Tintín el nazi
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^houser^
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Tintín el nazi

por ^houser^ » 11 Ene 2004, 23:01

"Un joven Georges Remí, que desde joven firmaba sus dibujos con el sonido de sus iniciales cambiadas, Hergé (Er-yé, que venía de pasar infancia y adolescencia en un colegio y en el escutismo católicos, entró a los veinte años a trabajar en el departamento de suscripciones del diario también católico y de extrema derecha Le Siécle XX, de Bruselas. Su afición al dibujo y su talento lo condujo a ser aprendiz de fotógrafo e ilustrador en el periódico y en 1928, el director del periódico, el abate Norbert Wallez –un cura trabucaire, y tan furibundo admirador de Mussolini como antisemita y anticomunista-, le encargó crear un suplemento infantil, Le Petit Vingtiéme, donde el 10 de Enero de 1929 apareció por primera vez Tintín. Hergé tomó como modelo a Totor, el personaje que dibujaba para la revista scout, lo repeinó con un tupé de la época, le dio como compañero a un fox terrier llamado Milú, como su primera novia, y, siguiendo las instrucciones del extremista cura Wallez, lo hizo periodista y lo mandó como enviado especial de Le Petit Vingtiéme a la Rusia soviética. La historieta se titulaba Tintín en el País de los Soviets y que se sepa es la única ocasión en que Tintín hizo de periodista. O, dicen otros, de libelista, pues para trazar su apocalíptica visión de la Unión Soviética Hergé se sirvió de un panfleto llamado Moscou sans voiles.

Por aquellos años, la Rusia soviética era, naturalmente, el imperio terrestre de Satán para una Iglesia católica asustada porque la URSS se convertía en el faro de los proletarios de todo el mundo y en la bienaventuranza de obreros y pobres en el reino de este mundo, y la antigua esperanza y consuelo de los marginados para mejorar su estatus en el más allá, la Iglesia se quedaba reducida al brutal epítome de opio del pueblo.

Aunque Hergé no necesitaba argumentos que su estricta educación y observancia cristianas ya le había imbuido. Y, por si faltara algo, de compañero de mesa en el periódico tenía a un impulsivo periodista llamado León Degrelle, que luego aspiraría a convertirse en el führer belga con su partido nazi Rex y llegaría a ser colaborador de Hitler, quien le otorgó uno de sus ridículos grados paramilitares, el de sturmbannführer, de las tétricas SS. Un sujeto despreciable que, tras la derrota del nazismo, vivió el resto de su vida escondido bajo las faldas dictatoriales de Franco en España, pero que no sólo no renunció a su vieja amistad con Hergé sino que en 1992 publicó un libro, rápidamente prohibido, secuestrado e incluso quemado –siguiendo la tradición nazi, quizá universal...- que se titulaba Tintin, mon copain! Y en el que no sólo reivindicaba que Hergé se inspiró en él para su personaje sino la ideología fascista de Hergé y de su héroe; para probarla publicó cartas, fotos, testimonios y, ¡horror!, dibujos inéditos de Tintín con el uniforme del ejército belga colaboracionista con los invasores alemanes. Los tintinólogos y administradores de su fundación y obra, que no pueden negar las raíces ultras de su ídolo, achacan aquella etapa a “errores de juventud” y rechazan la mayor parte de las afirmaciones del nazi Degrelle con la juiciosa observación de que los muertos no pueden declarar pero en su boca se le puede poner cualquier clase de declaraciones. En todo caso, Hergé dijo en vida que se inspiró en las características físicas de su hermano menor, Paul, para su personaje.

Sin embargo, lo cierto es que, el país bajo dominación alemana, y cerrados Le Siécle XX y su suplemento Le Petit Vingtiéme por las restricciones de guerra, Hergé pasó a trabajar en el diario colaboracionista de los nazis Le Soir. Tan cierto como que las aventuras que escribió y dibujó de Tintín antes de la guerra, después de la contienda las sometió a una profunda censura para reeditarlas, podarlas e incluso talarlas de secuencias y expresiones con las que, en los dulces años de la juventud, había proclamado su ideología fascista, racista y autoritaria.

De hecho, siguiendo la lógica del vencedor, Hergé sufrió la depuración que siguió a la liberación de los países invadidos por los alemanes. En pequeña medida, pero si un pájaro nazi como Alfred Krupp, el magnate de la industria pesada alemana que armó a Hitler no sólo con interés sino con amor y convicción, era excarcelado antes de que cumpliera su pequeña condena y devueltos todos sus bienes incautados, como a tantos, ¿a qué se podía castigar a un dibujante de historietas cuyo fascismo era producto de su educación católica integrista y de las “malas compañías”? Su mayor error fue ilustrar un panfleto de Degrelle, su Histoire de la guerre scolaire, pero nunca se había implicado ni en la estructura ni en la violencia de los invasores y de sus correligionarios belgas.

¿Héroe, canalla, ciudadano del montón?

Ésos son los hechos, las interpretaciones son libres y tan idiotas como la capacidad de los intérpretes. Así, mientras que el actual movimiento neonazi europeo reclama al primer Tintín casi como un nuevo Mein Kampf y la Iglesia más conservadora lo reclama como «un dibujante de Acción Católica de fama internacional» (en la Revista Arbil, tengamos en cuenta que el partido nazi belga, Rex, se llamó Christus Rex), los del extremo de enfrente siguen viendo en el Tintín evolucionado las raíces extremistas del primero: en Milú, a un perro racista que desprecia mezclarse con “perros piel roja” (En Tintín en América); en la dipsomanía del capitán Haddock, un homenaje al abstemio Hitler; en los dos detectives idiotas Dupont y Dumond (Hernández y Fernández), una crítica de la debilidad de los cuerpos de seguridad de las democracias; en el profesor Tornasol, tópico de sabio loco, cuyas locuras ambicionan potencias extranjeras casualmente comunistas y, por último, pero no la menor acusación, en la ausencia de relaciones heterosexuales la homosexualidad de Tintín, o por lo menos su misoginia, dada la ausencia de mujeres en sus historietas -peor, la cruel caricatura de la mujer en la figura de la cantante de ópera Bianca Castafiore-, sin entrar en que algunos, quizá definitivamente obnubilado por los efluvios dopamínicos de su pensamiento, lo tachan de zoófilo por su relación con el de todas formas manejable, e imagino que adorable, Milú...

