tinerfeño31 escribió:A ver que me lío. Yo voy a un herbolario y le digo:
Yo- Señorita, unas esencias de chesnut bud
Ella- Qué es eso?
Yo- Es la esencia que cura mi sentimiento de que siempre caigo en los mismos errores...
o:
Yo- Un mimulus por favor!
Ella- Un qué?
Yo- Un mimulus!! la esencia que cura el miedo al futuro!
Es que a mi me viene bien, de verdad, pero no me veo pidiéndolas y explicándole a la señora
jugondelbasket32 escribió:“Aunque tenga miedo, hágalo igual”
Extractos del Libro: “Aunque tenga miedo, hágalo igual”. Escritora: Susan Jeffers. Edit.: Robin Book.
Sea cual fuere el tipo de miedo, este librito te proporcionará los conocimientos y las herramientas necesarias para mejorar tu capacidad de controlar cualquier situación concreta. Pasaremos del dolor, de la parálisis y de la depresión (sentimientos que acompañan a menudo al miedo) a una sensación de poder, energía y excitación. Uno de sus pensamientos: “Uno de los grandes miedos que nos impide progresar en la vida es nuestra dificultad para tomar decisiones”…
“… Quizás le sorprenda y estimule enterarse de que, aunque la incapacidad de enfrentarse con el miedo pueda parecer y sentirse como un problema psicológico, en la mayoría de los casos no es así. Creo que se trata, sencillamente, de un problema educacional y que, al reeducar la mente, uno puede aceptar el miedo como un simple hecho de la vida, más que como un obstáculo para el éxito.
Mi convicción de que el miedo puede ser afrontado con éxito mediante la reeducación, proviene de mis propias experiencias. En parte, mi problema era esa incesante vocecita que, dentro de mi cabeza, seguía diciéndome: “Será mejor que no cambies la situación. Eso no es para ti. Nunca lo harás por ti misma”. Usted sabe de lo que estoy hablando…de la voz que le recuerda sin cesar: “No corras riesgos Podrías cometer un error…¡Lo lamentarás!”.
Mi miedo parecía no menguar nunca y no tenía un solo instante de paz…Luego un día, cuando me estaba vistiendo para ir a trabajar, llegué a la encrucijada. Me miré casualmente en el espejo y vi una imagen harto familiar…Unos ojos enrojecidos e hinchados por lágrimas de autoconmiserarción…La ira se adueñó de mí y comencé a gritarle a mi reflejo: “¡Basta…basta…basta!”. Grité hasta que no me quedó más energía. Cuando callé, experimenté una sensación extraña y maravillosa de alivio y serenidad…había establecido contacto con una parte muy poderosa de mí misma cuya existencia ignoraba hasta entonces…La vieja y familiar voz de pasividad y ruina se vio ahogada por el momento,… y apareció en primer plano una nueva voz…una voz que hablaba de la fuerza, del amor y todas las sensaciones positivas…
¡Lo único que usted debe hacer para disminuir su miedo es aumentar su confianza en su capacidad de afrontar todo lo que se cruce en el camino!
Me han pedido a menudo que explique por qué tenemos tan poca confianza en nosotros mismos… Sé que algunos miedos son instintivos y sanos y nos mantiene en guardia ante cualquier posible dificultad. El resto, la parte que retraza nuestro desarrollo personal, es negativo y destructivo y probablemente es el culpable de muchas de nuestras limitaciones.
● Janet espera que su miedo se disipe. Proyectaba siempre volver a la universidad cuando sus hijos asistieran a la escuela. Han transcurrido cuatro años desde que el menor empezó primaria. Desde entonces han surgido nuevas excusas: “Quiero estar aquí cuando los niños vuelvan de la escuela, en realidad no necesitamos ese dinero, mi marido se sentiría abandonado…”. Cada vez que Janet piensa en telefonear a la universidad…algo la detiene. “Cuando no esté tan asustada, llamaré”, “Cuando me sienta algo mejor, telefonearé”. Lo más probable es que tenga que esperar mucho tiempo.
