DINASTIAS DEL BASKET (20) / Una serie de Manuel Espín
LOS SAGI-VELA, UBERRIMA COSECHA DE “ESTUDIANTES”
Pocos son los clubs españoles, si es que hay alguno, que puedan enorgullecerse, con tan sobradas razones como puede hacerlo el popular y ejemplar Estudiantes, de haber hecho una tan nutrida y brillante aportación de figuras a la selección nacional. La relación de internacionales surgidos del club nacido en el seno del Ramiro madrileño sería sumamente extensa y en ella habrían de merecer el subrayado de sobresaliente los hermanos Sagi-Vela.
Es de justicia, empero, señalar una circunstancia que tuvo su bue na influencia en la eclosión de relevantes figuras en el club estudiantil: muchas de ellas —los Sagi-Vela incluidos— habían llegado al Ramiro tras haber dado los primeros pasos baloncestísticos en el Colegio La Salle, de Maravillas. José Luis, el iniciador de la dinastía, fue en ese colegio, en efecto, dónde pisó por primera vez una cancha de baloncesto. Tenía entonces 13 años —nací en Madrid el 4 de octubre de 1944— y tuve como primer entrenador a Pedro Ferrándiz, que por aquel entonces entrenaba al Hesperia. Alcanzada la edad de juveniles ingresé en el Canoe y fuimos campeones de España.
Tras esta etapa inicial, tan rica en premoniciones, el mayor de los Sagi Vela, ingresó en el Estudiantes, alcanzada que hubo, en 1963, la categoría senior. Llegar y besar el santo. Aquel mismo año ganamos la final de Copa en San Sebastián, frente al Real Madrid, por 94-90. En el Estudiantes estuve siete años. En 1970 fiché por el Kas y cuatro años más tarde, al disolverse el equipo bilbaíno, volví al Estudiantes, en donde jugaba mi hermano Gonzalo. Tres años en el Estudiantes y en 1977 decidí retirarme. A mis 33 años creí que era lo mejor que podía hacer: mis quehaceres profesionales así me lo aconsejaban.
José Luis cerraba con su decisión un largo capítulo de veinte años de actividad, ocho de ellos como integrante de la selección nacional, en defensa de cuyos colores jugó ochenta y ocho encuentros: Juegos Mediterráneos (Túnez, 1967), cuatro Campeonatos de Europa (Helsinki, 1967; Nápoles, 1969; Essen, 1971; Barcelona, 1973), Campeonato Mundial-Puerto Rico, 1974, y los JJ.OO., de México, 1968. Guardo de todos esos acontecimientos un recuerdo imborrable, de modo especial del Eurobasket de Barcelona, en donde el triunfo sobre la URSS nos valió la medalla de plata.
José Luís vivió también, cómo no, momentos de amargo recuerdo. Ninguno, sin embargo, lo fue tanto como la agresión que sufrí al finalizar el partido contra Filipinas, en la Olimpiada de México. Les habíamos ganado por 108-79 y siete jugadores contrarios me hicieron objeto de una tumultuaria y cobarde agresión.
Retirado José Luis, Gonzalo, recogió el testigo en una carrera no menos esmaltada de brillantes logros, tanto a nivel de clubs como de selección nacional, a la accedió en 79 ocasiones, entre 1971 y 1977. Gonzalo, nacido en febrero de 1950, también en Madrid, dio, como José Luis, sus primeros pasos baloncestísticos en el colegio Maravillas, en donde permaneció hasta alcanzar la edad de juveniles, a partir de la cual ingresó en Estudiantes, cuyos colores defendería sin interrupción por espacio de 15 temporadas, hasta 1979. Con Estudiantes —recuerda—jugué mi primera Liga en la temporada 1966-67, todavía en categoría júnior. Al cabo de tantos años, en los que dicho sea de paso, me sentí siempre a las mil maravillas, rodeado de entrañables amigos, me tentó la aventura de aceptarla proposición de fichar por el Juventud de Badalona. En la Penya pasé cinco años inolvidables, plenamente integrado en esa maravillosa familia que constituye el ejemplar club verdinegro.
A los 33 años, una edad que inevitablemente hace pensar a quien la tiene la conveniencia de dejar paso a la juventud, Gonzalo dio por terminada su aventura badalonesa, que fue, dicho sea de paso, altamente positiva en punto a logros estrictamente deportivos. Pero su afición, su plenitud física y su ilusión por seguir metiendo canastas —quehacer este último en el que se consagró como jugador literalmente excepcional — seguían resistiéndose a la retirada. Yo me sentía con fuerzas y acepté fichar por el Caja de Ronda. Dos años en Málaga ya los 35, entonces sí, llegó el adiós. Pero—precisa, bromeando—no fue un adiós sino un hasta pronto. Y es que cuando llevas ese virus metido en el cuerpo no lo puedes dejar así como así. De ahí que el año pasado jugase en Tercera División, en el equipo del Quesos García Vaquero, que pugnaba por el ascenso. Y ahí sí, puse fin a esta larga y, para mí, maravillosa historia.
Después de Gonzalo, el vacío. Porque Enrique, que le seguía en edad, había abandonado la práctica del basket a poco de entrar en la categoría júnior, en la que vistió por poco tiempo los colores del Estudiantes. La familia Sagi- Vela pasaría más tarde por el doloroso trance de la pérdida de Enrique, víctima de irreversible enfermedad cuando contaba tan sólo 27 años.
Quedaba Alfonso, pero tras perfilarse como un digno sucesor de sus dos hermanos mayores, había resuelto retirarse a una edad en la que el deporte le abría un anchísimo horizonte. Lo dejó pronto — precisa Gonzalo— porque terminados los estudios se puso a trabajar y tuvo que dejarlo. Fue una lástima porque era toda una promesa, según vino a demostrar su inclusión en la selección juvenil, en el All-Basket 1973, celebrado en Grenoble, en donde, por cierto, coincidimos ya que yo participé en el mismo certamen, en la división senior.
Las perspectivas de continuidad de la dinastía de los Sagi- Vela aparecen, por el momento, un tanto difuminadas. José Luis no ha tenido varones en su descendencia. Marta, de 16 años, Elena, de 16 y Susana, de 10. Tres féminas que podrían, eso sí, dar lustre al apellido en el sector femenino a poco que hereden ni que sea una pizca de la afición de su padre y sus tíos. Gonzalo, por su parte, no se siente, a este respecto, muy confiado en su primogénito. Tiene diez años y no demuestra por ahora una decidida inclinación hacia el baloncesto. La verdad es que le gusta todo el deporte y reconozco que se le da bien todo. Falta ver hacia dónde se decantará finalmente. Quizá le influyan los antecedentes familiares. Veremos. Y en cuanto a Ana, con sus 7 años, no piensa en otra cosa que en “sus labores”. En cuanto a la descendencia de mi hermano Alfonso, tampoco podemos sentirnos demasiado confiados en la continuidad de la dinastía… por ahora. Es padre de dos mellizos, Alfonso y Fátima, de ocho años. Y al chaval parece atraerle más el balonmano. De modo que...
Pie de foto:
Gonzalo, José Luis y Alfonso, tres grandes del basket. (Foto: Archivo)
Enlace para ver la foto y texto en la hemeroteca del MD
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 1/pdf.html
DINASTIAS DEL BASKET Una serie de Manuel Espín *FINALIZADO" - 30 CAPITULOS - 1988 - I N D I C E
Foro de debate general sobre cualquier tema de basket
Gonzalo Sagi-Vela jugó un par de meses en el García Baquero (Trinidad) de Alcázar de San Juan en tercera. En la fase de ascenso perdieron en semis frente al CABA Albacete y Chus Iradier le ganó la partida con 42 puntos por 28 de Gonzalo. Ni que decir tiene que había mucha pasta en esa época para estas frikadas, Patas Beltrán también jugó con Sagi-Vela esa fase aunque decepcionó a lo grande.
DINASTIASDEL BASKET (21). Una serie de Manuel Espín
JOAN MARTINEZ: MATARO-MANRESA; IDA Y VUELTA
Joaquim, sobre las huellas paternas; Anna, toda una promesa
Los viejos y fieles seguidores del basket mataronés han de contemplar con profunda pena la situación actual del viejo Iluro, rebautizado tras la guerra civil con el nombre de C.D. Mataró. Idéntica pesadumbre han de sentir, por supuesto, quienes, sin remontarnos tan lejos en el tiempo, vivieron una de las más florecientes etapas del club costeño, cuyo equipo titular, de la mano de Antonio Serra, que empezó a cimentar por aquel entonces, década de los 60, su prestigio como entrenador, llegó a situarse en la cúpula del basket español.
El tema del hundimiento del equipo mataronés en las profundidades del basket —Tercera categoría— era punto menos que obligado como apertura de conversación con Joan Martínez, tras agradecerle, por supuesto, la deferencia de su grata visita. El ex internacional mataronés —34 prestaciones en la selección española— se sentía profundamente apenado por la vertiginosa caída de su ex equipo.
—Es una dolorosa historia —recuerda-. En dos meses perdimos la opción a subir a Liga Nacional, tras haber perdido el ascenso frente al Askatuak, nos vimos metidos en Tercera categoría, y ello gracias a haberle comprado los derechos al Argentona, que habla renunciado, sino estaría ahora el Mataró en Primera provincial. Lo de siempre: problema económico. El club se quedó sin el soporte del “sponsor’ y se tuvo que renunciar a la Primera 8 porque no se encontró un aval de diez millones y el presupuesto mínimo de 30 millones resultaba inabordable. Así se han puesto de difíciles las cosas para los clubes de nuestro nivel.
Una paradoja de la que Joan Martínez quiso dejar constancia. “Según consta en las estadísticas de la pasada temporada, el Mataró aparecía como el equipo mejor dotado de jugadores españoles, siempre en cabeza en todos los compartimentos del juego, tiro, rebotes, etc. Su descenso es por ello doblemente sensible.”
No tuvo demasiada fortuna, Joan Martínez, como se ve, en su retorno al Mataró, su bressol basketbolístico, como entrenador. Es un riesgo que ha de correr todo entrenador qué se siente en el banquillo de economía quebradiza. Las cosas, por supuesto, le fueron mejor en los 23 años que, como jugador estuvo a las, órdenes de Antonio Serra: desde sus, comienzos como infantil, en el C.D. Mataró, hasta completar siete Ligas en el propio club costeño y nueve en el C.D. Manresa. De aquellos tiempos guarda Joan Martínez imborrables recuerdos.
—Me cabe el orgullo de decir que los dos, equipos en que estuve, siempre bajo la dirección técnica de Antonio Serra, se codearon, dignamente con los más fuertes en las 16 Ligas en que disputamos de: 1961-62 a 1978-79. En Mataró éramos poco menos que imbatibles. En Manresa perdimos muy pocos partidos. La razón de nuestra fuerza no era otra que la estrecha y entrañable piña que formábamos jugadores, directivos socios y simpatizantes.
Fue en Manresa sin duda donde Joan Martínez alcanzó la plenitud de su rendimiento en el periodo entre 1969 y 1972 Díaz Miguel le seleccionó en 34 ocasiones. Antes, como júnior, había ido nueve veces al equipo nacional. Todo lo cual significa que Joan Martínez se movía en la primerísima línea del basket nacional, en un tiempo en que el puesto de base de la selección parecía ser patrimonio exclusivo de Martínez Arroyo y Vicente Ramos.
El futuro de Joan Martínez parecía proyectarlo hacia el área de los entrenadores. Pero con unos condicionamientos que el propio Joan Martínez se tiene fijados. “He tenido ofertas, muy buenas, por cierto. Una de ellas, por ejemplo, desde Sevilla. Pero las he desestimado por la misma razón que rechacé las que, como jugador, había recibido del Joventut, el Barcelona y el Kas. Para mí, lo esencial es atender el negocio y la familia; no me ha seducido nunca la dedicación plena como entrenador, obligado por lo general a frecuentes cambios de residencia. En Mataró—concluyó— y junto a la familia me encuentro muy bien...”
Y motivos para ello no le faltan. Porque en el seno familiar se encuentran sus dos descendientes Joaquín de 17 años, y Anna, de 14, que están dándole el, infinito gocé de ver como siguen sus mismas huellas basquetbolisticas. Significa ello que el basket, sigue privando en el hogar de los Martínez-Puñet, gracias a estos jóvenes valores en formación.
—Joaquim, mide 1,81 y juega en el juvenil de la Esportiva Pou Prat; en mi opinión es una promesa que podría convertirse en realidad en un par de años. En lo físico es más fuerte de lo que era yo a su edad. Tiene una edad buena para el basket y está en un club que los trata con mucho esmero, con un entrenador capacitado corno Andrés Moreno. Creó, en fin, que tengo en el “noi” un buen sucesor.
No menos halagüeño es el juicio de Joan sobre su hija.
—La “nena” juega también en la Esportiva Pou Prat, en los infantiles. Demuestra ser una jugadora muy hábil, que promete ir mejorando bajo la dirección técnica de Jordi Piñol. Actualmente, su equipo se está preparando para el ascenso este mismo mes de septiembre a la Categoría Preferente, en la que si, como es presumible, logran entrar, encontrarían un mejor basket con equipos más capacitados, lo que favorecería mucho sus progresos.
Es de todo punto loable —y en esto hizo hincapié Joan Martínez— la positiva labor que la histórica Esportiva viene realizando en favor del basket mataronés. Del todo elogiable, además, la labor de Narcís Margall, que además de entrenar al equipo senior, es el coordinador del basket-base del club. “Una gran ‘tasca’—precisó Joan Martínez— la de Narcís, bien apoyado, por supuesto, por la gente joven y Con gran interés por el basket que dirige el club. Con sólo recordar que son 180 jugadores los que se reparten por los 18 equipos con que cuenta la Esportiva es suficiente para concretar la ingente labor de la ejemplar entidad.”
Una conclusión a extraer: Aunque el hundimiento del C.B. Mataró haga creer otra cosa el basket mataronés sigue teniendo en la no menos veterana Esportiva un importante punto de apoyo Joan Martínez acabaría apuntando una posible solución a la actual crisis ilurense una estrecha y cordial colaboración, que sería perfectamente posible entre Ias dos entidades, Esportiva- Mataró sería sin duda, la fórmula para que el basket mataronés recobrase su pujanza de antaño…
El enlace a la hemeroteca del MD, al texto y a las fotos.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 9/pdf.html
JOAN MARTINEZ: MATARO-MANRESA; IDA Y VUELTA
Joaquim, sobre las huellas paternas; Anna, toda una promesa
Los viejos y fieles seguidores del basket mataronés han de contemplar con profunda pena la situación actual del viejo Iluro, rebautizado tras la guerra civil con el nombre de C.D. Mataró. Idéntica pesadumbre han de sentir, por supuesto, quienes, sin remontarnos tan lejos en el tiempo, vivieron una de las más florecientes etapas del club costeño, cuyo equipo titular, de la mano de Antonio Serra, que empezó a cimentar por aquel entonces, década de los 60, su prestigio como entrenador, llegó a situarse en la cúpula del basket español.
El tema del hundimiento del equipo mataronés en las profundidades del basket —Tercera categoría— era punto menos que obligado como apertura de conversación con Joan Martínez, tras agradecerle, por supuesto, la deferencia de su grata visita. El ex internacional mataronés —34 prestaciones en la selección española— se sentía profundamente apenado por la vertiginosa caída de su ex equipo.
—Es una dolorosa historia —recuerda-. En dos meses perdimos la opción a subir a Liga Nacional, tras haber perdido el ascenso frente al Askatuak, nos vimos metidos en Tercera categoría, y ello gracias a haberle comprado los derechos al Argentona, que habla renunciado, sino estaría ahora el Mataró en Primera provincial. Lo de siempre: problema económico. El club se quedó sin el soporte del “sponsor’ y se tuvo que renunciar a la Primera 8 porque no se encontró un aval de diez millones y el presupuesto mínimo de 30 millones resultaba inabordable. Así se han puesto de difíciles las cosas para los clubes de nuestro nivel.
Una paradoja de la que Joan Martínez quiso dejar constancia. “Según consta en las estadísticas de la pasada temporada, el Mataró aparecía como el equipo mejor dotado de jugadores españoles, siempre en cabeza en todos los compartimentos del juego, tiro, rebotes, etc. Su descenso es por ello doblemente sensible.”
No tuvo demasiada fortuna, Joan Martínez, como se ve, en su retorno al Mataró, su bressol basketbolístico, como entrenador. Es un riesgo que ha de correr todo entrenador qué se siente en el banquillo de economía quebradiza. Las cosas, por supuesto, le fueron mejor en los 23 años que, como jugador estuvo a las, órdenes de Antonio Serra: desde sus, comienzos como infantil, en el C.D. Mataró, hasta completar siete Ligas en el propio club costeño y nueve en el C.D. Manresa. De aquellos tiempos guarda Joan Martínez imborrables recuerdos.
—Me cabe el orgullo de decir que los dos, equipos en que estuve, siempre bajo la dirección técnica de Antonio Serra, se codearon, dignamente con los más fuertes en las 16 Ligas en que disputamos de: 1961-62 a 1978-79. En Mataró éramos poco menos que imbatibles. En Manresa perdimos muy pocos partidos. La razón de nuestra fuerza no era otra que la estrecha y entrañable piña que formábamos jugadores, directivos socios y simpatizantes.
Fue en Manresa sin duda donde Joan Martínez alcanzó la plenitud de su rendimiento en el periodo entre 1969 y 1972 Díaz Miguel le seleccionó en 34 ocasiones. Antes, como júnior, había ido nueve veces al equipo nacional. Todo lo cual significa que Joan Martínez se movía en la primerísima línea del basket nacional, en un tiempo en que el puesto de base de la selección parecía ser patrimonio exclusivo de Martínez Arroyo y Vicente Ramos.
El futuro de Joan Martínez parecía proyectarlo hacia el área de los entrenadores. Pero con unos condicionamientos que el propio Joan Martínez se tiene fijados. “He tenido ofertas, muy buenas, por cierto. Una de ellas, por ejemplo, desde Sevilla. Pero las he desestimado por la misma razón que rechacé las que, como jugador, había recibido del Joventut, el Barcelona y el Kas. Para mí, lo esencial es atender el negocio y la familia; no me ha seducido nunca la dedicación plena como entrenador, obligado por lo general a frecuentes cambios de residencia. En Mataró—concluyó— y junto a la familia me encuentro muy bien...”
Y motivos para ello no le faltan. Porque en el seno familiar se encuentran sus dos descendientes Joaquín de 17 años, y Anna, de 14, que están dándole el, infinito gocé de ver como siguen sus mismas huellas basquetbolisticas. Significa ello que el basket, sigue privando en el hogar de los Martínez-Puñet, gracias a estos jóvenes valores en formación.
—Joaquim, mide 1,81 y juega en el juvenil de la Esportiva Pou Prat; en mi opinión es una promesa que podría convertirse en realidad en un par de años. En lo físico es más fuerte de lo que era yo a su edad. Tiene una edad buena para el basket y está en un club que los trata con mucho esmero, con un entrenador capacitado corno Andrés Moreno. Creó, en fin, que tengo en el “noi” un buen sucesor.
No menos halagüeño es el juicio de Joan sobre su hija.
