Cuánto fango, parece Idomeni, y de alguna forma está relacionado… Una quimera entenderse, debatir, cambiar puntos de vista sin sacar los colmillos como babuinos airados… Hablamos a mordiscos, entendemos cualquier discusión como palestra, cualquier argumento ajeno como una agresión… Sarcasmos a mansalva, insultos directos, pendencias varias… Qué panorama. Sería mejor irse al bosque.
Quería destacar un par de hechos, y luego añadir algunas consideraciones (intempestivas, claro).
Los hechos:
1) Los últimos atentados cometidos en Europa no han sido obra de refugiados, sino de personas asentadas entre nosotros desde hace mucho tiempo. La gente que ahora huye de la barbarie de Siria e Irak no es responsable en modo alguno de los atentados. Muy al contrario, son víctimas de la misma barbarie que ahora nos azota a nosotros, solo que ellos la han sufrido en mucho mayor y peor grado, al punto de tener que abandonarlo todo, sus hogares y su vida, y emigrar. Está bien recordar que estos refugiados son tachados de traidores por el Daesh por negarse a vivir bajo las normas de su delirante califato.
2) Los últimos atentados cometidos en Europa no han sido reivindicados por “el Islam” ni por “los musulmanes”, sino por el Daesh, que es un grupo terrorista concreto, con miembros concretos, con un territorio conquistado concreto sobre el cual ondean sus concretas banderas negras.
Mis consideraciones:
1) Cuando alguien pone sobre la mesa el tema de los refugiados en una conversación sobre los atentados en Europa, no hace sino visibilizar una agenda ideológica determinada que no se ajusta a la tozuda realidad de los hechos sobre el terreno.
2) Cuando alguien pone sobre la mesa el tema del Islam en una conversación sobre los atentados en Europa, no hace sino visibilizar una agenda ideológica determinada, que en este caso consiste en tomar la parte por el todo e identificar, con una escalofriante ligereza, la religión musulmana con un grupo terrorista concreto que dice actuar en nombre de ella.
Para hablar, por ejemplo, de la flagrante discriminación de las mujeres en el Islam habrá que abrir otro hilo e iniciar otra conversación. Porque esa misoginia, que es cierta y rampante, no ha jugado sin embargo ningún papel en los atentados en Europa. Evidenciar las miserias del Islam en un debate sobre los atentados del Daesh en Europa solo responde a una agenda ideológica y supone errar totalmente en el diagnóstico, y por tanto en el posible tratamiento.
3) Dado que es el Daesh, y no el Islam, el único responsable de los últimos atentados en Europa, parecería recomendable intentar acabar con ellos antes de que ellos sigan perpetrando sus matanzas. El poder de Daesh, como el de China, Rusia, Estados Unidos, Sendero Luminoso o cualquier otro Estado-nación o entidad terrorista nacional o transnacional, actuales o pretéritos, se sustenta en la tenencia y uso de las armas. Pero, a diferencia de Rusia o Estados Unidos, la entidad terrorista conocida como Daesh carece de fábricas para producir su propio armamento, por lo cual se ve obligada a traerlo de fuera. Y aquí llegamos al punto clave.
A estas alturas y sin cesiones a lo conspiranoico, todo el mundo sabe que es Arabia Saudí quien está aprovisionando de armamento al Daesh, a quien también nutre ideológicamente. Los americanos lo saben, los europeos, los españoles lo sabemos…
También sabemos que Arabia Saudí es un reino medieval que al menos iguala, si no supera, en prácticas aberrantes al propio Daesh.
Sin embargo, ocurre también que Arabia Saudí es un socio preferente para Estados Unidos y los países occidentales, incluida España, que obtiene muchísimo dinero de la venta de armamento a los saudíes. Y ese maravilloso AVE a La Meca, cuántas longanizas para atar perros nos dará.
