por Anituax »
30 Oct 2014, 15:02
Os voy a resumir mi experiencia de algunos meses en el Tinder.
Lo primero es que la aplicación está bien porque es discreta y muy funcional, y también guarda algo de poesía en su manejo. Un despiste, pulsar erroneamente un botón y ver desaparecer ante tus ojos para siempre aquella mujer a la que has imaginado como la mujer de tu vida. Y nunca más se recupera ese momento. O a la inversa, dejar entrar por error a alguién que puede demoler tu vida minuto a minuto.
En cuanto a la carne, básicamente creo que en el mundo virtual, como en la calle, se hincha a follar el guaperas de turno. Un amigo good looking se instaló el Tinder apenas hace 4 meses y siendo como yo de Vitoria, la ciudad más casta y pura de España, se ha follado a cinco mujeres aptísimas, cada uno de una ciudad diferente pero todas bastante interesantes a todos los niveles y sin ninguna dificultad aparente más allá de demostrar una cierta educación y buenas maneras.
Si bien es cierto que es inevitable el trasfondo sexual del tema tampoco conviene reducirlo sólo a esto porque pueden surgir relaciones humanas de toda índole. Por ejemplo LA AMISTAD, que es el término pagafantil al que nos abrazamos los losers. Sí, me he hecho una amiga, lo cúal no puedo negar que tiene algo de deprimente. Es guapa, simpática, atenta, y me tiene como a su osito de peluche. Eres un sol, me dice y no sé qué contestarle.
Esta auténtica prostitución de las emociones es el peaje que sin duda hay que pagar por formar parte de la mayoría silenciosa del hombre corriente. También os diré que alguna que otra mujer de más edad por lo general sí que ha demostado un interés carnal por mis huesos, pero todas estas muy alejadas en lo geográfico, a unos 300 kms, demasiado como para plantear un lujurioso viaje.
También diré que otro amigo que no liga ni para atrás pese a sus arduos intentos se lo instaló hace un mes y ya tiene medio novia vitoriana, lo cúal desmonta en parte todas mis creencias sobre el tema.
Por último hubo una mujer muy especial, de Bilbao, con pintas de frikimaga pero a la que se intuía una gran lozanía y gracejo en las fotos, que es musa de un foro de basket y que me rechazó vilmente con las más peregrinas excusas.
Y ahí ando, intentando recomponer los pedazos de un corazón apaleado.
"No hagáis el mal y no existirá."