DON QUIJOTE DE ORSON WELLES (1992)
Miradas de Cine © 2002
Es bien conocido que Orson Welles tubo siempre grandes problemas para sacar adelante sus proyectos. Salvo en Ciudadano Kane (Citizen Kane, 1941), en el resto de sus obras sufrió problemas con los productores que, o no le dieron el dinero y/o la libertad que necesitaba, o mutilaron el montaje de sus obras, o simplemente no confiaron en el proyecto que proponía. Sólo cuando el tiempo le ha puesto en su lugar ha podido verse alguna de las obras tal como él las había concebido, como es el caso de Sed de mal (Touch of Evil, 1958) cuyo "montaje del director", dicho sea con toda la modestia y la boca pequeña, no me parecía que aportara realmente nada nuevo a la obra; lo digo rompiendo una lanza en favor de los productores, que a veces tienen buena mano para saber cuando algo funciona y cuando no, como espectadores entendidos que son. No digo que sea así en todos los casos, pero a veces...
También el tiempo nos ha permitido apreciar algunos materiales que no se pudieron ver en su momento, bien porque fueron desechados o porque no pudo terminarlos. Por ejemplo, algunos episodios de dos series de televisión, una titulada "Alrededor del mundo con Orson Welles" que no llegó a terminar, en la que da un punto de vista muy curioso de algunos tipos y lugares, sin centrarse en los tópicos de los sitios que visita, y una serie de episodios cortos sobre la ciudad de Londres, auténticamente descacharrantes contados con tal ironía que me alegra no ser londinense. Por no hablar de su primera obra cinematográfica, un corto que rodó a los 16 años titulado Hearts of Age (1934) totalmente surrealista pero que ya deja patente el estilo visual que impregnaría toda su obra, las angulaciones forzadas, los encuadres retorcidos y los juegos con el montaje, además de interpretar como hizo casi siempre personajes mucho mayores de lo que era él.
El ejemplo más destacado de su obra menos conocida es su aproximación al clásico de la literatura universal "Don Quijote", uno de los proyectos que más atrajeron al director y que con más frustración hubo de dejar sin acabar. Surgió como un especial de media hora para televisión, en el que el propio Welles contaba la historia del Quijote a una niña, introduciendo al personaje en el mundo moderno, pero el proyecto creció en su mente, y según decía el propio Welles parafraseando a Cervantes, los personajes cobraron demasiada importancia y se le fueron de las manos. Ahí empezaron los problemas. Porque el dinero adelantado para hacer el especial se acabó durante el comienzo del rodaje en Méjico, y el resto se lo hubo de financiar de su propio bolsillo (como en Otelo/Othello, 1952) actuando en películas baratas y rodando encargos de vez en cuando para la televisión. El rodaje se alargó varios años, en Italia y España, cada vez que conseguía dinero que optimizaba minimizando el equipo técnico y artístico y los costes de producción. De hecho, en algunos momentos se nota que el negativo era de mala calidad y que la iluminación y la cámara no dan para mucho. Es una pena (y una vergüenza para los que no le apoyaron) ver a un cineasta de tanto calibre trabajando en condiciones tan adversas.
Al final, tras mucho luchar y no conseguir nada durante casi ocho años, aceptó el proyecto de dirigir la adaptación de "El proceso" (mientras tanto había rodado Sed de mal y fracasado intentando montar en teatro musical "Lo que el viento se llevó") y dejó para siempre el rodaje de la película, aunque durante el resto de su vida siguió jugando con el material que tenía y ensayando diferentes montajes. De hecho, el montaje que ha quedado como definitivo no se parece apenas al que hizo el propio Welles y que mostró en cierta ocasión a su colaborador en España Juan Cobos (el cual hecha pestes del que hizo Jess Franco).