—La “nena” juega también en la Esportiva Pou Prat, en los infantiles. Demuestra ser una jugadora muy hábil, que promete ir mejorando bajo la dirección técnica de Jordi Piñol. Actualmente, su equipo se está preparando para el ascenso este mismo mes de septiembre a la Categoría Preferente, en la que si, como es presumible, logran entrar, encontrarían un mejor basket con equipos más capacitados, lo que favorecería mucho sus progresos.
Es de todo punto loable —y en esto hizo hincapié Joan Martínez— la positiva labor que la histórica Esportiva viene realizando en favor del basket mataronés. Del todo elogiable, además, la labor de Narcís Margall, que además de entrenar al equipo senior, es el coordinador del basket-base del club. “Una gran ‘tasca’—precisó Joan Martínez— la de Narcís, bien apoyado, por supuesto, por la gente joven y Con gran interés por el basket que dirige el club. Con sólo recordar que son 180 jugadores los que se reparten por los 18 equipos con que cuenta la Esportiva es suficiente para concretar la ingente labor de la ejemplar entidad.”
Una conclusión a extraer: Aunque el hundimiento del C.B. Mataró haga creer otra cosa el basket mataronés sigue teniendo en la no menos veterana Esportiva un importante punto de apoyo Joan Martínez acabaría apuntando una posible solución a la actual crisis ilurense una estrecha y cordial colaboración, que sería perfectamente posible entre Ias dos entidades, Esportiva- Mataró sería sin duda, la fórmula para que el basket mataronés recobrase su pujanza de antaño…
El enlace a la hemeroteca del MD, al texto y a las fotos.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 9/pdf.html
Dinastías del basket (22) - Una serie de Manuel Espín
“MAMA” ESCORIAL DIO EJEMPLO
Sus tres hijos: José Manuel, Víctor y Carlos, realidades de una ilustre saga
Por su pasado y su presente, la de los Escorial puede ser definida como una de las dinastías más ilustres de nuestro basket. Su valor más representativo fue, obviamente, Víctor, el que defendiera en 31 ocasiones los colores de la selección nacional. Mientras él aparecía como figura de elite del basket nacional, otros dos hermanos, José Manuel y Carlos, lucían ya unas aptitudes más que notables. Aquél, como firme promesa que del Vallehermoso madrileño iría al Bosco Coruña para explotar, como gran figura, en las filas del YMCA madrileño, mientras Carlos, el más joven del terceto, apuntaba grandes posibilidades en los juveniles del Real Madrid antes de que imperativos de estudios le aconsejasen, le obligasen, mejor diríamos, a optar por una retirada a todas luces prematura.
Hay una curiosa circunstancia a señalar que Víctor nos subrayó con la natural complacencia. Contra lo que lógicamente podría suponerse, el iniciador de la dinastía no fue José Manuel, mi hermano mayor y el que nos precedió a Carlos y a mí en eso de meter canastas. La auténtica creadora de la saga fue mi madre, que allá por los años cuarenta había sido destacada jugadora de baloncesto. Eran los tiempos del Rayo de los hermanos Alonso. Ni qué decir tiene que fue mi madre de quien oímos hablar por primera vez de baloncesto, un deporte que la apasionaba. Luego, en el Colegio Chamberí de los Hermanos Maristas, con Antonio Díez Miguel, que tenía a su cuidado aquella fértil cantera juvenil, daríamos rienda suelta a la afición que había conseguido inculcarnos nuestra madre.
Ya queda dicho que de los tres hermanos fue Víctor el que un más largo y brillante camino recorrió en el basket español. A las iniciales enseñanzas de Díaz Miguel unió pronto las de Pepe Auseré, otro técnico de creciente prestigio. Un año en Estudiantes y al siguiente, siempre bajo la tutela de Auseré, al Vallehermoso. Volvía a Estudiantes al año siguiente, para jugar dos temporadas — 1968-69 y 1969-70— en Estudiantes.
Los dos años pasados en Estudiantes, bajo la dirección de Ignacio Pinedo, me valieron ir al equipo nacional, cuando sólo contaba 20 años.
Víctor Escorial aparecía ya como un valor plenamente logrado, o lo que viene a ser lo mismo corno una ficha de muy estimable cotización. Así, por supuesto, lo entendió José Esteve, entrenador del Picadero, que consiguió incorporar a su pujante equipo al joven internacional madrileño. Los tres años que pasó en el Picadero—sólo tres porque el equipo objeto del delirio de grandezas de su presidente señor Rodríguez, se disolvió en 1973- fueron bien aprovechados por Víctor en el doble aspecto deportivo y de estudios.
—En el Picadero vi plenamente cubierto mi objetivo de hacer compatibles baloncesto y estudios, y pude así avanzar mucho terreno en mi carrera de arquitecto. Lo mismo puede decir de mis tres años en el Joventut y en los dos que pasé en el Barcelona y de los otros dos que, como final de mi larga y gratísima estancia en Cataluña pasé en Manresa. Dos años en Estudiantes, en mi retorno como hijo pródigo, pusieron fin a mis 34 años, a una larga trayectoria, de la que, en líneas generales, me siento plenamente satisfecho, tanto en lo que a logros deportivos concierne como a mi formación humana.
Quienes, como el que esto afirma, se vieron honrados con el trato personal, con tan singular deportista pueden dar fe de que Víctor Escorial fue el paradigma del deportista íntegro, dotado de una sólida personalidad, muy por encima del nivel medio. Esto le hizo aparecer a los ojos de algunos como un jugador polémico. El propio Víctor reconocía al respecto haber tenido algún que otro problema. El tener ideas propias tiene, claro, sus inconvenientes. Para mí el deporte no era una profesión sino un trabajo que había que hacerlo por afición, como deporte.
Su intensa actividad como director de su Estudio de Arquitectura no le impide sentirse estrechamente vinculado al baloncesto. La dinastía tiene asegurada una larga prolongación. La cigüeña le tomó gusto al hogar de los Escorial-Santa Marina, en el que llegó a depositar cinco gratísimos fardos en el período de trece años.
—Natalia, la mayor, tiene ahora 16 años, siente una verdadera pasión por el deporte; empezó con natación y gimnasia rítmica y ahora está en Estados Unidos, estudiando y practicando basket. Víctor Manuel, de 15 años, empezó jugando al fútbol en los Maristas, pero un hermano del colegio de Chamberí casi le hizo probar el baloncesto a la fuerza y acabó gustándole tanto que ahora no hay otro deporte para él. Por ahí creo que voy a tener un buen sucesor. Laura, de 12 años, forma en el equipo del baloncesto de Chamberí. Veo en ella muy buenas condiciones, tiene reflejos, maneja bien el balón. Le sigue Borja, en edad infantil todavía, juega en Chamberí, Demuestra buenas condiciones. Puede llegar a ser un buen jugador porque tiene una gran afición y es muy aplicado. Lo que más me interesa, sin embargo, es que el deporte sea para él, como para los demás, una escuela de formación humana, que sepan comportarse como verdaderos deportistas, en suma. Y queda Sonia, de 3 años. No es edad naturalmente, para que, apunte inclinaciones deportivas. Pero vamos a creer que el ejemplo de cuatro hermanos baloncestistas sirva de algo...
Y el ejemplo, añadirnos nosotros, de un padre que es un auténtico enamorado del baloncesto como vehículo de formación humana.
Nota: Gracias a su familia he puesto las líneas de las últimas tres columnas que están cortadas en la hemeroteca, dejo como siempre el enlace y una fotos del artículo, que se ve mucho mejor, sobre todo la foto.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 9/pdf.html
“MAMA” ESCORIAL DIO EJEMPLO
Sus tres hijos: José Manuel, Víctor y Carlos, realidades de una ilustre saga
Por su pasado y su presente, la de los Escorial puede ser definida como una de las dinastías más ilustres de nuestro basket. Su valor más representativo fue, obviamente, Víctor, el que defendiera en 31 ocasiones los colores de la selección nacional. Mientras él aparecía como figura de elite del basket nacional, otros dos hermanos, José Manuel y Carlos, lucían ya unas aptitudes más que notables. Aquél, como firme promesa que del Vallehermoso madrileño iría al Bosco Coruña para explotar, como gran figura, en las filas del YMCA madrileño, mientras Carlos, el más joven del terceto, apuntaba grandes posibilidades en los juveniles del Real Madrid antes de que imperativos de estudios le aconsejasen, le obligasen, mejor diríamos, a optar por una retirada a todas luces prematura.
Hay una curiosa circunstancia a señalar que Víctor nos subrayó con la natural complacencia. Contra lo que lógicamente podría suponerse, el iniciador de la dinastía no fue José Manuel, mi hermano mayor y el que nos precedió a Carlos y a mí en eso de meter canastas. La auténtica creadora de la saga fue mi madre, que allá por los años cuarenta había sido destacada jugadora de baloncesto. Eran los tiempos del Rayo de los hermanos Alonso. Ni qué decir tiene que fue mi madre de quien oímos hablar por primera vez de baloncesto, un deporte que la apasionaba. Luego, en el Colegio Chamberí de los Hermanos Maristas, con Antonio Díez Miguel, que tenía a su cuidado aquella fértil cantera juvenil, daríamos rienda suelta a la afición que había conseguido inculcarnos nuestra madre.
Ya queda dicho que de los tres hermanos fue Víctor el que un más largo y brillante camino recorrió en el basket español. A las iniciales enseñanzas de Díaz Miguel unió pronto las de Pepe Auseré, otro técnico de creciente prestigio. Un año en Estudiantes y al siguiente, siempre bajo la tutela de Auseré, al Vallehermoso. Volvía a Estudiantes al año siguiente, para jugar dos temporadas — 1968-69 y 1969-70— en Estudiantes.
Los dos años pasados en Estudiantes, bajo la dirección de Ignacio Pinedo, me valieron ir al equipo nacional, cuando sólo contaba 20 años.
Víctor Escorial aparecía ya como un valor plenamente logrado, o lo que viene a ser lo mismo corno una ficha de muy estimable cotización. Así, por supuesto, lo entendió José Esteve, entrenador del Picadero, que consiguió incorporar a su pujante equipo al joven internacional madrileño. Los tres años que pasó en el Picadero—sólo tres porque el equipo objeto del delirio de grandezas de su presidente señor Rodríguez, se disolvió en 1973- fueron bien aprovechados por Víctor en el doble aspecto deportivo y de estudios.
—En el Picadero vi plenamente cubierto mi objetivo de hacer compatibles baloncesto y estudios, y pude así avanzar mucho terreno en mi carrera de arquitecto. Lo mismo puede decir de mis tres años en el Joventut y en los dos que pasé en el Barcelona y de los otros dos que, como final de mi larga y gratísima estancia en Cataluña pasé en Manresa. Dos años en Estudiantes, en mi retorno como hijo pródigo, pusieron fin a mis 34 años, a una larga trayectoria, de la que, en líneas generales, me siento plenamente satisfecho, tanto en lo que a logros deportivos concierne como a mi formación humana.
Quienes, como el que esto afirma, se vieron honrados con el trato personal, con tan singular deportista pueden dar fe de que Víctor Escorial fue el paradigma del deportista íntegro, dotado de una sólida personalidad, muy por encima del nivel medio. Esto le hizo aparecer a los ojos de algunos como un jugador polémico. El propio Víctor reconocía al respecto haber tenido algún que otro problema. El tener ideas propias tiene, claro, sus inconvenientes. Para mí el deporte no era una profesión sino un trabajo que había que hacerlo por afición, como deporte.
Su intensa actividad como director de su Estudio de Arquitectura no le impide sentirse estrechamente vinculado al baloncesto. La dinastía tiene asegurada una larga prolongación. La cigüeña le tomó gusto al hogar de los Escorial-Santa Marina, en el que llegó a depositar cinco gratísimos fardos en el período de trece años.
—Natalia, la mayor, tiene ahora 16 años, siente una verdadera pasión por el deporte; empezó con natación y gimnasia rítmica y ahora está en Estados Unidos, estudiando y practicando basket. Víctor Manuel, de 15 años, empezó jugando al fútbol en los Maristas, pero un hermano del colegio de Chamberí casi le hizo probar el baloncesto a la fuerza y acabó gustándole tanto que ahora no hay otro deporte para él. Por ahí creo que voy a tener un buen sucesor. Laura, de 12 años, forma en el equipo del baloncesto de Chamberí. Veo en ella muy buenas condiciones, tiene reflejos, maneja bien el balón. Le sigue Borja, en edad infantil todavía, juega en Chamberí, Demuestra buenas condiciones. Puede llegar a ser un buen jugador porque tiene una gran afición y es muy aplicado. Lo que más me interesa, sin embargo, es que el deporte sea para él, como para los demás, una escuela de formación humana, que sepan comportarse como verdaderos deportistas, en suma. Y queda Sonia, de 3 años. No es edad naturalmente, para que, apunte inclinaciones deportivas. Pero vamos a creer que el ejemplo de cuatro hermanos baloncestistas sirva de algo...
Y el ejemplo, añadirnos nosotros, de un padre que es un auténtico enamorado del baloncesto como vehículo de formación humana.
Nota: Gracias a su familia he puesto las líneas de las últimas tres columnas que están cortadas en la hemeroteca, dejo como siempre el enlace y una fotos del artículo, que se ve mucho mejor, sobre todo la foto.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 9/pdf.html
Dinastías del basket (23). Una serie de Manuel Espín
BUSCATO: UN “AS” QUE HA HECHO HISTORIA
Albert, su sucesor futuro... ingeniero agrónomo
Es posible que en el capítulo de fechas relevantes de la villa de Pineda de Mar no aparezca la del 21 de abril de 1940, día en que se produjo el nacimiento de Francesc Buscató, uno de los personajes más populares y de mayor prestigio deportivo surgidos de aquella hermosa población costeña. Es posible, también, que no figure en ella ninguna calle ni plaza con el nombre de la más relevante figura deportiva que vio la luz primera en Pineda Celebraríamos mucho, por supuesto, que el edil del área deportiva de aquel Ayuntamiento nos hiciese ver que estamos en un error: que todo eso está hecho desde hace años, desde que el “Nino” decidió, más por la escueta edad que figuraba en su DNI que por su corazón, que seguía y sigue latiendo todavía con tremenda fuerza, colgar las zapatillas y decir le adiós, como jugador, al basket, el deporte en el que había brillado con fulgores inigualados.
Fueron cerca de cuatro lustros —diecinueve años, para precisar— los que permaneció Buscató como estrella de primera magnitud en el firmamento del basket español e internacional. Una síntesis de sus presencias en el equipo nacional así lo atestigua: protagonista en ocho campeonatos de Europa -Estambul, 1959; Belgrado, 1961; Wroclaw, 1963; Tiflis-Moscú, 1965; Helsinki, 1967; Nápoles, 1969; Essen, 1971y Barcelona, 1973—, con un total de 222 entorchados internacionales, cifra no superada por ningún otro internacional español. Olímpico en tres certámenes, Roma, 1960; México, 1968 y Múnich, 1972. Su nombradía rebasó fronteras y la FIBA lo seleccionó en siete ocasiones, además de haber sido designado en dos ocasiones como integrante del equipo ideal europeo. Todos esos galardones prueban obviamente su incuestionable calidad deportiva. Pero hubo otro troteo que vino a reconocer sus altas dotes humanas, el ‘Premio Faír Play” instituido por la UNESCO, de las que el ‘Nino” fue siempre todo un ejemplo.
Iniciado en la UDR Pineda, a los 15 años figuraba como titular del primer equipo. Todo un caso de precocidad. Y dos años más tarde se producía su ingreso en el FC Barcelona, en el que fue titular desde el primer instante. Su movilidad, su espíritu de lucha y su asombrosa precisión en el tiro a canasta —tres cualidades que le adornarían en toda su ejecutoria deportiva— hicieron de él un elemento básico del equipo. Los triunfos no tardaron en llegar.
-Al año siguiente, 1958-59 —recuerda—nos reforzamos con Jordi Bonareu, Alfonso y José Luis Martínez y ganamos Liga y Copa Al año siguiente se retiró Bonareu y se fichó a los portorriqueños Ruiz y Ruaño. En Copa de Europa nos eliminé el Legía de Varsovia, en el que jugaba un fenómeno llamado Wichoski.
Por ahí se puso punto final a la etapa blaugrana, no sólo para el “Níno” sino para todos los restantes jugadores. Por una genialidad del presidente Enrique Llaudet fue disuelta la sección de basket y Montcada fue el nuevo destino:
-Preferí ir al Aismalibar porque allí estaba Kucharski como entrenador, aunque ocurrió luego que aquel mismo año Kucharski había ido a Italia, contratado por el Virtus, de Bolonia. Así y todo, seguí en el Aismalibar, en el que estuve tres temporadas. No más, porque me encontré como con el Barca, que se disolvió el equipo.
Badalona, tercera y última etapa. Lo de que no hay dos sin tres no tuvo, por fortuna para Buscató, confirmación.
-En la Penya permanecí hasta la temporada 1973-74, la de mi retirada. Eran los tiempos de aquel Joventut sin extranjeros, en el que no necesitábamos intérprete porque todos nos entendíamos. Ganamos una Liga, una Copa y en tres ligas quedamos igualados con el Madrid, que fue campeón por average”.
Buscató tiene motivos más que sobrados para gozar reviviendo un pasado literalmente esplendoroso. Su presente le tiene abierta una vía hacia un futuro igualmente vinculado al basket el deporte de toda su vida. La experiencia vivida conjuntamente con Kucharski, con el que formó tándem de entrenadores en el Barça no fue, como todos recordamos, de signo positivo. “Allí sufrí una profunda decepción, más que nada por el comportamiento de algunos jugadores, que no estuvieron al obligado nivel humano con respecto a una persona, me refiero a Daniel Fernández merecedora de una mejor correspondencia. Desengañado, retorné a mi actividad como preparador de jugadores de categorías inferiores, mucho más agradecidos. En la actualidad compagino ese trabajo con el de formación, en el INEF, de profesores de educación física. Mi vinculación con el basket viene dada con mi labor de comentarista de radio a través de la Cadena 13; eso me permite tener un contacto directo, día a día, con el basket de elite. ¿Si volveré a entrenar, preguntas? He tenido ofertas de alto nivel pero no me he decidido. En mi situación actual, la oferta tendría que ser supertentadora.”
En ese futuro que contempla “Nino” Buscató aparece su primogénito Albert, que, a sus 20 años, ha venido mostrando unas condiciones más que estimables. “Tiene una buena técnica individual, juega bien, pero su calidad como jugador sería mejor reconocida sino llevase mi apellido. La gente se empeña en hacer comparaciones y éstas suelen ser odiosas, sobre todo en el caso de mi hijo, que tiene enfocada la vida por caminos distintos a los del deporte. El “noi” está estudiando, este año hace primero de Ingeniero Agrónomo y esto le impide dedicar al basket el tiempo que necesitaría para ser figura. Así y todo, es un jugador que, aun careciendo de la garra que yo tenía, dará un buen rendimiento en Segunda Categoría Nacional, en la que juega este año, con el San Fernando de Cádiz; en donde hace la “mili” Reconozco que ahora es más difícil destacar que en mis tiempos, porque hay muchos más jugadores de clase.”
