Algo sí que se puede hacer. Y es dejar de politizar tanto la lengua. Pero no se quiere. Si cuando se transfirió las competencias de educación a las comunidades, es Cataluña se hubiera trabajado en una línea integradora de Cataluña como una parte más de España, con sus particularidades y todo lo que se quiera, y no como algo completamente diferentes, ahora no estaríamos aquí. Lo mismo para el resto de España, que tampoco se ha trabajado en una línea de que España es un conjunto de pueblos, regiones, o lo que se quiera, cada una con sus particularidades, etc. Sino que se ha trabajado más en la línea de España como una unidad uniforme.Saint Torpez escribió:Buenos colegios serán esos... ya te garantizo yo que los alumnos de la red de escuelas francesas no son analfabetos pese a dar sólo 4 horas de castellano.ratatatatá escribió: Además, lo de los colegios bilingües castellano-inglés tan de moda ahora en Madrid y otros muchos sitios, no son más que otra forma de inmersión. Ya que esos colegios al final tienden a darlo todo en inglés, salvo las horas reglamentarias de lengua castellana y poco más. Así salen los niños, analfabetos de materias, pero hablando inglés. También castellano, pero bastante analfabetos de gramática y conocimientos del castellano. Las partes del cuerpo o los planetas en inglés que en castellano ya te los enseñarán en casa.
Por otro lado, en cuanto al uso político de la lengua, realmente no creo que podamos hacer nada. En Francia hay un concepto que igual os parece absurdo, el de la Francophonie, que es el conjunto de países donde se habla francés. Muchos países de la Francophonie tienen en realidad como lengua vehicular otro idioma, y yo creo que nadie se siente atacado por las políticas de estímulo del francés en esos países.
Algo así debería hacerse en las regiones donde aún se habla catalán, pero el uso político tanto del catalán como del español (o francés) se inmiscuyen en lo que debería ser únicamente un ejercicio lingüístico. Me parece triste pero es lo que hay. Para algunos lo importante es dividir, y si no es por el color de piel o por la religión, pues se busca cualquier otra excusa.
Y lo que me llama la atención es cómo el tema de la inmersión es un tema tabú en Cataluña y que es algo que no se puede tocar. Incluso con gente nada nacionalista. Cuando, como todo, es algo que siempre puede ser discutible.