Una vez desechado el inicio previsto que ya he comentado, la película comienza si no recuerdo mal (sólo la vi una vez hace ya bastantes meses) con D. Quijote reclutando a Sancho y nada más salir a desfacer entuertos se encuentran con una chica en moto, y la pobre lo pasa fatal intentando librarse de los dos plastas. Reconstruye a su manera algunos de los episodios más famosos, como el de los pastores y el de los molinos hasta que D. Quijote le encarga a Sancho que lleve una segunda carta a Dulcinea (ya había llevado otra) y se separan. A la vuelta Sancho no encuentra a su amo y tras ver por la tele que un tal Orson Welles está rodando algo sobre un tal D. Quijote se marcha a buscarle a Pamplona durante los San Fermines donde el director está rodando y Sancho cree que puede saber algo. Tras buscarle insistentemente dando la lata a todo el mundo, Orson Welles incluido, encuentra a D. Quijote preso en un carro y tras liberarle se vuelven al pueblo.
En este sentido se monta un curioso juego entre realidad y ficción, en el que Quijote y Sancho se ven involucrados sin conocerlo, que da para pensar entre la diferencia entre lo real y lo imaginario, o si se prefiere entre la imagen que tenemos de los personajes famosos como el propio Welles y cómo son en realidad. Aquí entronca con otra de las constantes de la obra del autor, como Ciudadano Kane, Mr. Arkadin (1955) o la adaptaciones de Shakespeare, en las se analiza la verdadera personalidad de personajes poderosos descubriendo, como diría Tolkien, que «no es oro todo lo que reluce, ni toda la gente errante anda perdida...». Es muy significativa la secuencia en la que, si no recuerdo mal, Welles monta una fiesta de disfraces en la que los invitados van de personajes importantes de la literatura, y aparecen allí en medio D. Quijote y Sancho, supuestamente reales... A propósito, destacar las estupendas interpretaciones de Akim Tamiroff en el papel de Sancho (también intervino en Mr. Arkadin y Campanadas a medianoche, 1965) y Francisco Regueira como D. Quijote.
La impresión que me da el montaje que hizo Jesús Franco con motivo de la exposición universal de Sevilla es que se ha intentado incluir todo el material disponible, en especial en la parte central de la obra, donde al parecer Welles no había dejado instrucciones claras de como montarla. Si bien el comienzo de la película y la parte final son realmente buenas, la parte central es un continuo de idas y venidas de Sancho por Pamplona intentando encontrar a Don Quijote, repitiendo demasiadas veces el mismo esquema de montaje que por otro lado es plano y monótono (todos los planos de la misma duración, idéntica estructura de las secuencias, etc... Sin contar con el gusto de Welles de cambiar bruscamente la escala en planos consecutivos para dar mayor sensación de inestabilidad, aspecto que en esta parte está tratada de forma mucho más academicista). Son unos 25 minutos o más que se hacen realmente eternos. Una vez que lo encuentra, la película vuelve a recobrar fuerza, siendo muy emocionante el reencuentro de los amigos y su vuelta al hogar. Desechando esta parte del medio hubiera podido quedar un muy buen ensayo sobre el Quijote en nuestros/sus días.
A lo largo de sus 50 años de labor creativa hubo de dejar alrededor de 30 proyectos cinematográficos sin concluir, algunos como este D. Quijote a punto de ser culminados. Afortunadamente para él, Welles fue siempre un hombre de gran capacidad creativa e inasequible al desaliento, combinando trabajos para el teatro, la televisión (incluyendo publicidad), la radio, interpretación, narración, etc... Con alrededor de una docena de largometrajes completados y otros pocos más entre mediometrajes y obras inacabadas es quizá el cineasta más influyente en la historia del cine. Quien sabe de qué podríamos hablar si hubiera disfrutado la libertad y la financiación que merecía. Sin duda este Quijote es el personaje que más se aproxima a su autor, dos apasionados de su labor e incomprendidos por los que les rodeaban.
Nota final: Justo el día en que debía entregar este artículo a la redacción de la revista he descubierto en la biblioteca pública de mi ciudad una copia de este Quijote de Welles-Jesús Franco en DVD. Así el lector ya sabe que puede encontrar la película y podrá subsanar los errores cometidos por mi nada fiable memoria y tirar por los suelos los argumentos esgrimidos por este poco hábil redactor.
http://www.miradas.net/0204/estudios/2002/08_owelles/donquijote.html