Decididamente, seguimos viendo en Buscató una figura irrepetible…
El enlace al texto y a la fotografías de la hemeroteca del MD.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 3/pdf.html
BUSCATO: UN “AS” QUE HA HECHO HISTORIA
Albert, su sucesor futuro... ingeniero agrónomo
Es posible que en el capítulo de fechas relevantes de la villa de Pineda de Mar no aparezca la del 21 de abril de 1940, día en que se produjo el nacimiento de Francesc Buscató, uno de los personajes más populares y de mayor prestigio deportivo surgidos de aquella hermosa población costeña. Es posible, también, que no figure en ella ninguna calle ni plaza con el nombre de la más relevante figura deportiva que vio la luz primera en Pineda Celebraríamos mucho, por supuesto, que el edil del área deportiva de aquel Ayuntamiento nos hiciese ver que estamos en un error: que todo eso está hecho desde hace años, desde que el “Nino” decidió, más por la escueta edad que figuraba en su DNI que por su corazón, que seguía y sigue latiendo todavía con tremenda fuerza, colgar las zapatillas y decir le adiós, como jugador, al basket, el deporte en el que había brillado con fulgores inigualados.
Fueron cerca de cuatro lustros —diecinueve años, para precisar— los que permaneció Buscató como estrella de primera magnitud en el firmamento del basket español e internacional. Una síntesis de sus presencias en el equipo nacional así lo atestigua: protagonista en ocho campeonatos de Europa -Estambul, 1959; Belgrado, 1961; Wroclaw, 1963; Tiflis-Moscú, 1965; Helsinki, 1967; Nápoles, 1969; Essen, 1971y Barcelona, 1973—, con un total de 222 entorchados internacionales, cifra no superada por ningún otro internacional español. Olímpico en tres certámenes, Roma, 1960; México, 1968 y Múnich, 1972. Su nombradía rebasó fronteras y la FIBA lo seleccionó en siete ocasiones, además de haber sido designado en dos ocasiones como integrante del equipo ideal europeo. Todos esos galardones prueban obviamente su incuestionable calidad deportiva. Pero hubo otro troteo que vino a reconocer sus altas dotes humanas, el ‘Premio Faír Play” instituido por la UNESCO, de las que el ‘Nino” fue siempre todo un ejemplo.
Iniciado en la UDR Pineda, a los 15 años figuraba como titular del primer equipo. Todo un caso de precocidad. Y dos años más tarde se producía su ingreso en el FC Barcelona, en el que fue titular desde el primer instante. Su movilidad, su espíritu de lucha y su asombrosa precisión en el tiro a canasta —tres cualidades que le adornarían en toda su ejecutoria deportiva— hicieron de él un elemento básico del equipo. Los triunfos no tardaron en llegar.
-Al año siguiente, 1958-59 —recuerda—nos reforzamos con Jordi Bonareu, Alfonso y José Luis Martínez y ganamos Liga y Copa Al año siguiente se retiró Bonareu y se fichó a los portorriqueños Ruiz y Ruaño. En Copa de Europa nos eliminé el Legía de Varsovia, en el que jugaba un fenómeno llamado Wichoski.
Por ahí se puso punto final a la etapa blaugrana, no sólo para el “Níno” sino para todos los restantes jugadores. Por una genialidad del presidente Enrique Llaudet fue disuelta la sección de basket y Montcada fue el nuevo destino:
-Preferí ir al Aismalibar porque allí estaba Kucharski como entrenador, aunque ocurrió luego que aquel mismo año Kucharski había ido a Italia, contratado por el Virtus, de Bolonia. Así y todo, seguí en el Aismalibar, en el que estuve tres temporadas. No más, porque me encontré como con el Barca, que se disolvió el equipo.
Badalona, tercera y última etapa. Lo de que no hay dos sin tres no tuvo, por fortuna para Buscató, confirmación.
-En la Penya permanecí hasta la temporada 1973-74, la de mi retirada. Eran los tiempos de aquel Joventut sin extranjeros, en el que no necesitábamos intérprete porque todos nos entendíamos. Ganamos una Liga, una Copa y en tres ligas quedamos igualados con el Madrid, que fue campeón por average”.
Buscató tiene motivos más que sobrados para gozar reviviendo un pasado literalmente esplendoroso. Su presente le tiene abierta una vía hacia un futuro igualmente vinculado al basket el deporte de toda su vida. La experiencia vivida conjuntamente con Kucharski, con el que formó tándem de entrenadores en el Barça no fue, como todos recordamos, de signo positivo. “Allí sufrí una profunda decepción, más que nada por el comportamiento de algunos jugadores, que no estuvieron al obligado nivel humano con respecto a una persona, me refiero a Daniel Fernández merecedora de una mejor correspondencia. Desengañado, retorné a mi actividad como preparador de jugadores de categorías inferiores, mucho más agradecidos. En la actualidad compagino ese trabajo con el de formación, en el INEF, de profesores de educación física. Mi vinculación con el basket viene dada con mi labor de comentarista de radio a través de la Cadena 13; eso me permite tener un contacto directo, día a día, con el basket de elite. ¿Si volveré a entrenar, preguntas? He tenido ofertas de alto nivel pero no me he decidido. En mi situación actual, la oferta tendría que ser supertentadora.”
En ese futuro que contempla “Nino” Buscató aparece su primogénito Albert, que, a sus 20 años, ha venido mostrando unas condiciones más que estimables. “Tiene una buena técnica individual, juega bien, pero su calidad como jugador sería mejor reconocida sino llevase mi apellido. La gente se empeña en hacer comparaciones y éstas suelen ser odiosas, sobre todo en el caso de mi hijo, que tiene enfocada la vida por caminos distintos a los del deporte. El “noi” está estudiando, este año hace primero de Ingeniero Agrónomo y esto le impide dedicar al basket el tiempo que necesitaría para ser figura. Así y todo, es un jugador que, aun careciendo de la garra que yo tenía, dará un buen rendimiento en Segunda Categoría Nacional, en la que juega este año, con el San Fernando de Cádiz; en donde hace la “mili” Reconozco que ahora es más difícil destacar que en mis tiempos, porque hay muchos más jugadores de clase.”
Decididamente, seguimos viendo en Buscató una figura irrepetible…
El enlace al texto y a la fotografías de la hemeroteca del MD.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 3/pdf.html
DINASTIAS DEL BASKET (24) Una serie de Manuel Espín
EMILIANO, FIGURA MITICA
Covadonga y Martos, una digna línea sucesora
En el capítulo de legendarios del basket español le corresponde a Emiliano Rodríguez un preminente lugar, ganado a pulso en sus casi cuatro lustros de ir metiendo canastas, al correr de los cuales compondría un historial literalmente irrepetible: 175 prestaciones en el equipo nacional, del que fue titular fijo en un largo período de 14 años; 4 Copas de Europa, 9 de España y 12 Ligas; Mejor deportista Español del año en tres ocasiones; Medalla de Plata al Mérito Deportivo; Cruz de caballero de Isabel la Católica; Mejor Jugador Europeo en Belgrado-1961,en Wroclaw-1963, Moscú-1965, Helsínki-1967; Premio Fair Play de la UNESCO en 1973. Esa fue, en síntesis, la fecunda cosecha de títulos y honores en los que ha de verse el reflejo de la excelsa personalidad de Emiliano Rodríguez, “Emi”, en su doble vertiente deportiva y humana.
Nacido para triunfar en el deporte, Emiliano parecía, en su adolescencia, especialmente dotado para brillar en el fútbol, como émulo de los Zarra, Panizo, Gainza y demás ases del Athletic de Bilbao, ciudad en la que residía con su familia. Pero, según nos contó el propio Emi en cierta ocasión, un obstáculo insalvable le impidió ingresar en los equipos juveniles del club bilbaíno. Emiliano no era vizcaíno, sino leonés, nacido en San Feliz del Torio, el 10 de junio de 1936. Lo que fue, sin duda, motivo de contrariedad para el joven Emiliano iba a ser, en cambio, una circunstancia venturosa para el baloncesto, que tuvo en el frustrado futbolista una figura que guiada en sus primeros pasos por el llorado Paco Díez, alma del Águilas bilbaíno, y, más tarde, por Eduardo Kucharski, su auténtico Pigmalión basketbolístico acabaría por convertirse en la más refulgente estrella del basket español de todos los tiempos.
Dos técnicos de tanta solvencia como Eduardo Kucharski, entrenador por aquel entonces —vísperas de la temporada 1958-1959— del Aismalibar, de Montcada (Barcelona) y Pedro Ferrándiz, entrenador del Hesperia, filial del Real Madrid, pusieron pronto sus ojos en aquel joven jugador del Águilas, auténtico diamante en bruto. A la hora de elegir Emiliano no tuvo demasiadas dudas. “Preferirme al club de Kucharski, que estimé más interesante para mi formación. Creo que acerté pIenamente. De todos modos, la perspectiva de convertirme en jugador madridista no dejaba de seducirme. Dos años más tarde, la vería convertida en realidad.”
En efecto, el Aismalibar se quedó sin Emiliano, Ferrándiz había sabido esperar y se encontró con un Emiliano plenamente cuajado, con la madurez técnica de que había sabido dotarle Kucharski en los dos años que lo tuvo bajo su tutela. “Estimo que, también acerté con mi fichaje por el Real Madrid. Dejaba atrás, es cierto, un tiempo, para mi inolvidable, en el que Kucharski lo fue todo para mí: amigo, maestro, familia, entrenador. Pero en el Madrid iba a pasar también unos años, el resto de mi vida deportiva, que no olvidaré nunca. El trato que recibí siempre del llorado don Santiago Bernabéu y de don Raimundo Saporta, así como de toda la gran familia blanca, hizo que me sintiese el ser más feliz del mundo.”
No puede decir ahora lo mismo Emiliano tras el azote que la fatalidad descargó sobre él y sus cuatro hijos el 10 de enero de 1986, fecha del fallecimiento de su esposa Josefina Gamboa. La prueba, empero, la ha estado superando Emiliano en una convincente demostración de entereza, otro rasgo de la solidez de su formación humana. A ello ha contribuido en no escasa medida el calor hogareño que irradia la presencia de cuatro hijos, Marta, Covadonga, Marcos y Borja, objeto de una profunda adoración.
Tras su retirada como jugado —1973— el basket siguió siendo una constante en la vida de Emiliano. Ensayó como entrenador del Fórum de Valladolid, sin tiempo ni suerte para que su trabajo diese los frutos perseguidos, pero lo suyo, así lo reconoce, estaba en otra esfera. “Fui profesor del INEF por espacio de ocho años, una tarea un poco vocacional que me permitía transmitir la experiencia propia. Recibí el encargo de promocionar el Consejo Superior de Deportes y a propia Federación Española nos encargó a Buscató y a mí la promoción y organización de las Escuelas de Baloncesto, de la que ya han salido numerosos técnicos; Mario Pesquera entre otros.”
Otra actividad que Emiliano abrazaría a poco de su retirada como jugador: la de comentarista en los medios informativos. “Después de la fallida experiencia del Fórum, ingresé en la Escuela de Periodismo, en la que, cursé ingreso y dos años de carrera, iniciando así una colaboración en Prensa, Radio y TV que me sigue conectando con el baloncesto. Eso, claro, y mis hijos, metidos también en este deporte.”
De ellos nos hablaría a continuación Emiliano. “Marta, la mayor, de 24 años, se desconectó muy pronto del baloncesto, y fue una lástima porque en mi opinión reunía muy buenas cualidades, inteligencia, talento para imitar los mejores movimientos que distinguen a un jugador de otro. Todavía ahora, si las ves moverse con un balón en la mano llama la atención. Covadonga, de 23 años, empezó con enorme ilusión a los once años. Tiene unas inmejorables condiciones físicas, mide 1,88, tiene buena muñeca y, sobre todo, buena cabeza; ha sido internacional juvenil y preseleccionada júnior; campeona de España dos años con el Canoe. Sin embargo, se está cuestionando en estos momentos su preferencia por el mundo del periodismo, está en 7. ° año, Marcos, de 21 años, mide 1,94; tiene buenas condiciones físicas, talento y quizá le sobra espíritu de servicio. Ha sido campeón de España juvenil y jugó en el júnior del Real Madrid. Estuvo un año en Estados Unidos de donde regresó muy mentalizado. El año pasado jugó en el Guadalajara y este año está deshojando la margarita, por un problema de identidad, y piensa en si deja o no el baloncesto. Sería para mí una decisión dolorosa pero no quiero forzarle en nada. Nunca he pretendido qué mis hijos hagan baloncesto. Y Borja, el pequeño, de 20 años, es un gran atleta y lo que se dice un polifacético: mide 1,90, hace atletismo, esquí también baloncesto, tenis, golf, todo a un nivel francamente bueno. Y por si no tuviera bastante con todo eso, algunos días coge la escopeta y se va a cazar.”
Una dinastía, la que creó Emiliano, con un futuro más envuelto en sombras que en luces, con harto pesar, hemos de figurarnos, del fabuloso leonés...
El enlace al texto y a las fotos, en la hemeroteca del MD.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 3/pdf.html
EMILIANO, FIGURA MITICA
Covadonga y Martos, una digna línea sucesora
En el capítulo de legendarios del basket español le corresponde a Emiliano Rodríguez un preminente lugar, ganado a pulso en sus casi cuatro lustros de ir metiendo canastas, al correr de los cuales compondría un historial literalmente irrepetible: 175 prestaciones en el equipo nacional, del que fue titular fijo en un largo período de 14 años; 4 Copas de Europa, 9 de España y 12 Ligas; Mejor deportista Español del año en tres ocasiones; Medalla de Plata al Mérito Deportivo; Cruz de caballero de Isabel la Católica; Mejor Jugador Europeo en Belgrado-1961,en Wroclaw-1963, Moscú-1965, Helsínki-1967; Premio Fair Play de la UNESCO en 1973. Esa fue, en síntesis, la fecunda cosecha de títulos y honores en los que ha de verse el reflejo de la excelsa personalidad de Emiliano Rodríguez, “Emi”, en su doble vertiente deportiva y humana.
Nacido para triunfar en el deporte, Emiliano parecía, en su adolescencia, especialmente dotado para brillar en el fútbol, como émulo de los Zarra, Panizo, Gainza y demás ases del Athletic de Bilbao, ciudad en la que residía con su familia. Pero, según nos contó el propio Emi en cierta ocasión, un obstáculo insalvable le impidió ingresar en los equipos juveniles del club bilbaíno. Emiliano no era vizcaíno, sino leonés, nacido en San Feliz del Torio, el 10 de junio de 1936. Lo que fue, sin duda, motivo de contrariedad para el joven Emiliano iba a ser, en cambio, una circunstancia venturosa para el baloncesto, que tuvo en el frustrado futbolista una figura que guiada en sus primeros pasos por el llorado Paco Díez, alma del Águilas bilbaíno, y, más tarde, por Eduardo Kucharski, su auténtico Pigmalión basketbolístico acabaría por convertirse en la más refulgente estrella del basket español de todos los tiempos.
Dos técnicos de tanta solvencia como Eduardo Kucharski, entrenador por aquel entonces —vísperas de la temporada 1958-1959— del Aismalibar, de Montcada (Barcelona) y Pedro Ferrándiz, entrenador del Hesperia, filial del Real Madrid, pusieron pronto sus ojos en aquel joven jugador del Águilas, auténtico diamante en bruto. A la hora de elegir Emiliano no tuvo demasiadas dudas. “Preferirme al club de Kucharski, que estimé más interesante para mi formación. Creo que acerté pIenamente. De todos modos, la perspectiva de convertirme en jugador madridista no dejaba de seducirme. Dos años más tarde, la vería convertida en realidad.”
En efecto, el Aismalibar se quedó sin Emiliano, Ferrándiz había sabido esperar y se encontró con un Emiliano plenamente cuajado, con la madurez técnica de que había sabido dotarle Kucharski en los dos años que lo tuvo bajo su tutela. “Estimo que, también acerté con mi fichaje por el Real Madrid. Dejaba atrás, es cierto, un tiempo, para mi inolvidable, en el que Kucharski lo fue todo para mí: amigo, maestro, familia, entrenador. Pero en el Madrid iba a pasar también unos años, el resto de mi vida deportiva, que no olvidaré nunca. El trato que recibí siempre del llorado don Santiago Bernabéu y de don Raimundo Saporta, así como de toda la gran familia blanca, hizo que me sintiese el ser más feliz del mundo.”
No puede decir ahora lo mismo Emiliano tras el azote que la fatalidad descargó sobre él y sus cuatro hijos el 10 de enero de 1986, fecha del fallecimiento de su esposa Josefina Gamboa. La prueba, empero, la ha estado superando Emiliano en una convincente demostración de entereza, otro rasgo de la solidez de su formación humana. A ello ha contribuido en no escasa medida el calor hogareño que irradia la presencia de cuatro hijos, Marta, Covadonga, Marcos y Borja, objeto de una profunda adoración.
Tras su retirada como jugado —1973— el basket siguió siendo una constante en la vida de Emiliano. Ensayó como entrenador del Fórum de Valladolid, sin tiempo ni suerte para que su trabajo diese los frutos perseguidos, pero lo suyo, así lo reconoce, estaba en otra esfera. “Fui profesor del INEF por espacio de ocho años, una tarea un poco vocacional que me permitía transmitir la experiencia propia. Recibí el encargo de promocionar el Consejo Superior de Deportes y a propia Federación Española nos encargó a Buscató y a mí la promoción y organización de las Escuelas de Baloncesto, de la que ya han salido numerosos técnicos; Mario Pesquera entre otros.”
Otra actividad que Emiliano abrazaría a poco de su retirada como jugador: la de comentarista en los medios informativos. “Después de la fallida experiencia del Fórum, ingresé en la Escuela de Periodismo, en la que, cursé ingreso y dos años de carrera, iniciando así una colaboración en Prensa, Radio y TV que me sigue conectando con el baloncesto. Eso, claro, y mis hijos, metidos también en este deporte.”
De ellos nos hablaría a continuación Emiliano. “Marta, la mayor, de 24 años, se desconectó muy pronto del baloncesto, y fue una lástima porque en mi opinión reunía muy buenas cualidades, inteligencia, talento para imitar los mejores movimientos que distinguen a un jugador de otro. Todavía ahora, si las ves moverse con un balón en la mano llama la atención. Covadonga, de 23 años, empezó con enorme ilusión a los once años. Tiene unas inmejorables condiciones físicas, mide 1,88, tiene buena muñeca y, sobre todo, buena cabeza; ha sido internacional juvenil y preseleccionada júnior; campeona de España dos años con el Canoe. Sin embargo, se está cuestionando en estos momentos su preferencia por el mundo del periodismo, está en 7. ° año, Marcos, de 21 años, mide 1,94; tiene buenas condiciones físicas, talento y quizá le sobra espíritu de servicio. Ha sido campeón de España juvenil y jugó en el júnior del Real Madrid. Estuvo un año en Estados Unidos de donde regresó muy mentalizado. El año pasado jugó en el Guadalajara y este año está deshojando la margarita, por un problema de identidad, y piensa en si deja o no el baloncesto. Sería para mí una decisión dolorosa pero no quiero forzarle en nada. Nunca he pretendido qué mis hijos hagan baloncesto. Y Borja, el pequeño, de 20 años, es un gran atleta y lo que se dice un polifacético: mide 1,90, hace atletismo, esquí también baloncesto, tenis, golf, todo a un nivel francamente bueno. Y por si no tuviera bastante con todo eso, algunos días coge la escopeta y se va a cazar.”
