por el mc »
17 Nov 2018, 18:17
koba9 escribió:el mc escribió:skywalker escribió:
Cierto. Yo no me considero nacionalista, pero no tengo nada en contra de los nacionalismos, siempre que se expresen de manera democrática y pacífica. Lo que pasa es que gracias a la propaganda de la derecha española, parece ser que nacionalista equivalga a una especie de general balcánico enloquecido. Luego se extrañan de que con su misma vara de medir se les llame fachas.
A mí simplemente el nacionalismo es una ideología que no me gusta, como he expresado en muchas ocasiones aquí por cuanto se basa en encontrar o imponer una homogeneidad cultural que al final favorece un determinado tipo de manifestaciones culturales para contraponerlas a las de otros y sobre todo porque yo veo a mis vecinos y siento que tengo bastante poco que ver con ellos, no te digo ya con un campesino de Villaconejos y sin embargo comparto más cosas con otra gente con la que tengo que hablar en inglés. Además, creo que debe aumentar la integración política a nivel mundial, no disminuir, para resolver muchos de los grandes problemas actuales de la sociedad.
Pero yo no creo que el nacionalismo deba ser contrario a lo que tu planteas. Es decir, que en un mundo tan globalizado como el que tenemos a día de hoy cada vez puedan existir menos diferencias culturales y/o ideológicas entre un español y un australiano, por poner un ejemplo, no debería excluir que cada nación, país, Estado o como prefiramos llamarlo luche por proteger esos signos culturales que lo caracterizan. Para mí ese (la gran diversidad de culturas existentes) es uno de los mayores patrimonios de este mundo, y pretender protegerlo no creo que deba suponer un gran obstáculo para una mayor integración de la política a nivel mundial para afrontar grandes problemas que sin duda nos son comunes a todos.
Saludos,
El tema es cómo se protege la cultura.
La "protección" de la cultura propia de una región (y más si se considera nación) suele implicar elegir un conjunto de manifestaciones culturales, muchas de ellas no tan históricas ni tan características como la gente supone, para elevarlas a rango nacional y extenderlas a todo el territorio de la nación, incluidas zonas donde tenían otras manifestaciones culturales diferentes. Por ejemplo, la sardana actual es un invento del siglo XIX basado en bailes populares de ciertas comarcas de Gerona que posteriormente se ha convertido en baile nacional en lugares donde había otras danzas que han sido relegadas. Y además, los bailes en corros no son algo tan especial, en los Balcanes hay unos cuantos. Te hablo de la sardana porque estamos hablando de Cataluña, pasa lo mismo en todas partes. Como cuando se considera el flamenco o la guitarra como emblemas de la "música española". Yo creo que cuando se hacen esas cosas el objetivo no es proteger la cultura, sino construir una cultura nacional, es decir, una identidad.
A mí esa nacionalización de la cultura popular es algo que no me gusta. Es un proceso que se explica muy bien en el ensayo "La invención del pasado" de Miguel-Anxo Murado. Además, a mí sinceramente preservar la obra de Mozart, Beethoven (o, en Cataluña, de Albéniz) me parece interesante y necesario pero los bailes populares del siglo XIX me dan bastante igual.
En cualquier caso, hoy en día las instituciones catalanas dentro del Estado español tienen todos los medios a su disposición y amplia autonomía para la protección de la cultura catalana, así como las de cualquier otra Comunidad Autónoma (estas competencias se transfirieron desde el principio a las CCAA constituidas por la vía lenta).
En cuanto a la integración política: por definición dividir Estados es lo contrario a la integración política, como también lo es decir que no quieres que tus impuestos salgan de tu región. El nacionalismo como base para la organización política es lo contrario de la integración, es menos compromisos internacionales o delegación de soberanía a instituciones supranacionales como la UE y menos multilateralismo. Para la lucha contra el cambio climático esa integración es fundamental, así como para otros retos medioambientales, pero también para afrontar muchos otros retos económicos y sociales en un mundo cada vez más interconectado, como dices.