Esa señora, entre otros títulos nobiliarios, es portavoz del Colectivo Antitaurino de Bizkaia y feliz paseanta habitual de dos perros-patada, concretamente de la raza Wannabe a Dog. Nuestro taxista, titular y explotador de la licencia municipal nº 606, decidió meter animalitos en su broma. Tiró de empatía para intuir cómo podría joder más a la simpática protagonista de la historia (en un guiño a los debatientes de un reciente hilo sobre el tema de la empatía y sus usos y valor moral)
Con la señora a unos cincuenta metros, los tres taxistas empezaron a hacer un rondo con un perro de peluche. Uno de ellos es, además, ventrilocuo aficionado, y añadió la banda sonora de perro pequeño apaleado (dicen los testigos que habría hecho dudar a la mismísima madre del perro, si el perro existiera). Según se iba acercando la señora, iban desarrollando una coreografía muy bien medida en los tiempos, para evitar que se diera cuenta del truco, que acababa con nuestro 606 metiendo al pobre animalico en el maletero de su coche mientras gritaba, ya a escasos cinco metros del oído de la tipa, que estaba hasta los cojones y que se iba a tirarlo a alguna cuneta. Arrancó y se marchó a esperar clientes a la cercana parada del Museo.
¿Midió mal? Probablemente. En realidad, a la vista de lo que estaba por suceder, sí, midió muy mal.
La señora se fue a la comisaría más cercana a denunciar los hechos. Ah, se me ha olvidado comentar que mantiene uno de los blogs de El Correo Digital, el medio de comunicación local casi monopolístico, así que a la denuncia formal añadió la publicación de una nota en su espacio. Decía algo así como
Taxistas de bilbao patean a un perro
# Tres taxistas de Bilbao la emprenden a patadas contra un perro, lo estampan contra un muro, lo meten en un maletero de uno de los taxis y se deshacen del pobre animal.
Hoy 18 de febrero de 2011, sobre las 14 horas de la tarde ha aparecido un perro en la céntrica Plaza del Ensanche de Bilbao. Sin contemplaciones tres taxistas lo han rodeado y se han liado a darle patadas estampándole contra un muro. Uno de los taxistas, con licencia 606 y perteneciente a Radio Taxi, ha metido al perro en el maletero del coche y se ha ido diciendo que lo iba a tirar en una carretera. Cuando he tenido conocimiento de estos hechos he llamado a la policía municipal de Bilbao, que no me han hecho caso, he llamado a Radio Taxi, que tampoco me han hecho caso y a la Ertzaintza. He buscado apoyo en el PACMA y en PROVIDA y el representante de estas organizaciones, como si de un funcionario se tratara, me ha empezado a decir que se debía de tener un testimonio gráfico de los hechos y a darme lecciones de como se pone una denuncia, olvidando que fuí yo la que hace años le enseñó que el maltrato animal se denuncia y como hacerlo.
De camino a la comisaría de la Ertzaintza, he encontrado al taxi 606 y he tenido un enfrentamiento verbal con el taxista, que es un chico joven (con look de Rafa Mora, para que os hagais una idea), se ha reído de mi y nada he podido hacer al ir yo sola.
He puesto la denuncia como portavoz del Colectivo Antitaurino y Animalista de Bikaia y he aportado los datos personales de un testigo.
En estos momentos ese pobre perro, probablemente esté agonizando en alguna cuneta sin que nadie haya hecho nada por el. Desde aquí quiero recordar al PACMA que ya que enarbolan la bandera de defensores de los animales, piensen si a alguién se le hubiera ocurrido decir que hay que tener un testimonio grafico de lo de Marta del Castillo o de lo de Mari Luz... Por desgracia ni para los que se llaman animalistas dan importancia a un animal. Y me consta que debido a esta nota me van a llover las descalificaciones, pero ya estoy harta de tanta hipocresía.
Las dos medidas tomadas por la tipa empezaron a tener sus efectos en paralelo. Por una parte, la Ertzaintza localizó al taxista, le notificó la denuncia, escuchó sus alegaciones y practicó un registro exhaustivo del vehículo. En un maletero con visibles muestras de no haber sido limpiado en unos meses, no apareció ni un solo pelo, mancha de sangre o resto alguno que indicara la presencia reciente de un animal en los términos denunciados. En una esquina, un peluche sucio que validaba la versión del conductor, "esa loca nos tiene manía por lo del coche de su marido y está tan desequilibrada que de verdad nos cree capaces de hacer semejante barbaridad".
En paralelo al cauce legal, que resolvió prontito y bien el asunto, la entrada del blog también iba teniendo efecto: la creación espontánea de brigadas de venganza, organizándose a través del cibermundo anónimo, en blogs y foros que rebotaban la nota, para buscar al taxista (tarea nada complicada para un grupo organizado que tenga teléfonos móviles) y darle una paliza.
La ertzaintza notificó el error de percepción a la señora y le instó a eliminar la entrada del blog, a la vista de la creciente agresividad de los comentarios. Ella aceptó, como es lógico. En Google quedan pruebas de que esa nota existió alguna vez, aunque el link te lleva a una página de redireccionamiento.
Aparte, el texto no ha sido eliminado aún de todos los foros en los que se rebotó y puede encontrarse fácilmente. De hecho yo lo he encontrado en un foro de culturismo donde ni se ha retirado ni se ha aclarado que nadie ha matado a ningún perro ni nada.
Brigadas justicieras para quien patea un perro. Con la de merecedores de justicia que tenemos a nuestro alrededor, por actos que nos perjudican a muchos o a todos, la fuerza más poderosa de movilización social va a acabar siendo el maltrato animal. Recuerdo las reacciones de la peña al youtube en el que una tontalhaba ahogaba a seis cachorrillos en Croacia, todo el puto planeta buscándola para darle lo suyo hasta que la encontraron y la denunciaron, o me entero de este asunto que os acabo de relatar, y se me ponen los pelos de alambre de aluminio al titanio.