Nuestros ases. FINALIZADA - INDICE POR ORDEN ALFABETICO DE LOS 100 ASES DE MANUEL ESPIN.
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Amadeo
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Nuestros ases. FINALIZADA - INDICE POR ORDEN ALFABETICO DE LOS 100 ASES DE MANUEL ESPIN.

por Amadeo » 07 Oct 2020, 11:40

Capítulos recordados hasta la fecha.
En página 1,
(1) LA LEYENDA BUSCATO
(2) JORDI BONAREU, HEROE DE LOS JJ.MM. 1955
(3) JOAN DALMAU, LA FIDELIDAD HECHA JUGADOR
(4) ENRIQUE MARGALL. PRIMERO DE LA DINASTIA.
(5) LORENZO ALOCEN, EL “EPI” DE LOS SESENTA
(6) MIGUEL ANGEL ESTRADA, AQUEL HEROE DEL EUROBASKET-73
(7) LLUIS, EL CLAN DE LOS LEGENDARIOS
(8) ALFONSO MARTINEZ, EL EX ABUELO DE LA LIGA
(9) JOAN MARTINEZ UN PRODUCTO “MADE IN SERRA”
(10) FERNANDO MUSCAT UNO DE “LOS DE GINEBRA”
(11) JORGE GUILLEN: DE LAS PISTAS AL QUIROFANO.
(12) JOSEP MARIA SOLER, UN TORBELLINO SOBRE LA PISTA
En página 2
(13) MARCELINO MANEJA: CON EL, LA “PENYA” FUE UN “HURACAN VERDE”
(14) LUIS TRUJILLANO: LA GENUINA FURIA ESPAÑOLA
(15) MANUEL MARTIN: SU DESCALIFICACION POR PROFESIONAL, EL RECUERDO MÁS DIVERTIDO.
(16) IRADIER: CANASTAS Y PINCELES.
(17) CARLOS SEVILLANO, EL “GRAN CAPITAN” DEL REAL MADRID
(18) “MET” FERRANDO, EL BUSCATO DE LOS AÑOS 40.
(19) ARTURO IMEDIO, UN PRODUCTO DEL LICEO FRANCES.
(20) SANTIAGO NAVARRO: UN PIVOT (1’85 M.) DE LOS DE ANTES.
(21) “JOANET” CANALS: UN TECNICO DESAPROVECHADO.
(22) JOAN RIERA: UN PRODUCTO DE LA “LA ESCUELA KUCHARSKI”
(23) EMILIANO: LA LEYENDA VIVA
(24) FRANCESC BORRELL, PRECURSOR DE LOS PIVOTS ACTUALES.
(25) JOSEP NORA: UN PRODUCTO DE LA CANTERA DE MONTGAT
(26) “CHUS” CODINA: DEL ESTUDIANTES AL CIELO.
(27) JAVIER SANJUAN, DE LA CANTERA DE LA SALLE BONANOVA
(28) VICENTE RAMOS: EL MEJOR BASE EUROPEO DEL 70
En página 3
(29) MANOLO FLORES: EL GRAN CAPITAN BLAUGRANA
(30) JORDI PARRA: INTERNACIONAL PRECOZ
(31) ARMANDO MAUNIER: UNO DE LOS HEROES DE GINEBRA-35
(32) PERE CARRERAS: CUARENTA AÑOS AL SERVICIO DEL BARÇA
(33) JOAN FA, LA FRUSTACION DE FERRANDIZ
(34) “NELO” CARBONELL, EL ABUELO DE LA AEBI
(35) MIGUEL GONZALEZ, EL DESCUBRIMIENTO DE KUCHARSKI.
(36) GUIFRE GOL: LA FIDELIDAD A UNOS COLORES.
(37) MIQUEL CARRERAS: DE SARRIA A LES CORTS.
(38) JOFRESA: SE PERFILA UNA LARGA DINASTIA.
(39) ARTUR AULADELL: EL MARESME, SU CAMPO DE ACCION
(40) IRREPETIBLE KUCHARSKI
(41) JOAQUIN ENSEÑAT: “EL MES PETIT DE TOTS”
(42) PEDRO ALONSO, EL “GRAN CAPITAN” DE GINEBRA-1935
(43) JULIO DESCARTIN: EL PRINCIPE ESTUDIANTE
(44) EMILIO GALVE, RECORD DE LONGEVIDAD.
(45) AGUSTIN BERTOMEU: TEMPRANO ADIOS
(46) JOSE RAMON RAMOS, TODO UN SIMBOLO
(47) MARTINEZ ARROYO: TRES VECES “NO” AL REAL MADRID
(48) PEREZ LORIENTE EJEMPLO: DEL “TRASVASE” ARAGON-CATALUNYA
En página 4
(49) J.L. SAGI-VELA, EL HIJO PRODIGO DE ESTUDIANTES.
(50) JOAN MARTOS: DE CUANDO A UN 1,95 SE LE LLAMABA GIGANTE.
(51) VICTOR ESCORIAL: LA HONRADEZ DEPORTIVA, SU NORMA.
(52) JOSE LUIS MARTINEZ: TROTAMUNDOS Y NIÑO PRODIGIO.
(53) ANDREU OLLER: CUANDO “LA PENYA” ERA UN “HURACAN VERDE”
(54) EMILIO ALONSO: CON EL LLEGO EL AUTENTICO BASKET.
(55) “TONCHO” NAVA: LA VIDA NO SIGUE IGUAL
(56) GONZALEZ-ADRIO: BISTURI EN SUSPENSION
(57) FRANCISCO CAPEL: ENTEREZA Y VOCACION
(58) MONCHO MONSALVE: “UN GLOBETROPTTER” A LA ESPAÑOLA
(59) AMADOR ROJAS: DEL “BRESSOL” BADALONES A LA ELITE
(60) CARLOS LUQUERO: UN CASO HISTORICO
(61) ANGEL LOZANO: CINCO AÑOS EN EL REAL.
(62) L.C. ZABALETA: LA APORTACION DEL NORTE
(63) WAYNE BRABENDER: EL ABUELO PRODIGIO.
(64) MIGUEL LOPEZ ABRIL: CUANDO LA EXPERIENCIA ES UN GRADO...
(65) MARGALL: EN “MEDIO” DE UNA GLORIOSA DINASTIA.
(66) BARCENAS: TRIUNFADOR POR PARTIDA DOBLE
(67) CASIMIR AUMACELLAS… ¡QUE TIEMPOS AQUELLOS!
(68) ALBANELL: ALMA DE AQUEL HISTORICO PICADERO
En página 5
(69) RAMON GUARDIOLA: LA ESTRELLA DEL SUR.
(70) JOSE MARIA SORO: EN GANCHO TERRORIFICO.
(71) GABRIEL ALBERTI: BASKET, TENIS Y PINTURA
(72) J.M. MELENDEZ. UN TECNICO BRILLANTE EN LA OSCURIDAD
(73) JOSEP CARDO: PIONERO DE LA EPOCA HEROICA
(74) IGNACIO GARCIA: EL “DURO” DE LOS CUARENTA
(75) CRISTOBAL RODRIGUEZ EL “RESERA DE ORO
(76) JAUME MURICI: CAPITAN DEL HISTORICO B.I.M.
(77) JACINTO ARDEVINEZ: MEDIO SIGLO SIRVIENDO AL BASKET
(78) ESTEVA: LA FURIA ESPAÑOLA AL SERVICIO DEL BASKET
(79) ISIDRE TARRAGO: CUANDO LOS CENTIMETROS NO LO ERAN TODO
(80) JOAN FONT EL “VAQUERO” DEL “LAIETA”
(81) ANGEL COLL: UN GIGANTE (1,80) DE LOS AÑOS TREINTA
(82) LOPEZ CIURANA: ADALID DEL BASKET MODESTO EN LOS TREINTA
(83) JOSEP M.ª OLEART: DEL “CIRCOL” A LA PENYA , IDA Y “VUELTA”
(84) GARRIDO: DE AQUEL MADRID DE BORRAS Y GALINDEZ
(85) HECTOR FOLGOSA: EL “AMERICANO” DEL BARÇA-56
(86) ENRIC PIERA: PILAR DE UN HISTORICO HOSPITALET
(87) FRANCISCO LLOBET: UNA PROMESA ROTA
En página 6
(88) ANGEL SERRANO: CONSAGRACION EN EL KAS
(89) MARCO: UN DESTINO FRUSTADO POR LA ADVERSIDAD
(90) FERNANDO ARGILA: DOBLE TRIUNFADOR EN BASKET Y FUTBOL
(91) JOSE LASO: AQUEL JUVENIL TUTELADO POR FERRANDIZ
(92) JOSE VALLEJO: TREINTA AÑOS COMO COLEGIADO DE ELITE
(93) ANTONIO SERRA: TODA UNA VIDA ENTRENANDO… Y TRIUNFANDO
(94) SANTIAGO UDAETA: UNA FELIZ ALEACIÓN DE TÉCNICA Y ARTE
(95) JOSEP FERRER: DEL BIM AL CIELO FRANCES
(96) SANTILLANA: UN PIVOT CON VOCACION DE LEGENDARIO
(97) PEDRO FERRANDIZ: NACIDO PARA TRIUNFAR
(98) FERNANDO FONT: BRILLANTE DISCIPULO DEL P. MILLAN
(99) SANTIAGO SCHILT: TRIUNFADOR POR PARTIDA DOBLE
(y 100) EVARISTO DOMINGO: DEPORTISTA TOTAL Y DE ELITE
FiN






Gracias a la Hemeroteca del Mundo voy a ir recordando, la serie, desde el primer número hasta el último, como homenaje y reconocimiento a título póstumo a su autor, que ha dejado un gran legado para recordar el baloncesto, y mantener una memoria, gracias a su gran labor durante muchos años.
Primero recordar al autor.
Texto traducido automáticamente al catalán,
Manuel Espín Salvador
Periodismo Deporte general
Periodista deportivo.
Barcelona, 1910 - Barcelona, 23 de octubre de 1996
Especializado en baloncesto, ya realizaba crónicas y artículos en el diario católico La Mañana antes de 1936. Después de la Guerra Civil, trabajó en Mundo Deportivo, donde fue jefe de la sección de baloncesto. Colaboró con Radio Barcelona y Radio España de Barcelona, entre otros, y cubrió toda clase de competiciones estatales e internacionales hasta el 1979. Hasta los años noventa continuó publicando artículos, que recogió en el libro Nuestros ases (1983-1987). También participó en la redacción de La historia del basket español (1986), que se publicó por fascículos a Mundo Deportivo, y Dinastías del basket (1988).
El enlace al texto original en catalán.
https://www.enciclopedia.cat/ec-eec-5000.xml
Última edición por Amadeo el 22 Feb 2022, 10:07, editado 118 veces en total.