Cuando creció mi confianza en mí misma, esperé que el miedo desapareciera. Pero, cada vez que me arriesgaba a aventurarme en un territorio nuevo, me sentía asustada e insegura de mí misma. “Bueno, me dije. Simplemente quédate donde estás. Seguramente el miedo desaparecerá” ¡Pero no desapareció!. Un día se encendió la luz en mi cerebro cuando descubrí de pronto lo siguiente:
la primera “verdad”
El miedo nunca desaparecerá mientras yo siga creciendo.
Mientras yo siguiera internándome en el mundo, poniendo en acción mis facultades, corriendo nuevos riesgos al realizar mis sueños, experimentaría miedo, como Janet, como tantos lectores de este libro, yo había crecido esperando que el miedo desapareciera antes de correr ningún riesgo. “Cuando yo no sienta miedo…¡entonces!”. Durante la mayor parte de mi vida, yo había jugado al “entonces/cuando”. Y ese juego nunca dio resultado.
Poco después de haber descubierto la primera verdad. Hice otro importante descubrimiento que contribuyó muchísimo a mi crecimiento.
La segunda “verdad”:
La única manera de liberarse del miedo a hacer algo es hacerlo.
Esto parece contradecir a la primera verdad, pero no es así. El miedo a situaciones especiales desapareció cuando las afronté finalmente. El “hacerlo” viene antes de que desaparezca el miedo.
● …Yo ensañaba una asignatura en la que mi experiencia era dudosa… Durante los tres días anteriores a la clase, mi estómago parecía estar sobre una montaña rusa. Me había preparado durante ocho horas para una sola hora de clase. Tenía escrito a mano suficiente material para once disertaciones. Nada de esto disipaba mi miedo. Cuando llegó finalmente el primer día de clase, tuve una sensación tan horrible como si me mandaran a la guillotina. Cuando me encontré ante mis alumnos, sentí que mi corazón martilleaba y me temblaban las rodillas. No sé cómo, logré pasar ese período de clases…esperando intranquila el segundo y la semana siguiente…Tuve que impartir muchas clases distintas ante de sentirme cómoda al entrar a mi curso sin voluminosas notas. Pero llegó el día en que sólo disponía de un esbozo de una página de lo que me proponía abarcar en ese período.
La tercera verdad:
La única manera de sentirme mejor es… hacerlo.
El “hacerlo” aparece antes de que uno se sienta mejor. Cuando se ponen los medios para que suceda algo, no sólo se disipa el miedo sino que se obtiene un gran premio por añadidura: se progresa mucho en el camino de la fe en uno mismo. Durante los talleres y seminarios a que asistí en las primeras etapas de mi enfrentamiento con el miedo, me alivió descubrir algo que me hizo sentir infinitamente mejor.
La cuarta verdad:
No sólo yo siento miedo cuando piso terreno desconocido,
Lo mismo le ocurre a los demás.
Creo que nunca me lo pregunté. Estaba segura de ser la única persona que se sentía tan mal. ¡Aliviaba tanto advertir que yo no era la única que sufría!. A partir de ese momento el resto del mundo me hacía compañía.
● Recuerdo un artículo periodístico que leí hace años y que se refería a Ed. Koch, el aparentemente intrépido alcalde de Nueva York. Ese artículo contaba que Koch había tenido que aprender a bailar un sencillo claqué con una compañía que realizaba un show en Broadway para una grabación de publicidad. ¡Costaba creerlo! Un hombre que había enfrentado a menudo a multitudes, que había tomado decisiones difíciles que influían sobre millones de vidas, que se había presentado en público en su carrera para llegar a alcalde…¡Tenía miedo a aprender un simple claqué!...”
“…Si uno tiene conciencia de las verdades del miedo, no le puede sorprender el miedo del alcalde. El baile era una actividad que le ponía a prueba desde un sentido nuevo y, desde luego, se sintió asustado…Si usted no ha tenido éxito al afrontar el miedo, es probable que nunca haya comprendido las verdades del miedo y que haya interpretado el temor como una señal para retroceder más que como una luz verde para avanzar. Ha tenido tendencia a jugar esos juegos de “cuando/entonces” que ya he mencionado.
