por Hay_sinla »
12 Jun 2017, 18:00
Paisajes submarinos: Dalí y los erizos de mar
MIGUEL ÁNGEL CIVERA
La relación de Dalí con los erizos de mar fue más allá de los gastronómico. Hay un registro cinematográfico, un corto rodado en Cadaqués por Luis Buñuel mientras trabajaban y discutían en el guión de la Edad de Oro, con el título de “Menjant garotes”, en el que se ve a la familia de Dalí comiendo erizos y en el que este animal adquiere un simbolismo que el pintor se negó a explicar.
Un animal que siempre le había obsesionado, que formaba parte de su paisaje cultural y al que dedicó varios de los “50 Secretos Mágicos para pintar”(1951): el secreto de dormitar gracias al erizo de mar; el secreto del telescopio construido con la linterna de Aristóteles de un erizo de mar, en virtud de la cual el pintor puede conocer cuándo debe dejar de trabajar en su cuadro y, el secreto del erizo de mar que el pintor debe tener junto a sí para sus meditaciones.
(Secreto nº 11) “Tome el esqueleto de un erizo de mar. Contra la abertura pentagonal formada por lo que llama la linterna de Aristóteles, fije la cara cóncava de una lente de cristal con un poco de cera. A continuación, tome una tela de araña y estire sus hilos sobre la lente de modo a unir los cinco vértices del pentágono y trace así una estrella. En el punto opuesto de la concha del erizo, perfore un agujero lo suficientemente grande para ajustar por él un tubito con una lupa. Verá usted entonces, por primera vez en su vida, el interior de una de las más bellas cúpulas naturales que le haya sido jamás dado a contemplar a criatura humana alguna: el centro de esta cúpula, que yo compararía con el Panteón de Roma, corresponde a una abertura dando sobre el cielo. Yo le pediría a usted hacer aparecer en aquella cúpula la imagen reducida de su plato. Y si el plato, visto bajo estas condiciones le parece concluido, es que está verdaderamente concluido. Habrá usted captado la trascendencia estética del esqueleto del erizo de mar y de la linterna de Aristóteles.”
(Secreto nº 45) “El erizo de mar, una criatura cargada de gravedad real, en la cual se encuentran resueltos todos los esplendores y las virtudes mágicas de la geometría pentagonal, y que no necesita ni corona, pues es mundo, cúpula y corona al mismo tiempo, en una palabra, el universo. Conserve siempre al lado de su caballete un esqueleto de erizo de mar con el fin de que su poco peso sirva, mediante su sola presencia, para sus meditaciones, igual que un cráneo humano acompaña en todo momento las de los santos y los anacoretas.”