por Genjuro »
22 Sep 2017, 19:35
377. The Mask of Dimitrios (Jean Negulesco, 1944) - 6
En este noir sobre un escritor de novela negra que procede a investigar la vida de un criminal recién asesinado siguiendo sus pasos por diferentes ciudades europeas hay muchas inconsistencias de guión, en la lógica interna de los personajes, en sus motivaciones y toma de decisiones. Pero así todo resulta fácil ser indulgente gracias precisamente a la heterodoxia de algunos de esos personajes, y especialmente a la atmósfera del film, a la profusión de sombras, aunque tampoco Negulesco se destape como un virtuoso de la puesta en escena.
378. Alloimono stous neous (Alekos Sakellarios, 1961) - 5
Popular comedia griega en clave mefistofélica sobre un anciano rico enamorado de una joven que vende su alma al diablo para rejuvenecerse y así poder cortejarla. Tras su humor un poco de brocha gorda, tras su esporádico romanticismo, destaca la mirada desencantada sobre un mundo regido por el dinero.
379. Un jeune poète (Damien Manivel, 2014) - 6,5
La ópera prima de Manivel sigue los pasos de un joven (aspirante a) poeta que busca inspiración deambulando por los parajes de una localidad turística francesa. Es un personaje que persigue un ideal artístico pero sin fuerza creadora alguna, con una manifiesta falta de talento y carácter. Para ello recurre a lugares comunes, la musa, el amor (quizás trágico), el trabajo del hombre común, el paisaje, el alcohol, como quien va al supermercado. El patetismo va de la mano del humor, pero sin resultar cruel, en buena medida porque la puesta en escena mantiene las distancias con el protagonista, apostando por planos fijos generales que los escenarios mediterráneos se encargan de llenar de luz. En última instancia la cámara termina interpelando directamente al aspirante a poeta, quizás interrogándose a sí misma, conjugando una reflexión sobre la creación artística.
380. Un petit monastère en Toscane (Otar Iosseliani, 1988) - 6
Iosseliani se fue a la Toscana para registrar la vida diaria en un pequeño monasterio de sólo cinco habitantes, además del discurrir vital de las gentes del pueblo vecino. Como es santo y seña de su cine, la narración se construye a través de la acción, y no de la palabra, formando un movimiento de ida y vuelta entre la vida monacal y la secular.
381. Verano 1993 (Carla Simón, 2017) - 7
La directora Carla Simón reconstruye en su debut en el largo un dramático episodio de su infancia, el verano en que murió su madre (tras hacerlo su padre) y se fue a vivir con sus tíos. El sentimiento de orfandad y el doloroso proceso de asimilación de la pérdida, catarsis emocional y adaptación a la nueva vida, conforman un relato que adopta el punto de vista de la niña. Para ello, la cámara se pone a su altura y limita la profundidad de campo, explorando sus reacciones y una red de relaciones humanas que sólo chirría con el personaje de la abuela, un poco maniqueo. Desde la voluntad por retratar lo pequeño, el film de Simón se va creciendo hasta hacerse grande en humanidad y emociones, con un gran sentido de la sobriedad narrativa
382. No date, No Signature (Vahid Jalilvand, 2017) - 4,5
Drama moral iraní que coloca a un médico forense en el centro de trama, involuntario causante de un accidente de circulación que quizás haya propiciado la muerte de un niño. Cuestiones como el egoísmo, el sentimiento de culpa y la necesidad de expiación van jalonando un metraje por el cual me costó sentir interés. El personaje del padre del crío, que deviene en capital, resulta un poco grotesco por momentos (ese plano de él gritando de rabia y dolor me pareció muy desafortunado), y en general toda la función desprende un sutil aroma de prefabricación. La puesta en escena, a pesar de algunos intentos por darle cierto virtuosismo, me pareció bastante televisiva y sin capacidad para sugerir. Quizás nada llama poderosamente la atención en términos negativos, pero el global se me hizo de lo más soso.
383. The Big Sick (Michael Showalter, 2017) - 6
Apreciable comedia romántica de la factoría Apatow basada al parecer en la vida del actor protagonista, un cómico de origen pakistaní que se enamora de una chica blanca americana. Las barreras culturales devienen en quizás el tema mayor del film, tanto la problemática integración como inmigrantes a la vida occidental, como la percepción y aceptación en la sociedad post-9/11. Creo que el humor y el romanticismo están servidos con dosis precisas y efectivas, sin innecesario edulcorante, en una obra de puesta en escena funcional.
384. The Stationmaster Meets His Match (Sándor Mihályfy, 1980) - 3,5
Comedia húngara sobre un niño a quien su madre envía a trabajar de pastor para un guardavías cuya jerarquía combate a base de trastadas. Lo mejor de la función es el espíritu anárquico y contestatario que anida en ella, dentro de un dibujo social muy crítico (está ambientada en algún momento anterior a la llegada del régimen comunista). Pero ni me pareció divertida, y como obra visual la encontré muy poco estimulante, incluso realmente fea en la construcción de muchos planos.