Amadeo
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Re: Nuestros ases (1) Una serie de Manuel Espín. LA LEYENDA BUSCATO

por Amadeo » 07 Oct 2020, 11:49

Nuestros ases (1) Una serie de Manuel Espín.
LA LEYENDA BUSCATO
222 veces internacional y con 8 Campeonatos de Europa a sus espaldas, obtuvo el premio “Fair-PIay” como deportista ejemplar.
Si el Eurobasket-73, tan brillantemente, celebrado en nuestra ciudad, ha de ser recordado como uno de los éxitos más rutilantes del basket español —medalla de plata gracias a un clamoroso triunfo sobre la Unión Soviética—, ha de serlo también por la circunstancia, ciertamente, de haberse producido en aquel campeonato, la despedida como internacional, de Francisco Buscató, que cerraba en tan relevante oportunidad una de las carreras más refulgentes dentro deporte español. Protagonista de ocho campeonatos europeos –Estanbul, 1959; Belgrado, 1961; Wroclaw, 1963; Tiflis-Moscú, 1965; Helsinki, 1967; Nápoles, 1969; Essen, 1971, y Barcelona, 1973;-, el “Nino” sumó en esta última edición del Eurobasket la cifra record de 222 prestaciones como internacional. Su ficha deportiva lo hace aparecer como una figura auténticamente legendaria del basket: olímpico en tres ocasiones –Roma, 1960; México, 1968, y Munich, 1972-m no fueron cuatro porque una fea jugada de Francia en el preolímpico de Ginebra impidió la clasificación de España para los juegos de Tokio-1964; seleccionado por la FIBA en siete ocasiones; dos veces designado como integrante del equipo ideal europeo. Y, como complemento de sus altas dotes como deportista, el premio “Fair Play” de la UNESCO, que le fue concedido en 1969 en reconocimiento a sus virtudes humanas, de las que Buscató fue siempre un constante ejemplo.
Yo, basket
El «Nino», como cariñosamente empezó a conocérsele desde pequeño, fue todo un caso de precocidad deportiva. A los 15 años figuraba ya como titular del equipo senior de la U.D.R. Pineda, su villa natal, en donde vio la luz primera el 21 de abril de 1940. Hasta entonces, Buscató, con una afición loca por el deporte, pero sin haberse inclinado abiertamente hacia uno determinado, jugaba a todo lo que se presentaba; aunque su actividad se centraba preferentemente en tres especialistas: basket, balonmano y futbol. “En un solo día –recuerda- llegue a jugar tres finales escolares de fútbol, basket y balonmano.”
Pero llegó el momento de definirse, Y siguiendo los consejos de Quico Martínez, recientemente fallecido, que era a la sazón entrenador del Pineda, el “Nino” lo dejo todo por el basket. Quienes le habían visto darle al balón con los pies siguen opinando hoy que el fútbol perdió un gran valor en ciernes.
De Pineda a Les Corts
Dos años en la U.D.R. Pineda y su ingreso en el F.C. Barcelona. Quien esto firma presenció el debut de Buscató como jugador azulgrana. Fue en la temporada 1957/58 y en la pista de cemento que el Barcelona había construido detrás de las gradas del “gol de baix”. A sus 17 años, Buscató destaco, de inmediato, por su movilidad y un firme espíritu de lucha, así como por su preciso tiro, tres cualidades que le adornarían en toda su carrera deportiva.
Fue un acierto pleno su ingreso en el Barcelona, en cuyo equipo, faltado aquel año de grandes figuras, pudo destacar, de inmediato, como titular.
Al año siguiente, 1958-59, se reforzó el equipo con Jordi Bonareu, Alfonso y José Luis Martínez y Plana. El equipo ya era otra cosa -confiesa Buscato-, ganamos, otra cosa la Liga y la Copa. Un año después se retiró Bonareu y se fichó a los portorriqueños Ruiz y Ruaño. En Copa de Europa fuimos eliminados por el Legia de Varsovia.
Montcada, tercera etapa
La disolución de la sección, decretada por el presidente Llaudet, produjo la natural desbandada azulgrana. Aismalibar fue el nuevo destino de Buscató. Opté por aquel club porque me seducía la idea de tener a Kucharski como preparador. Pero ocurrió que «Kuchi» se fue contratado a Italia aquel mismo año. Pasé tres temporadas en el club de Montcada, que también decidió disolver la sección. Mi sino —ríe Buscató— era asistir a la disolución de equipos.
Badalona, la meta
La “Penya” iba a ser la nueva meta de un Buscató ya consagrado como gran figura nacional y como titular inamovible de la selección española. Por una gestión de Daniel Fernández, ingresamos en el Joventut un bloque formado por Kucharski, regresado ya de Italia, Baturone, Ramón y yo. Y allí seguí, como jugador verdinegro, hasta la temporada 1973-74, la de mi retirada. Las cosas no nos fueron mal del todo en esos diez años que estuve allí. Ganamos una Liga, una Copa, y en tres quedamos con el Madrid, que nos superó por el “average”. Y tres años, semifinalistas de la Recopa. Y todo esto, sin extranjeros, que el criterio del club, en aquellos tiempos, era jugar con gente de casa.
Diecinueve años como senior compendian la densa y positiva aportación de Francisco Buscató al basket, un deporte que me ha brindado, a cambio, alegrías y satisfacciones de todo género y que me ha proporcionado multitud de amigos, aquí y en todas partes, que es lo que más importancia tiene para mí. ¿Mejores recuerdos? Entre los muchos grandes momentos que he vivido, quiero situar el de la final del Eurobasket de Barcelona. Jugar una final europea aquí, ante el público catalán, que tan bien me trató siempre, ‘fue, sin duda, una efemérides inolvidable
Gratitud
Buscató tuvo, por último, un recuerdo para las personas que más positivamente han influido en su incomparable carrera deportiva. Hay dos hombres que sentido y sentiré siempre un especial afecto. Son Daniel Fernández, de quien recibí siempre el consejo fraternalmente certero, y Kucharski, mi ídolo de la infancia y respetado maestro.
MANUEL ESPIN
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 0/pdf.html

Pollo frito
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Re: Nuestros ases (1) Una serie de Manuel Espín. LA LEYENDA BUSCATO

por Pollo frito » 07 Oct 2020, 12:50

Siguiendo, gracias por compartir, Amadeo.

Amadeo
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Re: Nuestros ases (2) Una serie de Manuel Espín. JORDI BONAREU, HEROE DE LOS JJ.MM. 1955

por Amadeo » 14 Oct 2020, 08:16

Nuestros ases (2) Una serie de Manuel Espín.
JORDI BONAREU, HEROE DE LOS JJ.MM. 1955
DEBUTANTE A LOS 18 AÑOS, SUS 45 PUNTOS FRENTE A BELGICÁ (1956) CONSTITUYEN UN RECORD VIGENTE EN LA SELECCION *
AUNQUE EMPEZO EN MATARO, SUS MAYORES EXITOS LOS OBTUVO EN “CAN BARÇA” DONDE VOLVIO COMO DELEGADO EN 1979
*Fue superado por Jordi Villacampa con 48 puntos en el mundial de Argentina, contra Venezuela en 1990.
El basket mataronés, que no en vano se había beneficiado de la primera semilla esparcida por el llorado Padre Millán, fue siempre especialmente pródigo en la producción de primerísimos valores de este deporte. Ninguno de ellos, empero, logró un tan esplendoroso brillo como Jordi Bonareu, figura cimera de la década de los 50.
Un récord imbatido
A Jordi Bonareu se debió una parte importante del éxito de España en los Juegos Mediterráneos de Barcelona - 1955. Sus 42 puntos frente a Italia fueron decisivos. Tal anotación, insólita en aquellos tiempos, se vería superada por el propio Bonareu unos meses más tarde: frente a Bélgica, en amistoso jugado en Barcelona el 12 de febrero de 1956, lograría el mataronés una anotación, de 45, que figura como récord individual en partidos de la selección española, según cuidó de recordárnoslo el propio Bonareu. Raimundo. Saporta, que es hombre que está en todo, se lo recordó a su vez a Jordi. «Yo ni me acordaba siquiera. Pero Raimundo hablando haca unos días, me dijo algo más, todavía. Que mi récord es el único que se mantiene vigente, a nivel de equipos nacionales, de todos los deportes desde hace 27 años.»
350 lanzamientos diarios
Dotado de una estatura (1 .90) que hoy se estima normal aunque en su época aparecía como un superdotado, Bonareu fue un tirador excepcional, de estilo personalísimo, un tanto heterodoxo, que prefirió emplear maneras distintas a las dictadas por la ortodoxia en los libros: «Yo me acostumbré a tirar a basket sin tener la mejor posición para hacerlo, con lo que, por lo general, sorprendía a los defensores contrarios. Claro que para ello me apliqué a un entrenamiento constante, de muchas horas al día. A las seis de la mañana ya estaba con el balón en el patio de mi casa, en donde había instalado un tablero. Entre lo de casa y el entreno normal en el club, yo realizaba unos 350 tiros diariamente. Lo cual puede dar una idea de la ilusión, espíritu de sacrificio y desmedida afición que sentí siempre por este deporte.»
Siete años; tres equipos
La carrera de Bonareu fue tan breve como brillante. Empezó a los 17 años y se retiró a los 24. En 1951 ingresó en el segundo equipo del Mataró y aquel mismo año ya fue incorporado al equipo titular. Tres años más tarde, el seleccionador Jacinto Ardevínez lo llevo al equipo nacional, para una España – Francia celebrado Barcelona. Titular fijo del equipo español. Bonareu fue figura cumbre en los Juegos Mediterráneos de Barcelona 1955. Y tras una tanda de ocho amistosos, de 1956 y 1958. Bonareu jugo su ultimo internacional en Barcelona, el 23 de marzo de 1958, contra Bélgica.
Tres fueron los equipos cuyos colores defendió Bonareu en su breve y fulgurante carrera. El Mataró hasta 1956, en cuyo mismo año ingreso, como no, en el Barcelona, cuyos técnicos iban, como siempre, a la caza de las piezas más preciada del coto catalán. Un año en el club “blaugrana” y al siguiente, 1957, recaló en Sabadell, en el naciente y pujante Orillo Verde, para un año después, reingresar en el Barcelona, con cuyo equipo gusto las mieles de un doble triunfo en la liga y en la Copa.
«Saporta, mi hermano mayor»
Como no podía ser de otro modo, Bonareu fue también pieza codiciada por el Real Madrid. Pero el fichaje no llegó a cristalizar por una dolorosa circunstancia: «Mi padre contrajo una dolencia ciática y fue el propio Saporta, con quien me unía ya entonces una entrañable amistad, quien encontró razonable y plausible mi negativa a marcharme de casa en tal situación. Como en tantas otras ocasiones, Raimundo me dio una prueba más de su señorío y de su sincera amistad. Lógico, por lo tanto, que a Saporta lo haya considerado siempre como mi hermano mayor. Con él he compartido alegría y sinsabores, que de todo ha habido en estos treinta años.»
En el «Palau», última etapa
Veintiún años (1979) después de su retirada, Bonareu resurgió como delegado de la sección del F.C. Barcelona. Toda una sorpresa. “En una cena de la Agrupación de ex Jugadores, el señor Núñez me propuso hacerme cargo de la sección; la idea me sedujo y acepte. Mis quehaceres profesionales me obligaron a dejarlo dos años después.”
Pero Bonareu dejó su impronta en el “basket” “blaugrana” Serra fue un fichaje suyo. Y dejo también su testamento. “Ante todo, aconseje que se conservase la gente que había en la sección, en la que figuraban elementos realmente validos como Eduardo Portela y algunos técnicos, aconseje, al mismo tiempo, que Serra se limitase a entrenar, que de eso sabe mucho, dejando para otros las funciones de administrar, fichar jugadores y en suma, aquellas más propias de un delegado.”
Bonareu no está muy seguro de que su testamento se haya seguido al pie de la letra: “No sé cómo funcionan ahora las cosas. Lo que sí me consta es que el valor humano de los jugadores actuales difícilmente lo hallaríamos en otros equipos.»