Una dinastía, la que creó Emiliano, con un futuro más envuelto en sombras que en luces, con harto pesar, hemos de figurarnos, del fabuloso leonés...
El enlace al texto y a las fotos, en la hemeroteca del MD.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 3/pdf.html
DINASTIAS DEL BASKET (25) Una serie de Manuel Espín
LOS MANEJA, PASO A LA TERCERA GENERACION
Un largo camino desde el legendario Marcelino al benjamín Dani
Los viejos aficionados de la populosa villa de Hospitalet del Llobregat han de seguir forzosamente prendidos en la nostalgia de un esplendoroso pasado del equipo local, aquel Atlètic Bàsquet Juniors, al que la terminación de la Guerra Civil, hubo que rebautizar con el nombre de Club Baloncesto Hospitalet.
El más expresivo elogio que puede hacerse de aquel A B. Juniors consiste en recordar que en la temporada que precedió al estallido de la rebelión militar, fue el que más cerca estuvo, con un segundo lugar, de privar al fabuloso Patrie de proclamarse campeón de Catalunya de la temporada 1935-36. Aquel Juniors de gratísimo recuerdo lo formaban un plantel de jugadores, recién salidos de cascaron juvenil, que llevaban nombres llamados a convertirse, no sólo en ídolos locales, sino en auténticas figuras del basket español, tales como los hermanos Vidal, Sanahuja, Rodón, Piera, Benach, con un plantel de reservas, además, que aseguraban un próspero futuro para el club ribereño. Entre estos últimos, figuraba Marcelino Maneja, nacido el 5 de junio de 1921, quien ingresado en el club a los 12 años, pasó a reserva del primer equipo tras dos años de permanencia en el infantil. Todo un caso de precocidad, premonitorio del futuro que le estaba reservado a este jugador, estrella de una época en la que la calidad no se media por centímetros...
El viento de la guerra, que tantas cosas se llevó, incluyó entra ellas aquel modesto y pujante A.B. Juniors, obra de un grupo de entusiastas pioneros en el que figuraban Francisco Maneja, Hermano mayor de Marcelino, los hermanos Vidal, Manuel Tena, al que le seria asignado el cargo de presidente del club.
A cubierto del riesgo de movilizaciones, los más jóvenes del club pudieron mantener una cierta actividad, de las que Marcelino Maneja guarda un recuerdo no del todo ingrato. En el club quedamos los más jóvenes, los Roquetas, Rovira, Lillo, Rodon y yo y jugamos con frecuencia contra equipos de cuarteles, lo cual nos permitía degustar unas raciones de rancho muy agradecidas por nuestros estómagos, además de permitirnos llevar a casa unos valiosísimos lotes de arroz, azúcar. Fue, por supuesto, un llamémosle profesionalismo que nos vino como llovido del cielo…
Superada la trágica pausa impuesta por los tres años de guerra, al Júniors, convertido en el C. B. Hospitalet -recuérdese la tajante españolización de los nombres extranjeros de la posguerra: basket (baloncesto), hand-ball (balonmano), volleybol (balón volea), etc., etc. - tuvo la fortuna de recuperar a la casi totalidad de los jugadores sometidos a la inevitable dispersión. En esto -asiente Maneja- tuvimos suerte. Progresivamente fueron reintegrándose al club los hermanos Vidal y los Piera, Farré, Sanahuja, Rodón, Rosell, Escalera, Grau, Ventura, Roqueta. No nos costó mucho erigirnos en un equipo fuerte, que en los dos primeros años lo ganó casi todo. Fuimos campeones de España, imbatidos, tras ganar en la final al Atlético, de San Gervasio, por 20-17. En 1941 fuimos subcampeones, tras perder en Madrid frente al Español, por 24-35. Nuestro juego de ataque al que imprimíamos una velocidad literalmente arrolladora, era de una gran eficacia, aunque los tanteos de entonces, tan diferentes a los de ahora, puedan hacer creer otra cosa.
Ni qué decir tiene que Marcelino Maneja, aquel pequeño delantero al que tan fácil resultaba identificar por su vibrante juego y, al propio tiempo, por el pañuelo que llevó siempre anudado a la cabeza, fue pronto objeto de la atención de los más calificados patrones de pesca de los clubs de entonces. Estuve un año en el Español, la temporada 1942-43. Volví al siguiente al C. C. Hospitalet, en donde estuve tres temporadas. Pero mi destino final iba a estar fijado en Badalona, en el Joventut, en él por espacio de siete años conocí mis mayores logros deportivos, excepción hecha, claro está, del debut internacional, contra Francia en marzo de 1943, como jugador del Español. Del Joventut, los Valls, Kucharski, Gubern, Oller, Bassó, Espiga y yo, además de los Parra, Masferrer, Massagué y Roca, que fueron incorporándose al equipo, hicimos un conjunto poco menos que imbatible, que mereció ser llamado "Huracán Verde", denominación bastante exacta. Allí estuve hasta 1953, año de mi retirada, forzada por una lesión de menisco. Tenía 33 años y pude despedirme con la grata aureola de un triunfo en la Copa, contra el Real Madrid.
No habrían de transcurrir muchos años para que la dinastía de los Maneja basketbolísticos se perfilase con trazos firmes. Fruto del matrimonio de Marcelino Maneja con Montserrat Gómez, nacieron Marcelino, en la señalada fecha de los Santos Inocentes, de 1946 y, siete años más tarde, Francisco, el 3 de enero de 1954 ambos llamados a vincular su juventud al deporte que dio gloria y prez al autor de sus días.
Marcelino, el primogénito, se inició como escolar. De los 14 a los 20 años -explica- jugué en el San Fernando, de Hospitalet. Significa ello que empecé como escolar y a los 15 años ya jugaba en el primer equipo. Fui a la "mili" y al volver comprendí que no llegaba al nivel debido, y aunque el Hospitalet me propuso fichar preferí seguir en el San Fernando, en Segunda, en donde, por cierto, jugué con Lloret, Santos y Jonama.
Francesc, el segundo de la descendencia, se inició también en el San Fernando, como infantil. Es tuve allí hasta los 15 años. Seguí después en el Metro, el San Just 1980, veteranos, y actualmente juego con los veteranos Basket-82. Mi principal actividad, sin embargo, la centro en la de entrenador. Tengo título y cuido del infantil del Hospitalet y de una escuela de Hospitalet, de su equipo Patufet Sant Jordi.
El benjamín de la saga, Daniel, hijo de Marcelino, tiene ahora 13 años y mide 1.63, una talla que promete superar la de su padre, su tío y "l'avi", todos ellos por debajo de lo que se entiende ahora como prototipo de basket. En opinión de su entrenador, que no es otro que "l'oncle" Francisco, se mueve con mucha agilidad y asimila bien las enseñanzas que recibe. El año pasado fue incluida en la selección de Hospitalet; tiene fuerza y mucha voluntad. Creo que podemos confiar en él.
Razones de peso que obligan a creer que el apellido Maneja pue de brillar de nuevo...
Para ver el texto y la fotografía, en la hemeroteca de EL Mundo Deportivo
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 0/pdf.html
LOS MANEJA, PASO A LA TERCERA GENERACION
Un largo camino desde el legendario Marcelino al benjamín Dani
Los viejos aficionados de la populosa villa de Hospitalet del Llobregat han de seguir forzosamente prendidos en la nostalgia de un esplendoroso pasado del equipo local, aquel Atlètic Bàsquet Juniors, al que la terminación de la Guerra Civil, hubo que rebautizar con el nombre de Club Baloncesto Hospitalet.
El más expresivo elogio que puede hacerse de aquel A B. Juniors consiste en recordar que en la temporada que precedió al estallido de la rebelión militar, fue el que más cerca estuvo, con un segundo lugar, de privar al fabuloso Patrie de proclamarse campeón de Catalunya de la temporada 1935-36. Aquel Juniors de gratísimo recuerdo lo formaban un plantel de jugadores, recién salidos de cascaron juvenil, que llevaban nombres llamados a convertirse, no sólo en ídolos locales, sino en auténticas figuras del basket español, tales como los hermanos Vidal, Sanahuja, Rodón, Piera, Benach, con un plantel de reservas, además, que aseguraban un próspero futuro para el club ribereño. Entre estos últimos, figuraba Marcelino Maneja, nacido el 5 de junio de 1921, quien ingresado en el club a los 12 años, pasó a reserva del primer equipo tras dos años de permanencia en el infantil. Todo un caso de precocidad, premonitorio del futuro que le estaba reservado a este jugador, estrella de una época en la que la calidad no se media por centímetros...
El viento de la guerra, que tantas cosas se llevó, incluyó entra ellas aquel modesto y pujante A.B. Juniors, obra de un grupo de entusiastas pioneros en el que figuraban Francisco Maneja, Hermano mayor de Marcelino, los hermanos Vidal, Manuel Tena, al que le seria asignado el cargo de presidente del club.
A cubierto del riesgo de movilizaciones, los más jóvenes del club pudieron mantener una cierta actividad, de las que Marcelino Maneja guarda un recuerdo no del todo ingrato. En el club quedamos los más jóvenes, los Roquetas, Rovira, Lillo, Rodon y yo y jugamos con frecuencia contra equipos de cuarteles, lo cual nos permitía degustar unas raciones de rancho muy agradecidas por nuestros estómagos, además de permitirnos llevar a casa unos valiosísimos lotes de arroz, azúcar. Fue, por supuesto, un llamémosle profesionalismo que nos vino como llovido del cielo…
Superada la trágica pausa impuesta por los tres años de guerra, al Júniors, convertido en el C. B. Hospitalet -recuérdese la tajante españolización de los nombres extranjeros de la posguerra: basket (baloncesto), hand-ball (balonmano), volleybol (balón volea), etc., etc. - tuvo la fortuna de recuperar a la casi totalidad de los jugadores sometidos a la inevitable dispersión. En esto -asiente Maneja- tuvimos suerte. Progresivamente fueron reintegrándose al club los hermanos Vidal y los Piera, Farré, Sanahuja, Rodón, Rosell, Escalera, Grau, Ventura, Roqueta. No nos costó mucho erigirnos en un equipo fuerte, que en los dos primeros años lo ganó casi todo. Fuimos campeones de España, imbatidos, tras ganar en la final al Atlético, de San Gervasio, por 20-17. En 1941 fuimos subcampeones, tras perder en Madrid frente al Español, por 24-35. Nuestro juego de ataque al que imprimíamos una velocidad literalmente arrolladora, era de una gran eficacia, aunque los tanteos de entonces, tan diferentes a los de ahora, puedan hacer creer otra cosa.
Ni qué decir tiene que Marcelino Maneja, aquel pequeño delantero al que tan fácil resultaba identificar por su vibrante juego y, al propio tiempo, por el pañuelo que llevó siempre anudado a la cabeza, fue pronto objeto de la atención de los más calificados patrones de pesca de los clubs de entonces. Estuve un año en el Español, la temporada 1942-43. Volví al siguiente al C. C. Hospitalet, en donde estuve tres temporadas. Pero mi destino final iba a estar fijado en Badalona, en el Joventut, en él por espacio de siete años conocí mis mayores logros deportivos, excepción hecha, claro está, del debut internacional, contra Francia en marzo de 1943, como jugador del Español. Del Joventut, los Valls, Kucharski, Gubern, Oller, Bassó, Espiga y yo, además de los Parra, Masferrer, Massagué y Roca, que fueron incorporándose al equipo, hicimos un conjunto poco menos que imbatible, que mereció ser llamado "Huracán Verde", denominación bastante exacta. Allí estuve hasta 1953, año de mi retirada, forzada por una lesión de menisco. Tenía 33 años y pude despedirme con la grata aureola de un triunfo en la Copa, contra el Real Madrid.
No habrían de transcurrir muchos años para que la dinastía de los Maneja basketbolísticos se perfilase con trazos firmes. Fruto del matrimonio de Marcelino Maneja con Montserrat Gómez, nacieron Marcelino, en la señalada fecha de los Santos Inocentes, de 1946 y, siete años más tarde, Francisco, el 3 de enero de 1954 ambos llamados a vincular su juventud al deporte que dio gloria y prez al autor de sus días.
Marcelino, el primogénito, se inició como escolar. De los 14 a los 20 años -explica- jugué en el San Fernando, de Hospitalet. Significa ello que empecé como escolar y a los 15 años ya jugaba en el primer equipo. Fui a la "mili" y al volver comprendí que no llegaba al nivel debido, y aunque el Hospitalet me propuso fichar preferí seguir en el San Fernando, en Segunda, en donde, por cierto, jugué con Lloret, Santos y Jonama.
Francesc, el segundo de la descendencia, se inició también en el San Fernando, como infantil. Es tuve allí hasta los 15 años. Seguí después en el Metro, el San Just 1980, veteranos, y actualmente juego con los veteranos Basket-82. Mi principal actividad, sin embargo, la centro en la de entrenador. Tengo título y cuido del infantil del Hospitalet y de una escuela de Hospitalet, de su equipo Patufet Sant Jordi.
El benjamín de la saga, Daniel, hijo de Marcelino, tiene ahora 13 años y mide 1.63, una talla que promete superar la de su padre, su tío y "l'avi", todos ellos por debajo de lo que se entiende ahora como prototipo de basket. En opinión de su entrenador, que no es otro que "l'oncle" Francisco, se mueve con mucha agilidad y asimila bien las enseñanzas que recibe. El año pasado fue incluida en la selección de Hospitalet; tiene fuerza y mucha voluntad. Creo que podemos confiar en él.
Razones de peso que obligan a creer que el apellido Maneja pue de brillar de nuevo...
Para ver el texto y la fotografía, en la hemeroteca de EL Mundo Deportivo
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 0/pdf.html
DINASTIA DEL BASKET (26). Una serie de Manuel Espín
LOS BORRELL: DE TAL PALO, TAL ASTILLA
Ex internacional, el padre; un valor en alza, el hijo
Hasta no hace muchos años, los pívots que alcanzasen, o superasen, los dos metros de estatura venían a ser el sueño dorado de la inmensa mayoría de entrenadores de los clubes españoles. Y también, claro está, de los seleccionadores que precedieron en el cargo a Antonio Díez Miguel, a quien, la nacionalización de Clifford Luyk resolvió, por espacio de siete años —1966-72— la eterna papeleta de la carencia de un pivot-pivot.
Por fortuna, el viejo problema de la falta de hombres altos —para los que obviamente se inventó este de porte— se ha visto solucionado en los últimos años, con la aparición de jóvenes dotados de esa talla por la que durante tantos años habían venido suspirando los técnicos españoles. No deja de ser significativo que ya nadie crea necesarias aquellas “operación altura” con las que se trataba de descubrir la oculta perla. Hoy, diríase que los jugadores que superan la dorada cota de los dos metros nacen por generación espontánea...
Ese pareció ser, como excepción, el origen de Francisco Borrell, uno de los primeros —dos metros— que aparecieron en el basket español con la etiqueta de autóctonos. Eran, claro, los tiempos en que a nadie podía pasarle por la cabeza la idea de que, con los años, llegaría a producirse esa masiva y multimillonaria contratación de pívots americanos, negros y blancos. Se explica, por ello, que la sola aparición de un gigante de dos metros —que esa era la talla de aquel espigado muchacho, nacido en Sant Boi del Llobregat, el 17 de julio de 1934— produjese un movimiento de interés de parte de muchos técnicos. No era el basket, sin embargo, el deporte que primeramente cautivó a Borrell.
— Viviendo en Sant Boi, mí de deporte no podía ser otro que el rugby. Empecé a practicarlo en la Santboià y lo alternaba con el fútbol, que practicaba en el Centre Català. Al basket llegué por una inesperada circunstancia. El Aismalibar vino a Sant Boi a disputar un partido amistoso y quedé lo que se dice prendido de aquel deporte, nuevo para mí. Empecé a meter canastas en el Ateneu Santboià, en el que estuve un año y medio. Por una recomendación estuve entrenando con el Barcelona, a las órdenes de Fernando Font. Pero tuve que dejarlo porque me vi obligado a desplazarme a Zaragoza, para cursar estudios de veterinaria. El mismo Fernando Font me hizo una carta de presentación al Helios, por el que fiché después de haber participado en los Juegos Universitarios nacionales, con el equipo de la Facultad. En Zaragoza seguía jugando después con el Iberia y el Stadium Casablanca.
Kucharski, buen ojeador del coto basketbolístico nacional, tuvo pronto referencias de aquel pívot que empezaba ya a ser algo más que una promesa. La oferta para trasladarse a Montcada, sede del Aismalibar, le llegó a Borrell en plazo inmediato. Pero un compás de espera se imponía.
—No pude aceptar, de momento, porque tenía que trasladarme a Madrid para seguir el cuarto curso de carrera. Allí ingresé en el Hesperia, filial del Real Madrid. Un año y volvió a casa, con el propósito de estudiar por libre. Corría el año 1957 y así me fue posible ingresar en el Aismalibar.
Los progresos acumulados por Borrell en su año de permanencia en el Hesperia, entrenado por Cholo Méndez, un prestigioso técnico peruano, hicieron que Kucharski viese sumamente facilitado el trabajo de hacer de este novel santboiano un valor plenamente logrado. "Alberti, el seleccionador nacional, me llamó para el amistoso España-Bélgica, del 23 de marzo de 1958, en Barcelona, de preparación para el Eurobasket, de Estambul, previsto para el año siguiente. Nos clasificamos muy abajo, en decimoquinto lugar, pero pudimos haber quedado bastante más arriba sin la desgracia que tuvimos contra Polonia, que, en jugada nuestra desafortunada nos empato en el último segundo y nos ganó después, por 58-61. Era la primera confrontación con Polonia, que sería por muchos años la bestia negra del basket español.”
Tras los dos años pasados en el Aismalibar, que en el baúl de los recuerdos de Francisco Borrell figura como “el capítulo más grato de mi vida deportiva”, el Español pasó a contar con los servicios de tan notable jugador. “En Sarria estuve solamente un año. Había terminado la carrera y más que en meter canastas y coger rebotes había que pensar en ese futuro que se me abría con el título de Veterinario especializado en patología avícola col gado en mi pecho.”
A Borrell, empero, le quedaba todavía una breve tapa que cubrir en el basket. “Dos años después de mi retirada, mis ocupaciones profesionales me llevaron a Lérida, en donde pude hacer compatible mi quehacer profesional con el básquet. Jugué en el Sícoris con el que disputamos dos años la promoción a Primera. Y Entonces, sí, adiós al basket”.
Pero sólo un adiós relativo. Los años, no muchos, avivarían en grado sumo su interés por este deporte. Su hijo Francisco, que con veinte años, cumplidos el 15 de enero de este año, supera la estatura de su progenitor, aparece como un estimable valor en alza. “Empecé en el La Salle de Reus, en el miníbasket, con Joan Salvadó como instructor; pasé después al infantil del Reus en el que estuve hasta el último año de júnior. Con el C.B. Tarragona, y ya en el primer equipo subimos a Primera catalana y este año estamos en Segunda nacional, con Jesús Sanjosé como entrenador. La nueva categoría es muy difícil por lo que nuestro principal objetivo es el de mantener nos.”
