salu2El relato de su trayectoria deportiva es la historia de un desamor. Entregado en cuerpo y alma al baloncesto, mantuvo con este deporte una apasionada y desinteresada relación que, para su desgracia, no encontró la adecuada compensación. Su aparición en escena en 1973, con 16 años y 215 de altura, provocó una primera revolución. Sin embargo, cuando se retiró 20 años después no era más que una mole humana con dificultades extremas para desplazarse. Tkachenko dio pero no recibió. Los equipos le exigían rebotes, intimidación, tapones... pero le volvían la espalda cuando requería atención médica. De aspecto impresionante, con un bigote que infundía incluso terror, su carácter era sin embargo afable hasta el punto de que le resultaba imposible negarse a nada de lo que se le solicitaba. A finales de los ochenta ni siquiera puso trabas a las demandas de Gomelski cuando los problemas físcios comenzaban a acumularse sobre su enorme geografía personal. Una hernia discal y otra de hiato le dejaron en una ocasión inerte sobre la cancha ante la mirada atónita de los espectadores.
La desgracia le persiguió además por otras vías. Unos meses antes de los JJOO de Moscú 80 se cortó la mano derecha de forma espectacular. Los médicos consiguieron recomponerla, pero tres de sus dedos perdieron la sensibilidad. Tkachenko se convirtió a partir de entonces en zurdo por obligación, desarrollando unos movimientos especiales que, en momentos de alta tensión, le jugaban muy malas pasadas. En la semifinal ante Italia en los JJOO de Moscú 80 se olvidó de su incapacidad en el instante crucial y realizó una bandeja con la mano derecha que alejó a la URSS de la gran final.
De hecho, los Juegos Olímpicos le fueron esquivos en todo momento. En 1976 era demasiado joven; en 1984 los soviéticos boicotearon la organización de Los Ángeles; en 1988 estaba lesionado y en 1992 ya era demasiado tarde para participar.
No obstante, su contribución en otras competiciones internaciones sí que fue vital. Tras la muerte de Aleksandr Belov en 1978, Tkachenko se convirtió en el pivot número uno de la URSS, formando un tandem demoledor con Belostenny en el Stroitel. Las Torres Gemelas de Kiev y su creciente peligro para el TSKA Moscú sufrieron de inmediato las astutas artes de Gomelski, que maniobró hasta conseguir que ambos jugadores fuesen llamados a filas y, por ende, incorporados al equipo del ejército ruso en 1982. La URSS asistió entonces y durante cinco temporadas a los duelos en la cumbre (nunca mejor dicho) más espectaculares: Tkachenko vs. Sabonis.
La estrella de Tkachenko se apagó repentinamente. Ni siquiera le dio tiempo a amasar fortuna cuando las autoridades soviéticas se abrieron al mundo (sólo una corta experiencia en Guadalajara) para sufragar los gastos del tratamiento al que está sometido por sus problemas de gigantismo. Empaquetador en una cadena de producción de una empresa de Moscú en la actualidad, se conforma con ocupar un buen lugar en la barra del pub de su amigo Belostenny mientras contempla los zapatos que se compró en España..."
Fecha de nacimiento: 20 de septiembre de 1957, en Soci (Rusia)
Altura: 2,20 m
Equipos: Stroitel Kiev (1973-82), TSKA Moscú (1982-90), Guadalajara (1990-91)
Palmarés: Cuatro veces campeón de la URSS (83, 84, 88 y 90); medalla de oro en el Campeonato del mundo Cali 82; medalla de plata en los Campeonatos del mundo Manila 78 y España 86; medalla de bronce en los JJOO Montreal 76 y Moscú 80; medalla de oro en los Campeonatos de Europa Turin 79, Praga 81 y Stuttgart 85; medalla de plata en el Campeonato de Europa Lieja 77; medalla de bronce en el Campeonato de Europa Atenas 87
Estadísticas 1990-1991: 38 PJ, 29 minutos, 15'7 puntos, 8'1 rebotes, 64% t2, 33% t3, 73% t1
"Su juego: El concepto de jugador armario adquirió en Europa su verdadero significado cuando Vladimir Tkachenko entró en escena en 1973. De proporciones desmesuradas, tanto en vertical como en horizontal (un perímetro torácico inmenso), su juego estaba limitado por unas condiciones físicas que ralentizaban significativamente sus movimientos sobre la cancha. Gran intimidador en defensa pero con una capacidad reboteadora menor de la esperada por carecer de rapidez en los desplazamientos laterales. La grave lesión en su mano condicionó su juego, teniendo que lanzar con la izquiera con unos resultados pobres en cuanto se alejaba más de tres metros del aro."