Los tintinólogos, especie de Legionarios de Cristo si Hergé fuera el Mesías, devuelven argumentos como quien da reveses a una pelota de tenis. Y concluyen lo que concluiría cualquiera: Como gran parte de los dibujantes de historietas, Hergé es un artista venido a menos, y si los artistas adolecen del vicio de la cultura, los dibujantes de historietas suelen ser autodidactas, de manera que recogen en sus historias los tópicos corrientes en la sociedad, los que refleja la cultura popular. En la que, por ejemplo, la idiotez policial es moneda corriente –desde Charlot al chiste: la policía no es tonta: ve colillas con marcas de lápiz de labios y dice: ha fumado una mujer-; el alcohol es un grave problema social y un drama en muchas familias y círculos restringidos; la liberación de la mujer empezó en los años setenta (¡En Suiza no pudieron votar hasta 1953!) y anteayer, como quien dice, fue la marcha por los derechos civiles de los negros de Martin Luther King... Hemos avanzado mucho desde 1968, pero no se puede pedir que lo asuman de la misma manera el nacido en 1907, Hergé, que al nacido en 1947 ni mucho menos a quien vivía antes de la II Gran Guerra que a finales del siglo XX.

Un tal Alex Tornasol, un tintinólogo que escribe en una de las numerosas páginas de la Red dedicadas a Hergé-Tintín (la chilena http://www.ergocomics.cl), define el raro atractivo del personaje con lúcida sencillez:

«¿Y juzga? ¡Jamás! Tintín es un liberal. No entra nunca en los defectos ajenos. Con similar paciencia tolera el carácter dipsómano de Haddock, que la ineptitud de Hernández y Fernández, como los desvaríos vocales de la Castafiore. Sólo cuando se pone en peligro la situación del grupo es cuando denuncia la actitud improcedente de alguien. Pero es un pronto, un instante, un ajuste de la acción. Entonces, si Tintín es tan sencillo, si su personaje aporta tan poco, ¿cuál es su papel, cómo ha llegado a protagonista? Pues precisamente gracias a su modo de ser».

Es verdad que no se refiere al primer Tintín, el que militó contra los revolucionarios soviéticos y el que enseñó a los negritos del Congo que su patria era Bélgica y el putero compulsivo Leopoldo II, su monarca “por la gracia de Dios”, pero sí es el que, convenientemente pasado por el tinte de los modales democráticos vencedores de la II Guerra Mundial, se ha fijado en la retina de la memoria histórica universal."



Es cierto que en "Tintín en el Tíbet" se despeñan varios sherpas porteadores de esos y Tintin grita "que horror, hemos perdido los viveres!" ?
Última edición por Stipey el 23 Dic 2010, 19:13, editado 6 veces en total.
Razón: Asi mejor

AtomicDog
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Re: Tintin el nazi.

por AtomicDog » 11 Ene 2004, 23:17

^houser^ escribió:
"Un joven Georges Remí, que desde joven firmaba sus dibujos con el sonido de sus iniciales cambiadas, Hergé (Er-yé, que venía de pasar infancia y adolescencia en un colegio y en el escutismo católicos, entró a los veinte años a trabajar en el departamento de suscripciones del diario también católico y de extrema derecha Le Siécle XX, de Bruselas. Su afición al dibujo y su talento lo condujo a ser aprendiz de fotógrafo e ilustrador en el periódico y en 1928, el director del periódico, el abate Norbert Wallez –un cura trabucaire, y tan furibundo admirador de Mussolini como antisemita y anticomunista-, le encargó crear un suplemento infantil, Le Petit Vingtiéme, donde el 10 de Enero de 1929 apareció por primera vez Tintín. Hergé tomó como modelo a Totor, el personaje que dibujaba para la revista scout, lo repeinó con un tupé de la época, le dio como compañero a un fox terrier llamado Milú, como su primera novia, y, siguiendo las instrucciones del extremista cura Wallez, lo hizo periodista y lo mandó como enviado especial de Le Petit Vingtiéme a la Rusia soviética. La historieta se titulaba Tintín en el País de los Soviets y que se sepa es la única ocasión en que Tintín hizo de periodista. O, dicen otros, de libelista, pues para trazar su apocalíptica visión de la Unión Soviética Hergé se sirvió de un panfleto llamado Moscou sans voiles.

Por aquellos años, la Rusia soviética era, naturalmente, el imperio terrestre de Satán para una Iglesia católica asustada porque la URSS se convertía en el faro de los proletarios de todo el mundo y en la bienaventuranza de obreros y pobres en el reino de este mundo, y la antigua esperanza y consuelo de los marginados para mejorar su estatus en el más allá, la Iglesia se quedaba reducida al brutal epítome de opio del pueblo.

Aunque Hergé no necesitaba argumentos que su estricta educación y observancia cristianas ya le había imbuido. Y, por si faltara algo, de compañero de mesa en el periódico tenía a un impulsivo periodista llamado León Degrelle, que luego aspiraría a convertirse en el führer belga con su partido nazi Rex y llegaría a ser colaborador de Hitler, quien le otorgó uno de sus ridículos grados paramilitares, el de sturmbannführer, de las tétricas SS. Un sujeto despreciable que, tras la derrota del nazismo, vivió el resto de su vida escondido bajo las faldas dictatoriales de Franco en España, pero que no sólo no renunció a su vieja amistad con Hergé sino que en 1992 publicó un libro, rápidamente prohibido, secuestrado e incluso quemado –siguiendo la tradición nazi, quizá universal...- que se titulaba Tintin, mon copain! Y en el que no sólo reivindicaba que Hergé se inspiró en él para su personaje sino la ideología fascista de Hergé y de su héroe; para probarla publicó cartas, fotos, testimonios y, ¡horror!, dibujos inéditos de Tintín con el uniforme del ejército belga colaboracionista con los invasores alemanes. Los tintinólogos y administradores de su fundación y obra, que no pueden negar las raíces ultras de su ídolo, achacan aquella etapa a “errores de juventud” y rechazan la mayor parte de las afirmaciones del nazi Degrelle con la juiciosa observación de que los muertos no pueden declarar pero en su boca se le puede poner cualquier clase de declaraciones. En todo caso, Hergé dijo en vida que se inspiró en las características físicas de su hermano menor, Paul, para su personaje.

Sin embargo, lo cierto es que, el país bajo dominación alemana, y cerrados Le Siécle XX y su suplemento Le Petit Vingtiéme por las restricciones de guerra, Hergé pasó a trabajar en el diario colaboracionista de los nazis Le Soir. Tan cierto como que las aventuras que escribió y dibujó de Tintín antes de la guerra, después de la contienda las sometió a una profunda censura para reeditarlas, podarlas e incluso talarlas de secuencias y expresiones con las que, en los dulces años de la juventud, había proclamado su ideología fascista, racista y autoritaria.

De hecho, siguiendo la lógica del vencedor, Hergé sufrió la depuración que siguió a la liberación de los países invadidos por los alemanes. En pequeña medida, pero si un pájaro nazi como Alfred Krupp, el magnate de la industria pesada alemana que armó a Hitler no sólo con interés sino con amor y convicción, era excarcelado antes de que cumpliera su pequeña condena y devueltos todos sus bienes incautados, como a tantos, ¿a qué se podía castigar a un dibujante de historietas cuyo fascismo era producto de su educación católica integrista y de las “malas compañías”? Su mayor error fue ilustrar un panfleto de Degrelle, su Histoire de la guerre scolaire, pero nunca se había implicado ni en la estructura ni en la violencia de los invasores y de sus correligionarios belgas.