http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 8/pdf.html

Amadeo
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Re: Nuestros ases (3) Una serie de Manuel Espín. JOAN DALMAU, LA FIDELIDAD HECHA JUGADOR

por Amadeo » 21 Oct 2020, 10:57

Nuestros ases (3) Una serie de Manuel Espín.
JOAN DALMAU, LA FIDELIDAD HECHA JUGADOR
Ni las propuestas del Barça lograron separarle del Montgat
Internacional durante 8 años, fue protagonista en el Mundial de 1950 y en los JJ.MM. de 1951
En la constelación de ases que un mayor brillo proyectaron allá por la década de los cincuenta destaco como pocos Joan Dalmau, el continuador de la dinastía que iniciara, en los años anteriores a la guerra civil, su hermano Josep. Uno y otro habían nacido deportivamente en la U.D. Montgat, el club de su villa natal a la que aun hoy permanecen estrechamente unidos por lazos de ejemplar fidelidad. El Mayor de los Dalmau, figura sobresaliente en su tiempo, no solo en basket sino en atletismo, con el título de campeón de España de salto de altura, vio cortada su carrera por la descalificación que le fue impuesta a la terminación de nuestra guerra por el hecho de haber formado parte del equipo de Catalunya que acudió a la Olimpíada popular de Amberes.
Joan, unos años más joven—nacido el 22 de agosto de 1924—, tomó el relevo en el equipo montgatino en 1940, como integrante del segundo equipo. Dos años más tarde pasó a figurar en el primer equipo, en donde hallo a los Justes, Pagán, Diego y Baró. (Con estos compañeros —recuerda Joan Dalmau— y con los que se irían incorporando en los años siguientes (Baró, Ramia, Solé, Tarragó, Regull y Pujol) disputamos la final de Copa con el Barcelona, en Las Arenas, en la temporada 1945-46. Antes, habíamos eliminado al Real Madrid en semifinales. Contra el Barca perdimos por 35-44, después de ganar en la primera parte por 20-19. Aquella fue, sin duda, la mejor temporada que tuvo el Montgat.»
Una ficha codiciada
Como no podía ser de otro modo, pronto empezaron a lloverle a Joan Dalmau propuestas de fichaje. La primera partió, cómo no, del Barcelona. Oferta que fue desechada sin vacilaciones: «Siempre dije que no, sin llegar siquiera a hablar de dinero. No es que por aquel entonces se ofreciesen grandes sumas, pero algo podía irse a buscar con un fichaje. Lo cierto es que nunca me sedujo la perspectiva de marcharme de Montgat, de un club en -el que me sentía como en mi propia casa. Siempre pensé que fichar por otro club hubiese equivalido a cometer un desaire a unos aficionados que tantas pruebas de afecto me habían dado siempre”
Con el Barcelona, sin embargo, parece ser que se llegó a un acuerdo que satisfacía a ambas partes. Dalmau vistió la camiseta azulgrana. «Efectivamente, así lo hice en numerosas ocasiones. Cuando tenían que jugar amistosos en el extranjero, o incluso aquí, en España, yo iba con el equipo como refuerzo, sin que mediase otra compensación que el puro placer de viajar y convivir con un grupo de excelentes amigos.”
No fue solo el Barcelona el que había aspirado a lograr tan valiosa ficha: “La Virtus de Bolonia quiso ficharme, junto con Kucharski, pero tampoco en aquella ocasión me sentí dispuesto a marcharme de Montgat”.
Internacional indiscutible
Decididamente, Joan Dalmau fue ganando enteros en su cotización personal. Su estilo fluido, elástico, de una agilidad de auténtico felino —por la que se dio en llamársele «Gato» Dalmau, apelativo por el que todavía hoy se le conoce—, su alta calidad, en suma, acabarían por llevarle al equipo nacional, del que fue pieza indiscutible por espacio de ocho años, de 1947, año de su debut, hasta marzo de 1955, en que jugó su último partido, un amistoso contra Suiza, en Lausana. Fue, asimismo, el de su retirada total: «Una lesión en el talón de Aquiles precipité mi retirada. Tenía entonces 31 años, pero todavía me quedaba, ilusión para jugar unos años más».
En su carrera internacional, Dalmau fue protagonista de dos señalados acontecimientos. «La primera edición del Campeonato Mundial, en Buenos Aires, 1950, y, también, la primera de los Juegos Mediterráneos de 1951, en Alejandría. De la primera guardo un ingrato recuerdo: perdimos todos los partidos menos uno, que ganamos por 2-O, porque Yugoslavia se negó a jugar contra España, por razones políticas. En Alejandría las cosas nos fueron bastante mejor: ganamos sucesivamente a Turquía, Líbano, Siria, Italia y Grecia, y perdimos la final contra Egipto, por un solo basket (39-41).»
Una dinastía rota
La dinastía Dalmau parecía que dar asegurada con el hijo de Joan, que lleva su mismo nombre. «Una lesión de rodilla le ha obligado a retirarse, cuando venía siendo titular del Montgat y uno de los pilares del equipo. Confieso, sin pasión de padre, que el chaval venía haciéndolo muy bien, y no dejaba de halagarme que todo el mundo dijese de él que se parecía a su padre. Qué hi farem!»
El enlace del artículo en la Hemeroteca del MD.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 5/pdf.html#

Amadeo
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Re: Nuestros ases (4) Una serie de Manuel Espín. ENRIQUE MARGALL. PRIMERO DE LA DINASTIA.

por Amadeo » 22 Dic 2020, 08:51

Nuestros ases (4) Una serie de Manuel Espín.
ENRIQUE MARGALL. PRIMERO DE LA DINASTIA.
En 9 años fue 136 veces internacional y estuvo en dos Olimpíadas y 5 Campeonatos de Europa
Lo más triste fue su final: Se tuvo que retirar a los 29 años a causa de una dolencia cardiaca
La dinastía de los Margall, de Malgrat, se inició en 1961 con la aparición del mayor de los tres hermanos, Enric –seguirán pocos años después Narcís y Josep María, este actual titular del Joventut-como titular del Malgrat, en cuyo club había ingresado hacia tres años, a los 14 de edad.
En unos tiempos en que un jugador que se tallase por el 1,90 centímetro arriba centímetro abajo, era considerado como un “rara avis”, la presencia de Enric, aquel espigado muchacho que a sus 17 años, la edad en que fue ascendido al equipo titular de la villa malgratense-en donde vio la luz primera el 28 de Agosto de 1944- ya sobrepasaba en 4 la talla referida, había de llamar necesariamente la atención de los técnicos de ese deporte. El primero de ellos que supo ver en el joven Enric Margall una promesa firme del basket fue Benet, el entrenador del Malgrat. De él recibí las primeras lecciones, dejándome en condiciones de debutar en el primer equipo cuando tenía solo 16 años. Benet se tomó con gran interés el trabajo de prepararme y cada día me tenía hasta las tantas de la noche entrenando
Gasulla, decisivo
Hubo otro técnico, según fue refiriendo Enric Margall, que tuvo una decisiva influencia en su formación como jugador. Fue Gasulla. El comienzo de la relación de Margall con el referido técnico tuvo no poco der anecdótico. Fue en un Trofeo Samaranch, que se jugó en la pista del Joventut, en la temporada 1961-62: Jugamos primero contra el Seat, que entrenaba Farrerons, y ganamos con claridad: recuerdo que yo marqué 18 puntos, lo que me dejo muy contento por ser el partido de mi debut en el primer equipo del Malgrat. En el partido siguiente, jugamos contra el Picadero, del que era entrenar Albert Gasulla. Siempre he reconocido que aquel partido una gran influencia en mi porvenir como jugador. Allí conocí a Gasulla, quien me propuso entrenarme, a lo que accedí encantado, convencido de que sus enseñanzas habían de ser altamente positivas para mí. Según me dijo después, la forma en que baje la escalera que conducía a los vestuarios le llamó la atención. Seria, pienso yo, por la agilidad de mis pocos kilos, ya que a mis 16 años, yo era extremadamente delgado. A partir de entonces, dos días a la semana entrenaba con Gasulla. Los viernes, en el campo del SESE, de San Andrés, y me quedaba a dormir en su casa. Los martes, subía él a Malgrat, y entrenábamos por la noche. Esto suponía para Gasulla un sacrificio que siempre le he agradecido. Así, durante dos años, esto es, hasta que en 1963 ingresé en el Joventut. Pero Gasulla siguió después haciendo lo mismo con mis hermanos en Malgrat. Para mí, como para mis hermanos, Gasulla ha sido una persona maravillosa, a la que consideramos como un hermano. De él puedo decir, también, que ha sido el mejor entrenador de fundamentos que, he tenido.
Triste y prematuro final
La carrera de Enric Margall tuvo un final tan triste como inesperado. Con 135 entorchados internacionales en su haber, distribuidos en cinco campeonatos de Europa, desde 1965 a 1973, dos Olimpiadas (México 1968 y Múnich 1972) unos JJ.MM- en Túnez 1967 y multitud de encuentros oficiales y amistosos, en 1974 le fue detectada una dolencia cardiaca que hizo aconsejable su retirada. Contaba entonces 29 años y tenía ilusión y ganas para jugar dos o tres años más. Para mi aquello fue un drama que me costó mucho superar. El basket era mi vida y renunciar a él era, para mí, algo inconcebible.
El basket vio desaparecer de las pistas, con tan doloroso motivo, a uno de los más serios y caballerosos jugadores que han pisado una pista. A Enric Margall, de talante más bien tímido, comedido en extremo, no se le vio adoptar jamás un gesto desabrido, por fuerte que hubiese sido la falta del adversario o el error del árbitro. Se explica así el escaso número de faltas técnicas de que fue objeto en sus trece años de jugador de elite: Técnicas me señalaron muy pocas. Una de ellas, del todo injusta. El canario Cabrera me señalo una porque, en un balón perdido tontamente, solté un taco digamos impersonal que el árbitro creyó dirigido a él. Personales, en cambio, me señalaron muchas. Yo defendía con fuerza y tenía que habérmelas con gente más alta. A pesar de todo, defendía bien. Recuerdo que contra Puerto Rico, Teo Cruz, marcado por mí, sólo logró meter tres puntos, cuando era hombre de 20 puntos por partido.
Pero la dinastía de los Margall tiene ya asegurada una continuidad. Dos valores en ciernes así lo hacen esperar: Mi sobrino, el hijo de Narcís, que se llama también Enric, tiene 11 años y apunta muy buenas maneras. Por otra parte, Eva, mi hija mayor, juega el primer año en los Lluisos de Gracia. Los Margall, como ves, seguirán…
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 10/pdf.htm