Objetivo, el propuesto, para el que Francisco Borrell júnior puede hacer una positiva aportación. Sus dos centímetros hacen de él un bastón importante bajo los tableros. Que por algo viene apareciendo como el jugador más alto de los partidos en que interviene. "Por ahora sí -asiente, bromeando hasta que empiecen a llegar los negros...”
La saga de los Borrell tiene un continuar en el pequeño Baldiri, de ocho años. Tiene, sí, edad para el mini. "Pero, de momento -precisa Borrell senior- sus inclinaciones no parecen ir por ahí. Es la música lo que le apasiona. Veremos si es eso lo que el destino le tiene reservado."
El momento parecía oportuno para recordar a papa Borrell que a esa edad, más o menos. Mozart publicó sus primeras composiciones y que a los doce escribió su primera ópera...
El enlace al texto y fotografías a la hemeroteca del El Mundo Deportivo.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 6/pdf.html
LOS BORRELL: DE TAL PALO, TAL ASTILLA
Ex internacional, el padre; un valor en alza, el hijo
Hasta no hace muchos años, los pívots que alcanzasen, o superasen, los dos metros de estatura venían a ser el sueño dorado de la inmensa mayoría de entrenadores de los clubes españoles. Y también, claro está, de los seleccionadores que precedieron en el cargo a Antonio Díez Miguel, a quien, la nacionalización de Clifford Luyk resolvió, por espacio de siete años —1966-72— la eterna papeleta de la carencia de un pivot-pivot.
Por fortuna, el viejo problema de la falta de hombres altos —para los que obviamente se inventó este de porte— se ha visto solucionado en los últimos años, con la aparición de jóvenes dotados de esa talla por la que durante tantos años habían venido suspirando los técnicos españoles. No deja de ser significativo que ya nadie crea necesarias aquellas “operación altura” con las que se trataba de descubrir la oculta perla. Hoy, diríase que los jugadores que superan la dorada cota de los dos metros nacen por generación espontánea...
Ese pareció ser, como excepción, el origen de Francisco Borrell, uno de los primeros —dos metros— que aparecieron en el basket español con la etiqueta de autóctonos. Eran, claro, los tiempos en que a nadie podía pasarle por la cabeza la idea de que, con los años, llegaría a producirse esa masiva y multimillonaria contratación de pívots americanos, negros y blancos. Se explica, por ello, que la sola aparición de un gigante de dos metros —que esa era la talla de aquel espigado muchacho, nacido en Sant Boi del Llobregat, el 17 de julio de 1934— produjese un movimiento de interés de parte de muchos técnicos. No era el basket, sin embargo, el deporte que primeramente cautivó a Borrell.
— Viviendo en Sant Boi, mí de deporte no podía ser otro que el rugby. Empecé a practicarlo en la Santboià y lo alternaba con el fútbol, que practicaba en el Centre Català. Al basket llegué por una inesperada circunstancia. El Aismalibar vino a Sant Boi a disputar un partido amistoso y quedé lo que se dice prendido de aquel deporte, nuevo para mí. Empecé a meter canastas en el Ateneu Santboià, en el que estuve un año y medio. Por una recomendación estuve entrenando con el Barcelona, a las órdenes de Fernando Font. Pero tuve que dejarlo porque me vi obligado a desplazarme a Zaragoza, para cursar estudios de veterinaria. El mismo Fernando Font me hizo una carta de presentación al Helios, por el que fiché después de haber participado en los Juegos Universitarios nacionales, con el equipo de la Facultad. En Zaragoza seguía jugando después con el Iberia y el Stadium Casablanca.
Kucharski, buen ojeador del coto basketbolístico nacional, tuvo pronto referencias de aquel pívot que empezaba ya a ser algo más que una promesa. La oferta para trasladarse a Montcada, sede del Aismalibar, le llegó a Borrell en plazo inmediato. Pero un compás de espera se imponía.
—No pude aceptar, de momento, porque tenía que trasladarme a Madrid para seguir el cuarto curso de carrera. Allí ingresé en el Hesperia, filial del Real Madrid. Un año y volvió a casa, con el propósito de estudiar por libre. Corría el año 1957 y así me fue posible ingresar en el Aismalibar.
Los progresos acumulados por Borrell en su año de permanencia en el Hesperia, entrenado por Cholo Méndez, un prestigioso técnico peruano, hicieron que Kucharski viese sumamente facilitado el trabajo de hacer de este novel santboiano un valor plenamente logrado. "Alberti, el seleccionador nacional, me llamó para el amistoso España-Bélgica, del 23 de marzo de 1958, en Barcelona, de preparación para el Eurobasket, de Estambul, previsto para el año siguiente. Nos clasificamos muy abajo, en decimoquinto lugar, pero pudimos haber quedado bastante más arriba sin la desgracia que tuvimos contra Polonia, que, en jugada nuestra desafortunada nos empato en el último segundo y nos ganó después, por 58-61. Era la primera confrontación con Polonia, que sería por muchos años la bestia negra del basket español.”
Tras los dos años pasados en el Aismalibar, que en el baúl de los recuerdos de Francisco Borrell figura como “el capítulo más grato de mi vida deportiva”, el Español pasó a contar con los servicios de tan notable jugador. “En Sarria estuve solamente un año. Había terminado la carrera y más que en meter canastas y coger rebotes había que pensar en ese futuro que se me abría con el título de Veterinario especializado en patología avícola col gado en mi pecho.”
A Borrell, empero, le quedaba todavía una breve tapa que cubrir en el basket. “Dos años después de mi retirada, mis ocupaciones profesionales me llevaron a Lérida, en donde pude hacer compatible mi quehacer profesional con el básquet. Jugué en el Sícoris con el que disputamos dos años la promoción a Primera. Y Entonces, sí, adiós al basket”.
Pero sólo un adiós relativo. Los años, no muchos, avivarían en grado sumo su interés por este deporte. Su hijo Francisco, que con veinte años, cumplidos el 15 de enero de este año, supera la estatura de su progenitor, aparece como un estimable valor en alza. “Empecé en el La Salle de Reus, en el miníbasket, con Joan Salvadó como instructor; pasé después al infantil del Reus en el que estuve hasta el último año de júnior. Con el C.B. Tarragona, y ya en el primer equipo subimos a Primera catalana y este año estamos en Segunda nacional, con Jesús Sanjosé como entrenador. La nueva categoría es muy difícil por lo que nuestro principal objetivo es el de mantener nos.”
Objetivo, el propuesto, para el que Francisco Borrell júnior puede hacer una positiva aportación. Sus dos centímetros hacen de él un bastón importante bajo los tableros. Que por algo viene apareciendo como el jugador más alto de los partidos en que interviene. "Por ahora sí -asiente, bromeando hasta que empiecen a llegar los negros...”
La saga de los Borrell tiene un continuar en el pequeño Baldiri, de ocho años. Tiene, sí, edad para el mini. "Pero, de momento -precisa Borrell senior- sus inclinaciones no parecen ir por ahí. Es la música lo que le apasiona. Veremos si es eso lo que el destino le tiene reservado."
El momento parecía oportuno para recordar a papa Borrell que a esa edad, más o menos. Mozart publicó sus primeras composiciones y que a los doce escribió su primera ópera...
El enlace al texto y fotografías a la hemeroteca del El Mundo Deportivo.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 6/pdf.html
Re: DINASTIAS DEL BASKET (27) Una serie de Manuel Espín AQUEL TREPIDANTE ESTILO DE JOSEP MARIA SOLER
DINASTIAS DEL BASKET (27). UNA SERIE DE MANUEL ESPIN
AQUEL TREPIDANTE ESTILO DE JOSEP MARIA SOLER
Su sucesor, Jordi, practica un juego más cerebral que el de su padre
Aquel Picadero, con su nombre de club hípico, que de la mano —y de la cartera— de su presidente, Joaquín Rodríguez quiso emular las glorias, no hípicas sino basketbolísticas, del Real Madrid y F. C. Barcelona, sirvió, entre otras cosas de signo positivo, para que algunos jugadores de la elite de aquel tiempo —mediada la década de los sesenta— pudiesen realizar el fichaje de su vida. El dinero, por supuesto, ya corría, pero con una moderación que hacía que incluso los mejores retribuidos de entonces, soñasen en un fichaje por el Picadero.
Uno de los últimos fichajes -sin duda el más sonado de aquella temporada (1966) — tuvo como protagonista a Josep María Soler. El Picadero había ya reclutado en las tres temporadas anteriores a valores relevantes como Jesús Codina, Lorenzo Alocén, Soro, que, con los jugadores propios, Albanell y Calvet, formaban un conjunto sumamente fuerte.
—A pesar de todo —reconoce Soler— en las clasificaciones teníamos que conformarnos siempre con el segundo lugar; el primero parecía tenerlo en exclusiva el Real Madrid. Ganamos una Copa, eso sí venciendo en la final de Gijón, en 1968, al Juventud, por 58-55 un resultado con el que dimos la gran sorpresa, puesto que la “Penya” partía como clara favorita.
Con su fichaje por el Picadero, Josep María Soler culminaba una larga etapa de superación, iniciada en el Colegio Santa Ana de Mataró, su lugar de nacimiento.
—Me inicié en los infantiles de los que, al cumplir 15 años—o sea, en 1958— pasé al juvenil del Mataró, en donde jugaba Joan Martínez, el que sería la gran figura del Manresa y notable internacional. Al año siguiente de mi ingreso en el club mataronés tuvimos como técnico a Antonio Serra, que sería mi entrenador en el primer equipo, al que me subió al cumplir yo los 17 años, y en el que estuve hasta fichar por el Picadero, en 1966.
Ante Josep María Soler iban a abrírsele, a partir de aquel año, otras metas; más ambiciosas si cabe. En 1971 entraba en el Palau Blau-Grana por la puerta grande, por la que habían pasado también, con pocos días de diferencia, otros valores tan relevantes como Aspiazu, Carmichael, Lluís Costa, Sada, Camps.
—El equipo lo entrenaba Javier Añúa, y al año siguiente entró Will Ernst Tres años después, llegó Ranko Zeravica, que creyó llegado el momento de rejuvenecer el equipo, aquel equipo que el Barça se había propuesto formar para acabar con el poderío del Real Madrid. Naturalmente, cuando se trató de inyectar juventud al equipo, yo, con mis treinta años, no “hi tenia res a fer”...
Pero la trayectoria deportiva de Josep María Soler iba a prolongarse unos años más. —
Yo me sentía con fuerzas y en plenitud de juego y no podía resignarme a colgar las zapatillas. Necesitaba, en fin, seguir en activo, lo cual me fue posible gracias a una oferta recibida del Breogan, con la curiosa circunstancia, eso sí, de seguir residiendo en Barcelona, desde donde, cada fin de semana, me trasladaba a Lugo o a donde tuviese que ir a jugar el equipo; todo, claro está, a base de idas y venidas en avión. El equipo subió a primera, lo que vino a demostrar que mi concurso fue positivo sin necesidad de entrenar durante la semana.
Soler seguía teniendo cuerda para unos años más.
—Uno en Manresa, otro en Mataró, con ascenso de segunda a primera, y, ya en 1977, de nuevo al Manresa. Este tenía que ser mi último fichaje y lo fue, como jugador. Pasé un año en blanco y descolgué las zapatillas para jugar y entrenar en la Esportiva de Mataró; allí dos años más y puse punto final, de forma definitiva.
Atrás quedaba para Soler un largo rosario de recuerdos que ir desgranando. Veintisiete años en activo, 15 Ligas jugadas y una Copa ganada; 9 veces internacional.
El basket, por diversas razones, sigue siendo una constante en la vida de este singular veterano. Aquel Soler de arrolladora velocidad, de juego trepidante, que levantaba oleadas de aplausos en el Palau, sigue sirviendo al basket, respaldado con su título de Profesor de Educación Física y de Deportes, como instructor del alumnado del Col-legi Mare de Déu de les Escoles Pies, de Barcelona, con dos equipos infantiles. Una actividad compatible con la que, en otra esfera profesional, asume en un negocio familiar al frente del acreditado restaurante Agustín, de la calle Bergara.
Con el basket le une, además, a Josep María Soler un vínculo importante. Su hijo Jordi, que cumplió 19 años el pasado 21 de marzo, y mide 1,85 m, es un valor en alza en la actual plantilla blaugrana, a las órdenes de Aito. En él tiene, sin duda, el “coach” barcelonista el relevo para cuando los ya veteranos Solozábal y Costa se lo pidan. Para el joven Jordi el futuro aparece teñido de azul y grana, cuyos colores empezó a vestir como juvenil.
Como para tantísimos otros valores surgidos de la fértil cantera mataronesa, el Col-legí Valldemía fue su cuna basketbolística. Caries Nadal fue allí mi primer instructor, hasta que a los 12 años ingresé en el Mataró, en miníbasket, con el doctor Ramis como entrenador. Hasta los 16 años me estuvo entrenando mi padre ya esa edad ingresé en el Barça, en el que llevo cuatro años. Hace dos años quedamos campeones de España y lo fuimos también de Catalunya: eliminamos al Joventut y jugamos la final contra el Español.
El bautismo internacional lo obtuvo Jordi como seleccionado para el Campeonato de Europa júnior celebrado en Yugoslavia. Allí —recuerda—, nos clasificamos en sexto lugar. Pudimos, sin duda, habernos clasificado mejor de no haberse producido las lesiones de Morales y Abad.
Nadie más calificado para valorar la calidad técnica de Jordi Soler que su propio progenitor. Técnicamente es mejor que yo; posee mejor tiro y es más cerebral. No tiene, si se quiere, la garra que yo tenía, pero me supera, en cambio, en inteligencia, una cualidad vital para el puesto de base.
Un Soler distinto, sin duda, de aquel otro, auténtico torbellino que encandilaba al público del Palau, forjado en los moldes de un juego acorde con las nuevas corrientes: ese es el que apunta como futuro base titular del equipo blaugrana.
El enlace al texto y la fotografía: De tal palo, tal astilla... (Foto: S. Carmona) de la hemeroteca de El Mundo Deportivo.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 8/pdf.html
AQUEL TREPIDANTE ESTILO DE JOSEP MARIA SOLER
Su sucesor, Jordi, practica un juego más cerebral que el de su padre
Aquel Picadero, con su nombre de club hípico, que de la mano —y de la cartera— de su presidente, Joaquín Rodríguez quiso emular las glorias, no hípicas sino basketbolísticas, del Real Madrid y F. C. Barcelona, sirvió, entre otras cosas de signo positivo, para que algunos jugadores de la elite de aquel tiempo —mediada la década de los sesenta— pudiesen realizar el fichaje de su vida. El dinero, por supuesto, ya corría, pero con una moderación que hacía que incluso los mejores retribuidos de entonces, soñasen en un fichaje por el Picadero.
Uno de los últimos fichajes -sin duda el más sonado de aquella temporada (1966) — tuvo como protagonista a Josep María Soler. El Picadero había ya reclutado en las tres temporadas anteriores a valores relevantes como Jesús Codina, Lorenzo Alocén, Soro, que, con los jugadores propios, Albanell y Calvet, formaban un conjunto sumamente fuerte.
—A pesar de todo —reconoce Soler— en las clasificaciones teníamos que conformarnos siempre con el segundo lugar; el primero parecía tenerlo en exclusiva el Real Madrid. Ganamos una Copa, eso sí venciendo en la final de Gijón, en 1968, al Juventud, por 58-55 un resultado con el que dimos la gran sorpresa, puesto que la “Penya” partía como clara favorita.
Con su fichaje por el Picadero, Josep María Soler culminaba una larga etapa de superación, iniciada en el Colegio Santa Ana de Mataró, su lugar de nacimiento.
—Me inicié en los infantiles de los que, al cumplir 15 años—o sea, en 1958— pasé al juvenil del Mataró, en donde jugaba Joan Martínez, el que sería la gran figura del Manresa y notable internacional. Al año siguiente de mi ingreso en el club mataronés tuvimos como técnico a Antonio Serra, que sería mi entrenador en el primer equipo, al que me subió al cumplir yo los 17 años, y en el que estuve hasta fichar por el Picadero, en 1966.
Ante Josep María Soler iban a abrírsele, a partir de aquel año, otras metas; más ambiciosas si cabe. En 1971 entraba en el Palau Blau-Grana por la puerta grande, por la que habían pasado también, con pocos días de diferencia, otros valores tan relevantes como Aspiazu, Carmichael, Lluís Costa, Sada, Camps.
—El equipo lo entrenaba Javier Añúa, y al año siguiente entró Will Ernst Tres años después, llegó Ranko Zeravica, que creyó llegado el momento de rejuvenecer el equipo, aquel equipo que el Barça se había propuesto formar para acabar con el poderío del Real Madrid. Naturalmente, cuando se trató de inyectar juventud al equipo, yo, con mis treinta años, no “hi tenia res a fer”...
Pero la trayectoria deportiva de Josep María Soler iba a prolongarse unos años más. —
Yo me sentía con fuerzas y en plenitud de juego y no podía resignarme a colgar las zapatillas. Necesitaba, en fin, seguir en activo, lo cual me fue posible gracias a una oferta recibida del Breogan, con la curiosa circunstancia, eso sí, de seguir residiendo en Barcelona, desde donde, cada fin de semana, me trasladaba a Lugo o a donde tuviese que ir a jugar el equipo; todo, claro está, a base de idas y venidas en avión. El equipo subió a primera, lo que vino a demostrar que mi concurso fue positivo sin necesidad de entrenar durante la semana.
Soler seguía teniendo cuerda para unos años más.
—Uno en Manresa, otro en Mataró, con ascenso de segunda a primera, y, ya en 1977, de nuevo al Manresa. Este tenía que ser mi último fichaje y lo fue, como jugador. Pasé un año en blanco y descolgué las zapatillas para jugar y entrenar en la Esportiva de Mataró; allí dos años más y puse punto final, de forma definitiva.
Atrás quedaba para Soler un largo rosario de recuerdos que ir desgranando. Veintisiete años en activo, 15 Ligas jugadas y una Copa ganada; 9 veces internacional.
El basket, por diversas razones, sigue siendo una constante en la vida de este singular veterano. Aquel Soler de arrolladora velocidad, de juego trepidante, que levantaba oleadas de aplausos en el Palau, sigue sirviendo al basket, respaldado con su título de Profesor de Educación Física y de Deportes, como instructor del alumnado del Col-legi Mare de Déu de les Escoles Pies, de Barcelona, con dos equipos infantiles. Una actividad compatible con la que, en otra esfera profesional, asume en un negocio familiar al frente del acreditado restaurante Agustín, de la calle Bergara.
Con el basket le une, además, a Josep María Soler un vínculo importante. Su hijo Jordi, que cumplió 19 años el pasado 21 de marzo, y mide 1,85 m, es un valor en alza en la actual plantilla blaugrana, a las órdenes de Aito. En él tiene, sin duda, el “coach” barcelonista el relevo para cuando los ya veteranos Solozábal y Costa se lo pidan. Para el joven Jordi el futuro aparece teñido de azul y grana, cuyos colores empezó a vestir como juvenil.