¿Héroe, canalla, ciudadano del montón?

Ésos son los hechos, las interpretaciones son libres y tan idiotas como la capacidad de los intérpretes. Así, mientras que el actual movimiento neonazi europeo reclama al primer Tintín casi como un nuevo Mein Kampf y la Iglesia más conservadora lo reclama como «un dibujante de Acción Católica de fama internacional» (en la Revista Arbil, tengamos en cuenta que el partido nazi belga, Rex, se llamó Christus Rex), los del extremo de enfrente siguen viendo en el Tintín evolucionado las raíces extremistas del primero: en Milú, a un perro racista que desprecia mezclarse con “perros piel roja” (En Tintín en América); en la dipsomanía del capitán Haddock, un homenaje al abstemio Hitler; en los dos detectives idiotas Dupont y Dumond (Hernández y Fernández), una crítica de la debilidad de los cuerpos de seguridad de las democracias; en el profesor Tornasol, tópico de sabio loco, cuyas locuras ambicionan potencias extranjeras casualmente comunistas y, por último, pero no la menor acusación, en la ausencia de relaciones heterosexuales la homosexualidad de Tintín, o por lo menos su misoginia, dada la ausencia de mujeres en sus historietas -peor, la cruel caricatura de la mujer en la figura de la cantante de ópera Bianca Castafiore-, sin entrar en que algunos, quizá definitivamente obnubilado por los efluvios dopamínicos de su pensamiento, lo tachan de zoófilo por su relación con el de todas formas manejable, e imagino que adorable, Milú...

Los tintinólogos, especie de Legionarios de Cristo si Hergé fuera el Mesías, devuelven argumentos como quien da reveses a una pelota de tenis. Y concluyen lo que concluiría cualquiera: Como gran parte de los dibujantes de historietas, Hergé es un artista venido a menos, y si los artistas adolecen del vicio de la cultura, los dibujantes de historietas suelen ser autodidactas, de manera que recogen en sus historias los tópicos corrientes en la sociedad, los que refleja la cultura popular. En la que, por ejemplo, la idiotez policial es moneda corriente –desde Charlot al chiste: la policía no es tonta: ve colillas con marcas de lápiz de labios y dice: ha fumado una mujer-; el alcohol es un grave problema social y un drama en muchas familias y círculos restringidos; la liberación de la mujer empezó en los años setenta (¡En Suiza no pudieron votar hasta 1953!) y anteayer, como quien dice, fue la marcha por los derechos civiles de los negros de Martin Luther King... Hemos avanzado mucho desde 1968, pero no se puede pedir que lo asuman de la misma manera el nacido en 1907, Hergé, que al nacido en 1947 ni mucho menos a quien vivía antes de la II Gran Guerra que a finales del siglo XX.

Un tal Alex Tornasol, un tintinólogo que escribe en una de las numerosas páginas de la Red dedicadas a Hergé-Tintín (la chilena http://www.ergocomics.cl), define el raro atractivo del personaje con lúcida sencillez:

«¿Y juzga? ¡Jamás! Tintín es un liberal. No entra nunca en los defectos ajenos. Con similar paciencia tolera el carácter dipsómano de Haddock, que la ineptitud de Hernández y Fernández, como los desvaríos vocales de la Castafiore. Sólo cuando se pone en peligro la situación del grupo es cuando denuncia la actitud improcedente de alguien. Pero es un pronto, un instante, un ajuste de la acción. Entonces, si Tintín es tan sencillo, si su personaje aporta tan poco, ¿cuál es su papel, cómo ha llegado a protagonista? Pues precisamente gracias a su modo de ser».

Es verdad que no se refiere al primer Tintín, el que militó contra los revolucionarios soviéticos y el que enseñó a los negritos del Congo que su patria era Bélgica y el putero compulsivo Leopoldo II, su monarca “por la gracia de Dios”, pero sí es el que, convenientemente pasado por el tinte de los modales democráticos vencedores de la II Guerra Mundial, se ha fijado en la retina de la memoria histórica universal."



Es cierto que en "Tintín en el Tíbet" se despeñan varios sherpas porteadores de esos y Tintin grita "que horror, hemos perdido los viveres!" ?


Pues no, no es cierto (aunque debo confesar que me he reido un rato cuando lo he leido)

Hoy sale un articulo en el suplemento de el Periodico sobre Tintin y comenta todas estas cosas: La asexualidad de Tintin, su misogninia, su caracter burgés, el colonialismo de Tintin en el Congo, su anticomunismo, etc, etc muy recomendable.

RunningWild
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Re: Tintin el nazi.

por RunningWild » 11 Ene 2004, 23:20

AtomicDog escribió:
^houser^ escribió:
"Un joven Georges Remí, que desde joven firmaba sus dibujos con el sonido de sus iniciales cambiadas, Hergé (Er-yé, que venía de pasar infancia y adolescencia en un colegio y en el escutismo católicos, entró a los veinte años a trabajar en el departamento de suscripciones del diario también católico y de extrema derecha Le Siécle XX, de Bruselas. Su afición al dibujo y su talento lo condujo a ser aprendiz de fotógrafo e ilustrador en el periódico y en 1928, el director del periódico, el abate Norbert Wallez –un cura trabucaire, y tan furibundo admirador de Mussolini como antisemita y anticomunista-, le encargó crear un suplemento infantil, Le Petit Vingtiéme, donde el 10 de Enero de 1929 apareció por primera vez Tintín. Hergé tomó como modelo a Totor, el personaje que dibujaba para la revista scout, lo repeinó con un tupé de la época, le dio como compañero a un fox terrier llamado Milú, como su primera novia, y, siguiendo las instrucciones del extremista cura Wallez, lo hizo periodista y lo mandó como enviado especial de Le Petit Vingtiéme a la Rusia soviética. La historieta se titulaba Tintín en el País de los Soviets y que se sepa es la única ocasión en que Tintín hizo de periodista. O, dicen otros, de libelista, pues para trazar su apocalíptica visión de la Unión Soviética Hergé se sirvió de un panfleto llamado Moscou sans voiles.

Por aquellos años, la Rusia soviética era, naturalmente, el imperio terrestre de Satán para una Iglesia católica asustada porque la URSS se convertía en el faro de los proletarios de todo el mundo y en la bienaventuranza de obreros y pobres en el reino de este mundo, y la antigua esperanza y consuelo de los marginados para mejorar su estatus en el más allá, la Iglesia se quedaba reducida al brutal epítome de opio del pueblo.