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sheena_is_a_punk_rocker
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Re: Nuestros ases (4) Una serie de Manuel Espín. ENRIQUE MARGALL. PRIMERO DE LA DINASTIA.

por sheena_is_a_punk_rocker » 22 Dic 2020, 14:01

Los Margall, dinastía clave de nuestro baloncesto. Magnífico artículo

Amadeo
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Re: Nuestros ases (5) Una serie de Manuel Espín. LORENZO ALOCEN, EL “EPI” DE LOS SESENTA

por Amadeo » 29 Dic 2020, 09:25

Nuestros ases (5) Una serie de Manuel Espín.
LORENZO ALOCEN, EL “EPI” DE LOS SESENTA
Aragonés, como el alero del Barça se inició en el basket a los 20 años.
Su auto - canasta de Varese con el Madrid, una jugada maestra
La cantera aragonesa fue siempre sumamente pródiga en la producción de primerísimos valores del basket nacional. Los Jorge Guillén, Alfonso y José Luis Martínez, Sanjuán, Alocén, Descartin y los todavía en activo hermanos Epi, entre otros muchos, han cuidado de pregonar las excelencias de aquellos semilleros que fueron el Iberia y el Helios, los clubs más representativos del basket aragonés.
En el capítulo de los más destacados jugadores surgidos de aquella cantera ha de figurar, en lugar preeminente, Lorenzo Alocén, sesenta y nueve veces internacional, nacido en Zaragoza el 4 de noviembre de 1937. El haberse iniciado en este deporte a los 20 años, edad evidentemente tardía —en sus años juveniles había sido el ciclismo su deporte favorito— no le impidió destacar pronto como valor de primera fila. Su estatura —1 ‘98 m. —, y la facilidad con que asimiló la técnica de su para él nuevo deporte le abrirían el camino hacia el primer equipo del Helios, con el que participó en la primera edición de la Liga.
Helios - Madrid - Picadero
Dos años en las filas del Helios bastaron para convertirse en un jugador apto para los grandes fichajes: el Real Madrid fue su nuevo club, en 1.961. Pero sólo por dos años. El fallecimiento de su padre le aconsejó regresar a Zaragoza, junto a su madre. Dos años más en el Helios y en 1965 se vino a Barcelona, fichado por el Picadero, del que fue puntal por espacio de ocho años. En 1973 fichó por el Círculo Católico de Badalona. No tanto por su edad —37 años— como por la necesidad de prestar una total atención a sus quehaceres profesionales, Alocén optó por la retirada al término de su primera temporada en el «Círcol».
De su paso por esos cuatro clubs guarda Alocén un gratísimo recuerdo. El Helios lo fue todo para mí; mi identificación con el espíritu del club, realmente modélico, fue total y vistiendo sus colores alcancé la internacionalidad; el Madrid me marcó por su seriedad y su recta profesionalidad; en el Picadero he vivido los mejores años de mi vida deportiva y al club y a tantísimos de sus componentes, directivos, ex-jugadores y simpatizantes, me siento estrechamente unido por lazos de un sincero afecto. Del año que pasé en el «Circol» guardo, también, un gratísimo recuerdo; la misma sencillez del club y el trato de amistad con que se
me distinguió por parte de todos hicieron mi estancia sumamente grata. De los cuatro clubs por los que he pasado, resumiendo, guardo un inmejorable sabor y un gratísimo recuerdo.
Ocho años en la Selección
Como internacional, Alocén puede exhibir una ficha de considerable relieve. Pude haberlo sido ya en la Olimpíada de Roma-1960: para la que fui preseleccionado por el tándem Kucharski-Font, pero una lesión en un tobillo malogró tan anhelada oportunidad. Mi debut hubo de demorarse unos meses: hasta mayo de 1961, en un amistoso España-Bélgica jugado en Barcelona.
Desde entonces, Alocén fue un fijo para los sucesivos seleccionadores Fernando Font, Joaquín Hernández (e.p.d.), Pedro Ferrándiz y Díaz Miguel. El Eurobasket 1961, de Belgrado; el Torneo de Manila (1962) la Olimpiada de Méjico-1968 y el Europeo de Nápoles-1969 fueron los hitos más altos de su andadura internacional. La emoción de mi debut internacional la recuerdo como una de las notas más gratas de mi actuación deportiva; humanamente, me impresionó mucho el oficioso Campeonato del Mundo de Manila y Taipeh; y, deportivamente, fue, sin duda, en la Olimpíada de Méjico donde viví las más hondas emociones.
Su famosa auto-canasta
En toda charla con Lorenzo Alocén resulta poco menos que obligado un recuerdo a su famosa autocanasta en un Ignis-Real Madrid de Copa de Europa. Nunca se había visto una cosa igual, que un jugador hiciese perder a su equipo metiendo el balón en su propio aro. La idea fue de Ferrándiz, que había pre visto ya la eventualidad de un empate. Había que evitar la prórroga y, tal como se habla con venido ya antes del partido, me tocó a mí hacer como que me equivocaba de aro. El público, loco de contento al producirse mi llamémosle error. Pero luego, al darse cuenta de nuestro ardid, nos llamó de todo.
Del baloncesto a la informática
El salto que el futuro tenía reservado a Lorenzo Alocén ha sido tan considerable como insospechado. El antiguo internacional asume en la actualidad la gerencia de lntersoftware, S.A., una empresa que desarrolla una intensa actividad en el vasto campo de la electrónica. Emiliano, por cierto, colabora con nosotros como relaciones públicas en Madrid. En la actualidad estamos trabajando, en estrecha colaboración con la Universidad Politécnica de Barcelona, en la creación da una máquina lectora universal, por la que, en principio, están muy interesadas importantes firmas americanas del ramo. Es un importante proyecto en vías de realización que constituirá un muy serio avance en el campo de la informática.
El basket, con todo, sigue teniendo en Alocén un enfervorizado fan. Ahora, desde la grada. Y no pocas veces, admirando a su hijo Oscar, el mayor de sus cinco vástagos, que mide 1,97 y juega como base en el juniors del F.C. Barcelona.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 4/pdf.html

esivar
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Re: Nuestros ases (5) Una serie de Manuel Espín. LORENZO ALOCEN, EL “EPI” DE LOS SESENTA

por esivar » 29 Dic 2020, 16:15

Muchas gracias por subir estos artículos.

A propósito de lo que viene en el artículo sobre Lorenzo Alocén y la famosa autocanasta, leí en una revista Rebote de esa época que esa misma jugada ya se había hecho antes. Indicaban que la había hecho el San José de Barcelona unos años antes. No tengo ni idea de la veracidad de dicho comentario.

jjbarkley
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Re: Nuestros ases (5) Una serie de Manuel Espín. LORENZO ALOCEN, EL “EPI” DE LOS SESENTA

por jjbarkley » 30 Dic 2020, 10:27

Gran tipo Lorenzo y familia a los que conozco personalmente. Pero el artículo esta bastante desfasado ya. Lorenzo lleva ya jubilado varios años y su hijo Oscar creo que ahora lleva la escuela de baloncesto del pueblo donde vive.
La calidad humana de Lorenzo supera en mucho a su estatura. Un tío sencillo y amable con el que puedes pasarte horas hablando de basket con él. Y te cuenta anecdotas con una naturalidad increible y quitandose toda la importancia.

