Square Garden sabiendo que sólo dos victorias los separaban de la NCAA.
Su rival de semifinales eran los débiles Saint Peter’s Peacocks, sobre los que la victoria estaba asegurada. Claro que nadie se lo había dicho a los Peacocks, que se cerraron en su zona negando espacios y dejando a Phil Sellers en unos ridículos cuatro puntos en los primeros 20 minutos. Dabney y Copeland mantuvieron a los Scarlet Knights por delante hasta que en la segunda parte Jordan y Sellers (11 puntos en el período) rompieron el partido. En la final del torneo les esperaba St. John’s, con una plaza para la NCAA en juego ya que el perdedor se tendría que conformar con una invitación para el NIT. Y como todo el mundo sabe, lo peor del NIT es que si te invitan, tienes que ir.
En fin, que la final fue uno de los mejores partidos de la temporada sin discusión. Phil Sellers tuvo un comienzo espectacular y anotó 16 puntos durante la primera parte, marcada por alternancias constantes en el marcador. Pero al comienzo de la segunda Lou Carnesecca ordenó al alero “Beaver” Smith un marcaje individual a Sellers, y ahí se colapsó el ataque de Rutgers. Casi cuatro minutos y medio sin anotar dieron ventaja a los Redmen, y luego tuvieron que ser Copeland y Dabney los que liderasen la remontada. Aún así, Sellers fue decisivo en la victoria de su equipo; fue un rebote ofensivo suyo el que propició la canasta de Eddie Jordan que forzaba la prórroga, en el tiempo extra anotó una canasta importantísima antes de que Jordan volviera a encestar un tiro decisivo, y finalmente capturó el último rebote para forzar el tiro libre que puso el 79-77 final en el marcador. Sellers no había hecho un mal partido con 22 puntos y varios rebotes importantes, pero las canastas decisivas las había anotado su compañero Eddie Jordan y el trofeo de MVP y máximo anotador del torneo fue para “Beaver” Smith.
Phil Sellers atacando a Beaver Smith.
En fin, que los Scarlet Knights estaban en la NCAA, donde su rival sería la poderosa Louisville de Denny Crumb, que sólo había perdido dos partidos en toda la temporada. Fue una de las mejores actuaciones de Phil Sellers, que encestó 12 de sus 17 lanzamientos para anotar 29 puntos. Rutgers dio el sorpresón durante la primera parte y llegó al descanso por delante en el marcador, pero en la segunda se empezó a notar que Louisville tenía un juego interior más potente y una rotación mucho más larga. Barrieron el rebote 43 a 25, y cuando Sellers tuvo que bajar el ritmo por culpa de un inoportuno tirón muscular, sólo Eddie Jordan acudió en su ayuda. Hollis Copeland y Mike Dabney tuvieron una noche aciaga en el tiro, mientras que enfrente Junior Bridgeman sumó 36 puntos y 11 rebotes con un brutal 15/18 en lanzamientos a canasta.
Junior Bridgeman, pensando en sus cosas.