Aunque Hergé no necesitaba argumentos que su estricta educación y observancia cristianas ya le había imbuido. Y, por si faltara algo, de compañero de mesa en el periódico tenía a un impulsivo periodista llamado León Degrelle, que luego aspiraría a convertirse en el führer belga con su partido nazi Rex y llegaría a ser colaborador de Hitler, quien le otorgó uno de sus ridículos grados paramilitares, el de sturmbannführer, de las tétricas SS. Un sujeto despreciable que, tras la derrota del nazismo, vivió el resto de su vida escondido bajo las faldas dictatoriales de Franco en España, pero que no sólo no renunció a su vieja amistad con Hergé sino que en 1992 publicó un libro, rápidamente prohibido, secuestrado e incluso quemado –siguiendo la tradición nazi, quizá universal...- que se titulaba Tintin, mon copain! Y en el que no sólo reivindicaba que Hergé se inspiró en él para su personaje sino la ideología fascista de Hergé y de su héroe; para probarla publicó cartas, fotos, testimonios y, ¡horror!, dibujos inéditos de Tintín con el uniforme del ejército belga colaboracionista con los invasores alemanes. Los tintinólogos y administradores de su fundación y obra, que no pueden negar las raíces ultras de su ídolo, achacan aquella etapa a “errores de juventud” y rechazan la mayor parte de las afirmaciones del nazi Degrelle con la juiciosa observación de que los muertos no pueden declarar pero en su boca se le puede poner cualquier clase de declaraciones. En todo caso, Hergé dijo en vida que se inspiró en las características físicas de su hermano menor, Paul, para su personaje.

Sin embargo, lo cierto es que, el país bajo dominación alemana, y cerrados Le Siécle XX y su suplemento Le Petit Vingtiéme por las restricciones de guerra, Hergé pasó a trabajar en el diario colaboracionista de los nazis Le Soir. Tan cierto como que las aventuras que escribió y dibujó de Tintín antes de la guerra, después de la contienda las sometió a una profunda censura para reeditarlas, podarlas e incluso talarlas de secuencias y expresiones con las que, en los dulces años de la juventud, había proclamado su ideología fascista, racista y autoritaria.

De hecho, siguiendo la lógica del vencedor, Hergé sufrió la depuración que siguió a la liberación de los países invadidos por los alemanes. En pequeña medida, pero si un pájaro nazi como Alfred Krupp, el magnate de la industria pesada alemana que armó a Hitler no sólo con interés sino con amor y convicción, era excarcelado antes de que cumpliera su pequeña condena y devueltos todos sus bienes incautados, como a tantos, ¿a qué se podía castigar a un dibujante de historietas cuyo fascismo era producto de su educación católica integrista y de las “malas compañías”? Su mayor error fue ilustrar un panfleto de Degrelle, su Histoire de la guerre scolaire, pero nunca se había implicado ni en la estructura ni en la violencia de los invasores y de sus correligionarios belgas.

¿Héroe, canalla, ciudadano del montón?

Ésos son los hechos, las interpretaciones son libres y tan idiotas como la capacidad de los intérpretes. Así, mientras que el actual movimiento neonazi europeo reclama al primer Tintín casi como un nuevo Mein Kampf y la Iglesia más conservadora lo reclama como «un dibujante de Acción Católica de fama internacional» (en la Revista Arbil, tengamos en cuenta que el partido nazi belga, Rex, se llamó Christus Rex), los del extremo de enfrente siguen viendo en el Tintín evolucionado las raíces extremistas del primero: en Milú, a un perro racista que desprecia mezclarse con “perros piel roja” (En Tintín en América); en la dipsomanía del capitán Haddock, un homenaje al abstemio Hitler; en los dos detectives idiotas Dupont y Dumond (Hernández y Fernández), una crítica de la debilidad de los cuerpos de seguridad de las democracias; en el profesor Tornasol, tópico de sabio loco, cuyas locuras ambicionan potencias extranjeras casualmente comunistas y, por último, pero no la menor acusación, en la ausencia de relaciones heterosexuales la homosexualidad de Tintín, o por lo menos su misoginia, dada la ausencia de mujeres en sus historietas -peor, la cruel caricatura de la mujer en la figura de la cantante de ópera Bianca Castafiore-, sin entrar en que algunos, quizá definitivamente obnubilado por los efluvios dopamínicos de su pensamiento, lo tachan de zoófilo por su relación con el de todas formas manejable, e imagino que adorable, Milú...

Los tintinólogos, especie de Legionarios de Cristo si Hergé fuera el Mesías, devuelven argumentos como quien da reveses a una pelota de tenis. Y concluyen lo que concluiría cualquiera: Como gran parte de los dibujantes de historietas, Hergé es un artista venido a menos, y si los artistas adolecen del vicio de la cultura, los dibujantes de historietas suelen ser autodidactas, de manera que recogen en sus historias los tópicos corrientes en la sociedad, los que refleja la cultura popular. En la que, por ejemplo, la idiotez policial es moneda corriente –desde Charlot al chiste: la policía no es tonta: ve colillas con marcas de lápiz de labios y dice: ha fumado una mujer-; el alcohol es un grave problema social y un drama en muchas familias y círculos restringidos; la liberación de la mujer empezó en los años setenta (¡En Suiza no pudieron votar hasta 1953!) y anteayer, como quien dice, fue la marcha por los derechos civiles de los negros de Martin Luther King... Hemos avanzado mucho desde 1968, pero no se puede pedir que lo asuman de la misma manera el nacido en 1907, Hergé, que al nacido en 1947 ni mucho menos a quien vivía antes de la II Gran Guerra que a finales del siglo XX.

Un tal Alex Tornasol, un tintinólogo que escribe en una de las numerosas páginas de la Red dedicadas a Hergé-Tintín (la chilena http://www.ergocomics.cl), define el raro atractivo del personaje con lúcida sencillez:

«¿Y juzga? ¡Jamás! Tintín es un liberal. No entra nunca en los defectos ajenos. Con similar paciencia tolera el carácter dipsómano de Haddock, que la ineptitud de Hernández y Fernández, como los desvaríos vocales de la Castafiore. Sólo cuando se pone en peligro la situación del grupo es cuando denuncia la actitud improcedente de alguien. Pero es un pronto, un instante, un ajuste de la acción. Entonces, si Tintín es tan sencillo, si su personaje aporta tan poco, ¿cuál es su papel, cómo ha llegado a protagonista? Pues precisamente gracias a su modo de ser».

Es verdad que no se refiere al primer Tintín, el que militó contra los revolucionarios soviéticos y el que enseñó a los negritos del Congo que su patria era Bélgica y el putero compulsivo Leopoldo II, su monarca “por la gracia de Dios”, pero sí es el que, convenientemente pasado por el tinte de los modales democráticos vencedores de la II Guerra Mundial, se ha fijado en la retina de la memoria histórica universal."



Es cierto que en "Tintín en el Tíbet" se despeñan varios sherpas porteadores de esos y Tintin grita "que horror, hemos perdido los viveres!" ?