Amadeo
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Re: Nuestros ases (5) Una serie de Manuel Espín. LORENZO ALOCEN, EL “EPI” DE LOS SESENTA

por Amadeo » 30 Dic 2020, 19:30

jjbarkley escribió:Gran tipo Lorenzo y familia a los que conozco personalmente. Pero el artículo esta bastante desfasado ya. Lorenzo lleva ya jubilado varios años y su hijo Oscar creo que ahora lleva la escuela de baloncesto del pueblo donde vive.
La calidad humana de Lorenzo supera en mucho a su estatura. Un tío sencillo y amable con el que puedes pasarte horas hablando de basket con él. Y te cuenta anecdotas con una naturalidad increible y quitandose toda la importancia.
Es para recordar el pasado, es antiguo del año 83, dentro de una serie, hay otra serie la DINASTIAS DEL BASKET que esta en este mismo foro la publicación nº 6, sale también la suya, se trata de recordar el pasado del baloncesto. Yo lo recuerdo de la época del Cotonificio de Badalona

jjbarkley
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Re: Nuestros ases (5) Una serie de Manuel Espín. LORENZO ALOCEN, EL “EPI” DE LOS SESENTA

por jjbarkley » 31 Dic 2020, 09:42

Amadeo escribió:
jjbarkley escribió:Gran tipo Lorenzo y familia a los que conozco personalmente. Pero el artículo esta bastante desfasado ya. Lorenzo lleva ya jubilado varios años y su hijo Oscar creo que ahora lleva la escuela de baloncesto del pueblo donde vive.
La calidad humana de Lorenzo supera en mucho a su estatura. Un tío sencillo y amable con el que puedes pasarte horas hablando de basket con él. Y te cuenta anecdotas con una naturalidad increible y quitandose toda la importancia.
Es para recordar el pasado, es antiguo del año 83, dentro de una serie, hay otra serie la DINASTIAS DEL BASKET que esta en este mismo foro la publicación nº 6, sale también la suya, se trata de recordar el pasado del baloncesto. Yo lo recuerdo de la época del Cotonificio de Badalona
Ah. Ok, lo siento, no pretendía ser irrespetuoso. Os agradezco mucho el trabajo, para los que somos un poco frikis en este foro hay post muy interesantes como este. Pero como leo este post de tanto en cuanto había olvidado el sentido del mismo. Un saludo.

Amadeo
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Re: Nuestros ases (5) Una serie de Manuel Espín. LORENZO ALOCEN, EL “EPI” DE LOS SESENTA

por Amadeo » 02 Ene 2021, 19:46

jjbarkley escribió:
Amadeo escribió:
jjbarkley escribió:Gran tipo Lorenzo y familia a los que conozco personalmente. Pero el artículo esta bastante desfasado ya. Lorenzo lleva ya jubilado varios años y su hijo Oscar creo que ahora lleva la escuela de baloncesto del pueblo donde vive.
La calidad humana de Lorenzo supera en mucho a su estatura. Un tío sencillo y amable con el que puedes pasarte horas hablando de basket con él. Y te cuenta anecdotas con una naturalidad increible y quitandose toda la importancia.
Es para recordar el pasado, es antiguo del año 83, dentro de una serie, hay otra serie la DINASTIAS DEL BASKET que esta en este mismo foro la publicación nº 6, sale también la suya, se trata de recordar el pasado del baloncesto. Yo lo recuerdo de la época del Cotonificio de Badalona
Ah. Ok, lo siento, no pretendía ser irrespetuoso. Os agradezco mucho el trabajo, para los que somos un poco frikis en este foro hay post muy interesantes como este. Pero como leo este post de tanto en cuanto había olvidado el sentido del mismo. Un saludo.
No pasa nada aclarado el mal entendido, la publicación que te comente, te sale directo el enlace, es el Nº 6, aunque el titulo del enlace es del ultimo.
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31904539

Amadeo
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Re: Nuestros ases (6) Una serie de Manuel Espín. MIGUEL ANGEL ESTRADA, AQUEL HEROE DEL EUROBASKET-73

por Amadeo » 05 Ene 2021, 11:14

MIGUEL ANGEL ESTRADA, AQUEL HEROE DEL EUROBASKET-73
Un tapón a Belov y un par de canastas suyas catapultaron a España hacia la final
Iniciado en Estudiantes, alcanzó su plenitud en el Joventut antes de pasar por el Barcelona, Manresa, “Coto” y Canarias
Una de las canteras más fértiles del basket español la ha poseído, sin duda, el Estudiantes de Madrid. De allí surgieron con estricta periodicidad primerísimos valores (Miguel Ángel Estrada, entre otros), especialmente aptos para los grandes viajes.
Estudiantes, primera etapa.
Fue en el Estudiantes, en efecto, donde el mayor de los Estrada se ¿¿aló a la atención general como pívot nato, de inmensas posibilidades. Nacido en Madrid, el 16 de junio de 1950, Estrada se inició en este deporte a los 15 años. A esa edad yo medía 1,94 y fue sin duda por mi talla que algunos me aconsejaron que me dedicase al baloncesto. Para la temporada 1966-67 ¿¿né como juvenil por el Real Madrid, pero estuve sólo tres meses. El entrenador no se ocupaba de nosotros, los principiantes, y decidí ir a entrenar con el Vallehermoso y allí ya aprendí bastante. Participé después en la Operación de Altura en donde conocí a Fernando Bermúdez, en me aconsejó fichar por Estudiantes, como así lo hice. Fue paso crucial en mi carrera deportiva. Para empezar, ganamos, con mi hermano Gregorio y Gonzalo Sagi Vela en el equipo, el campeonato de España juvenil de 1968, en Lugo.
De Badalona a Manresa, pasando por el Palau.
Tres años en el Estudiantes, a las órdenes de Ignacio Pinedo, y en 71-72, al Joventut. Con este corto bagaje técnico, a mis 21 años, entré en el club de Badalona. , en el que me vi inmerso en un baloncesto más profesionalizado, más serio. Las cinco temporadas que pasé en el Juventud, al lado los Buscató, Alfonso Martínez, Enrique Margall y con Lluís como entrenador, las recuerdo como la época más feliz de mi carrera deportiva. Pero el magnífico ambiente de equipo y de club fue deteriorándose, por lo que, finalizado el contrato, opté por marcharme.
La ficha de Estrada, plenamente que cuajado como pívot de gran talla física (2,08) y técnica, tenía entonces una alta cotización. Madrid y Barcelona se interesaron de inmediato por su fichaje. Pero yo había echado raíces aquí y preferí fichar por el Barcelona, con el qué jugué dos temporadas. Otras dos en el Manresa y una en el Cotonificio, en donde me sentí muy a gusto por el sano clima de amistad y compañerismo que allí se respiraba. Una fugaz estancia en Canarias, conjugando baloncesto y trabajo, y puse punto final. Había llegado el momento de pensar seriamente en el futuro.
Su aportación al Eurobasket-73
Internacional en 78 ocasiones, Miguel Ángel fue protagonista destacado de importantes acontecimientos. Ninguno tan señalado, sin duda, como el Eurobasket-73, de Barcelona, del que Estrada fue actor destacado por su brillante aportación al triunfo de España sobre la Unión Soviética. Estrada, sin embargo: disiente de esta apreciación: “El mérito fue de todo el equipo; tuvo una memorable actuación. Dos tapones, uno sobre Belov, ya cuando el partido llegaba a su final, y un par de canastas mías, sirvieron, posiblemente, como revulsivo que empujó al equipo a una imparable reacción final. Pero, insisto, fue todo el equipo el que consiguió tan extraordinaria hazaña.
Una fama injustificada
Miguel Ángel Estrada se fue del «basket» con la fama a cuestas de jugador polémico. Una fama del todo injusta según trató de demostrarnos Estrada con una sólida y convincente argumentación: Si por decir las cosas por su nombre, como uno las siente, exponiéndolas con ponderación y lógica - lógica que siempre acabó siendo irrebatible— se le llama a uno polémico, admito que lo soy. Pero siempre he tenido la conciencia tranquila y nadie puede decir yo crease problemas con actitudes que no fuesen razonables. En cuantas ocasiones, llámeselas polémicas, se me plantearon, puedo afirmar que la resolución final acabaría demostrando que la razón estaba de mi parte.
Previsor
Estrada ha de figurar entre los que, más hormigas que cigarras, pensaron en el futuro. La línea seguida en mis últimos años de actuación deportiva estuvo condicionada por mi afán de prepararme para cuando el baloncesto se acabase. Por ello, no me resulto difícil dar ese paso, tan preocupante para muchos, que va del deporte activo, al desempeño de un trabajo profesional.
Damos fe de que en estos momentos, Miguel Ángel Estrada, en su calidad de consejero-delegado de la empresa Videofama, S.A., en creciente desarrollo, viene desplegando una actividad incansable y luciendo una energía no inferior a la que le veíamos emplear en las canchas, de juego en la lucha por los rebotes...
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 3/pdf.html

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Re: Nuestros ases (7) Una serie de Manuel Espín. LLUIS, EL CLAN DE LOS LEGENDARIOS

por Amadeo » 12 Ene 2021, 10:39

Nuestros ases (7) Una serie de Manuel Espín.
LLUIS, EL CLAN DE LOS LEGENDARIOS

Orillo Verde, Real Madrid y Joventut, su recorrido por la “elite”

Fue el primer jugador español en alcanzar los cien partidos Internacionales
En el no muy extenso capítulo de auténticos legendarios del basket español aparece inscrito el nombre de Josep Lluís Cortés con honores perfectamente equiparables a los que unánimemente les fueron reconocidos a sus coetáneos Emiliano y Buscató. Por estrictos méritos deportivos, tanto como por sus cualidades morales, las de un caballero ejemplar dentro y fuera de las pistas de juego, Lluís merece ser definido como una institución dentro del basket español.

Hacia el estrellato

Su carrera deportiva no pudo ser fulgurante. Se inició como infantil, a los 8 años, en el Círculo Católico de Badalona, la ciudad donde nació el 13 de diciembre de 1937. Pere Costa, el padre de Joaquim, el base internacional, fue el primer instructor que tuvo Lluís. En el «Círcol» permaneció hasta los 17 años, a cuya edad, y con vistas a la temporada 1956-57; ingresó en el Orillo Verde, de Sabadell, del que era entrenador Fernando Font. Su salto a la primera línea del basket, español no pudo ser más afortunado: Jacinto Ardevínez me llevó al equipo nacional y mi debut fue contra Portugal, en Madrid, el 10 de marzo de 1957. Se daba así la curiosa circunstancia de que siendo todavía júnior debutaba en la selección sénior. Aquél mismo año fue concedido el Premio COl, como jugador más destacado de la Primera División de Liga. En el Orillo Verde pasé dos temporadas para mí inolvidables. Reinaba un ambiente maravilloso, tanto en el equipo como entre los seguidores.

