superninio escribió:pues arriesgo toda mi reputacion y digo que, A MI NO ME PARECIO PARA TANTO SU NOVELA Y QUE DE HECHO SE PODRIA DECIR QUE NO ME GUSTÓ.
ALE.
Pou escribió:superninio escribió:pues arriesgo toda mi reputacion y digo que, A MI NO ME PARECIO PARA TANTO SU NOVELA Y QUE DE HECHO SE PODRIA DECIR QUE NO ME GUSTÓ.
ALE.
¿Y los relatos?
Pou escribió:A Cortázar lo he descubierto hace poco y creo que alguien se dedicó el resto de mi vida a susurrarme sus relatos al oído porque es como hola qué tal y te miro y comprendo que no hace falta que me digas lo que ya estoy escuchando.
superninio escribió:pues arriesgo toda mi reputacion y digo que, A MI NO ME PARECIO PARA TANTO SU NOVELA Y QUE DE HECHO SE PODRIA DECIR QUE NO ME GUSTÓ.
ALE.
argenta escribió:Instrucciones para llorar
Instrucciones para llorar. Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
Linda escribió:Un señor toma un tranvía después de compara el diario y ponerselo bajo el brazo. Media hora más tarde desciende con el mismo diario bajo el mismo brazo.. Pero ya no es el mismo diario, ahora es un montón de hojas impresas que el señor abandona en un banco de la plaza. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diaro, hasta que un muchacho lo ve, lo lee, y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que una anciana lo encuentra, lo lee, y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Luego lo lleva a su casa y en el camino lo usa para lo que sirven los diarios después de estas excitantes metamorfosis.
Leí este fragmento de pequeña, con unos 12 años, y me encantó. Es de lo más simple, pero me llamó mucho la atención. Además, gracias a él, descubrí Rayuela, completamente indispensable en mi vida.
argenta escribió:
Nelly Schmalko, que en el año 1977 le adquirió la casa a los Cortázar relata:
" Vivía con mis hijos en Reconquista y Paraguay, y estaba buscando un barrio más tranquilo y con mucha naturaleza. Fue así que leí en el diario el aviso de venta del departamento, aquí en Agronomía, sin saber en ningún momento que era la casa de Julio Cortázar.
Cuando llegamos con la gente de la inmobiliaria, hablaban de la señora Cortázar, allí dudé ya que ese apellido no era muy común. Mis dudas se aclararon para mí sorpresa, cuando entré a la casa y ví las fotos de Julio en los ambientes, y además estaba la hermana Memé que era igual que él.
En ese momento me invadió una alegría inmensa ya que era mi escritor preferido y conocía toda su obra hasta ese momento, hecho que a la madre la puso muy contenta.
La anécdota fue, que la operación se demoró siete meses, ya que intervenía un apoderado, por que Cortázar vivía en París y por aquel entonces - en pleno gobierno de facto - no vistaba a la Argentina.
En ese lapso de tiempo se produce un importante aumento de las propiedades, lo que me impedía concretar la compra. Mi satisfacción fué cuando un día recibí una carta de Julio Cortázar en la que me decía que el iba a respetar el precio pactado originariamente para que yo finalmente me quedara con la casa. El se haría cargo de la diferencia para comprarle a su madre un departamento en Villa del Parque.
Lo importante de esta anécdota, fue el valor de su palabra, plasmado no sólo en su obra si no que también demostraba su integridad como ser humano. El legado que nos dejó es el mueble de su biblioteca, a la cual Julio Cortázar le dedicó el poema "Rechiflao en mi tristeza".
Rechiflao en mi tristeza
Te evoco y veo que has sido
En mi pobre vida paria
Una buena biblioteca.
Te quedaste allá,
en Villa del Parque,
con Thomas Mann y Roberto Arlt y Dickson Carr,
con casi todas las novelas de Colette,
Rosamond Lehmann, Charles Morgan, Niguel Balchin,
Elías Castelnuovo y la edición
tan perfumada del pequeño
amarillo Larousse Ilustrado,
donde por suerte todavía
no había entrado mi nombre
_Ki_ escribió:Antepongo minuciosamente las palabras a la realidad que pretenden describirme, me escudo en consideraciones y sospechas que no son más que una estúpida dialéctica.
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