tabletom escribió:
tabletom escribió:No conocia a Modulos. Pero si que me sonaba "Todo tiene su fin"
wences escribió:tabletom escribió:No conocia a Modulos. Pero si que me sonaba "Todo tiene su fin"
Algún día podrías contar algo de Tabletom.
wences escribió:Mami
Maravillas el pirri y la nina
Deprisa,Deprisa
Perros callejeros
cine quinqui
bonus trak
wences escribió:"Se torea a compás, como se baila y se canta, a compás, pero también como se vive, o ha de vivirse, a compás".
Rafael de Paula.
wences escribió:Low Festival
Bikini
El bikini nació originariamente en el verano del año 1.946 (concretamente en el mes de Julio) de la mano del ingeniero y diseñador francés Louis Rèard.
Tomó su nombre de las Islas Bikini, famosas en aquel momento por ser campo de pruebas de los primeros ensayos nucleares por parte de EEUU.
La historia cuenta que dicha prenda, tan adelantada a su época, no obtuvo modelo alguna dispuesto a enfundarse en ella, y solo una stripper del Casino de París, Micheline Bernardini, se animó a subirse a la pasarela luciendo tal vestimenta.
Además, se le atribuye a esta mujer el nombre final de tan revolucionario atuendo, ya que tras probársela por primera vez, comentó: “Señor Rèard, su bañador va a ser más explosivo que la bomba de Bikini”.
Lógicamente las reacciones no se hicieron esperar, y en algunos países como Italia, España o Portugal, la Iglesia prohibió su uso. Otros, más progresistas en este aspecto, como Francia, también le pusieron bastantes trabas, pero el cine y sus estrellas (Marilyn Monroe, Brigitte Bardot, …) terminaron por imponerlo al imaginario popular del ciudadano medio.
Destacar que la primera película del cine español donde apareció un bikini fue «Bahía de Palma» rodada en Ibiza (1.962). No obstante, la censura pintó los fotogramas convirtiendo el dos piezas en un bañador de cuerpo entero.
Pero fue 10 años antes, en 1.952 exactamente, cuando el bikini se introdujo oficialmente en España, de la mano del alcalde de Benidorm Don Pedro Zaragoza, que legalizó mediante un decreto, el uso de esta prenda, convirtiéndose de este modo en la primera ciudad española en permitir tan polémico atuendo.
Historia que como veremos más adelante no obtiene el beneplácito de todos los estudiosos del asunto, pero vayamos por partes.
En el comienzo de la década de los 50, el despegue turístico de Benidorm atrajo a la ciudad numerosos visitantes y muy variadas costumbres.
Aunque no pocas vecinas benidormenses aún no se atrevían a vestir dicha prenda y todavía llevaban sus tradicionales bañadores largos, muchas mujeres europeas (especialmente de países nórdicos) venían dispuestas a lucir sus bikinis y la respuesta no se hizo esperar: una turista británica fue multada por un agente (de la Guardia Civil o la Policia Municipal, según los distintos relatos) por la nada desdeñable cifra de 40.000 pesetas al estar sentada en un bar frente a la playa vestida con un bikini.
Hay quien dice, que la verdadera causa de la multa fue que la chica, ante la llamada de atención del agente, se revolvió y le dio un bofetón. Pero como en todo este asunto, la cuestión es difícil de discernir…
De un modo u otro, acaloradas discusiones entre los vecinos de la época se sucedieron y el alcalde Pedro Zaragoza terminó por firmar un decreto en donde autorizaba el uso de esta prenda y establecía sanciones contra aquellas personas que importunasen a las mujeres que lo llevasen.
No obstante, no todos dan por buena esta versión y afirman que dicha ordenanza nunca ha sido sacada a la luz por el Ayuntamiento, esgrimiendo para ello dos hipótesis:
1) Que el decreto o bando de alcaldía si que existió pero ha sido extraviado.