Tres años en el Madrid

En esos dos años, Lluís se había convertido en una ficha apetecida por los grandes de la época. El Madrid, de Raimundo Saporta se hizo de inmediato con ella. Era la temporada 1958-59: Raimundo Saporta me habló de ir al Madrid y Jacinto Ardevínez vino a formalizar mi fichaje. En el Madrid encontré a los Brindle, Díaz Miguel. Trujillano. Herreras y «Nené» González, el actual doctor González Adrio. Fiché por un año pero Saporta me convenció para que renovase otros dos. Yo deseaba volver a Badalona, en donde tenía a mi familia y también, a mi novia. Demorar el regreso no fue cosa de la que me haya arrepentido jamás, ya que en esos tres años viví con el Madrid acontecimientos inolvidables. En mi tercer año llegamos a la final de la Copa de Europa, disputada en Ginebra, contra el Dynamo de Tbilisi. Que nos ganó por 83-90.

Joventut, la meta

En 1962 ingresó en el Joventut, cumpliéndose así el sueño de sus ya lejanos tiempos de adolescentes, ilusionado, como todo chaval badalonés, de jugar algún día en la «Penya». Nueve años como jugador y siete como entrenador llenan la dilatada ejecutoria de Lluís como verdinegro. El papel del equipo, tanto en competiciones nacionales como europeas, creo que fue notable si tenemos en cuenta que nosotros jugábamos sin extranjeros. Así, resultaba difícil superar al Real Madrid que contaba con ellos y con lo mejorcito del basket español. Así y todo, en mi primer año de entrenador, 1969-70, llegamos a la última jornada de Liga ex-aequo con el Madrid. Pero en el último partido del cuadro madridista, en la pista del Picadero, un escandaloso arbitraje hizo ganar al Madrid, que, superándonos en el «average», se hizo con el título.
La aportación de Lluís al básquet pasó en 1971-72 por el sector femenino, del que fue seleccionador nacional, de cuyo cargo dimitió al ser nombrado presidente de la FEB Enrique Menor. Tras el cese de éste, Raimundo Saporta, recobrada su condición de hombre fuerte, le confió a Lluís el cargo de ayudante del seleccionador Díaz Miguel, que viene asumiendo desde hace once años.

Nueve años en selección

Desde marzo de 1957 al 16 de noviembre de 1966, Lluís fue un fijo para todos los seleccionadores que se sucedieron en el cargo en todo ese largo período. Eso hizo posible que Lluís fuese el primer jugador español que alcanzaba los cien partidos internacionales. Olímpico en Roma 1960 ; seleccionado para cuatro campeonatos de Europa: Estambul 1959, Belgrado 1961,Wroclaw 1963, Tiflis 1965; dos Juegos Mediterráneos; Beirut 1959 y Nápoles 1963; y para el Mundial de Chile 1966, son los hitos más relevantes de la brillante ejecutoria internacional de Josep Lluís.

Gratitud

Para. Lluís, el basket ha sido como la mejor escuela a la que puede asistir un joven ávido de obtener una formación para el futuro. El deporte ha sido eso para mí: una escuela diaria con la ventaja de hallar en ella unos grandes profesores de los que aprender muchas y muy valiosas lecciones. En este punto, he de expresar un tributo de profunda gratitud a dos personas que han ejercido una decisiva influencia en mi formación deportiva y espiritual: Raimundo Saporta y Dani Fernández. Uno y otro supieron darme el consejo certero en aquellos momentos en que, por mi juventud, se hacía más necesario
http://hemeroteca.mundodeportivo/1983/1 ... 2/pdf.html

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Re: Nuestros ases (8) Una serie de Manuel Espín. ALFONSO MARTINEZ, EL EX ABUELO DE LA LIGA

por Amadeo » 19 Ene 2021, 10:56

ALFONSO MARTINEZ, EL EX ABUELO DE LA LIGA

A LOS 40 AÑOS TODAVÍA JUGABA EN EL BREOGAN, DESPUÉS DE PASAR POR INFINIDAD DE EQUIPOS.

INTERNACIONAL EN 146 OCASIONES, NO RECIBIÓ NINGUNA CLASE DE AYUDA OFICIAL TRAS SU RETIRADA.
Todo un caso de longevidad deportiva el de Alfonso Martínez, aragonés de nacimiento -Zaragoza. 24 de enero de 193.7— y catalán de adopción. A los 7 años se vino a Barcelona con su familia y aquí se formó como jugador. Pocos jugadores, tal vez ninguno otro, podría exhibir un tan extenso curriculum como el suyo, que se abrió en la edad escolar, en !os patios del Colegio La Salle Bonanova. A los 13 años suscribía su primera ficha federativa, como juvenil en el español. Fernando Font se lo llevó un año después al juvenil del Barcelona, en cuyo primer equipo se alineaba su hermano José Luis. A partir de aquí, Alfonso cambiaría con bastante frecuencia de club, siempre en compañía de su hermano José Luis. Del Barça al Aismalibar de Eduardo Kucharski, un año después era el Madrid de Raimundo Saporta el que se atraía a la pareja fraterna. Con el Madrid jugó la primera edición dela Liga (año 1956-57). La tercera la jugaría ya Alfonso vistiendo los colores del Barça; con bastante fortuna, ya que aquel año el equipo «blaugrana» ganó Liga y Copa. Del Barça, en 1960, al Joventut, atraídos ambos hermanos por la persuasiva palabra de Dani Fernández. Dos años en Penya y al Picadero de Joaquín Rodríguez, esta vez en solitario, sin José Luis cómo pareja. Dos años en el Picadero y de nuevo al Joventut éste su fichaje más largo; cuatro temporadas. El Mataró fue el club siguiente, en donde estuvo dos temporadas y media. No pudo completar la tercera por unas circunstancias que el propio Alfonso define como los hechos más desagradables de su carrera deportiva: «Fue en un partido contra el YMCA. Yo tenía aquel día una fuerte afección bronquial y pese a ello me rogaron que saliese a jugar, aunque no fuese más que para dar moral al equipo desde el banquillo. Faltando cuatro minutos para el final, acepté salir a la pista, aún a sabiendas de que yo no estaba, en condiciones. El partido se perdió por un punto y el directivo Cabot me culpó a mí de la derrota. Al día siguiente recibí una carta con la baja. Siempre he creído qué todo ello no fue sino un pretexto para no liquidarme el medio millón que me debía el Mataró y que todavía no he cobrado.»’

Todavía le quedaba a Alfonso un fichaje, el último: a sus 39 años, el abuelo de la Liga, ingresó en el Breogan de Lugo: «El trato cordialísimo que me dispensaron allí la afición, los directivos y mis compañeros de equipo, me quitaron pronto el amargo sabor de boca que meses antes, me había dejado la fea conducta del club mataronés.»

De un brillante ayer a un oscuro presente.

Alfonso reaparecía más tarde como entrenador. Primero en Valladolid: más tarde, en Manresa. Fueron sus últimos contactos con el «basket» activo.

Los últimos años han significado para Alfonso un largo rosario de adversidades. He llegado a tener la triste impresión de que con tantos años de baloncesto he perdido lamentablemente el tiempo. Más me hubiera valido, sin duda, seguir los estudios, que dejé con el bachillerato, o aprender un oficio, ni que fuese de fontanero.»

Siempre tuvimos la impresión de que, con tantos fichajes, Alfonso debió tener sus buenos ingresos, con los que bien pudo haber hecho una provisión para el día de mañana. Pero no, Alfonso nos hace ver que tal impresión estaba infundada. «Los fichajes de entonces no eran como los de ahora. Ganó dinero, sí, pero sólo para vivir con un cierto desahogo, no para formar una reserva para- el futuro.»

Ingratitud

Alfonso tiene motivos sobrados para creerse víctima de ingratitudes. Una de las primeras, no haber podido alcanzar las 150 internacionales —se quedó en 146— y obtener la placa de brillantes de la AEBI, con las ventajas, no sólo honoríficas, que tal distinción lleva consigo. Otros motivos, el vacío que encontró cuando, retirado y sin trabajo. «me dirigí a altas personalidades, como Segura de Luna. Anselmo López y Raimundo Saporta, en demanda de ayuda, sin obtener otra cosa que una respuesta muy amable, con muy buenas palabras. Nada más que buenas palabras».

Por fortuna para Alfonso, ocurre muchas veces que no hace falta llegar tan arriba en busca de recomendaciones. Así, pudo encontrar un puesto de trabajo en el INEF, de Lérida: «Mi problema está en que mi madre, de edad ya muy avanzada, ha de estar sola en nuestro piso de Barcelona, mientras yo he de vivir en Lleida alojado en un modesto hotel. En el INEF me encuentro a gusto, muy bien tratado por mis superiores y por mis compañeros, pero la soledad en que se encuentra mi madre me impide sentirme feliz del todo.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 1/pdf.html