Y aquí tenemos a Hollande, ese adalid en la lucha contra el terrorismo yihadista, otorgando la Legión de Honor al príncipe heredero saudí Mohammad bin Naif. Hace apenas un par de semanas:
http://sputniknews.com/europe/20160307/ ... rince.htmlEs esta la raíz del mal que estamos sufriendo en Europa. Gobiernos que dicen luchar contra el terrorismo yihadista otorgando galardones y cerrando negocios con los máximos financiadores del terrorismo yihadista.
Y haciéndolo públicamente, desde estrados, alfombras rojas y tribunas. En las fotos deberían taparse la cara con un casco de motorista, como hacen los pederastas a la salida del tribunal. Pero hacen lo contrario, sacan pecho y sonríen a la cámara. Confían, con razón, en la estulticia de sus pueblos, que jamás les pedirán cuentas y clamarán bóvidamente contra el Islam, exonerándolos a ellos de toda responsabilidad. Y también saben que nunca caerán reventados en el metro –ya que no cogen el metro– por las bombas de un grupo financiado por esos príncipes afables con petropapada que cordialmente reciben en sus palacios europeos de gobierno. Que son, o deberían ser, nuestros palacios.
4) El Daesh ha surgido de las ruinas humeantes de Irak, Siria y, en menor medida, Libia. Tres Estados destruidos en los últimos años. Curiosamente los tres Estados más laicos de la región. Dos de ellos, Irak y Libia, destruidos por la directa intervención de potencias occidentales. En el caso de Siria, destruida por la intervención indirecta de potencias occidentales y no occidentales.
No es el hilo para ello, pero os recomiendo de verdad leer un poco sobre lo que supuso la destrucción de Irak. Quedaos también con las cifras de muertos y desplazados de aquella carnicería perpetrada por americanos e ingleses completamente al margen del Derecho internacional. Un país destruido, y el caldo de cultivo perfecto para el Daesh, igual que lo ha sido Siria.
La enseñanza parece clara, aunque no todos la verán: intervenir militarmente en otros países, someterlos para controlar sus recursos después de crear narrativas ficticias de armas de destrucción masiva, democracia y liberación, destruir el tejido social del país instigando luchas sectarias con afanes geoestratégicos… En definitiva, participar activamente en la empresa criminal de destruir otros Estados-nación para reconfigurar a voluntad la geografía política de Oriente Próximo, se ha demostrado como el perfecto escenario para el desarrollo e implantación de esa otra gentuza criminal que conocemos como Daesh.
En la situación actual, lo prioritario sería evitar que Daesh siguiera recibiendo armas de Arabia Saudí, pero es obvio que no ocurrirá. Occidente nunca renunciará al dinero saudí.
Y los Estados Unidos tienen el escenario de confesionalización y divisiones étnico-religiosas que tanto anhelaban desde que dibujaron las nuevas fronteras de Oriente Medio en los años del Project for the New American Century, y cuyos resultamos padecemos aún ahora (
https://en.wikipedia.org/wiki/Project_f ... an_Century)
Es prioritario aislar y destruir a Daesh. Es prioritario que un joven desocupado de la periferia de París o de Rabat entienda que el Daesh es un caballo perdedor, y que es mucho más cabal hacer un módulo de electricista que cruzar Turquía para hacerse yihadista. En estas pequeñas decisiones individuales que miles de personas toman cada día, Europa se juega mucho, y por supuesto se puede influir en ellas.
Por suerte, la inmensa mayoría de esas personas toman la decisión de no hacer la yihad. La inmensa mayoría de esos jóvenes desocupados de los que tanto se habla ahora y solo ahora, cuando nos inquieta nuestra propia seguridad, optan por seguir buscándose la vida aquí en Europa, en sus países de nacimiento, de una forma honrada y cabal, desoyendo las llamadas del califato.
Pero es perentorio reducir a cenizas al Daesh. Armar a los kurdos, a las milicias árabes que luchan contra el Daesh y colaborar con los ejércitos sirio e iraquí.
Y lo más importante, cortar el suministro saudí de armas hacia el Daesh.
No se hará, claro.