Como para tantísimos otros valores surgidos de la fértil cantera mataronesa, el Col-legí Valldemía fue su cuna basketbolística. Caries Nadal fue allí mi primer instructor, hasta que a los 12 años ingresé en el Mataró, en miníbasket, con el doctor Ramis como entrenador. Hasta los 16 años me estuvo entrenando mi padre ya esa edad ingresé en el Barça, en el que llevo cuatro años. Hace dos años quedamos campeones de España y lo fuimos también de Catalunya: eliminamos al Joventut y jugamos la final contra el Español.
El bautismo internacional lo obtuvo Jordi como seleccionado para el Campeonato de Europa júnior celebrado en Yugoslavia. Allí —recuerda—, nos clasificamos en sexto lugar. Pudimos, sin duda, habernos clasificado mejor de no haberse producido las lesiones de Morales y Abad.
Nadie más calificado para valorar la calidad técnica de Jordi Soler que su propio progenitor. Técnicamente es mejor que yo; posee mejor tiro y es más cerebral. No tiene, si se quiere, la garra que yo tenía, pero me supera, en cambio, en inteligencia, una cualidad vital para el puesto de base.
Un Soler distinto, sin duda, de aquel otro, auténtico torbellino que encandilaba al público del Palau, forjado en los moldes de un juego acorde con las nuevas corrientes: ese es el que apunta como futuro base titular del equipo blaugrana.
El enlace al texto y la fotografía: De tal palo, tal astilla... (Foto: S. Carmona) de la hemeroteca de El Mundo Deportivo.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 8/pdf.html
DINASTIAS DEL BASKET (28) Una serie de Manuel. Espín
“MET” FERRANDQ: EN EL BARÇA, LOS MEJORES AÑOS DE SU VIDA
Joan, su sucesor, todo un “amateur” por vocación
A Joan Ferrando, al que, a Dios gracias, todos podemos seguir llamándole “el Met”—a saber en qué se inspiró el creador de ese curioso apelativo— se le tiene catalogado como una de las figuras preeminentes del basket de la década de los 50. De una época, esto es, en que se podía ser gran figura midiendo tan sólo 1,69 m, que esta era su estatura. La cortedad de talla no constituía, por supuesto, un “hándicap” insuperable cuando se poseían otras cualidades —rapidez, inabatible espíritu de lucha, visión de juego, talento, y un supremo acierto en el tiro, obtenido gracias a una total entrega en largas sesiones de entrenamiento— que el “Met” empezó a lucir desde el momento en que, emergiendo de la categoría júnior —tras quemar etapas en la de infantiles (Barca) y juveniles (Laietá)—viose investido de la titularidad en el equipo del club decano.
Fue, la suya, una ascensión meteórica. “Verme como titular del Laietà, recién salido de la categoría juvenil, jugando al lado de los legendarios Muscat y Guix, era para mí un sueño increíble.”
Fernando daba así sus primeros pasos hacia un estrellato rutilante. Finalizada la temporada 1939-40 el Barcelona, tras superar un cúmulo de dificultades de todo orden, incluido el político, pudo reorganizar de otro modo, los encargados de dar vida a la de basket, el directivo Molasxy, el delegado Cardús, convencieron al Met para que retornase al club en el que había logrado sus primeras canastas —sus primeros baskets, como se decía entonces— como infantil.
En el Barcelona iba a cubrir Joan Ferrando una larga y brillante singladura de diez años, suficiente, claro está, para que se le recuerde principalmente como jugador blaugrana o, como era obligado decir entonces, azulgrana, tan obligado como fue en aquel tiempo que el club cambiase su denominación de F. C. Barcelona por el de C. de F. Barcelona...
Los diez años como jugador barcelonista le supieron a poco al dinámico Ferrando. “Siempre sentí el fuerte y sincero deseo de colgar las zapatillas de juego en el vestuario del Barça. Pero no pudo ser. Unas incomprensiones del club, de ciertos directivos para precisar, me indujeron a tomar la decisión de marcharme del club, con gran disgusto por mi parte, ni que decirse tiene. Tenía 28 años y me sentía fuerte, con ánimos y con la misma afición de siempre. Eso me permitió seguir en activo cinco años más; hasta 1956, año de mi retirada, estuve uno en el Montgat; dos en el Español; una temporada en el Aismalibar, de Manresa. Repasando fechas, resulta, pues, que pude celebrar mis bodas de plata como jugador de basket: desde los 8 años, en que empecé a manejar un balón en el colegio de la Inmaculada, de Sarriá, hasta 1956 en que me retiré como jugador del Manresa.”
Y pudo alcanzar las bodas de oro; añadimos por nuestra cuenta, si una pertinaz y artritis reumatoide no le hubiese obligado a permutar su puesto en el equipo de veteranos del FC Barcelona por el de delegado, que sigue ocupando con el mismo tesón que lució en su larga, larguísima ejecutoria como jugador.
No hemos referido, a todo esto, que Ferrando, 20 veces internacional, puede lucir en su dilatado historial, un logro de clara resonancia histórica: suya fue la canasta que, en el Pre-Mundial de 1950, celebrado en Niza, decidió, contra Bélgica, y por 45-44, la calificación de España para el Mundial de Buenos Aires. Cierto que la presencia de España en la capital argentina estaba ya asegurada gracias a una invitación del general Perón, pero fue mejor ir con los méritos contraídos en el terreno de juego, sin el favor peronista...
Dos años después de su retirada viose favorecido Joan Ferrando con otro título, el más preciado, sin duda alguna, de cuantos había venido atesorando: el de padre de un (debe faltar alguna línea) ranza de que la saga basketbolística de los Ferrando tuviese una digna continuación. El 14 de mayo de 1958 el hogar de los Ferrando-Carmen Andreu viose bendecido por segunda vez —cuatro años lo había ya sido con el nacimiento de Carmen Rosa—con la feliz composición de la deseada parejita.
Es obvio que a la dicha experimentada por ‘papá” Ferrando por el señalado acontecimiento familiar no fue ajena, ni muchísimo menos, la ilusionada perspectiva de tener en el varón recién llegado un continuador de la estirpe. Los hechos no tardarían más de ocho años en confirmar tales esperanzas. “A los 7 años—refiere Ferrando II— me inicié en el colegio, el Padre Claret, y a los 8 entré en los mini, del Barca. Pero al deshacerse el equipo pasé al Gaudí, en donde estuve hasta los 13 años, en cadetes. Seguí después al Laietà, en donde estuve 4 años, dos de ellos, como júnior, jugaba en el primer equipo.”
El sino del joven Ferrando era cambiar de equipo por culpa de las disoluciones. Esa fue la causa por la que hubo de dejar el Laietà. “Tenía 18 años y fiché por el Horta, en el que estuve ocho años, habiéndonos proclamado campeones de Liga catalana y Copa de Tercera División nacional. Del Horta pasé a la Montañesa y subimos a Segunda División nacional. Decidí retirarme pero en la actualidad vuelvo a jugar en el Adams Sant Boi, en Segunda catalana.”
Sobre la valía técnica de Ferrando júnior, nadie más calificado que Ferrando senior para emitir una opinión. “Por lo que he venido observando en las categorías en que se movió, Joan era y sigue siendo, a sus treinta años, uno de los valores más destacados. Me consta que algunos clubs de categorías superiores realizaron tanteos indirectos con vistas a un posible fichaje. Pero él se miró siempre el deporte como un agradable pasatiempo. Siempre, con un pleno espíritu amateur, sin percibir ni un duro.”
—Para mí el basket—ratificó “l’hereu”—fue un agradable medio de practicar deporte, de convivir con unos amigos, sin que ello interfiriese mi trabajo y mis estudios.
Siempre quedará la duda de si esa sana y loable manera de entender el deporte no frustró la eclosión de un émulo de Ferrando I, con el que presentaba un cierto parecido. “Yo no vi, naturalmente, jugara mi padre. Pero muchos que lo vieron han dicho de mí que me parecía en todo, garra, espíritu de lucha, afán de triunfo. Todo un honor.
El enlace del texto y de la foto a la hemeroteca del Mundo Deportivo.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 9/pdf.html
“MET” FERRANDQ: EN EL BARÇA, LOS MEJORES AÑOS DE SU VIDA
Joan, su sucesor, todo un “amateur” por vocación
A Joan Ferrando, al que, a Dios gracias, todos podemos seguir llamándole “el Met”—a saber en qué se inspiró el creador de ese curioso apelativo— se le tiene catalogado como una de las figuras preeminentes del basket de la década de los 50. De una época, esto es, en que se podía ser gran figura midiendo tan sólo 1,69 m, que esta era su estatura. La cortedad de talla no constituía, por supuesto, un “hándicap” insuperable cuando se poseían otras cualidades —rapidez, inabatible espíritu de lucha, visión de juego, talento, y un supremo acierto en el tiro, obtenido gracias a una total entrega en largas sesiones de entrenamiento— que el “Met” empezó a lucir desde el momento en que, emergiendo de la categoría júnior —tras quemar etapas en la de infantiles (Barca) y juveniles (Laietá)—viose investido de la titularidad en el equipo del club decano.
Fue, la suya, una ascensión meteórica. “Verme como titular del Laietà, recién salido de la categoría juvenil, jugando al lado de los legendarios Muscat y Guix, era para mí un sueño increíble.”
Fernando daba así sus primeros pasos hacia un estrellato rutilante. Finalizada la temporada 1939-40 el Barcelona, tras superar un cúmulo de dificultades de todo orden, incluido el político, pudo reorganizar de otro modo, los encargados de dar vida a la de basket, el directivo Molasxy, el delegado Cardús, convencieron al Met para que retornase al club en el que había logrado sus primeras canastas —sus primeros baskets, como se decía entonces— como infantil.
En el Barcelona iba a cubrir Joan Ferrando una larga y brillante singladura de diez años, suficiente, claro está, para que se le recuerde principalmente como jugador blaugrana o, como era obligado decir entonces, azulgrana, tan obligado como fue en aquel tiempo que el club cambiase su denominación de F. C. Barcelona por el de C. de F. Barcelona...
Los diez años como jugador barcelonista le supieron a poco al dinámico Ferrando. “Siempre sentí el fuerte y sincero deseo de colgar las zapatillas de juego en el vestuario del Barça. Pero no pudo ser. Unas incomprensiones del club, de ciertos directivos para precisar, me indujeron a tomar la decisión de marcharme del club, con gran disgusto por mi parte, ni que decirse tiene. Tenía 28 años y me sentía fuerte, con ánimos y con la misma afición de siempre. Eso me permitió seguir en activo cinco años más; hasta 1956, año de mi retirada, estuve uno en el Montgat; dos en el Español; una temporada en el Aismalibar, de Manresa. Repasando fechas, resulta, pues, que pude celebrar mis bodas de plata como jugador de basket: desde los 8 años, en que empecé a manejar un balón en el colegio de la Inmaculada, de Sarriá, hasta 1956 en que me retiré como jugador del Manresa.”
Y pudo alcanzar las bodas de oro; añadimos por nuestra cuenta, si una pertinaz y artritis reumatoide no le hubiese obligado a permutar su puesto en el equipo de veteranos del FC Barcelona por el de delegado, que sigue ocupando con el mismo tesón que lució en su larga, larguísima ejecutoria como jugador.
No hemos referido, a todo esto, que Ferrando, 20 veces internacional, puede lucir en su dilatado historial, un logro de clara resonancia histórica: suya fue la canasta que, en el Pre-Mundial de 1950, celebrado en Niza, decidió, contra Bélgica, y por 45-44, la calificación de España para el Mundial de Buenos Aires. Cierto que la presencia de España en la capital argentina estaba ya asegurada gracias a una invitación del general Perón, pero fue mejor ir con los méritos contraídos en el terreno de juego, sin el favor peronista...
Dos años después de su retirada viose favorecido Joan Ferrando con otro título, el más preciado, sin duda alguna, de cuantos había venido atesorando: el de padre de un (debe faltar alguna línea) ranza de que la saga basketbolística de los Ferrando tuviese una digna continuación. El 14 de mayo de 1958 el hogar de los Ferrando-Carmen Andreu viose bendecido por segunda vez —cuatro años lo había ya sido con el nacimiento de Carmen Rosa—con la feliz composición de la deseada parejita.
Es obvio que a la dicha experimentada por ‘papá” Ferrando por el señalado acontecimiento familiar no fue ajena, ni muchísimo menos, la ilusionada perspectiva de tener en el varón recién llegado un continuador de la estirpe. Los hechos no tardarían más de ocho años en confirmar tales esperanzas. “A los 7 años—refiere Ferrando II— me inicié en el colegio, el Padre Claret, y a los 8 entré en los mini, del Barca. Pero al deshacerse el equipo pasé al Gaudí, en donde estuve hasta los 13 años, en cadetes. Seguí después al Laietà, en donde estuve 4 años, dos de ellos, como júnior, jugaba en el primer equipo.”
El sino del joven Ferrando era cambiar de equipo por culpa de las disoluciones. Esa fue la causa por la que hubo de dejar el Laietà. “Tenía 18 años y fiché por el Horta, en el que estuve ocho años, habiéndonos proclamado campeones de Liga catalana y Copa de Tercera División nacional. Del Horta pasé a la Montañesa y subimos a Segunda División nacional. Decidí retirarme pero en la actualidad vuelvo a jugar en el Adams Sant Boi, en Segunda catalana.”
Sobre la valía técnica de Ferrando júnior, nadie más calificado que Ferrando senior para emitir una opinión. “Por lo que he venido observando en las categorías en que se movió, Joan era y sigue siendo, a sus treinta años, uno de los valores más destacados. Me consta que algunos clubs de categorías superiores realizaron tanteos indirectos con vistas a un posible fichaje. Pero él se miró siempre el deporte como un agradable pasatiempo. Siempre, con un pleno espíritu amateur, sin percibir ni un duro.”
—Para mí el basket—ratificó “l’hereu”—fue un agradable medio de practicar deporte, de convivir con unos amigos, sin que ello interfiriese mi trabajo y mis estudios.
Siempre quedará la duda de si esa sana y loable manera de entender el deporte no frustró la eclosión de un émulo de Ferrando I, con el que presentaba un cierto parecido. “Yo no vi, naturalmente, jugara mi padre. Pero muchos que lo vieron han dicho de mí que me parecía en todo, garra, espíritu de lucha, afán de triunfo. Todo un honor.
El enlace del texto y de la foto a la hemeroteca del Mundo Deportivo.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 9/pdf.html
DINASTIAS DEL BASKET (29) Una serie de Manuel Espín *Penúltimo capitulo*
LOS PINEDO, UN LINAJE ANTE EL ‘STOP”
La tercera generación, frustrada... por ahora
Ignacio Pinedo es donostiarra de nacimiento, aunque madrileño de adopción. Un nombre que ha de figurar, con trazos relevantes, en el capítulo de personajes más influyentes en él despertar del baloncesto madrileño que permitió a éste disputarle a Catalunya, en los inicios de la década de los 50, la hegemonía nacional en el deporte de la canasta.
Su cuna, como la de otros muchos valores que dieron brillo y prestigio al baloncesto madrileño, fue el Liceo Francés, fértil vivero que no en vano tenía en sus aulas a un jovencísimo y emprendedor delegado, llamado a erigirse en uno de los más valiosos dirigentes que ha tenido el deporte español. Acabamos de aludir, claro está, a Raimundo Saporta. Del brazo de este singular personaje Ignacio Pinedo ingresaría en el Real Madrid, a los 22 años, previo su paso por el SEU, en cuyas filas fue alcanzando la madurez necesaria para dar el salto al club blanco.
—Mi gran sueño, que no era sino el de todos los muchachos de mi generación, lo veía realizado con el ingreso en el Madrid, en donde hallé magníficos compañeros, los Imedio, Arturo y Alfonso, Jiménez, Juanjo Vías y el entrenador Urtubi, que me hizo progresar mucho.
Para Ignacio Pinedo había sonado, por supuesto, la hora de los logros importantes. Internacional en 26 ocasiones, desde 1949 a 1955. Pocas, en apariencia, pero téngase en cuenta que la actividad internacional de nuestra selección era en extremo limitadísima en aquella época, no podríamos decir si por culpa de unos federativos —don Jesús Querejeta al frente— poco amantes de correr el riesgo de presumibles derrotas del equipo nacional o, hipótesis perfectamente válida, por la enemiga que el régimen franquista se había creado más allá de nuestras fronteras.
Ese llamémosle proteccionismo federativo hacia nuestra selección cedería, al fin, con el beneplácito a la participación de España en el I Mundial, de Buenos Aires. Ignacio Pinedo figuró entre los que hubieron de vivir tan desairada aventura.
—Las cosas, efectivamente, no se nos dieron nada bien. Perdimos todos los partidos, algunos de ellos ante rivales de escasa cotización, Egipto, Chile, Perú, Ecuador. Ganamos un solo partido, y aún porque Yugoslavia, por razones políticas, se negó a jugar contra España La fea y antideportiva actitud de los yugoslavos nos permitió eludir, la cola de la clasificación, pero la verdad es que volvimos de Argentina profundamente decepcionados. El maI sabor de boca de tan deplorable clasificación se nos quitaría, al año siguiente, en Alejandría, en los Juegos Mediterráneos, en los que fuimos subcampeones, tras perder frente a Egipto, el equipo anfitrión, por una sola canasta (39-41).
Ignacio Pinedo, convertido en entrenador del propio Real Madrid desde 1953, supo también del goce de participar en la Copa de Europa, en su primera edición (1958). En ella, empero, iba a conocer una amarga decepción, la de vivir la retirada en ella de su equipo.
-Con todo el pesar del mundo, tuvimos que decirle adiós a la competición. Ocurrió que teníamos que enfrentamos al A.S.K. Riga y el Gobierno no autorizó nuestro desplazamiento a la Unión Soviética. Fue un duro golpe para el equipo, que venía defendiéndose con absoluto decoro.
Aquel mismo año, 1958, hubo relevo en el cargo de entrenador. “Llegó Ardevínez, que estuvo un año y le sucedió Ferrándiz, al que yo había traído de Alicante para entrenar juveniles y al Hesperia, filial del Madrid. Se abrió para mí, un paréntesis de dos años sin entrenar, al cabo de los cuales me hice cargo de la preparación de Estudiantes, en donde pasé ocho años. Un largo y provechoso período, a base de jóvenes valores, reclutados de la fértil cantera Ramito. Todo ese tiempo, puede decirse que trabajando para los demás: cada año teniendo que ver cómo los más calificados elementos del equipo emigraban, los Sagi-Vela, Arambarri Escorial y tantísimos otros. En tales condiciones, bastante hicimos con llegar un año a subcampeones de Liga y otro, de Copa. Los títulos eran un lujo sólo al alcancé de Real Madrid, Barcelona y Kas, los tres grandes de aquellos tiempos.”
La trayectoria de Pinedo como entrenador tuvo una lúcida continuación en el Inmobanco, un equipo tutelado por Raimundo Saporta, simultaneando dicho cargo con el de seleccionador de los juniors, en el que permaneció hasta hace dos años. “En 1986 creí llegado el momento de optar por un “dolce far níente” En la última selección que formé pude disponer de Pep Cargol y Ferrán, entre otros, que ya se perfilaban como figuras para un inmediato futuro.”