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Re: Nuestros ases (9) Una serie de Manuel Espín. JOAN MARTINEZ UN PRODUCTO “MADE IN SERRA”

por Amadeo » 26 Ene 2021, 09:25

Nuestros ases. (9) Una serie de Manuel ESPIN
JOAN MARTINEZ UN PRODUCTO “MADE IN SERRA”
El actual entrenador del Barça le tuvo a sus órdenes durante ¡ 23 años!
Entro el Mataró - de donde salió * y el Manresa jugó 16 Ligas, llegando a ser internacional en 14 ocasiones
A finales de la década de los años veinte, el Colegio Santa Ana, de Mataró, se convirtió en una fértil cantera de jugadores de la que se beneficiarían, al correr de los tiempos, no pocos clubs catalanes, en especial los mataroneses lluro y Sportiva.
La fertilidad de aquel semillero se explicaba por el simple hecho de haber pasado por aquel centro escolar el padre Millán, introductor del basket en España, quien, como ya había hecho antes en las Escuelas Pías de las rondas barcelonesas, se apresuré a dar a conocer a los alumnos el basket, un deporte que le había cautivado en América.
Objetivo: C. B. Mataró
Joan Martínez, nacido en Mataró el 15 de noviembre de 1 945, fue uno de tantos productos de aquel semillero de la capital del Maresme. Sus primeros contactos con el basket tuvieron como escenario los partidos del colegio Santa Ana: El gran número de alumnos que habíamos hecho del basket el objeto de nuestras preferencias hizo que se formasen varios equipos. El mío era el Sant Josep de Calasanz, del que, por cierto, se encargaba el que, años más tarde, se convertiría en ilustre y llorado patricio mataronés, don Josep Mora.
Martínez daría en 1955 el salto de escolar a infantil. Y, como no podía ser de otro modo, sería el C. D. Mataró su equipo de destino: Para todo escolar de Santa Ana, ingresar en el Mataró suponía entonces su ilusión suprema, yo estuve en él dos años como infantil, de cuya categoría quedamos campeones de Catalunya, y otros dos como juvenil, el primero como campeones de Catalunya y el segundo como campeones de España. Al año siguiente ya daba el salto a la Liga nacional, recién cumplidos los 16 años. Corría entonces la temporada 1961-62. Un dato que es de justicia destacar: desde que debuté en los infantiles, hasta que jugué siete años en el primer equipo y nueve más en el Manresa, siempre tuve como entrenador a Antoni Serra.
Manresa, la meta
El historial de Joan Martínez como jugador de a primerísima línea nacional tiene esta sencilla síntesis: siete temporadas en el C. B. Mataró y nueve en el C. D. Manresa. Dieciséis Ligas en total, con un tercer puesto con el cuadro mataronés, y a rueda siempre de los grandes de la época (Madrid, Picadero, Joventut, Barcelona), mientras vistió los colores del Manresa. «En Mataró habíamos llegado a convertirnos en un equipo imbatible. Allí sucumbieron los más fuertes equipos de aquellos siete años; en Manresa perdimos muy pocos partidos. Allí dimos mucha guerra, haciendo de nuestro equipo un conjunto temido por los más fuertes. Pocas veces se habrá formado una piña tan compacta entre jugadores, directivos, socios y seguidores. Esa fue, sin duda, la razón del poderío que el Manresa ejerció durante aquellos años.
Con el Manresa jugó su última temporada en 1978-79. La anterior, había registrado la baja de Antoni Serra, entrenador, y de José Salido, presidente. Se cerraba así la mejor y más brillante etapa del club manresano.
Ámsterdam, su mejor recuerdo
Joan Martínez fue internacional sénior en 14 ocasiones, después de haberlo sido como júnior nueve veces; tres en 1963 en el preeuropeo de San Sebastián y seis en el I Campeonato júnior de Europa, en Nápoles, en 1964. Como senior, Joan Martínez tuvo que ganarse el puesto junto a candidatos tan calificados como Martínez Arroyo y Vicente Ramos, con los que compartiría el puesto de base, de 1969 a mayo de 1972. De su etapa como internacional guarda Joan Martínez muy gratos recuerdos: Del preolímpico de Ámsterdam, sobre todo, por el gran ambiente que se respiró en el equipo y por lo bien que se jugó. Sólo a la fatalidad se debió que la clasificación olímpica hubiese de buscarla el equipo español poco después en Augsburg.
Previsor…
Valor consolidado como de primera fila en el concierto nacional, Martínez fue en su larga etapa de plenitud una ficha de alta cotización, pese a lo cual siguió fiel al Manresa. Tuve ofertas, es cierto, y muy buenas, del Joventut, del Barcelona y del Kas. Pero lo medité muy bien y opté por no moverme del Manresa, haciendo posible, de este modo, compaginar deporte y cuidado del negocio que tenía montado en Mataró, cosa que no hubiese sido posible en un club donde lógicamente se me iba a exigir dedicación plena.
Aunque alejado de toda actividad, Joan Martínez no descarta la, posibilidad de volver.., como entrenador. Dedicado, eso sí, sólo al basket-base: Por el momento, dispongo de título de entrenador de Segunda División y aceptaría encantado poder compaginar el tiempo libre de mi negocio con el de entrenador de infantiles, valiéndome de mis experiencias en el colegio Santa Ana. Hay en este ámbito una gran labor a realizar.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 4/pdf.html
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Re: Nuestros ases (10) Una serie de Manuel Espín. FERNANDO MUSCAT UNO DE “LOS DE GINEBRA”

por Amadeo » 02 Feb 2021, 08:32

Nuestros ases. (10) Una serie de Manuel ESPIN
FERNANDO MUSCAT UNO DE “LOS DE GINEBRA”
Protagonista de la primera gran gesta del basket español: subcampeón de Europa 1935
Sólo vistió unos colores en su vida: los del C.D. Laietá
Aunque aragonés de origen, nacido en Tobed, provincia de Zaragoza, el 13 de agosto de 1911, Fernando Muscat, uno de “los de Ginebra”, puede ser definido como un genuino producto del basket catalán.
Fernando Muscat se instaló en Barcelona, con su familia, a la edad de 10 años. En la Academia Montes, de nuestra ciudad, en donde cursaba estudios primarios, conoció a Josep Guix, el mismo que, años más tarde, sería figura preeminente del basket catalán. Guix le propuso ingresar como socio en el C.D. Laietá, un club polideportivo en donde podía practicarse el tenis y el basket.
De infantil a senior
Cumplidos los 12 años, Fernando Muscat pasaba a engrosar la lista de socios del Laietá, primer club de basket creado en España: La proposición de Guix la acepté de muy buen grado, sobre todo por la posibilidad que con ella se me brindaba de practicar el tenis. Así que el primer día me presenté con mi raqueta y mis zapatillas, pero en cuanto presencié el partido de entrenamiento que jugaban Guix y sus demás compañeros me decidí por cambiar de deporte. El basket fue desde aquel día mi deporte predilecto. Ocurría esto en el año 1923. Entonces los equipos se formaban con 7 jugadores y formé en el que, dentro de la categoría juvenil, integraban Guix, Pla, Romeva, Garreta, Mañes y Cardó. Ese mismo equipo fue manteniéndose, hasta el comienzo de la guerra civil, en 1936. Que recuerde ahora, hubo en todos esos años muy pocas variaciones. Se incorporó Alarcón y se marchó Cardó al Barcelona. Pero todos los demás permanecimos fieles al club, puede decirse que hasta hoy, que seguimos rindiendo culto a aquella vieja amistad. Terminada la guerra, yo volví a jugar, a ruegos del presidente y llorado amigo Ricardo Pardiñas, con el que quise colaborar de este modo a la recuperación de un equipo, prácticamente desaparecido con la guerra. Luego, irían viniendo los Kucharski, Navarrete, Areny, Esteva, Galve, gracias a los cuales podría el Layetano —entonces había que llamarlo así— ocupar de nuevo la primera fila del basket nacional.
La rivalidad
Laietà-Patrie
El ascenso al primer equipo layetanense de Fernando Muscat y sus inseparables coequipiers tuvo efecto en 1929. De inmediato viose el Laietà convertido en uno de los equipos más fuertes de la primera categoría catalana —el Campeonato de España no llegaría hasta 1933— y su directa rivalidad con sus convecinos del Patrie —ambos clubs tenían sus pistas de juego en la misma manzana, en el enclave Provenza-Viladomat-Borrell— podría equipararse, salvando las lógicas distancias a la de los Barcelona-Joventut de hoy. En esos dos clubs —Layetano y Patrie— se reunían no pocas de las grandes estrellas de la época. Maunier, Arnaud, Viterbo, Canal, Mitchell, Solduga, Gelabert, son nombres inolvidables para los aficionados de la época. En las selecciones regionales de aquellos años —contra Ambrosiara, de Milán, en 1929, y frente al Foyer Alsacien de Mulhouse, en 1930— Fernando Muscat fue titular indiscutible como “centro”, en cuyo puesto jugaban los hombres más fuertes y fornidos. Yo no medía más que 1,75 m y era de los más altos de entonces. Los “pivots” actuales estaban por inventar todavía...
La personalidad de Fernando Muscat —adornada por unas cualidades morales que hicieron de él ejemplo de señorío deportivo— seguiría con solidándose en los años siguientes. En 1935, llegada la hora de formar la primera selección nacional con vistas al primer Campeonato de Europa, Mariano Manent, seleccionador nacional, convocó a Muscat, junto a Carbonell y Maunier, de Barcelona, y a los Alonso, Pedro y Emilio, Ruano, Martin, Arnaiz y Ortega, de Madrid: De Ginebra regresamos con el subcampeonato; España fue en aquel campeonato la gran revelación. Vencimos a Bélgica y Checoslovaquia y perdimos en la final, contra Letonia, por 18-24. Todo un éxito si se tiene en cuenta que eran aquellos los primeros partidos que jugaba la selección española, poco menos que improvisada, sin prepa ración previa alguna.
De entonces a hoy
La comparación de aquellos tiempos con los de ahora resultaba tema insoslayable. En nuestros tiempos estábamos muy lejos de sospechar lo que el basket iba a ser medio siglo más tarde. Entre aquel nuestro basket y éste superprofesionalizado de hoy, en el que un jugador puede hacerse millonario, media todo un abismo. Aunque es innegable que el nivel del juego de nuestros tiempos hubiese podido ser mejor de haber podido gozar nosotros de las condiciones en que se desenvuelven ¡os equipos de hoy; sobre pistas de tierra, al aire libre, teniendo que entrenar de seis a ocho de la mañana y no todos los días, con balones de cuero que se deformaban pronto, sin entrenadores calificados y con un reglamento primario, la verdad es que no podía hacerse gran cosa más de lo que hacíamos. Era, el nuestro, un basket recién nacido. El de ahora ha alcanzado una total madurez.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 5/pdf.html

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Re: Nuestros ases (11) Una serie de Manuel Espín. JORGE GUILLEN: DE LAS PISTAS AL QUIROFANO.

