por Hay_sinla »
20 May 2018, 12:19
"El sistema fiscal del mundo necesita una importante revisión”, admite Jesús Lizcano, presidente de Transparencia Internacional España. Vivimos una era donde un puñado de gigantes tecnológicos y sus dueños son más poderosos y ricos que naciones enteras. Tiempos de exuberancia para los paraísos fiscales (unos 50 territorios entre listas negras y grises), el secreto bancario, el fraude y la elusión fiscal de las grandes corporaciones. Gran parte del mundo occidental zigzaguea una crisis que se aloja en el alma del Estado de bienestar. La sostenibilidad de los sistemas públicos (pensiones, sanidad, educación) está atravesada por la fragilidad; el desempleo, en muchos países, es un drama y el universo de la robotización y la inteligencia artificial amenaza a los trabajadores. Y el alba despunta sombría.
El empleo será uno de los bienes más escasos de mundo y todo aquello que parecía tan sólido cederá. “A pesar de que el PIB está alcanzando el nivel más alto de su historia en muchas naciones, a la gente se le dice que la atención básica, esa misma que se daba por supuesta cuando las economías en general eran bastante más pequeñas, ya no estará disponible”, reflexiona Charles Enoch, director de Economía Política de los Mercados Financieros del St. Antony’s College de la Universidad de Oxford. El sistema tributario actual resulta incapaz de captar los recursos públicos que necesita el mundo. Las causas de este fracaso quizá se hallan en aquellas palabras del economista John Kenneth Galbraith (1908-2006) cuando advirtió sobre “la opulencia privada y la miseria pública”.
“La enorme complejidad de las operaciones globales de las multinacionales, junto a la voluntad de las big four [KPMG, PwC, Ernst & Young y Deloitte] de crear y vender estructuras que separan la tributación de las ganancias de los lugares donde de verdad se desarrolla la actividad de la compañía, ha llevado a una situación en la que incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoce que las normas de la OCDE no sirven a su propósito”, observa Alex Cobham, director de Tax Justice Network, un grupo de activistas que denuncian los abusos del sistema impositivo internacional. Sus expertos han echado cuentas. La elusión fiscal de las multinacionales deja unas pérdidas de 500.000 millones de dólares al año en el planeta e ilumina las luces rojas. La Asociación Internacional de Abogados (IBA, por sus siglas en inglés), quizá la voz más importante de los juristas del mundo, califica estas añagazas tributarias como una vulneración de los derechos humanos.
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