La quinta verdad:
Vencer el miedo asusta menos que convivir con el miedo subconsciente que proviene de un sentimiento de impotencia.
. Significa que, por seguro que uno se sienta en el pequeño capullo que se ha construido, vive, consciente o inconscientemente, con el miedo de que llegará eventualmente el día del ajuste de cuentas…El miedo impregna nuestras vidas. Tal es la inferencia irónica de la quinta verdad del miedo: la gente que se niega a correr riesgos vive con una sensación de temor mucho más seria que la que experimentaría si afrontara los riesgos necesarios para hacerla menos impotente…¡Solo que no lo sabe!
● Puedo dar un ejemplo de lo antedicho con el caso de Janice, un ama de casa de edad madura que “planificó” su vida en forma tal que pudiera evitar la mayor parte de los riesgos. Janice se casó con un empresario de éxito que controló las vidas de ambos. Ella dejó que persistiera esa situación porque le resultaba cómodo no hacerlo ella misma. Pero el refrán dice: ¡La vida es lo que nos sucede cuando hemos hecho otros planes”. A los cincuenta y tres años de edad su marido tuvo un ataque que le dejó incapacitado. Antes se ocupaban totalmente de ella y ahora era ella quien tenía que cuidar de alguien…A menudo Janice, pensaba: “Espero morir antes que él. No podría vivir sin él”. Y pensaba que no podría…Todo cambió cuando halló las fuerzas necesarias, que no creía tener…
No podemos eludir el miedo. Sólo podemos convertirlo en un compañero que nos acompaña en todas nuestras emocionantes aventuras.
Algunas personas me han dicho que nunca han sentido miedo, pero, cuando las interrogo más a fondo…Sí, se sienten ansiosos, nerviosos. Simplemente, nunca han clasificado “eso” como miedo.
Si todos tenemos miedo cuando nos acercamos a algo totalmente nuevo en la vida, somos tantos los que “lo hacemos” a pesar del miedo que debemos llegar a la conclusión de que el miedo no es el verdadero problema.
Evidentemente el verdadero problema nada tiene que ver con el miedo en sí, sino, más bien, con cómo dominamos el miedo.
Para algunos, el miedo carece totalmente de importancia. Para otros, crea un estado de parálisis. De ello se puede deducir que el secreto para dominar el miedo es trasladarse de una posición de dolor a otra de poder... Gran parte del secreto de pasar del dolor al poder es recurrir a la acción. ¡La acción es muy poderosa! La mayoría de nosotros operamos dentro de una zona fuera de la cual nos sentimos incómodos…Para cada uno de nosotros, esa zona de comodidad es distinta, pero, lo sepamos o no, todos, de cualquier condición, hombres o mujeres, tomamos decisiones basadas en los límites de ese espacio.
Sugiero que cada día hagas algo que te ensanche ese espacio. Háblale por teléfono a alguien a quien le intimide a usted hacerlo, pida algo que necesite y que haya temido pedir antes. Corra un riesgo cada día…dé un paso pequeño o audaz que le haga sentir más grande después de haberlo dado…Mientras corre riesgos por pequeños que sean, avanza del dolor al poder. Todas las noches antes de acostarse, planee el riesgo que correrá al día siguiente….
…En un nivel más obvio, si usted tiene un empleo que detesta, si es soltero y quiere casarse, si tiene relaciones poco agradables con una mujer y quiere librarse de ella, si su hija le saca canas antes de tiempo y si, en términos generales, nada parece marchar como desea, usted desempeña también el papel de víctima.
Nada tiene de asombroso que tenga miedo…¡Las víctimas son impotentes!... Sé que resulta difícil aceptar el hecho de que usted es la causa de los sentimientos que le restan alegría de vivir. En cambio, esta comprensión será su tabla de salvación.
Si comprende que usted puede crear su propio dolor, es lógico que pueda también crear su propia alegría. Lo cual significa que es la causa de todas sus reacciones ante cualquier cosa que le suceda.
Mientras no comprenda plenamente que usted y nadie más, provoca lo que ocurre en su cabeza, no tendrá el control de su vida.