por Amadeo » 09 Feb 2021, 08:51

Nuestros ases. (11) Una serie de Manuel ESPIN
JORGE GUILLEN: DE LAS PISTAS AL QUIROFANO.
Actual médico de Ia selección de fútbol y del Joventut, se consagró en Ia Olimpiada de Roma-1960
Nacido en Jerez de la Frontera el 13 de enero de 1937, Jorge Guillén, el hoy prestigioso traumatólogo, pasó a residir con su familia en Zaragoza al cumplir los cuatro años. En la capital aragonesa permanecería hasta 1960, en cuyo año se vino a Catalunya para enrolarse en las tilas del Aismalibar de Eduardo Kucharski. Los veinte años vividos en Zaragoza habían hecho de él un jugador con vocación internacional. Sus primeros contactos con el baloncesto, según nos cuenta, tuvieron lugar en el Colegio La Salle de Zaragoza, donde no tardó en destacar, aunque no fuese más que por su estatura, algo superior a la media habitual.
Iberia, el despegue
Su carrera como jugador empezaría, en realidad, al cumplir los quince años: Ángel Anadón, gran pionero del baloncesto aragonés, me llevó al Iberia, en cuyo primer equipo debuté ya como senior. Allí estuve hasta los veintitrés años, y en todo ese tiempo coincidí en el equipo con jugadores tan sobre salientes como Carmelo Martínez, el actual padre Moreno, Sánchez Martín, Emilio Martínez, entre otros muchos, además de los americanos Tysson, Mullins, Pawels y Stone, procedentes todos ellos de la base americana. De todos ellos aprendimos mucho.
Eduardo Kucharski, bien informado de los nuevos valores que iban surgiendo por toda la geografía española, puso bien pronto sus ojos en Jorge Guillén, cuya estatura de 1,93 le hacía aparecer como un interesante fichaje para cualquiera de los clubs grandes del momento. A Kucharski por otra parte, el concurso de Jorge Guillén había de interesarle por dos razones de peso: para la selección nacional que tenía que formar con vistas al Preolímpico de Bolonia, y, ¿por qué no?, para su propio equipo, el Aismalibar: Kucharski me convocó, primeramente, para acudir con un combinado nacional a unos torneos de Antibes y Marsella, en los que logramos vencer. Luego vino el Preolímpico de Bolonia, en donde logramos clasificarnos para la Olimpíada de Roma, en 1960. A estos dos torneos acudí ya como jugador del Aismalibar. En el club de Montcada permanecí dos años, justo hasta terminar la carrera de Medicina. En el Aismalibar pude compaginar estudios y deporte. Los entrenamientos no eran entonces como los de ahora, que hay que atender en dobles sesiones de mañana y tarde.
Bilbao, Barcelona y el adiós
Con los estudios terminados, otro club de la primera línea iba a hacerse con los servicios del olímpico Jorge Guillén: En la temporada 1963-64 ingresé en el Águilas, de Bilbao. Ocurrió que hubo una convocatoria de concurso-oposición para internos en el Hospital de Basurto, que gané. Una vez en Bilbao, contacté con Paco Díez y fui de inmediato jugador del Águilas. Así, durante dos años, e! tiempo que precisé para obtener el título de especialista.
Por lo que nos estuvo contando, el ya doctor Jorge Guillén se apuntaba a todos los concursos-oposición que se iban convocando: Uno de ellos fue para una plaza de médico interno del Hospital del Sagrado Corazón, de Barcelona, que también gané. Y una vez aquí; de la mano de Jesús Moral, entré en el equipo dela Caja de Ahorros, en donde me encontré con José Luis Martínez, Batista, Guardia y mi colega González Adrio. El equipo estaba en Tercera y lo subimos a Segunda. Y en estos dos años que jugué en la Caja de Ahorros metí mis últimas canastas oficiales. Absorbido por el trabajo que ya pesaba sobre mí; tuve que colgar las zapatillas.
De las pistas al quirófano
Pero el básquet seguiría siendo su deporte, aunque desde otro ángulo. En 1967 ingresé como médico en el Joventut. Me lo pidió Dani Fernández después de haber atendido a Buscató y Alfonso de unas lesiones de cierta importancia. Un año después inicié mi actividad como médico del equipo nacional en Monterrey y en la Olimpiada de Méjico de 1968. Cuando finalicé el compromiso con la Federación Española de Baloncesto, hace de ello cinco años, ingresé como médico en la Federación Española de Fútbol, aceptando así una proposición que me había hecho el propio Pablo Porta. Mi actividad en deporte ha sido por demás intensa: fui médico de la Federación Española de Hockey sobre Hierba y lo soy del Comité Olímpico Español, con asistencia a las Olimpíadas de Méjico, Múnich, Montreal y Moscú.
Treinta años de incesante contacto con el deporte, primero como jugador en activo y después como médico, han de haber dejado en el doctor Guillén un poso de experiencias y recuerdos: He tenido la fortuna de que todos los recuerdos sean especialmente gratos. En el deporte no he hallado más que satisfacciones y, puesto a escoger la más profunda de ellas, me inclinaría, sin duda, por la que sentí al fichar por el Aismalibar. Entonces yo no soñaba en otra cosa que en jugar en Catalunya, donde tanto podía aprender de los Oller, Bonareu, Masaguer, Brunet, Alfonso, y en donde, al mismo tiempo, podía tener por adversarios a las grandes figuras de Madrid, Borrás y Galindez entre ellas. Venir a Barcelona era un sueño ampliamente realizado: en Barcelona sigo y aquí han nacido mis hijos María Rosa, Gorka y Diego. Mi integración, como puede verse, es total…
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 9/pdf.html

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Re: Nuestros ases (12) Una serie de Manuel Espín. JOSEP MARIA SOLER, UN TORBELLINO SOBRE LA PISTA.

por Amadeo » 16 Feb 2021, 09:48

Nuestros ases. (12) Una serie de Manuel ESPIN
JOSEP MARIA SOLER, UN TORBELLINO SOBRE LA PISTA.
Sus poderes: 9 veces internacional, 27 años en activo, 15 Ligas jugadas y una Copa ganada Sus colores: Mataró, Picadero, Barcelona, Breogan y Esportiva
Veintisiete años en activo; 15 Ligas nacionales jugadas; 1 título de campeón de Copa; 9 veces internacional sénior: he aquí la hoja de servicios en favor del basket de Josep María Soler, uno de los muchos y valiosos jugadores surgidos del Colegio Santa Ana, el fecundo semillero mataronés en el que tantos y tan relevantes valores fueron naciendo desde la lejana época en que el Padre Millán, introductor de este deporte en España, impartiera las primeras lecciones de basket entre el alumnado.
Mataró, punto de partida
Nacido el 16 de noviembre de 1943 en Mataró, su ingreso a los 13 años en el Colegio Santa Ana fue el primer paso para la próxima eclosión de un nuevo jugador de baloncesto. Soler fue incluido en los infantiles del colegio, con los que fue campeón de Catalunya infantil dos años consecutivos. Los equipos del Santa venían a ser los infantiles del Mataró. De ellos pasé, a los 15 años, al juvenil de dicho club, en donde me encontré con Joan Martínez, el que sería, años más tarde, titular del Manresa y destacado internacional. El segundo año de juvenil del Mataró nos entrenó Antonio Serra, que seguiría siendo mi entrenador en el primer equipo, al que me ascendió dos años después, al cumplir yo los 17 y en el que estuve cinco años, hasta mi fichaje por el Picadero, en 1966.
Picadero, primer fichaje
El pase de Soler al Picadero fue uno de los pocos fichajes sonados de aquel tiempo. El presidente del falso club hípico, Joaquín Rodríguez (q.e.p.d.) se propuso hacer un equipo grande y en cierto modo lo consiguió, con fichajes como el de Soler, sumado a los que había realizado anteriormente, con Jesús Codina, Lorenzo Alocén, Soro y los de “casa” Albanell y Calvet, con Esteve como entrenador. Con el Picadero logramos buenas clasificaciones, aunque sin llegar más arriba del segundo puesto, ya que el primero lo tenía el Madrid poco menos que en exclusiva. En la Copa, eso sí, logramos el título, venciendo en la final de Gijón, al Joventut, por 58-55

Palau, ilusión cumplida
El próximo salto lo daría Josep María Soler a escasa distancia: el Palau Blaugrana le abrió las puertas de par en par en 1971. A mis 28 años era mi suprema oportunidad de ver realizada la ilusión de todo jugador catalán: llegar a titular del Barcelona. El Barcelona se propuso formar un equipo fuerte, capaz de destronar al Madrid, y aquel mismo año entró, conmigo, Thomas, con Carmichael, Aspiazu, Lluís Costa, Sada, Camps. Nos entrenaba Javier Añúa y, a l año siguiente, Will Ernst. Después del tercer año, entró Ranko Zeravica, que quiso hacer un equipo joven. Por supuesto, yo, a mis treinta años, no tenía sitio en aquel equipo
“Roda el món...”
Pero Josep María Soler no se resignó a colgar las zapatillas. Su desmedida afición, su cuidada, perfecta, condición física le pedían, a gritos, seguir en activo: Del Breogan me hicieron una oferta en un intento de subir el equipo a primera y acepté, y ellos, a su vez; aceptaron la condición de incorporar me al equipo solamente los fines de semana, a base, claro, de idas y venidas en avión. El equipo subió, de forma que mi concurso no dejó de ser positivo. Un año, el siguiente, en el Manresa; otro en el Mataró, con el que subimos de segunda a primera, y, a continuación, ya en 1977, de nuevo al Manresa. A mis 35 años, iba a ser éste mi último fichaje. Pero no. Después de pasar un año en blanco, los amigos de la Esportiva, de Mataró, me pidieron que continuase con ellos como jugador-entrenador. Razones de simple amistad me obligaron a aceptar y allí pasé dos años más, los últimos, ahora sí; de mi carrera deportiva. Ahora entreno al infantil del Mataró. Y en Barcelona, a dos equipos escolares femeninos. Puede decirse, pues, que el basket no lo he dejado del todo. Eso, sin contar los partidos que jugamos los antiguos jugadores del Barça, en un campeonato social en el que nos reencontramos los Buscató, Sanjuán, Albanell, Flores, Lluís Costa y tantísimos otros
Internacional
Josep María Soler fue llamado por Díaz Miguel para el pre-europeo de Mónaco, en 1966 y, cuatro años más tarde, en 1970 para el Torneo Internacional de Madrid. Fueron las dos fases de plenitud en el juego de Josep María Soler. El puesto de base contaba a la sazón con muy calificados aspirantes: José Ramón Ramos, Lluís Buscató, Vicente Ramos, Martínez Arroyo, Joan Martínez. El acceso a la Selección resultaba sumamente difícil.
Josep María Soler se autodefine como un jugador todo entrega y rapidez. Los aficionados de los que fue ídolo —los de Matará, Picadero y Barça—, sin embargo, han de recordarlo como un auténtico torbellino sobre la pista, de juego trepidante, vital, dotado de un imbatible espíritu de lucha. Ese es, en efecto, el recuerdo que todos guardamos del bullicioso jugador mataronés.

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