En lo que va de año un total de 13 centrales de ciclo combinado de gas han funcionado cero horas y casi otro tanto ocurrió el año pasado en que trabajaron solo un día, según datos de los registros oficiales del regulador energético (CNMC)y el operador del sistema (REE). No obstante, se estima que en 2015 estas plantas reciban 63,5 millones de euros en pagos por capacidad que, sumados a los 67 millones que cobraron el año pasado por este concepto, arroja un saldo de 130,5 millones. Precisamente, la potencia instalada de estas 13 centrales, 5.903 MW, viene a coincidir con los 6.000 MW que, según la propuesta de planificación energética del Gobierno hasta 2020, se podrían hibernar.
Más de la mitad de las centrales que se hallan en parada total (una situación derivada de la sobrecapacidad del sistema y la crisis de demanda que ha castigado a la generación con gas), pertenecen a Iberdrola (los grupos 1 y 2 de Arcos de la Frontera;Castellón 1; Castejón 2; Escombreras 6 y Santurce 4). Le siguen los grupos 1 y 2 de Campo de Gibraltar, en manos de Nueva Generadora del Sur, propiedad al 50% por Gas Natural Fenosa y Cepsa; Palos de la Frontera 3, de Gas Natural Fenosa; Escombreras 2, de GDF Suez;Tarragona 1, de Eon España y los grupos 1 de Arrúbal (La Rioja) y 2 de Plana del Vent (Tarragona), que son propiedad, respectivamente, del fondo estadounidense ContourGlobal y la suiza Alpiq.
Los pagos por capacidad, que los consumidores eléctricos abonan en el precio de la energía de la factura de la luz, especialmente los domésticos, son un doble incentivo que reciben estas centrales térmicas por estar disponibles y por la inversión realizada. Como a este último pago solo tienen derecho los 10 años siguientes a su puesta en marcha y teniendo en cuenta que el parque de generación con gas va cumpliendo una década, los pagos por inversión están a punto de saldarse.
El cierre de centrales solicitado por las eléctricas no responde a intereses del sistema, sino de rentabilidad
No así el incentivo por disponibilidad que los ciclos reciben por estar preparados para ser activados por el operador del sistema en caso necesario (generalmente, cuando no hay viento para la producción eólica), con el mantenimiento adecuado y los contratos de gas en regla.
A la vista de la demora del Gobierno en aprobar el plan de hibernación de ciclos combinados que prometió con la reforma eléctrica (y que, finalmente, ha sido descartado), tres empresas han solicitado en el último año el cierre de cuatro centrales:Iberdrola, Arcos de la Frontera 3 y Castellón 3; Endesa, la de Colón (Huelva) y Eon, su planta de Tarragona. Curiosamente, de esos cuatro, solo dos figuran en la lista de las 13 centrales totalmente ociosas. Iberdrola, por ejemplo, pidió el cierre de Arcos 3, cuando otros dos grupos del mismo complejo (el 1 y el 2) han estado totalmente parados dos años. Entre las razones está el que se pide el cierre de los que tienen más de 10 años (que ya no reciben incentivo por inversión) y no el que aún no los haya cumplido.
En ciertos ámbitos se ha dado la voz de alarma, especialmente por la situación de las instalaciones únicas propiedad de compañías independientes (GDF Suez, Alpiq o ContourGlobal), que pese a la crisis no han pedido el cierre. Fuentes del sector opinan que los pagos por capacidad les permiten sobrevivir siempre que no mantengan contratos de gas. “La disponibilidad real de un ciclo y si tienen o no contratos solo lo puede comprobar la CNMC con inspecciones presenciales”, añaden estas fuentes.
De las peticiones de cierre, REE ha autorizado la de Castellón (refrendada por Industria), pero todo indica que también terminarán recibiendo luz verde las clausuras de Colón y Tarragona.
Cerrando plantas en cuanto cumplen los diez años...
Se podrían cerrar todas las de carbón, y entre lo que se ahorraría de las subvenciones al carbón nacional y los pagos por capacidad que podrían eliminarse, seguramente compensaría de sobra la ligera subida del precio de la electricidad en el mercado mayorista (el gas es bastante más caro que el carbón importado, pero como es un mercado marginalista acabamos pagando la electricidad barata de carbón importado a precio de gas natural).
Y se evitarían alrededor de las emisiones de CO2 del sistema eléctrico.
Esto no es una cuestión de autoconsumo sí o no, el sistema necesita una reforma en profundidad.
Pero hay que pisar muchos callos para hacerla (las eléctricas, los empresarios mineros, los sindicatos mineros, directamente, y las petroleras, los transportistas y los ciudadanos en general a los que habría que subirles los impuestos para bajarles la luz). No hay valor político para hacerlo.
Y lo peor es que no veo a ningún partido abordando de verdad el tema.
Saludos.