Aunque la ciudadanía no sea docta en Economía, entiende perfectamente lo que es la doble imposición, y percibe que este impuesto no cumple ninguna de las tres características que debe reunir una figura fiscal: suficiencia, equidad y eficiencia.
- Suficiencia. Es decir, que tenga capacidad recaudatoria. En el último ejercicio antes de su eliminación, el de 2007, la economía española vivía una burbuja inmobiliaria y el Ibex 35 estaba en los 16.000 puntos, lo que se traducía en unos patrimonios muy sobrevalorados. Pese a ello, el Impuesto sobre el Patrimonio (IP) apenas recaudó 2.000 millones de euros.
Pretender que ahora, en plena crisis, va a recaudar 11.000 millones es una ingenuidad, a no ser que se plantee una confiscación de una parte significativa de los ahorros de las familias españolas.
Si eso fuera constitucional, que lo dudo, podría generar una fuga de capitales de una economía cuyo sector público necesita urgentemente apoyo financiero, tanto interno como externo.
En 2007, este impuesto apenas recaudó 2.000 millones. Pretender que ahora va a recaudar 11.000 millones es una ingenuidad
- Equidad. – Es decir, que quien más tenga, más pague, lo que se conoce como "equidad vertical". Este siempre ha sido el "punto fuerte" de los partidarios de este impuesto. Pero se les olvida dos cuestiones clave.
La primera, que los verdaderamente ricos, lo que llaman "las grandes fortunas" nunca han pagado este impuesto. Se refugian en sociedades que, además, están a un click de poderse trasladar a otros países de la UE. No hace falta que sean paraísos fiscales que no tienen esta figura.
Además, en caso necesario, no tendrían inconveniente en trasladar su residencia al vecino Portugal, donde hay un Gobierno socialista que ni por asomo se ha planteado esta figura fiscal.
El IP en España siempre ha recaído en la clase media. Pero, además, a sus defensores se les olvida una cuestión clave: la "equidad horizontal". Es decir, tratar por igual a dos personas iguales desde el punto de vista de los ingresos.
"Las grandes fortunas" nunca han pagado este impuesto. Se refugian en sociedades que están a un click de poderse trasladar a otros países.
Supongamos que dos ciudadanos, Jaimito y Jorgito, ganan todos los años 100.000 euros. Se trata, sin duda, de una buena renta, por la que tributaran ambos un IRPF considerable, el que sea. Ambos pagarán lo mismo. Hasta ahí funciona la equidad horizontal.
Supongamos ahora que Jaimito, con gran esfuerzo suyo y de su familia, consigue ahorrar 50.000 euros cada año, mientras que Jorgito se lo gasta todo. Le encantan los restaurantes de lujo, los coches deportivos y los viajes de placer. Nada que objetar.
Al cabo de 20 años, Jaimito ha acumulado un Patrimonio de un millón de euros en términos reales (supongamos que la rentabilidad neta de impuestos es igual a la inflación), mientras que Jorgito no tiene nada.
¿Sería equitativo ponerle un impuesto adicional a Jaimito por ser "rico"? ¿Es que acaso no han tenido los dos la misma renta a lo largo de su horizonte vital? Claramente el IP viola la equidad horizontal.
El impuesto de patrimonio viola la equidad horizontal.
Jaimito seguirá pagando impuestos de la renta derivada de su Patrimonio, eso nadie lo discute, pero no debería pagar otro impuesto más por el stock acumulado con su esfuerzo, impuesto que Jorgito evita gracias a su forma de vida, no porque haya tenido menos renta.
- Eficiencia. Es decir, que no distorsione la asignación de los recursos ni perjudique el crecimiento económico a largo plazo. El IP hace las dos cosas. Perjudica la decisión de ahorro (todos preferiríamos ser “Jorgitos”) y, si además hay un premio a los que tienen una vivienda habitual, como figura en la propuesta del Vicepresidente, incentiva la inversión en ladrillo frente a inversión en actividades productivas o en empresas innovadoras.
Por otro lado, el crecimiento a largo plazo depende de la Inversión y ésta depende del Ahorro. Esto no es ideología. Es Contabilidad Nacional.
Algunos países, como el nuestro, sufrimos de una escasez crónica de ahorro nacional en relación a nuestra inversión, que nos obliga a endeudarnos frente al exterior.
Nos quejamos de depender mucho de las decisiones de Merkel, de los holandeses o de los malvados mercados financieros. Pero no entendemos que todo ello se debe a nuestra escasa cultura de ahorro, a tener que pedir prestado al exterior, a los que ahorran por ahí fuera. Mal servicio se le hace a esa cultura del ahorro llamándole "gran fortuna" a Jaimito e incentivando el comportamiento de Jorgito.
https://www.elespanol.com/invertia/opin ... 39_13.html
A ver si con Jaimito el foro lo acaba pillando de una vez.