James Webb: así ve a Júpiter el potente telescopio espacial
En una vista de campo amplio, Webb ve a Júpiter con sus anillos tenues. FOTO: NASA, ESA, CSA, Equipo ERS de Júpiter; procesamiento de imágenes por Ricardo Hueso (UPV/EHU) y Judy Schmidt.
La Nasa reveló imágenes de Júpiter, el planeta más grande de nuestro sistema solar.
Las imágenes del James Webb siguen deslumbrando a la humanidad. Ahora la Nasa dio a conocer algunas postales de Júpiter capturadas por el telescopio espacial en las cuales se pueden apreciar las tormentas, los poderosos vientos y las auroras que ocurren en la superficie de este planeta del sistema solar.
Los científicos esperan que la calidad de las observaciones les proporcionen nuevos datos para el estudio de lo que ocurre al interior de planetas como este.
“Para ser honesto, realmente no esperábamos que fuera tan bueno”, dijo la astrónoma planetaria Imke de Pater, profesora emérita de la Universidad de California, Berkeley, en un comunicado compartido por la agencia espacial estadounidense.
De Pater dirigió las observaciones de Júpiter con Thierry Fouchet, profesor del Observatorio de París, como parte de una colaboración internacional para el programa Early Release Science de Webb. “Es realmente notable que podamos ver los detalles de Júpiter junto con sus anillos, pequeños satélites e incluso galaxias en una sola imagen”, dijo de Pater.
James Webb- Júpiter
Foto: NASA, ESA, CSA, Equipo ERS de Júpiter; procesamiento de imágenes por Judy Schmidt.
Las dos imágenes que fueron compartidas provienen de la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) del observatorio, que tiene tres filtros infrarrojos especializados que muestran detalles del planeta. Dado que la luz infrarroja es invisible para el ojo humano, la luz se ha mapeado en el espectro visible. Generalmente, las longitudes de onda más largas aparecen más rojas y las longitudes de onda más cortas se muestran más azules. Los científicos colaboraron con la científica ciudadana Judy Schmidt para traducir los datos de Webb en imágenes.
En la vista independiente de Júpiter, creada a partir de una combinación de varias imágenes de Webb, las auroras se extienden a grandes alturas sobre los polos norte y sur de Júpiter. De acuerdo con la Nasa, las auroras brillan en un filtro que se asigna a colores más rojos, lo que también resalta la luz reflejada por las nubes más bajas y las neblinas superiores. Un filtro diferente, asignado a amarillos y verdes, muestra brumas que se arremolinan alrededor de los polos norte y sur. Un tercer filtro, asignado a azules, muestra la luz que se refleja desde una nube principal más profunda.
La Gran Mancha Roja, una famosa tormenta tan grande que podría tragarse la Tierra, aparece blanca en estas vistas, al igual que otras nubes, porque reflejan mucha luz solar.
“El brillo aquí indica una gran altitud, por lo que la Gran Mancha Roja tiene neblinas de gran altitud, al igual que la región ecuatorial”, dijo Heidi Hammel, científica interdisciplinaria de Webb para observaciones del sistema solar y vicepresidenta científica de AURA.
"Las numerosas 'manchas' y 'rayas' de color blanco brillante son probablemente cimas de nubes de tormentas convectivas condensadas a gran altitud". Por el contrario, las cintas oscuras al norte de la región ecuatorial tienen poca cobertura de nubes.
En una vista de campo amplio, Webb ve a Júpiter con sus anillos tenues, que son un millón de veces más tenues que el planeta, y dos lunas diminutas llamadas Amaltea y Adrastea. Los puntos borrosos en el fondo inferior son probablemente galaxias que están "fotografiando" esta vista joviana.
Foto: NASA, ESA, CSA, Equipo ERS de Júpiter; procesamiento de imágenes por Ricardo Hueso (UPV/EHU) y Judy Schmidt
“Esta imagen resume la ciencia de nuestro programa del sistema de Júpiter, que estudia la dinámica y la química del propio Júpiter, sus anillos y su sistema de satélites”, dijo Fouchet. Los investigadores ya han comenzado a analizar los datos de Webb para obtener nuevos resultados científicos sobre el planeta más grande de nuestro sistema solar.
Esta imagen capta a Júpiter y alguna de sus lunas (como Europa, que es la mancha negra a la izquierda) y son visibles algunos de sus anillos. Para los científicos este tipo de imágenes son una prueba de que el James Webb puede observar los satélites y los anillos cerca de objetos brillantes del sistema solar como Júpiter, Saturno y Marte.