Pues no, no es cierto (aunque debo confesar que me he reido un rato cuando lo he leido)

Hoy sale un articulo en el suplemento de el Periodico sobre Tintin y comenta todas estas cosas: La asexualidad de Tintin, su misogninia, su caracter burgés, el colonialismo de Tintin en el Congo, su anticomunismo, etc, etc muy recomendable.


Conoces algun link sobre eso?
curioso cuanto menos

Ignacio
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por Ignacio » 12 Ene 2004, 00:20

¿Cuantas mujeres salen en Tintín? ¿En toda la colección (y tengo todos los álbumes) cuantas mujeres pronuncian más de tres frases? La respuesta sería "una": Bianca Castafiore, y es una respuesta con trampa, porque viéndola (y viendo la reacción que hacia ella tiene el Capitán Haddock) uno juraría que es un travesti.

Tintín es, probablemente, el cómic más sobrevalorado de la historia. Hace justo los mismos años que Hergé diera vida al niñato del tupé, Harold Foster iniciaba la era del realismo en los cómics con su versión de "Tarzán" en las planchas dominicales del King Features Sindicate. No fue más que una preparación para su obra maestra: El Príncipe Valiente, uno de los grandes clásicos (si no el que más) del cómic de todos los tiempos.

Pues bien, mientras la obra del genial Foster es referente constente de numerosos entendidos en el comic, Tintín sigue siendo paladín de supuestos intelectuales que afirman "también" leer comics y afirman que es el único comic adulto, afirmación que produce el más absoluto de los sonrrojos con solo leer como hablan el Capitán Haddok, Hernández y Fernández o el Profesor Tornasol, lo artificial de sus sentimientos y lo ridícula de sus actitudes.

Dos frases de dos amigos míos, reconocidos expertos españoles en cómic ilustran bastante bien la obra de Hergé.

La primera es de Jesús Yugo, dibujante y entintador: "El principal problema que yo tenía con tintín es que no me lo creía, no podía. Yo era capaz de creerme que un señor se ponía un traje de colores lleno de rayas y se subía por las paredes y en cambio era incapaz de creerme a un personaje que siempre llevaba los mismos ridículos pantalones bombachos, siempre estaba peinado igual, que nunca se enamoraba, no conocía chicas, hablaba con su perro y le solucionaba los problemas al par de policías más inverosímiles de la historia"

LA segunda es de Juanvi Chuliá, crítico: "Lo importante de John Ford no es que fuera un hombre muy conservador, lo importante es que era un gran director. Lo importante de Milton Caniff o Al Capp (autores, respectivamente, de los clásicos Terry y los piratas i Lil.Abner) no es que fueran muy carcas, lo importante es que eran grandes autores. En cambio, lo importante de Hergé no es que fuera un misógino, un militarista nazi y un facha de mierda, no: lo importante es que era muy malo y que más de la mitad de sus álbumes están dibujados por ayudantes, muy malos todos ellos, aunque no tanto como él."

Un saludo... y larga vida a Harold Foster.
Sin manos no hay galletas escribió:Lo que más me ha marcado en la vida, fubolísticamente hablando, fue descubrir que Logroñés al revés era séñorgoL.
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el mc
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por el mc » 12 Ene 2004, 00:53

lo que sí es cierto es que tintín en el país de los soviets parece un panfleto anti-soviético,se le nota demasiado.

RunningWild
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por RunningWild » 12 Ene 2004, 01:00

Tambien se ven cosas contrarias ,supuestamente al menos, a la ideologia de Hergé. En Stock de Coque salva a unos africanos del esclavismo, colabora con la revolución para derrocar a Tapioca en Sao Teodoros y en Tintin en el Templo Del Sol ayuda a un chico sudamericano de unos blancos extranjeros que le estaban huntando. Consigue que detengan a los mafiosos de Chicago también, alguna cosa buena hacia :P Y seguro que se me pasa alguna más

RunningWild
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por RunningWild » 12 Ene 2004, 01:01

RunningWild escribió:Tambien se ven cosas contrarias ,supuestamente al menos, a la ideologia de Hergé. En Stock de Coque salva a unos africanos del esclavismo, colabora con la guerrilla revolucionaria para derrocar a Tapioca en Sao Teodoros y en Tintin en el Templo Del Sol ayuda a un chico sudamericano de unos blancos extranjeros que le estaban huntando. Consigue que detengan a los mafiosos de Chicago también, alguna cosa buena hacia el hombrecillo :P Y seguro que se me pasa alguna más

Stockton 4ever (Rayo)
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por Stockton 4ever (Rayo) » 12 Ene 2004, 10:00

Ignacio escribió:¿Cuantas mujeres salen en Tintín? ¿En toda la colección (y tengo todos los álbumes) cuantas mujeres pronuncian más de tres frases? La respuesta sería "una": Bianca Castafiore, y es una respuesta con trampa, porque viéndola (y viendo la reacción que hacia ella tiene el Capitán Haddock) uno juraría que es un travesti.

Tintín es, probablemente, el cómic más sobrevalorado de la historia. Hace justo los mismos años que Hergé diera vida al niñato del tupé, Harold Foster iniciaba la era del realismo en los cómics con su versión de "Tarzán" en las planchas dominicales del King Features Sindicate. No fue más que una preparación para su obra maestra: El Príncipe Valiente, uno de los grandes clásicos (si no el que más) del cómic de todos los tiempos.

Pues bien, mientras la obra del genial Foster es referente constente de numerosos entendidos en el comic, Tintín sigue siendo paladín de supuestos intelectuales que afirman "también" leer comics y afirman que es el único comic adulto, afirmación que produce el más absoluto de los sonrrojos con solo leer como hablan el Capitán Haddok, Hernández y Fernández o el Profesor Tornasol, lo artificial de sus sentimientos y lo ridícula de sus actitudes.

Dos frases de dos amigos míos, reconocidos expertos españoles en cómic ilustran bastante bien la obra de Hergé.

La primera es de Jesús Yugo, dibujante y entintador: "El principal problema que yo tenía con tintín es que no me lo creía, no podía. Yo era capaz de creerme que un señor se ponía un traje de colores lleno de rayas y se subía por las paredes y en cambio era incapaz de creerme a un personaje que siempre llevaba los mismos ridículos pantalones bombachos, siempre estaba peinado igual, que nunca se enamoraba, no conocía chicas, hablaba con su perro y le solucionaba los problemas al par de policías más inverosímiles de la historia"

LA segunda es de Juanvi Chuliá, crítico: "Lo importante de John Ford no es que fuera un hombre muy conservador, lo importante es que era un gran director. Lo importante de Milton Caniff o Al Capp (autores, respectivamente, de los clásicos Terry y los piratas i Lil.Abner) no es que fueran muy carcas, lo importante es que eran grandes autores. En cambio, lo importante de Hergé no es que fuera un misógino, un militarista nazi y un facha de mierda, no: lo importante es que era muy malo y que más de la mitad de sus álbumes están dibujados por ayudantes, muy malos todos ellos, aunque no tanto como él."