2) Que lo que realmente ocurrió en Benidorm fue que las autoridades municipales instaron a hacer la vista gorda sobre el asunto al tiempo que de manera oficial en un bando de alcaldía de 1.951 se prescribía la “honestidad” de los bañadores femeninos y la “moralidad pública” en la temporada de baños.
De una u otra manera, la verdad es que esta permisividad hacia el uso del bikini no sentó demasiado bien a algunos vecinos, que incluso llegaron a denunciar el “escándalo” ante el arzobispo de Valencia, Marcelino Olaechea, quien inició un proceso para excomulgar al alcalde benidormense.
Ante esta situación, Don Pedro Zaragoza buscó apoyos y habló con el Gobernador Civil de Alicante y con el Ministro de Gobernación, pero no consiguió el respaldo público de ninguno de ellos. Es por esta razón que cogió su vespa de madrugada y partió hacia Madrid. Tras más de 8 horas de viaje, consiguió hablar con el General Franco en persona y lograr su consentimiento respecto al decreto de autorización sobre el uso del bikini.
De nuevo, sobre este último dato, mucho se ha especulado y hay quien duda sobre dicha aprobación e incluso sobre la misma realización del viaje. No obstante, la realidad es que Benidorm continuó con la misma política de apertura con respecto a este asunto.
De este modo, Benidorm se convirtió en un paraíso de libertad dentro de las rígidas costumbres de la España Católica de antaño, y el bikini en pieza indispensable de los millones de turistas que desde entonces han visitado nuestro municipio.
Conviene remarcar bien la importancia de este hecho, y contextualizarlo en la época en que se produjo. Para ello nada mejor que echar la vista atrás, y comprobar como unas décadas antes, en el año 1.907 en concreto, el alcalde de Benidorm Vicente Zaragoza había delimitado perfectamente que zonas de la playas (Levante y Poniente) podían ser usadas por hombres, cuales por mujeres, y cuales por caballos.
Así, el área de la Playa de Levante entre el promontorio y la casa de Vicente Llorca estaba reservada para los hombres; desde allí hasta la zona conocida como “Paratetes” era la zona de mujeres, y finalmente desde este último punto hasta la “Balsa Seca” era para los caballos.
En la Playa de Poniente la situación era parecida, siendo repartida de la siguiente manera: los hombres podían usar el área comprendida entre las rocas y la casa de Francisco Zaragoza, las mujeres desde este punto hasta el primer puente (actual Jaime I), y los caballos desde el puente hasta las “Fontanellas”.
Además, nadie se podía bañar durante el día sin estar (en palabras de la normativa) “decentemente vestido”, los caballos solo se podían meter en el agua a partir de las 6 de la tarde en adelante, y los miembros del sexo opuesto no podían pasar de su zona o permanecer junto a ella (en la zona limítrofe) mientras otras personas estuviesen al otro lado bañándose.
Situación que nos sirve de guía para entender perfectamente el enorme paso dado con la aprobación (ya sea oficial u oficiosa) del bikini, una prenda que muchos vieron casi como una ofensa en su momento, y que hoy en día, es habitual en todas las ciudades marítimas de nuestro país.
Este año 2.012 se han cumplido 65 años desde su nacimiento, y 60 desde su llegada a nuestras playas (aunque el primer documento gráfico sobre este hecho es de 1.955), pero mas allá de jubilarse, parece estar mas de actualidad que nunca, siendo pieza principal de numerosos desfiles de moda en todo el mundo y acaparando portadas de revistas allá donde salen.
Muchos años ya han pasado desde que las mujeres acudían a bañarse con túnicas, calzones largos, medias negras y zapatillas de lona. El bikini supuso en su momento toda una revolución que ha sido imparable desde entonces y desde estas líneas queríamos rendirle su merecido homenaje.
http://hoteltanitbenidorm.com/la-llegada-del-bikini-a-benidorm/
Bonus track, Diferente
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