NASA/ESA/CSA/STScI
En esta imagen el telescopio James Webb capturó a Júpiter con su luna Europa. La famosa Gran Mancha Roja aparece blanca a la derecha debido a la forma en que se procesó la imagen. Y la mancha oscura a la izquierda de la Gran Mancha Roja es la sombra de Europa proyectada sobre Júpiter.
NASA/ESA/CSA/STScI
https://www.eltiempo.com/vida/ciencia/j ... ial-696513
https://www.elespectador.com/ciencia/ja ... elescopio/
Júpiter, el gigante gaseoso
Quizá sea uno de los planetas mas fascinantes por su composición y estructura y uno de los más fáciles de observar a simple vista debido a su gran brillo, solo superado por la Luna y Venus.
Con una masa equivalente a 318 veces la de nuestro planeta, harían falta 1 321 Tierras para rellenar un volumen igual al de Júpiter. Por esta razón, su densidad media es cuatro veces menor que la de nuestro planeta, lo que sugiere que su composición no es rocosa.
Dada la enorme masa de este coloso, su gravedad superficial es 2,5 veces mayor que en la Tierra, solo superada por la gravedad solar (28 veces la terrestre).
Como dato comparativo, el salto medio de una persona en Júpiter no sobrepasaría los 20 centímetros (frente a los 50 centímetros en la Tierra o los 2,7 metros en la Luna).
Movimientos de rotación y traslación
Júpiter es, además, el planeta con mayor velocidad de rotación del sistema solar, con una duración media de unas 9 horas y 50 minutos.. Es decir, Júpiter rota dos veces y media más rápido que la Tierra.
Por el contrario, su periodo de traslación alrededor del Sol es de unos 11 años. La menor distancia entre Júpiter y nuestro planeta es de unos 588 millones de kilómetros (cuando está en oposición).
Esto implica que si usted observa el planeta Júpiter a simple vista o con su telescopio en una noche despejada, la luz ha tardado unos 35 minutos en recorrer la distancia entre el gigante gaseoso y la Tierra.
Un núcleo de hierro y un océano de hidrógeno
En relación a su estructura interna, Júpiter tiene probablemente un núcleo sólido, formado principalmente por hierro. Alrededor del mismo existiría una capa de hidrógeno sometido a altísimas presiones (constituyendo una nueva fase del hidrógeno, el llamado hidrógeno metálico). Se cree que esta capa altamente conductora es la responsable del enorme campo magnético de Júpiter.
Una capa superior estaría compuesta por hidrógeno líquido –algo similar a un océano, pero con hidrógeno en vez de agua–. A medida que nos alejamos en altura, la presión del hidrógeno es menor y este se transforma en estado gaseoso. Las últimas capas de Júpiter contienen otros elementos gaseosos como el helio.
Esquema representativo de las distintas capas y composición del planeta Júpiter. Chocofrito / Wikimedia Commons, CC BY-SA
La atmósfera de Júpiter está formada principalmente por hidrógeno y helio, así como por otros gases tales como el amoníaco, metano y el vapor de agua.
Dado que el planeta no tiene una superficie sólida como la Tierra, no es posible definir con precisión el comienzo y el final de la atmósfera joviana. A medida que nos adentráramos en la misma, su densidad aumentaría hasta llegar a un estado del hidrógeno totalmente líquido (el océnano anteriormente mencionado).
Un séquito de lunas
Comparativa de los satélites galineanos con la Tierra y la Luna.
Júpiter cuenta además con unos 80 satélites naturales. Los cuatro satélites galileanos (Io, Europa, Ganímedes y Calisto), descubiertos por Galileo Galilei en 1610, son los de mayor masa. Recientes estudios sugieren que el gigante gaseoso podría poseer hasta 600 pequeñas lunas irregulares orbitando el planeta.
La enorme gravedad de Júpiter es capaz de capturar objetos cuyas trayectorias se aproximen lo suficiente a dicho gigante. En este sentido cabe recordar el impacto del cometa Shoemaker-Levy 9 sobre Júpiter en julio de 1994, cuando el primero se fragmentó en 21 trozos que fueron colisionando sobre la superficie del planeta durante unos seis días.
Este evento permitió a los científicos estudiar parte de la composición del cometa, una vez producidos dichos impactos.