Un saludo... y larga vida a Harold Foster.


La verdad es que estoy totalmente de acuerdo con la mayoría de las observaciones que planteas.

Tintín es, absolutamente, inverosímil. Para empezar dicen que es un niño periodista (gracias señor por hacerme ir 4 años a la universidad cuando mi primo pequeño es más periodista que yo). En ninguna de sus aventuras le he visto hacer de "reportero"...

Tintín (¿siendo un niño?) es capaz de conducir todo tipo de vehículos que pilla por delante, tiene la fuerza del mismísimo Spiderman, dispara una pistola como quien toma chocolate. Y encima lo venden de comic realista...

La verdad es que sus aventuras sí parecen un panfleto anti-comunista y con ramalazos nazis. Aunque siendo así no entiendo como ponen un personaje tan afeminado.
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bradfield
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por bradfield » 12 Ene 2004, 10:11

Curiosamente, cuando los primeros comics eran publicados en un periódico belga, sus inclinaciones eran más favorables hacia el nazismo. Cuando publicó los cómics por su cuenta, no lo eran. Quizá nadie ha pensado que cuando este hombre empezó tuvo que trabajar donde le daban de comer y que no era del todo libre para escribir lo que quisiera y que el director del periódico sólo publicaba lo que él quería y éste sí era un reconocido nazi.

Yo no soy tintinólogo ni nada por el estilo, pero siempre ha tenido algo que me ha encantado, ese toque naif.

Golan_Trevize
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por Golan_Trevize » 12 Ene 2004, 11:33

Ignacio escribió:¿Cuantas mujeres salen en Tintín? ¿En toda la colección (y tengo todos los álbumes) cuantas mujeres pronuncian más de tres frases? La respuesta sería "una": Bianca Castafiore, y es una respuesta con trampa, porque viéndola (y viendo la reacción que hacia ella tiene el Capitán Haddock) uno juraría que es un travesti.

Tintín es, probablemente, el cómic más sobrevalorado de la historia. Hace justo los mismos años que Hergé diera vida al niñato del tupé, Harold Foster iniciaba la era del realismo en los cómics con su versión de "Tarzán" en las planchas dominicales del King Features Sindicate. No fue más que una preparación para su obra maestra: El Príncipe Valiente, uno de los grandes clásicos (si no el que más) del cómic de todos los tiempos.

Pues bien, mientras la obra del genial Foster es referente constente de numerosos entendidos en el comic, Tintín sigue siendo paladín de supuestos intelectuales que afirman "también" leer comics y afirman que es el único comic adulto, afirmación que produce el más absoluto de los sonrrojos con solo leer como hablan el Capitán Haddok, Hernández y Fernández o el Profesor Tornasol, lo artificial de sus sentimientos y lo ridícula de sus actitudes.

Dos frases de dos amigos míos, reconocidos expertos españoles en cómic ilustran bastante bien la obra de Hergé.

La primera es de Jesús Yugo, dibujante y entintador: "El principal problema que yo tenía con tintín es que no me lo creía, no podía. Yo era capaz de creerme que un señor se ponía un traje de colores lleno de rayas y se subía por las paredes y en cambio era incapaz de creerme a un personaje que siempre llevaba los mismos ridículos pantalones bombachos, siempre estaba peinado igual, que nunca se enamoraba, no conocía chicas, hablaba con su perro y le solucionaba los problemas al par de policías más inverosímiles de la historia"

LA segunda es de Juanvi Chuliá, crítico: "Lo importante de John Ford no es que fuera un hombre muy conservador, lo importante es que era un gran director. Lo importante de Milton Caniff o Al Capp (autores, respectivamente, de los clásicos Terry y los piratas i Lil.Abner) no es que fueran muy carcas, lo importante es que eran grandes autores. En cambio, lo importante de Hergé no es que fuera un misógino, un militarista nazi y un facha de mierda, no: lo importante es que era muy malo y que más de la mitad de sus álbumes están dibujados por ayudantes, muy malos todos ellos, aunque no tanto como él."

Un saludo... y larga vida a Harold Foster.


Ver a un tío con taparrabos que salta de un árbol a otro, eso si que es creíble?

Y si el criterio para valorar un cómic son las mujeres que aparezcan en él y tengan un papel relevante, te acabas de cargar a Mortadelo y Filemón, un cómic de referencia para millones de niños.

bradfield escribió:Curiosamente, cuando los primeros comics eran publicados en un periódico belga, sus inclinaciones eran más favorables hacia el nazismo. Cuando publicó los cómics por su cuenta, no lo eran. Quizá nadie ha pensado que cuando este hombre empezó tuvo que trabajar donde le daban de comer y que no era del todo libre para escribir lo que quisiera y que el director del periódico sólo publicaba lo que él quería y éste sí era un reconocido nazi.

Yo no soy tintinólogo ni nada por el estilo, pero siempre ha tenido algo que me ha encantado, ese toque naif.


Totalmente de acuerdo con tu comentario.

defensor
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por defensor » 12 Ene 2004, 12:39

Tintín es, probablemente, el cómic más sobrevalorado de la historia.


Completamente de acuerdo. Sin embargo no puedo negar que, pese a su total falta de calidad, de vez en cuando recuerdo aquellas tardes que, siendo aun un chavalin, pasaba muertas leyendo sus aventuras con cierto encanto. Supongo que sera ese toque Naif que algunos apuntaban.

Eso si, luego descubri el comic de verdad: Frank Miller, Mike Mignola, Allan Moore, Chris Claremont, Jodorowsky, Moebius... y para que vamos a comparar.

El Príncipe Valiente, uno de los grandes clásicos (si no el que más) del cómic de todos los tiempos.


Ahi tengo que decir que creo que te has pasado tres pueblos.
Administradores del foro, por favor, implementad https en la página, que las contraseñas de la gente están yendo en claro por la red.

Foreros, por favor, pedid a los administradores que se pongan a ello, que es un problema de seguridad importante.

AtomicDog
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Ubicación: Drunken Clam

por AtomicDog » 12 Ene 2004, 15:34

Ignacio escribió:¿Cuantas mujeres salen en Tintín? ¿En toda la colección (y tengo todos los álbumes) cuantas mujeres pronuncian más de tres frases? La respuesta sería "una": Bianca Castafiore, y es una respuesta con trampa, porque viéndola (y viendo la reacción que hacia ella tiene el Capitán Haddock) uno juraría que es un travesti.

Tintín es, probablemente, el cómic más sobrevalorado de la historia. Hace justo los mismos años que Hergé diera vida al niñato del tupé, Harold Foster iniciaba la era del realismo en los cómics con su versión de "Tarzán" en las planchas dominicales del King Features Sindicate. No fue más que una preparación para su obra maestra: El Príncipe Valiente, uno de los grandes clásicos (si no el que más) del cómic de todos los tiempos.

