La primera terrateniente andaluza de Podemos promete que dará tierras a su familia y trabajo en el pueblo
Nació de la relación furtiva de su madre, empleada de servicio con un señorito andaluz. La Justicia ha decidido que es hija de José Benítez-Cubero, propietario de tierras valoradas en más de 20 millones.
De jornalera a terrateniente, de antitaurina a propietaria de una ganadería de toro de lidia, de ocupar tierras con los compañeros del Sindicato de Obreros del Campo a disponer de miles de hectáreas de cultivo. Sofía todavía está asimilando cómo un apellido le ha cambiado la vida. Un juez, y hasta el Tribunal Supremo, ha certificado que esta vecina del sevillano municipio de El Coronil es la hija de una relación furtiva de José Benítez-Cubero Cañete de Beca y, por lo tanto, hermanastra del afamado ganadero Benítez-Cubero, con quien deberá repartirse una herencia que sobrepasa, solo en terrenos, los veinte millones de euros. “Lo único que no ha cambiado ni cambiará en mi vida es que votaré a la izquierda, siempre a la izquierda”, “Antes a Izquierda Unida y ahora a Podemos”, puntualiza Sofía.
“Mi hijo mayor ya lo ha hecho, y cuando le mento el apellido se pone más ancho; el chico está esperando a que le caduque el carné para cambiárselo; pero mi hija Sofía se niega en rotundo, por lo que significa, ella siempre ha estado en contra del poderoso y por cambiarse el apellido no pasa”, detalla Sofía Benítez-Cubero, que se enfada cuando la tratan de usted.
Sofía González Reguera, la nieta de Benítez-Cubero que abomina de él, es hija predilecta de La Habana por sus muchos viajes de voluntariado a la isla. “Es mucho más de izquierda que yo”, confiesa su madre, orgullosa por los logros que su hija acumula. “Estudió tres carreras: marketing, graduado Social, Educación Especial y ahora está estudiando Derecho”, concreta. “Y este verano estuvo en Grecia con los refugiados sirios”, zanja.
Más allá de su contribución como cooperante, Sofía González ha sido la candidata número cuatro en la lista de Podemos al Congreso por Sevilla. Antes ya lo había sido, en clave municipal, por Izquierda Unida Los Verdes Convocatoria por Andalucía (IULV-CA); o en las Autonómicas de 2008 en la lista que lideraba por también por Sevilla el ex alcalde de Marinaleda Juan Manuel Sánchez Gordillo.
En las últimas elecciones municipales, González Reguera concurrió a la alcaldía del Ayuntamiento de Sevilla como número cuatro en la lista de Participa Sevilla —afín a Podemos—; se quedó a las puertas de ser nombrada concejala. Actualmente trabaja en la Diputación de Sevilla como asesora. También milita en la Candidatura Unitaria de Trabajadores.
“Dichosa la rama que al tronco sale”, expresa orgullosa su madre, Sofía Benítez Cubero la próxima terrateniente de Podemos, que cambió su tradicional voto a Izquierda Unida por amor a su hija.
—¿Qué te dice Cañamero?
—Él se ofreció como testigo para explicar en el juicio que en el pueblo todos sabían que yo era hija de Benítez-Cubero. Él sabe que de chica me decían ‘la Cuberita’. Diego Cañamero ha luchado mucho, ha enseñado mucho. Ha sido un maestro para nosotros. Eso ha sembrado el espíritu sindicalista en El Coronil.
Sofía acompaña a los periodistas de EL ESPAÑOL a las puertas de casa de Cañamero. Una imagen de Andrés Bódalo, el concejal de Podemos que está en prisión, preside la casa del diputado.
El congresista Diego no está en casa, su mujer abre la puerta. “Está en Madrid, pero ayer estaba aquí cogiendo alcachofas”, comenta. “¿Sofía, de lo tuyo se sabe algo? A ver si heredas pronto”, le pregunta con familiaridad.
LOS JORNALEROS YA BROMEAN CON OCUPARLE LAS TIERRAS
Sofía renunció a entrar en política, pero sí pertenece al SAT. “Siempre que puedo ayudo al sindicato, a Diego…”, narra. “Y he participado en ocupaciones de fincas”, añade. “Mis amigos del sindicato me preguntan: “¿Falta mucho para que te den las tierras para ir a tu finca a ocuparla?”. Pero son bromas, muy mala tengo que ser para que terminen ocupándolas”.
—¿Cómo encaja ahora la frase emblema del jornalerismo andaluz: ‘La tierra para el que la trabaja’?
—Pues dando empleo para quienes lo necesitan, y con sueldos dignos, porque sé lo duro que es trabajar en el campo. Yo lo he padecido en mis carnes. He cogido mucho algodón, aceitunas... En mi pueblo saben que voy a dar trabajo. De hecho ya tengo familias a los que voy a donarles tierras para que las trabajen, porque sé que les hace falta.
De hecho, ya hay quien la para por la calle y le pide peonadas. “Ojalá cuando tenga pueda repartir mucho trabajo en mi pueblo, porque hace falta. Dar un jornal a una criatura, eso es lo más bonito que hay”.
También sabe que cuando se concrete la herencia, que se juzga el próximo 24 de mayo a las diez de la mañana en Sevilla, ayudará a los niños de Melena del Sur, Cuba, pueblo que está hermanado con El Coronil y que ha visitado en varias ocasiones. “Arreglar las escuelas, eso será de lo primero que haga; pero antes pienso arreglar un campito, aunque sea poner una tienda de campaña en la finca y darle una comida a mi familia en mi campo”, fantasea.
Será después de pagar el correspondiente impuesto de sucesiones, que en Andalucía se elevan hasta el 20 por ciento. “Hay vecinos que en El Coronil han perdido sus casas por no poder pagarlo; yo espero que la Junta me dé facilidades de pago. Siempre he pedido tierras y dinero para pagar a la Junta de Andalucía y a mi abogado”, calcula ya Sofía.
—¿Y si se frustra sus aspiraciones de llevarse su parte de la herencia?
—Nací en cueros y hoy estoy vestida. Para comer, si no me quitan la pensión, tengo. Y si me tengo que ir a limpiar escaleras, pues me iré. Pero luchar lo que he podido, lo he luchado. Creo que lo tengo asegurado. Y si por lo que sea yo no cobro, pues la Junta no va a cobrar, y esa está deseando. Así que, como diría el Che: “Hasta la victoria, siempre”.
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