- Ignacio Pinedo había venido alimentando, por espacio de unos años, la ilusión de tener en sus hijos Ignacio, nacido el 17 de junio de 1954, y Jorge (19 septiembre 1956) a los continuadores de una dinastía que llegó a vislumbrarse con tintes altamente prometedores. “El mayor —precisa—apuntaba como un excelente base para un futuro relativamente próximo. Fue seleccionado júnior y sub-23. Se inició en el Liceo y llegó a ser titular del Estudiantes. Estuvo tres años en Canarias, jugando con el Las Palmas, y una lesión en el tendón de Aquiles acabó induciéndole a la retirada. Creo, con sinceridad, que el baloncesto español vio malograrse un valor de primera fila. En cuanto a Jorge, parecía tener también ante sí un halagüeño futuro. Fue campeón de España juvenil con Estudiantes, pero, sin el veneno que tenía su padre en la sangre, optó por dejar el baloncesto y dedicarse de pleno a los estudios.
El linaje de los Pinedo parece haberse detenido ante un “stop” quién sabe si insuperable. Ignacio y Jorge, los llamados a proseguirla con un tercer grado, no han hecho nada hasta ahora en tal sentido.
—Uno y otro permanecen solteros, y por las trazas -añade Pinedo senior- no parece que la situación tienda a variar. Varemos…
Un “veremos” que tal vez equivalía a un oculto anhelo de que los célibes Ignacio y Jorge dejen de serlo...
El enlace al texto y las fotos: Ignacio Pinedo padre a la izquierda e Ignacio Pinedo Jr., en la temporada 1974-75, a la hemeroteca de El Mundo Deportivo.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 7/pdf.html
LOS PINEDO, UN LINAJE ANTE EL ‘STOP”
La tercera generación, frustrada... por ahora
Ignacio Pinedo es donostiarra de nacimiento, aunque madrileño de adopción. Un nombre que ha de figurar, con trazos relevantes, en el capítulo de personajes más influyentes en él despertar del baloncesto madrileño que permitió a éste disputarle a Catalunya, en los inicios de la década de los 50, la hegemonía nacional en el deporte de la canasta.
Su cuna, como la de otros muchos valores que dieron brillo y prestigio al baloncesto madrileño, fue el Liceo Francés, fértil vivero que no en vano tenía en sus aulas a un jovencísimo y emprendedor delegado, llamado a erigirse en uno de los más valiosos dirigentes que ha tenido el deporte español. Acabamos de aludir, claro está, a Raimundo Saporta. Del brazo de este singular personaje Ignacio Pinedo ingresaría en el Real Madrid, a los 22 años, previo su paso por el SEU, en cuyas filas fue alcanzando la madurez necesaria para dar el salto al club blanco.
—Mi gran sueño, que no era sino el de todos los muchachos de mi generación, lo veía realizado con el ingreso en el Madrid, en donde hallé magníficos compañeros, los Imedio, Arturo y Alfonso, Jiménez, Juanjo Vías y el entrenador Urtubi, que me hizo progresar mucho.
Para Ignacio Pinedo había sonado, por supuesto, la hora de los logros importantes. Internacional en 26 ocasiones, desde 1949 a 1955. Pocas, en apariencia, pero téngase en cuenta que la actividad internacional de nuestra selección era en extremo limitadísima en aquella época, no podríamos decir si por culpa de unos federativos —don Jesús Querejeta al frente— poco amantes de correr el riesgo de presumibles derrotas del equipo nacional o, hipótesis perfectamente válida, por la enemiga que el régimen franquista se había creado más allá de nuestras fronteras.
Ese llamémosle proteccionismo federativo hacia nuestra selección cedería, al fin, con el beneplácito a la participación de España en el I Mundial, de Buenos Aires. Ignacio Pinedo figuró entre los que hubieron de vivir tan desairada aventura.
—Las cosas, efectivamente, no se nos dieron nada bien. Perdimos todos los partidos, algunos de ellos ante rivales de escasa cotización, Egipto, Chile, Perú, Ecuador. Ganamos un solo partido, y aún porque Yugoslavia, por razones políticas, se negó a jugar contra España La fea y antideportiva actitud de los yugoslavos nos permitió eludir, la cola de la clasificación, pero la verdad es que volvimos de Argentina profundamente decepcionados. El maI sabor de boca de tan deplorable clasificación se nos quitaría, al año siguiente, en Alejandría, en los Juegos Mediterráneos, en los que fuimos subcampeones, tras perder frente a Egipto, el equipo anfitrión, por una sola canasta (39-41).
Ignacio Pinedo, convertido en entrenador del propio Real Madrid desde 1953, supo también del goce de participar en la Copa de Europa, en su primera edición (1958). En ella, empero, iba a conocer una amarga decepción, la de vivir la retirada en ella de su equipo.
-Con todo el pesar del mundo, tuvimos que decirle adiós a la competición. Ocurrió que teníamos que enfrentamos al A.S.K. Riga y el Gobierno no autorizó nuestro desplazamiento a la Unión Soviética. Fue un duro golpe para el equipo, que venía defendiéndose con absoluto decoro.
Aquel mismo año, 1958, hubo relevo en el cargo de entrenador. “Llegó Ardevínez, que estuvo un año y le sucedió Ferrándiz, al que yo había traído de Alicante para entrenar juveniles y al Hesperia, filial del Madrid. Se abrió para mí, un paréntesis de dos años sin entrenar, al cabo de los cuales me hice cargo de la preparación de Estudiantes, en donde pasé ocho años. Un largo y provechoso período, a base de jóvenes valores, reclutados de la fértil cantera Ramito. Todo ese tiempo, puede decirse que trabajando para los demás: cada año teniendo que ver cómo los más calificados elementos del equipo emigraban, los Sagi-Vela, Arambarri Escorial y tantísimos otros. En tales condiciones, bastante hicimos con llegar un año a subcampeones de Liga y otro, de Copa. Los títulos eran un lujo sólo al alcancé de Real Madrid, Barcelona y Kas, los tres grandes de aquellos tiempos.”
La trayectoria de Pinedo como entrenador tuvo una lúcida continuación en el Inmobanco, un equipo tutelado por Raimundo Saporta, simultaneando dicho cargo con el de seleccionador de los juniors, en el que permaneció hasta hace dos años. “En 1986 creí llegado el momento de optar por un “dolce far níente” En la última selección que formé pude disponer de Pep Cargol y Ferrán, entre otros, que ya se perfilaban como figuras para un inmediato futuro.”
- Ignacio Pinedo había venido alimentando, por espacio de unos años, la ilusión de tener en sus hijos Ignacio, nacido el 17 de junio de 1954, y Jorge (19 septiembre 1956) a los continuadores de una dinastía que llegó a vislumbrarse con tintes altamente prometedores. “El mayor —precisa—apuntaba como un excelente base para un futuro relativamente próximo. Fue seleccionado júnior y sub-23. Se inició en el Liceo y llegó a ser titular del Estudiantes. Estuvo tres años en Canarias, jugando con el Las Palmas, y una lesión en el tendón de Aquiles acabó induciéndole a la retirada. Creo, con sinceridad, que el baloncesto español vio malograrse un valor de primera fila. En cuanto a Jorge, parecía tener también ante sí un halagüeño futuro. Fue campeón de España juvenil con Estudiantes, pero, sin el veneno que tenía su padre en la sangre, optó por dejar el baloncesto y dedicarse de pleno a los estudios.
El linaje de los Pinedo parece haberse detenido ante un “stop” quién sabe si insuperable. Ignacio y Jorge, los llamados a proseguirla con un tercer grado, no han hecho nada hasta ahora en tal sentido.
—Uno y otro permanecen solteros, y por las trazas -añade Pinedo senior- no parece que la situación tienda a variar. Varemos…
Un “veremos” que tal vez equivalía a un oculto anhelo de que los célibes Ignacio y Jorge dejen de serlo...
El enlace al texto y las fotos: Ignacio Pinedo padre a la izquierda e Ignacio Pinedo Jr., en la temporada 1974-75, a la hemeroteca de El Mundo Deportivo.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 7/pdf.html
DINASTIAS DEL BASKET (y 30) Una serie de Manuel Espín
EL DOCTOR GUILLEN, UN GALENO OLIMPICO
Sobre sus huellas, los infantiles Gorka y Diego... y María Rosa, la mayor
A Eduardo Kucharski, “Kuchi” para los amigos, entre los que uno tiene el honor de contarse, le tiene reservado la historia del basket español un lugar preeminente en el capítulo de los forjadores de talentos basquetbolísticos. Forman legión, en efecto, los jugadores que, modelados por sus sabias manos y, digámoslo también, por sus sonoras reprimendas, alcanzaron las altas cotas de la “elite”.
Una enumeración de los más destacados valores forjados en el infalible, yunque del “brujo Kucharski” habría de incluir, necesariamente, el nombre de uno de los más calificados exponentes de la excelsa categoría del técnico catalán con apellido polaco: Jorge Guillén.
Eduardo Kucharski, agudo ojeador del coto baloncestístico nacional, venía siguiendo con atención la trayectoria de un novel jugador que, en constante curva ascendente, militaba en el Iberia, de la capital aragonesa. Se trataba, en efecto, de Jorge Guillén, cuya estatura, 1.93, le hacía aparecer como un “rara avis”, o poco menos, en unos tiempos en que el basket español estaba superpoblado de bajitos.
Kucharski, a la sazón seleccionador nacional, veía en este espigado mocetón que tan cerca se tallaba de los dos metros, no sólo un notable refuerzo para su club, el Aismalíbar, de Montcada, sino la posibilidad de ganar capacidad de rebote para la selección nacional, con vistas al inminente Preolímpico de Bolonia-1960.
El debut de Jorge Guillén como Internacional fue lo que se dice llegar y besar el santo.
—Kucharski me convocó para jugar con un combinado nacional unos torneos en Antibes y Marsella. Luego vino el Preolímpico de Bolonia, en el que conseguimos clasificarnos para el torneo olímpico de Roma. A ambos torneos acudí ya como jugador del Aismalibar, en el que permanecí dos años, justo hasta terminar la carrera de Medicina, lo que significa que en esos años pude alternar baloncesto y estudios, eso que tan difícil resulta ahora con la plena dedicación que se exige en estos momentos, con muchas más horas de entrenamiento.
De Montcada a Bilbao. El Águilas, del llorado Paco Díez, sería el nuevo equipo de Jorge Guillén para la temporada 1963-1964. “La razón de cambio fue muy simple. Gané una convocatoria de concurso-oposición para médicos internos del Hospital de Basurto y, consiguiente, hube de fijar mi residencia en Bilbao. Y como no podía ser de otro modo, puesto que el gusanillo del baloncesto lo notaba todavía vivo en el cuerpo, me puse en contacto con Paco Díez y mi ingreso, en el Águilas se produjo, como quien dice, en aquel instante. Dos años en el Águilas, el tiempo que precisé para obtener el título de especialista en cirugía ortopédica, y a Barcelona nuevamente.
Pero el basket no había terminado todavía para Jorge Guillén.
—Mi adiós definitivo al baloncesto se produjo después de los dos años que pasé como jugador del equipo de la Caja de Ahorros, en el que ingresé aceptando la invitación de un buen amigo, Jesús Moral. Allí encontré a antiguos amigos, José Luis Martínez; González Adrio, médico como yo; Batista, Guardia. De Tercera el equipo subió a Segunda. Fue, pues, la mía, una despedida llamémosla triunfal.
De las pistas de juego al quirófano, en donde iría labrándose el sólido prestigio de que goza hoy como cirujano ortopédico. Pero el basket siguió contando con él.
—En 1967 ingresé en el Joventut, en el que sigo como jefe de los Servicios Médicos; sigo siendo médico de la Federación Española de Fútbol. Como médico del Comité Olímpico Español acudí a los Juegos de México, Múnich, Montreal, Moscú y Los Ángeles.
Su trayectoria olímpica quedó cortada en Seúl, con el lógico disgusto del doctor.
—Me disgustó, en efecto, porque por el simple hecho de habérseme pedido, por parte del COE, mi currículum, estaba seguro de que iba a estar en Seúl, pero esta es la hora de que el COE, aunque sólo sea como mera fórmula de educación se digne contestar, sobre todo teniendo en cuenta que el presidente, señor Ferrer Salat, me prometió una contestación. Esto —prosiguió Jorge Guillén— me hace pensar si es que se han perdido las buenas costumbres en esa casa desde que se fue Samaranch. Acepto que las ideologías políticas hayan podido ser determinantes, aunque pienso también que con no pedirme el currículum estaban al cabo de la calle.
En sus palabras era fácil descubrir que la decepción que este extraño proceder del COE lo guarda Jorge Guillén en el baúl de sus peores recuerdos. “Afortunadamente, son muchísimos más los que conservo de signo grato. Mi participación como jugador en la Olimpiada de Roma; mis dos años en el Aismalibar, con Kucharski y un gran número de entrañables amigos y, asimismo, mi estancia en Bilbao, en donde sigo contando con muchos y muy grandes amigos. Y, sobre todo, los años que estoy viviendo en Catalunya, en donde he conocido la dicha de ser padre por tercera vez.”
Había llegado, claro, el momento de referirnos a la triple descendencia del matrimonio Guillén- Katia d’Arlot de Saint Saud.
—María Rosa, la mayor, de 16 años, se halla en Irlanda, estudiando tercero de BUP. Estuvo jugando en el equipo de las Teresianas de Barcelona, con el que fue campeona escolar de Barcelona. Veremos si cuando vuelva sigue atrayéndole el baloncesto.
De Gorka, el segundo de la descendencia, nos habló “papá” Guillén en tono abiertamente optimista. “Tiene 16 años y mide 1,60. Estudia en el colegio La Salle Bonanova y juega en el equipo, como base. Veo en él muy buenas condiciones y estimo que será un gran jugador si sigue trabajando con la humildad de que hasta ahora hace gala. Fue seleccionado preinfantil de la Catalana, y ahora juega como infantil Diego—prosiguió—estudia también en La Salle Bonanova y juega en el equipo de alevines. Veo en él un futuro pívot, que alcanzará los 2,05. Por su edad, 10 años, ha de trabajar mucho, claro. Pero estoy seguro de que así lo hará, porque afición e interés no le faltan. Además de baloncesto, tanto Diego como Gorka, practican natación y golf, dos actividades altamente beneficiosas para su desarrollo.”
Gorka y Diego Guillén: dos infantiles que apuntan muy alto y que justifican las esperanzas que el autor de sus días tiene puestas en el futuro de la dinastía
El enlace al texto y a las fotografías: Los esposos Guillén, Katia y Jorge, junto a sus vástagos. (Foto: Gemma G.F.), al enlace a la Hemeroteca de El Mundo Deportivo.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 7/pdf.html
EL DOCTOR GUILLEN, UN GALENO OLIMPICO
Sobre sus huellas, los infantiles Gorka y Diego... y María Rosa, la mayor
A Eduardo Kucharski, “Kuchi” para los amigos, entre los que uno tiene el honor de contarse, le tiene reservado la historia del basket español un lugar preeminente en el capítulo de los forjadores de talentos basquetbolísticos. Forman legión, en efecto, los jugadores que, modelados por sus sabias manos y, digámoslo también, por sus sonoras reprimendas, alcanzaron las altas cotas de la “elite”.
Una enumeración de los más destacados valores forjados en el infalible, yunque del “brujo Kucharski” habría de incluir, necesariamente, el nombre de uno de los más calificados exponentes de la excelsa categoría del técnico catalán con apellido polaco: Jorge Guillén.
Eduardo Kucharski, agudo ojeador del coto baloncestístico nacional, venía siguiendo con atención la trayectoria de un novel jugador que, en constante curva ascendente, militaba en el Iberia, de la capital aragonesa. Se trataba, en efecto, de Jorge Guillén, cuya estatura, 1.93, le hacía aparecer como un “rara avis”, o poco menos, en unos tiempos en que el basket español estaba superpoblado de bajitos.
Kucharski, a la sazón seleccionador nacional, veía en este espigado mocetón que tan cerca se tallaba de los dos metros, no sólo un notable refuerzo para su club, el Aismalíbar, de Montcada, sino la posibilidad de ganar capacidad de rebote para la selección nacional, con vistas al inminente Preolímpico de Bolonia-1960.
El debut de Jorge Guillén como Internacional fue lo que se dice llegar y besar el santo.
—Kucharski me convocó para jugar con un combinado nacional unos torneos en Antibes y Marsella. Luego vino el Preolímpico de Bolonia, en el que conseguimos clasificarnos para el torneo olímpico de Roma. A ambos torneos acudí ya como jugador del Aismalibar, en el que permanecí dos años, justo hasta terminar la carrera de Medicina, lo que significa que en esos años pude alternar baloncesto y estudios, eso que tan difícil resulta ahora con la plena dedicación que se exige en estos momentos, con muchas más horas de entrenamiento.
De Montcada a Bilbao. El Águilas, del llorado Paco Díez, sería el nuevo equipo de Jorge Guillén para la temporada 1963-1964. “La razón de cambio fue muy simple. Gané una convocatoria de concurso-oposición para médicos internos del Hospital de Basurto y, consiguiente, hube de fijar mi residencia en Bilbao. Y como no podía ser de otro modo, puesto que el gusanillo del baloncesto lo notaba todavía vivo en el cuerpo, me puse en contacto con Paco Díez y mi ingreso, en el Águilas se produjo, como quien dice, en aquel instante. Dos años en el Águilas, el tiempo que precisé para obtener el título de especialista en cirugía ortopédica, y a Barcelona nuevamente.
Pero el basket no había terminado todavía para Jorge Guillén.
—Mi adiós definitivo al baloncesto se produjo después de los dos años que pasé como jugador del equipo de la Caja de Ahorros, en el que ingresé aceptando la invitación de un buen amigo, Jesús Moral. Allí encontré a antiguos amigos, José Luis Martínez; González Adrio, médico como yo; Batista, Guardia. De Tercera el equipo subió a Segunda. Fue, pues, la mía, una despedida llamémosla triunfal.
De las pistas de juego al quirófano, en donde iría labrándose el sólido prestigio de que goza hoy como cirujano ortopédico. Pero el basket siguió contando con él.
—En 1967 ingresé en el Joventut, en el que sigo como jefe de los Servicios Médicos; sigo siendo médico de la Federación Española de Fútbol. Como médico del Comité Olímpico Español acudí a los Juegos de México, Múnich, Montreal, Moscú y Los Ángeles.
Su trayectoria olímpica quedó cortada en Seúl, con el lógico disgusto del doctor.
—Me disgustó, en efecto, porque por el simple hecho de habérseme pedido, por parte del COE, mi currículum, estaba seguro de que iba a estar en Seúl, pero esta es la hora de que el COE, aunque sólo sea como mera fórmula de educación se digne contestar, sobre todo teniendo en cuenta que el presidente, señor Ferrer Salat, me prometió una contestación. Esto —prosiguió Jorge Guillén— me hace pensar si es que se han perdido las buenas costumbres en esa casa desde que se fue Samaranch. Acepto que las ideologías políticas hayan podido ser determinantes, aunque pienso también que con no pedirme el currículum estaban al cabo de la calle.