Pues bien, mientras la obra del genial Foster es referente constente de numerosos entendidos en el comic, Tintín sigue siendo paladín de supuestos intelectuales que afirman "también" leer comics y afirman que es el único comic adulto, afirmación que produce el más absoluto de los sonrrojos con solo leer como hablan el Capitán Haddok, Hernández y Fernández o el Profesor Tornasol, lo artificial de sus sentimientos y lo ridícula de sus actitudes.

Dos frases de dos amigos míos, reconocidos expertos españoles en cómic ilustran bastante bien la obra de Hergé.

La primera es de Jesús Yugo, dibujante y entintador: "El principal problema que yo tenía con tintín es que no me lo creía, no podía. Yo era capaz de creerme que un señor se ponía un traje de colores lleno de rayas y se subía por las paredes y en cambio era incapaz de creerme a un personaje que siempre llevaba los mismos ridículos pantalones bombachos, siempre estaba peinado igual, que nunca se enamoraba, no conocía chicas, hablaba con su perro y le solucionaba los problemas al par de policías más inverosímiles de la historia"

LA segunda es de Juanvi Chuliá, crítico: "Lo importante de John Ford no es que fuera un hombre muy conservador, lo importante es que era un gran director. Lo importante de Milton Caniff o Al Capp (autores, respectivamente, de los clásicos Terry y los piratas i Lil.Abner) no es que fueran muy carcas, lo importante es que eran grandes autores. En cambio, lo importante de Hergé no es que fuera un misógino, un militarista nazi y un facha de mierda, no: lo importante es que era muy malo y que más de la mitad de sus álbumes están dibujados por ayudantes, muy malos todos ellos, aunque no tanto como él."

Un saludo... y larga vida a Harold Foster.


Yo es que cuando tenia 10 años simplemente me limitaba a disfrutar del comic y de las aventuras del personaje y te aseguro que disfrute cada título de la colección. En esa época no creo que supiera lo que era un facha ni tampoco me importaba mucho que Tintin no echara un clavo de vez en cuando :D
Saludos

Golan_Trevize
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por Golan_Trevize » 12 Ene 2004, 15:50

AtomicDog escribió:
Ignacio escribió:¿Cuantas mujeres salen en Tintín? ¿En toda la colección (y tengo todos los álbumes) cuantas mujeres pronuncian más de tres frases? La respuesta sería "una": Bianca Castafiore, y es una respuesta con trampa, porque viéndola (y viendo la reacción que hacia ella tiene el Capitán Haddock) uno juraría que es un travesti.

Tintín es, probablemente, el cómic más sobrevalorado de la historia. Hace justo los mismos años que Hergé diera vida al niñato del tupé, Harold Foster iniciaba la era del realismo en los cómics con su versión de "Tarzán" en las planchas dominicales del King Features Sindicate. No fue más que una preparación para su obra maestra: El Príncipe Valiente, uno de los grandes clásicos (si no el que más) del cómic de todos los tiempos.

Pues bien, mientras la obra del genial Foster es referente constente de numerosos entendidos en el comic, Tintín sigue siendo paladín de supuestos intelectuales que afirman "también" leer comics y afirman que es el único comic adulto, afirmación que produce el más absoluto de los sonrrojos con solo leer como hablan el Capitán Haddok, Hernández y Fernández o el Profesor Tornasol, lo artificial de sus sentimientos y lo ridícula de sus actitudes.

Dos frases de dos amigos míos, reconocidos expertos españoles en cómic ilustran bastante bien la obra de Hergé.

La primera es de Jesús Yugo, dibujante y entintador: "El principal problema que yo tenía con tintín es que no me lo creía, no podía. Yo era capaz de creerme que un señor se ponía un traje de colores lleno de rayas y se subía por las paredes y en cambio era incapaz de creerme a un personaje que siempre llevaba los mismos ridículos pantalones bombachos, siempre estaba peinado igual, que nunca se enamoraba, no conocía chicas, hablaba con su perro y le solucionaba los problemas al par de policías más inverosímiles de la historia"

LA segunda es de Juanvi Chuliá, crítico: "Lo importante de John Ford no es que fuera un hombre muy conservador, lo importante es que era un gran director. Lo importante de Milton Caniff o Al Capp (autores, respectivamente, de los clásicos Terry y los piratas i Lil.Abner) no es que fueran muy carcas, lo importante es que eran grandes autores. En cambio, lo importante de Hergé no es que fuera un misógino, un militarista nazi y un facha de mierda, no: lo importante es que era muy malo y que más de la mitad de sus álbumes están dibujados por ayudantes, muy malos todos ellos, aunque no tanto como él."

Un saludo... y larga vida a Harold Foster.


Yo es que cuando tenia 10 años simplemente me limitaba a disfrutar del comic y de las aventuras del personaje y te aseguro que disfrute cada título de la colección. En esa época no creo que supiera lo que era un facha ni tampoco me importaba mucho que Tintin no echara un clavo de vez en cuando :D
Saludos


Ahí está el quid de la cuestión, si se lee Tintin cuando eres pequeño a si lo lees cuando eres mayor, pues hay una gran diferencia.
Si Ignacio se lo ha leído de mayor y lo compara con sus comics preferidos pues es normal que diga que Tintin no le gusta, lo que no creo es que con 10 años Ignacio se preguntase si Tintín follaba o no :jeje: :jeje:

Saludos.

AtomicDog
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por AtomicDog » 12 Ene 2004, 15:51

Respecto al articulo aparecido en El periodico , os hago un resumen de algunos de los puntos que toca.

La controversia era Tintin un fascista y misogeno o un abanderado de los derechos humanos ? Como se puede ver en la obra de Herge se encuentran muchas contradicciones que dan argumentos para los detractores y para sus defensores -

En "tintin en el Congo" encontramos a un ario y colonialista Tintin del que años más tarde Herge renegaria por considerarlo "un pecado de joventut". Lo mismo decia de la obra Tintin en el pais de los soviets en el que configura un duro alegato anticomunista. Años más tarde renegaria igualmente de dicha obra negandose a entintarla.

En otros títulos como el Cetro de Ottokar y Tintin y los Picaros encontramos a un Tintin con una fuerte repulsa hacia todo tipo de totalitarismo y abuso de poder, incluso el nombre de uno de los malos responde a una mezca de Mussolini y Hitler: Müssler.

Otra gente argumenta que el personaje de Tintin es una persona que ama y respeta al resto de culturas, y lo demuestra con hechos tal como se puede apreciar en el Templo del sol cuando defiende a un niño andino o en el Loto azul cuando reprende a un estadounidense por insultar a un Chino. Un album donde repasa los prejuicios occidentales y orientales, y donde no tiene reparo en a la hora de comer y vestir al modo oriental.

