por Trigueo »
19 Abr 2019, 17:42
metalin escribió:Trigueo escribió:metalin escribió:
Conclusión: Que cada uno se emocione con lo que se le ponga mientras no haga daño a nadie y no tiene por ello ser objeto, ni de crítica, ni de mofa.
Libertad de expresión para todos excepto para quienes osen cuestionar mis gustos.
Perdona?
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¿Tu te das cuenta de la estupidez que has escrito? Por si no lo has hecho, te lo reproduzco aquí para que lo leas:
"Conclusión: Que cada uno se emocione con lo que se le ponga mientras no haga daño a nadie y no tiene por ello ser objeto, ni de crítica, ni de mofa."
Puedo dudar de si realmente eres consciente de lo terrible que es esto que has escrito, de lo que estoy completamente convencido es que tu no eres más coherente con semejante "conclusión" que lo que puede serlo nadie en su vida cotidiana. Y oye, las incoherencias entre el pensamiento de uno y sus prácticas habituales son aceptables siempre y cuando se constriñan a ámbitos locales y de excepción, lo que no tiene sentido es propugnar seriamente una creencia con la que te contradices por sistema. Míratelo. Nadie puede pretender blindarse de las críticas respecto a sus emociones, particularmente cuando éstas se hacen tan manifiestamente públicas como la adoración que sienten estos individuos por sus ídolos religiosos. No entro en las emociones privadas, porque obviamente nadie es capaz de hacer objeto de crítica o mofa aquello que se encuentra solo en la mente de otro humano y que, por extensión, ignora por completo. Esta es una forma tradicional de viciar el debate. "En el Estado X nadie está en la cárcel por su forma de pensar", por ejemplo, es una frase que cabe aplicar con verdad sustituyendo la X por cualquier Estado habido y por haber, ya que nadie puede juzgar lo que otro se anima a pensar en sus adentros. Así que, como suele ser el caso, nos encontramos aquí con la crítica y mofa no hacia unas emociones, sino hacia la ostentación pública de las mismas. Ostentación que, alcance el grado de fanatismo que alcance, en la medida en que es pública, tiene una repercusión directa en nuestra sociedad, de la cual yo también soy miembro. Y la expresión pública de las emociones y los pensamientos es la forma en la que la gente, consciente e inconscientemente, transforma la sociedad en la que vivo. Estas expresiones públicas son las que han propiciado que hayamos llegado a una sociedad donde se despilfarran millones de euros del erario público en hacer desfilar símbolos de cultos malvados de orientación política machista, homófoba y anticientífica. Es decir, que esas transformaciones derivadas de las emociones publicadas de terceros también pueden, potencialmente, perjudicar la sociedad en la que vivo. Por tanto, como parte interesada, estoy en mi perfecto derecho de criticar esas emociones. No sé si esta "conclusión" es la que respalda nuestra Constitución redactada a punta de pistola o la interpretación que hacen nuestros jueces dejados en herencia por el nacional-catolicismo, pero esa es la única "conclusión" aceptable en una sociedad libre.
Por tanto, esta es mi propia "Conclusión", en contraposición a la tuya: quien no quiera que sus emociones sean objeto de crítica o mofa QUE SE VAYA A VIVIR AL MONTE. Mientras sus emociones y la manifestación pública de las mismas tengan repercusión directa en la sociedad en la que viven terceros, se prepare para recibir su crítica. De lo contrario, no hay manera de distinguir la actitud de este individuo con la de un fascista que quiere imponer sus creencias a los demás.