En sus palabras era fácil descubrir que la decepción que este extraño proceder del COE lo guarda Jorge Guillén en el baúl de sus peores recuerdos. “Afortunadamente, son muchísimos más los que conservo de signo grato. Mi participación como jugador en la Olimpiada de Roma; mis dos años en el Aismalibar, con Kucharski y un gran número de entrañables amigos y, asimismo, mi estancia en Bilbao, en donde sigo contando con muchos y muy grandes amigos. Y, sobre todo, los años que estoy viviendo en Catalunya, en donde he conocido la dicha de ser padre por tercera vez.”
Había llegado, claro, el momento de referirnos a la triple descendencia del matrimonio Guillén- Katia d’Arlot de Saint Saud.
—María Rosa, la mayor, de 16 años, se halla en Irlanda, estudiando tercero de BUP. Estuvo jugando en el equipo de las Teresianas de Barcelona, con el que fue campeona escolar de Barcelona. Veremos si cuando vuelva sigue atrayéndole el baloncesto.
De Gorka, el segundo de la descendencia, nos habló “papá” Guillén en tono abiertamente optimista. “Tiene 16 años y mide 1,60. Estudia en el colegio La Salle Bonanova y juega en el equipo, como base. Veo en él muy buenas condiciones y estimo que será un gran jugador si sigue trabajando con la humildad de que hasta ahora hace gala. Fue seleccionado preinfantil de la Catalana, y ahora juega como infantil Diego—prosiguió—estudia también en La Salle Bonanova y juega en el equipo de alevines. Veo en él un futuro pívot, que alcanzará los 2,05. Por su edad, 10 años, ha de trabajar mucho, claro. Pero estoy seguro de que así lo hará, porque afición e interés no le faltan. Además de baloncesto, tanto Diego como Gorka, practican natación y golf, dos actividades altamente beneficiosas para su desarrollo.”
Gorka y Diego Guillén: dos infantiles que apuntan muy alto y que justifican las esperanzas que el autor de sus días tiene puestas en el futuro de la dinastía
El enlace al texto y a las fotografías: Los esposos Guillén, Katia y Jorge, junto a sus vástagos. (Foto: Gemma G.F.), al enlace a la Hemeroteca de El Mundo Deportivo.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/pr ... 7/pdf.html
FINALIZADO
Í N D I C E
DINASTIAS DEL BASKET, Todas las sagas recordadas de la colección.
En página 1,
(1). GOL: UN APELLIDO PARA TRES GINERACIONES
(2) GLORIAS Y LUTO EN LOS MARGALL
(3) JOSEP ROSSELL, EN ACTIVO HASTA LOS 60
(4) LOS IMEDIO: ARTURO Y OTROS TRES
(5) LOS MARTINEZ, UN TRIO DE ASES
(6) LORENZO ALOCEN Y UN PROMETEDOR LINAJE
(7) ¿TOCO A SU FIN LA SAGA KUCHARSKI?
(8) PERE COSTA Y SU POKER DE ASES
(9) JAVIER SANJUAN ENSEÑO EL CAMINO
(10) LOS DALMAU, UNA INSTITUCION EN MÓNGAT
(11) LOS CARRERAS FUERON TRES
(12) LOS CINCO HIJOS DEL LLORAD0 JOFRESA
(13) LOS RAMOS: AQUELLOS ESTUDIANTES
(14) JORDI PARRA: UNA PROMETEDORA SUCESION
(15) LOS MARTINEZ ARROYO: UNA SAGA HISTORICA
(16) LOS SANTILLANA: GENIS EL HEREDERO
(17) JOAN RIERA LA FIGURA DEL INOLVIDABLE “AISMALIBAR”
(18) ALBERT PEREZ, TRES GENERACIONES DEL BIM
(19) JOSE LASO: UNA PROMETEDORA SUCESION
(20) LOS SAGI-VELA, UBERRIMA COSECHA DE “ESTUDIANTES”
(21) JOAN MARTINEZ: MATARO-MANRESA; IDA Y VUELTA
(22) “MAMA” ESCORIAL DIO EJEMPLO
(23) BUSCATO: UN “AS” QUE HA HECHO HISTORIA
(24) EMILIANO, FIGURA MITICA
(25) LOS MANEJA, PASO A LA TERCERA GENERACION
(26) LOS BORRELL: DE TAL PALO, TAL ASTILLA
(27) AQUEL TREPIDANTE ESTILO DE JOSEP MARIA SOLER
(28) “MET” FERRANDQ: EN EL BARÇA, LOS MEJORES AÑOS DE SU VIDA
(29) LOS PINEDO, UN LINAJE ANTE EL ‘STOP”
( y 30) EL DOCTOR GUILLEN, UN GALENO OLIMPICO
FIN.
Nota: Ya está completada la serie de Manuel ESPIN en la hemeroteca de El Mundo Deportivo, con los sumarios de todos los capítulos y al final el índice, para facilitar cualquier búsqueda.
Espero hayáis disfrutado de la misma. Y queda como lugar de consulta, y podéis comentar en cualquier momento alguna, cosa, para que vuelva a la primera página, para que este más a la vista y permita que otras personas lo descubran, esta colección y para terminar recordar el trabajo hecho por Manuel ESPIN, muy útil para todo seguidor del baloncesto.
Cualquier error en la transcripción, que encontréis me avisáis, y la corrijo.
El final * * * * *
Í N D I C E
DINASTIAS DEL BASKET, Todas las sagas recordadas de la colección.
En página 1,
(1). GOL: UN APELLIDO PARA TRES GINERACIONES
(2) GLORIAS Y LUTO EN LOS MARGALL
(3) JOSEP ROSSELL, EN ACTIVO HASTA LOS 60
(4) LOS IMEDIO: ARTURO Y OTROS TRES
(5) LOS MARTINEZ, UN TRIO DE ASES
(6) LORENZO ALOCEN Y UN PROMETEDOR LINAJE
(7) ¿TOCO A SU FIN LA SAGA KUCHARSKI?
(8) PERE COSTA Y SU POKER DE ASES
(9) JAVIER SANJUAN ENSEÑO EL CAMINO
(10) LOS DALMAU, UNA INSTITUCION EN MÓNGAT
(11) LOS CARRERAS FUERON TRES
(12) LOS CINCO HIJOS DEL LLORAD0 JOFRESA
(13) LOS RAMOS: AQUELLOS ESTUDIANTES
(14) JORDI PARRA: UNA PROMETEDORA SUCESION
(15) LOS MARTINEZ ARROYO: UNA SAGA HISTORICA
(16) LOS SANTILLANA: GENIS EL HEREDERO
(17) JOAN RIERA LA FIGURA DEL INOLVIDABLE “AISMALIBAR”
(18) ALBERT PEREZ, TRES GENERACIONES DEL BIM
(19) JOSE LASO: UNA PROMETEDORA SUCESION
(20) LOS SAGI-VELA, UBERRIMA COSECHA DE “ESTUDIANTES”
(21) JOAN MARTINEZ: MATARO-MANRESA; IDA Y VUELTA
(22) “MAMA” ESCORIAL DIO EJEMPLO
(23) BUSCATO: UN “AS” QUE HA HECHO HISTORIA
(24) EMILIANO, FIGURA MITICA
(25) LOS MANEJA, PASO A LA TERCERA GENERACION
(26) LOS BORRELL: DE TAL PALO, TAL ASTILLA
(27) AQUEL TREPIDANTE ESTILO DE JOSEP MARIA SOLER
(28) “MET” FERRANDQ: EN EL BARÇA, LOS MEJORES AÑOS DE SU VIDA
(29) LOS PINEDO, UN LINAJE ANTE EL ‘STOP”
( y 30) EL DOCTOR GUILLEN, UN GALENO OLIMPICO
FIN.
Nota: Ya está completada la serie de Manuel ESPIN en la hemeroteca de El Mundo Deportivo, con los sumarios de todos los capítulos y al final el índice, para facilitar cualquier búsqueda.
Espero hayáis disfrutado de la misma. Y queda como lugar de consulta, y podéis comentar en cualquier momento alguna, cosa, para que vuelva a la primera página, para que este más a la vista y permita que otras personas lo descubran, esta colección y para terminar recordar el trabajo hecho por Manuel ESPIN, muy útil para todo seguidor del baloncesto.
Cualquier error en la transcripción, que encontréis me avisáis, y la corrijo.
El final * * * * *
Me gustaría agradecerte enormemente el trabajo realizado
Gracias, a ti contento de que te haya interesado.esivar escribió:Me gustaría agradecerte enormemente el trabajo realizado
FECHA DE LA PRIMERA EDICION (1) DOMINGO 31 DE ENERO DE 1.988
FECHA DE LA ULTIMA EDICION (Y 30) DOMINGO 4 DE DICIEMBRE DE 1.988
FECHA DE LA ULTIMA EDICION (Y 30) DOMINGO 4 DE DICIEMBRE DE 1.988
Amadeo escribió:DINASTIAS DEL BASKET. Una serie de Manuel Espín
Resumen de las 30 Sagas de la serie.
En página 1,
1). GOL: UN APELLIDO PARA TRES GENERACIONES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31862318
(2) GLORIAS Y LUTO EN LOS MARGALL
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31870480
(3) JOSEP ROSSELL, EN ACTIVO HASTA LOS 60
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31881716
(4) LOS IMEDIO: ARTURO Y OTROS TRES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31888940
(5) LOS MARTÍNEZ, UN TRÍO DE ASES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31895595
(6) LORENZO ALOCÉN Y UN PROMETEDOR LINAJE
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31904539
(7) ¿TOCÓ A SU FIN LA SAGA KUCHARSKI?
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31914055
(8) PERE COSTA Y SU POKER DE ASES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31930771
(9) JAVIER SANJUAN ENSEÑÓ EL CAMINO
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31939972
(10) LOS DALMAU, UNA INSTITUCIÓN EN MONTGAT
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31955072
(11) LOS CARRERAS FUERON TRES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31962495
(12) LOS CINCO HIJOS DEL LLORAD0 JOFRESA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31970731
(13) LOS RAMOS: AQUELLOS ESTUDIANTES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31978238
(14) JORDI PARRA: UNA PROMETEDORA SUCESIÓN
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31985799
(15) LOS MARTÍNEZ ARROYO: UNA SAGA HISTÓRICA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31993449
(16) LOS SANTILLANA: GENIS EL HEREDERO
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32000636
(17) JOAN RIERA LA FIGURA DEL INOLVIDABLE “AISMALIBAR”
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32008961
(18) ALBERT PÉREZ, TRES GENERACIONES DEL BIM
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32014832
(19) JOSÉ LASO: UNA PROMETEDORA SUCESIÓN
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32021808
En página 2
(20) LOS SAGI-VELA, UBÉRRIMA COSECHA DE “ESTUDIANTES”
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32029050
(21) JOAN MARTINEZ: MATARO-MANRESA; IDA Y VUELTA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32036263
(22) “MAMA” ESCORIAL DIO EJEMPLO
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32043289
(23) BUSCATO: UN “AS” QUE HA HECHO HISTORIA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32051080
(24) EMILIANO, FIGURA MÍTICA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32058619
(25) LOS MANEJA, PASO A LA TERCERA GENERACIÓN
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32069014
(26) LOS BORRELL: DE TAL PALO, TAL ASTILLA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32077896
(27) AQUEL TREPIDANTE ESTILO DE JOSEP MARIA SOLER
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32085850
(28) “MET” FERRANDQ: EN EL BARÇA, LOS MEJORES AÑOS DE SU VIDA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32094512
(29) LOS PINEDO, UN LINAJE ANTE EL ‘STOP”
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32102393
( y 30) EL DOCTOR GUILLÉN, UN GALENO OLÍMPICO
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32109017
De nuevo Gracias a la Hemeroteca del Mundo voy a ir recordando, la serie, desde el primer número hasta el último, como homenaje y reconocimiento a título póstumo a su autor, que ha dejado un gran legado para recordar el baloncesto, y mantener una memoria, gracias a su gran labor durante muchos años.
Primero recordar al autor.
Texto traducido automáticamente al catalán,
Manuel Espín Salvador
Periodismo Deporte general
Periodista deportivo.
Barcelona, 1910 - Barcelona, 23 de octubre de 1996
Especializado en baloncesto, ya realizaba crónicas y artículos en el diario católico La Mañana antes de 1936. Después de la Guerra Civil, trabajó en Mundo Deportivo, donde fue jefe de la sección de baloncesto. Colaboró con Radio Barcelona y Radio España de Barcelona, entre otros, y cubrió toda clase de competiciones estatales e internacionales hasta el 1979. Hasta los años noventa continuó publicando artículos, que recogió en el libro Nuestros ases (1983-1987). También participó en la redacción de La historia del basket español (1986), que se publicó por fascículos a Mundo Deportivo, y Dinastías del basket (1988).
El enlace al texto original en catalán.
https://www.enciclopedia.cat/ec-eec-5000.xml
EN PREPARACION EL INDICE POR ORDEN ALFABETICO. / PENDIENTE DE REPASO:
ALOCEN: (6) LORENZO ALOCÉN Y UN PROMETEDOR LINAJE
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31904539
BORELL: (26) LOS BORRELL: DE TAL PALO, TAL ASTILLA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32077896
BUSCATO: (23) BUSCATO: UN “AS” QUE HA HECHO HISTORIA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32051080
CARRERAS: (11) LOS CARRERAS FUERON TRES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31962495
COSTA: (8) PERE COSTA Y SU POKER DE ASES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31930771
DALMAU: (10) LOS DALMAU, UNA INSTITUCIÓN EN MONTGAT
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31955072
EMILIANO (24) EMILIANO, FIGURA MÍTICA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32058619
ESCORIAL: (22) “MAMA” ESCORIAL DIO EJEMPLO
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32043289
FERRANDO: (28) “MET” FERRANDQ: EN EL BARÇA, LOS MEJORES AÑOS DE SU VIDA http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32094512
GOL: (1) UN APELLIDO PARA TRES GENERACIONES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31862318
GUILLEN ( y 30) EL DOCTOR GUILLÉN, UN GALENO OLÍMPICO
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32109017
IMEDIO: (4) LOS IMEDIO: ARTURO Y OTROS TRES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31888940
JOFRESA: (12) LOS CINCO HIJOS DEL LLORAD0 JOFRESA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31970731
KUCHARSKI: (7) ¿TOCÓ A SU FIN LA SAGA KUCHARSKI?
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31914055
LASO: (19) JOSÉ LASO: UNA PROMETEDORA SUCESIÓN
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32021808
MANEJA: (25) LOS MANEJA, PASO A LA TERCERA GENERACIÓN http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32069014
MARGAL: (2) GLORIAS Y LUTO EN LOS MARGALL
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31870480
MARTINEZ ALONSO: (15) LOS MARTÍNEZ ARROYO: UNA SAGA HISTÓRICA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31993449
MARTINEZ: (21) JOAN MARTINEZ: MATARO-MANRESA; IDA Y VUELTA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32036263
MARTÍNEZ: (5) LOS MARTÍNEZ, UN TRÍO DE ASES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31895595
PARRA: (14) JORDI PARRA: UNA PROMETEDORA SUCESIÓN
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31985799
PEREZ: (18) ALBERT PÉREZ, TRES GENERACIONES DEL BIM
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32014832
PINEDO: (29) LOS PINEDO, UN LINAJE ANTE EL ‘STOP”
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32102393
RAMOS: (13) LOS RAMOS: AQUELLOS ESTUDIANTES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31978238
RIERA: (17) JOAN RIERA LA FIGURA DEL INOLVIDABLE “AISMALIBAR”
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32008961
ROSELL: (3) JOSEP ROSSELL, EN ACTIVO HASTA LOS 60
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31881716
SAGI-VELA: (20) LOS SAGI-VELA, UBÉRRIMA COSECHA DE “ESTUDIANTES”
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32029050
SAN JUAN: (9) JAVIER SANJUAN ENSEÑÓ EL CAMINO
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31939972
SANTILLANA: (16) LOS SANTILLANA: GENIS EL HEREDERO
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32000636
SOLER: (27) AQUEL TREPIDANTE ESTILO DE JOSEP MARIA SOLER
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32085850
ALOCEN: (6) LORENZO ALOCÉN Y UN PROMETEDOR LINAJE
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31904539
BORELL: (26) LOS BORRELL: DE TAL PALO, TAL ASTILLA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32077896
BUSCATO: (23) BUSCATO: UN “AS” QUE HA HECHO HISTORIA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32051080
CARRERAS: (11) LOS CARRERAS FUERON TRES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31962495
COSTA: (8) PERE COSTA Y SU POKER DE ASES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31930771
DALMAU: (10) LOS DALMAU, UNA INSTITUCIÓN EN MONTGAT
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31955072
EMILIANO (24) EMILIANO, FIGURA MÍTICA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32058619
ESCORIAL: (22) “MAMA” ESCORIAL DIO EJEMPLO
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32043289
FERRANDO: (28) “MET” FERRANDQ: EN EL BARÇA, LOS MEJORES AÑOS DE SU VIDA http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32094512
GOL: (1) UN APELLIDO PARA TRES GENERACIONES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31862318
GUILLEN ( y 30) EL DOCTOR GUILLÉN, UN GALENO OLÍMPICO
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32109017
IMEDIO: (4) LOS IMEDIO: ARTURO Y OTROS TRES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31888940
JOFRESA: (12) LOS CINCO HIJOS DEL LLORAD0 JOFRESA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31970731
KUCHARSKI: (7) ¿TOCÓ A SU FIN LA SAGA KUCHARSKI?
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31914055
LASO: (19) JOSÉ LASO: UNA PROMETEDORA SUCESIÓN
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32021808
MANEJA: (25) LOS MANEJA, PASO A LA TERCERA GENERACIÓN http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32069014
MARGAL: (2) GLORIAS Y LUTO EN LOS MARGALL
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31870480
MARTINEZ ALONSO: (15) LOS MARTÍNEZ ARROYO: UNA SAGA HISTÓRICA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31993449
MARTINEZ: (21) JOAN MARTINEZ: MATARO-MANRESA; IDA Y VUELTA
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32036263
MARTÍNEZ: (5) LOS MARTÍNEZ, UN TRÍO DE ASES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31895595
PARRA: (14) JORDI PARRA: UNA PROMETEDORA SUCESIÓN
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31985799
PEREZ: (18) ALBERT PÉREZ, TRES GENERACIONES DEL BIM
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32014832
PINEDO: (29) LOS PINEDO, UN LINAJE ANTE EL ‘STOP”
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32102393
RAMOS: (13) LOS RAMOS: AQUELLOS ESTUDIANTES
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31978238
RIERA: (17) JOAN RIERA LA FIGURA DEL INOLVIDABLE “AISMALIBAR”
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32008961
ROSELL: (3) JOSEP ROSSELL, EN ACTIVO HASTA LOS 60
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31881716
SAGI-VELA: (20) LOS SAGI-VELA, UBÉRRIMA COSECHA DE “ESTUDIANTES”
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32029050
SAN JUAN: (9) JAVIER SANJUAN ENSEÑÓ EL CAMINO
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p31939972
SANTILLANA: (16) LOS SANTILLANA: GENIS EL HEREDERO
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32000636
SOLER: (27) AQUEL TREPIDANTE ESTILO DE JOSEP MARIA SOLER
http://foros.acb.com/viewtopic.php?f=1& ... #p32085850
¿Quién está conectado?
Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 3 invitados
Fecha actual 19 Abr 2024, 11:41