En las joyas de la Castafiore encontramos una clara denuncia de los prejuicios de la sociedad con la etnia gitana, mientras que en Stock de cok toma partido contra el tráfico de personas.... Sin embardo muchos criticos encuentran en este capitulo un personaje repleto de sentimientos de superioridad ante los nativos, personas que aparecen descritas como analfabetas y facilmente manipulables que se rinden a los pies de su protector.

Respecto al tema de la misoginia, pues mas de lo mismo, en los diferentes albumes apenas aparecen mujeres y cuando lo hacen son escasamente atractivas.

Respecto a los origenes del personaje curioso la observación que el comic se publicaba en un semanario católico, y que por esa razon no ofrece a un heroe totalmente naive que ni fuma. ni bebe ni fo.....

Saludos

^houser^
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por ^houser^ » 12 Ene 2004, 19:23

Hergé, Matt Groening, Disney... menudo gremio de nazis, no?

La industria del entretenimiento aduiovisual orientado al publico infantil y juvenil convertida en pozo de deportacion ideologica, me encanta

lamentable
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por lamentable » 12 Ene 2004, 21:21

A ver : yo no creo en absoluto que Hergé fuera un fascista. No más que cualquier francés o belga durante la ocupación nazi de la guerra mundial. La única diferencia es que él no era un panadero o un obrero.Tintín en el país de los Soviets lo escribió presionado por su periódico y luego ha renegado de esa historia.
Se ha mitificado,por ejemplo, la resistencia francesa de aquella época cuando fue muy minoritaria. Por la misma regla de tres, mis padres serían unos fachas porque no estuvieron en la cárcel ni en el exilio.
Tampoco creo que sea más misógino que Verne o Stevenson, en cuyos relatos de aventuras apenas aparecen mujeres y que Hergé quería imitar. Y si ofrece una imagen deformada de la Castafiore no es por ser mujer, sino porque Hergé odiaba la ópera y quería mofarse de ella.

Tampoco estoy de acuerdo del todo con Ignacio. Vale que Tintín está algo sobrevalorado, sobre todo si se compara con otras obras menos conocidas (por ejemplo,como bien dices , el príncipe valiente).Pero eso es defecto de los periodistas de este país , que solo conocen Tintín, Astérix y Mortadelo, no es un demérito de Tintín.
Vale que Hergé tenía un taller entero de negros.
Pero sí que creo que Tintín tiene muchas virtudes, narrativamente hablando.
Vale que no es un personaje realista, pero es que no creo que tenga que serlo. Es como decir que los dibujos de Partacuellos no son realistas, o que las películas de los hermanos Marx no son verosímiles. Yo pasé un rato muy agradable leyendo Tintín.
(ahora viene cuando reconozco que casi no me acuerdo de nada y que cuando lo lei no tenía criterio, ni idelógico ni estético. Pero sí que tengo en casa el tomo de el secreto del unicornio, y cada vez que lo releo me parece sensacional).
Un saludo.

Scottie 33
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Registrado: 15 Dic 2003, 22:50

por Scottie 33 » 12 Ene 2004, 21:59

Hergé, Matt Groening, Disney... menudo gremio de nazis, no?

porque es matt groening un fascista?
[img]http://www.cardmaster.com/card/Basketball/Post%20Card/pippen.jpg[/img]

AtomicDog
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Ubicación: Drunken Clam

por AtomicDog » 12 Ene 2004, 22:08

lamentable escribió:A ver : yo no creo en absoluto que Hergé fuera un fascista. No más que cualquier francés o belga durante la ocupación nazi de la guerra mundial. La única diferencia es que él no era un panadero o un obrero.Tintín en el país de los Soviets lo escribió presionado por su periódico y luego ha renegado de esa historia.
Se ha mitificado,por ejemplo, la resistencia francesa de aquella época cuando fue muy minoritaria. Por la misma regla de tres, mis padres serían unos fachas porque no estuvieron en la cárcel ni en el exilio.
Tampoco creo que sea más misógino que Verne o Stevenson, en cuyos relatos de aventuras apenas aparecen mujeres y que Hergé quería imitar. Y si ofrece una imagen deformada de la Castafiore no es por ser mujer, sino porque Hergé odiaba la ópera y quería mofarse de ella.

Tampoco estoy de acuerdo del todo con Ignacio. Vale que Tintín está algo sobrevalorado, sobre todo si se compara con otras obras menos conocidas (por ejemplo,como bien dices , el príncipe valiente).Pero eso es defecto de los periodistas de este país , que solo conocen Tintín, Astérix y Mortadelo, no es un demérito de Tintín.
Vale que Hergé tenía un taller entero de negros.
Pero sí que creo que Tintín tiene muchas virtudes, narrativamente hablando.
Vale que no es un personaje realista, pero es que no creo que tenga que serlo. Es como decir que los dibujos de Partacuellos no son realistas, o que las películas de los hermanos Marx no son verosímiles. Yo pasé un rato muy agradable leyendo Tintín.
(ahora viene cuando reconozco que casi no me acuerdo de nada y que cuando lo lei no tenía criterio, ni idelógico ni estético. Pero sí que tengo en casa el tomo de el secreto del unicornio, y cada vez que lo releo me parece sensacional).
Un saludo.


Definitivamente si fuera tan nazi y racista como dicen algunos encontrariamos miles de detalles dentro de su obra que lo contradicen.

Yo tb creo que muchas cosas las escribió presionado. Por ejemplo en el capitulo de Tintin en America según explican en el reportaje Herge tuvo que ceder a las presiones de las editoriales Americanas que si bien cedieron en las criticas a los confinamientos de los Indios, le convencieron para que evitara al máximo la presencia de personajes de color. (sólo aparece un negro en las 62 pág.)

Respecto al tema de la presencia femenina en su obra citaré a Ignacio Fontes que apunta al respecto:
En la epoca en la que se desarrollan las vivencias de Tintin, habia una marcada influencia de la novela de aventuras del siglo XIX, en la que se obviaba a la mujer porque ésta podía apartar al héroe del verdadero objetivo de la trama, que no era otro más que la aventura" Los relatos de Julio Verne y Robert Louis Stevenson son ejemplos de ello.
Tal como apunta lamentable la Castafiore fue más una ridiculización de la opera la cual consideraba soporifera.

Saludos

Pd. Yo tb aún disfruto releyendo Objetivo la Luna o El secreto del Unicornio.

RunningWild
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por RunningWild » 12 Ene 2004, 22:23

Yo también disfruto leyendo sus comics, me parecen muy entretenidos.

Cual os parece su mejor titulo? Yo me quedo con el binomio Objetivo: la Luna y Aterrizaje en la Luna.
El tesoro de Rackham el Rojo tambien me parece muy bueno

Golan_Trevize
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por Golan_Trevize » 12 Ene 2004, 22:38

Yo disfruté muchísimo con las 7 Bolas de Cristal y el Templo del Sol, a mi fue el que más me gustó.

Saludos.

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