Asumir la responsabilidad significa no culpar nunca a nadie
por lo que uno dice, hace y siente.
Pero asumir la responsabilidad no significa culparse a sí mismo/a. Asumir la responsabilidad implica saber dónde y cuándo no se ha asumido la responsabilidad para cambiar. Uno de los grandes miedos que nos impide progresar en la vida es nuestra dificultad para tomar decisiones. Lo irónico del asunto, desde luego, es que, al no elegir, elegimos…morirnos de hambre.
…Usted se encuentra en el umbral de la decisión, lamentándose y obsesionado. “¿Debo hacer esto o aquello? ¿Qué pasará si tomo este camino? ¿Y si no da el resultado en la forma que he planeado? ¿Y que pasaría si…?. La “charlatana” vuelve a la acción.
Usted mira hacia lo desconocido y procura predecir el futuro: trata de controlar fuerzas externas. A estas alturas acaso sienta que puede volverse loco. Una vez tomada la decisión, el modelo de “no ganar”, le hace revisar la situación, confiando en que así no cometerá un error. Pero hay otra opción el modelo de “no perder”. En este caso, cada camino produce solamente “bondades”. Son oportunidades para experimentar la vida en una forma nueva, para aprender y crecer…Ambos caminos están sembrados de oportunidades…a pesar del resultado.
Ejemplo: desde el punto de vista de “no perder”: Me han ofrecido un nuevo empleo. Si lo acepto, tendré la oportunidad de conocer a gente nueva, de aprender nuevas maneras de hacer cosas, de experimentar una atmósfera de trabajo totalmente distinta y de ampliar la base de mi experiencia y si algo sucede malo y eso no marcha, sé que podré afrontarlo. Hasta eso sería una experiencia interesante, ya que así aprendería a afrontar la pérdida de un empleo y a solucionar los problemas que podrían sobrevenir en esa situación. Si me quedo en el antiguo trabajo, tengo la oportunidad de profundizar los contactos que he hecho aquí, en realidad me siento mejor porque me han ofrecido un nuevo empleo, si me quedo tal vez pida un ascenso. Si por algún motivo esto no marcha, quizás aparezcan nuevas oportunidades. Todo se presenta como una apasionante aventura, cualquiera que sea el camino que elija.
Recuerde que, por debajo de todos nuestros miedos, subyace la falta de confianza en nosotros mismos. Cuando uno puede contestar a su “y qué pasaría si…” con un “puedo afrontarlo”, podrá encarar todas las cosas con la garantía de “no perder” y el miedo desaparecerá.
Antes de tomar una decisión:
- Enfoque inmediatamente el “Modelo de no perder”. Asegúrese a sí mismo: “No puedo perder…sea cual fuere el resultado de la decisión que tome.
- Haga sus deberes. Es importante que usted se comunique con la gente “adecuada”. Si habla con gente que rechaza sin cesar las posibilidades que le ofrecen, no son las personas adecuadas para usted. La gente puede proporcionarle un punto de vista diferente, surgido de sus propias experiencias.
- Establezca prioridades. Esto exigirá algunos sondeos en el alma. Deténgase por un momento a pensar en lo que quiere conseguir en la vida.
- Confíe en su intuición.. Aunque le cueste llegar hasta “la persona que tiene dentro mediante el proceso indagador del alma, su cuerpo suele dar algunas buenas pistas sobre el camino a emprender. No tema confiar en él. Muy a menudo, su subconsciente manda mensajes bien infundados sobre la elección preferible en determinado momento.
- Anímese. La gente se toma a sí misma muy en serio. Nada es tan importante. ¡Palabra!. Empiece a pensar en sí mismo como un estudiante permanente de la Universidad de la Vida.
Usted, como todos nosotros, merece todo lo que es maravilloso y emocionante en la vida. Y esos sentimientos brotan cuando se pone en contacto con su yo poderoso”
Extractos recogidos del Libro: “Aunque tenga miedo, hágalo igual”. Escritora: Susan Jeffers. Editorial: Robin Book.
Grantiñuelas escribió:Que no caiga el post, que mañana espero tener un rato para ir al herbolario
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