385. Liliomfi (Károly Makk, 1955) - 6,5
La escena de entrada de esta comedia vodevilesca ya anticipa una constante en el film, el triunfo de lo popular sobre el establishment y las jerarquías sociales. El centro de su vorágine romántica lo ocupa el amor que se desata entre un célebre actor ambulante y una joven que asiste a una representación de Romeo y Julieta. Es una obra colorista que amenaza con destarse visualmente en algunos momentos en los que la cámara parece querer navegar libre y musical. No termina de despegar e incluso argumentalmente se termina imponiendo cierto conservadurismo sobre la anarquía que apunta en algunos tramos, pero es un film con mucho encanto.
386. Eadweard Muybridge, Zoopraxographer (Thom Andersen, 1975) - 6
Documental sobre la obra de Eadweard Muybridge, pionero de la imagen en movimiento con su sistema fotográfico denominado zoopraxiscope, antecesor del cinematógrafo. Lo más curioso de la obra de Muybridge estriba en la utilización de su invención como herramienta científica, en estudios locomotrices de animales y hombres, y nunca como generador de entretenimiento. También es llamativo el uso de modelos totalmente desnudos, una opción rompedora por entonces, de toda tipología y pelaje pero que están fotografiados sin el menor ánimo morboso. La capacidad de generar movimiento con su sistema de fotografías sucesivas, ese acercamiento a lo que luego será el cine, acaba siendo quizás el punto más seductor del documental, que disfruta del rigor habitual de Andersen pero cuyo objeto de estudio quizás no da de sí lo suficiente.
387. Hyppolit, the Butler (Steve Sekely, 1931) - 5,5
Comedia húngara de principios del sonoro que combina dos líneas argumentales complementarias: la contratación por parte de la esposa de un empresario de gustos populares del antiguo mayordomo de un conde, que pretende organizar sus vidas conforme a las reglas de etiqueta nobiliarias; y el futuro matrimonio de la hija, cuyos deseos no coinciden con los de sus padres. Es una película simpática que aboga por la sencillez humana y ridiculiza el clasismo, pero eché mucho en falta más chispa, más ritmo, en una puesta en escena sólida pero falta de la necesaria agilidad narrativa que una comedia de este tipo demandaría.
388. Merry-Go-Round (Zoltán Fábri, 1956) - 7,5
Parece una constante en el cine húngaro el dibujo de relaciones sentimentales que derriban barreras sociales, que es lógico en tiempos socialistas, como este caso, pero también lo podemos encontrar en films prebélicos, como el reseñado Hyppolit, the Butler. Esta película articula muy hábilmente la relación entre propiedad, clase social y tiranía patriarcal presentándonos al orgulloso propietario de unas tierras que quiere sacarlas de la cooperativa del pueblo, al tiempo que está determinado a casar a su hija con su nuevo socio, a pesar de que ella está enamorada de otro. Romance y drama están perfectamente combinados con una puesta en escena muy trabajada por Fábri, que hace un uso intensivo del montaje en algunas secuencias muy señaladas (la del baile, excelente, por ejemplo), que también emplea acertadamente el primer plano con fines dramáticos, al tiempo que mantiene la elegancia visual del conjunto.
389. Professor Hannibal (Zoltan Fábri, 1956) - 6,5
En forma de tragicomedia, Fábri abunda en cuestiones como la honestidad y la manipulación política. Para ello nos retrotrae a los tiempos de auge del fascismo en Europa convocando a una víctima propiciatoria, un humilde profesor que ha realizado un estudio en el que defiende una nueva teoría sobre la muerte de Aníbal. El maniqueísmo de varios personajes queda soslayado por la naturaleza genérica de la propuesta, y Fábri demuestra de nuevo su buen hacer tras las cámaras, por ejemplo en escenas complicadas como el mitin ante una multitud. Así todo no me sedujo enteramente, quizás por la obviedad del mensaje en un film más bien de arquetipos.
390. My Twentieth Century (Ildikó Enyedí, 1989) - 7
El periplo de dos gemelas huérfanas, separadas cuando eran niñas y sus contrastados caminos entiendo que ilustran las contradicciones de ese siglo XX al que alude el título del film, y que incluye la fascinación por los adelantos tecnológicos. La escena inicial, la deslumbrante demostración eléctrica de Edison, marca el tono preciosista hasta la irrealidad de toda la película, filmada en un muy cuidado y contrastado blanco y negro, como si se tratase de un cuento o de una experiencia onírica. Quizás todo el aparato estético y alegórico ahoga a los personajes en alguna medida, pero la capacidad de sus imágenes para seducir es innegable.
Un saludo.
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Genjuro el 23 Sep 2017, 13:36, editado 1 vez en total.