por Joni· »
25 Abr 2017, 14:07
Estoy casi seguro de que en la última semana os ha llegado algún tipo de información sobre esta serie dramática, basada en la novela homónima de Jay Asher (2007), adaptada a la televisión por Brian Yorkey y producida por la ex-putón-infantil-estereotipo-machirulo-Disney, Selena Gómez. No sé, ni me voy a molestar en buscar información, de dónde ha salido la posición ideológica de la serie. Quizá sea la propia Netflix la que apueste por ella y la fomente, quizá sea un gol del frontrunner, o de la célebre productora, o de ambos en comandita, a la compañía de contenidos. Pero se han sacado la chorr... el clítoris a lo bestia. Lo llevan barriendo el suelo.
Hiiiiijosdeputa, acabé de verla ayer y todavía sigo en shock. Hito imprescindible de la televisión. No por entretenida, ni mucho menos por divertida (alma al suelo tolrato), tampoco es que la producción o el esquema narrativo vayan a cambiar la historia de los audiovisuales. Estos cabronazos se han pasado el feminismo radical en modo leyenda y con una sola mano, guardando la otra para hacer peinetas y restregar su genio en las caras de todos los machirulines del planeta, que sois una piara bastante numerosa y molesta y os lo tenéis muy merecido.
Lo han hecho usando un truco que recuerda mucho a Tomates Verdes Fritos, el audiovisual destinado a consumo de ocio con mayor carga de feminismo radical que se haya producido jamás... ¿hasta ahora? En Tomates no hay ni una sola línea de texto que aluda al verdadero y único tema de la película:
- Mujer, coge el patriarcado, haz una pelotilla con él y aplástaselo en la cabeza al propio patriarcado. Con el producto resultante puedes fabricar unos magníficos tampones artesanos.
Tomates es gran cine y por eso tira de elipsis, de mensajes que se dicen sin decir. El texto habla de racismo, de lucha de clases, de corrupción policial, de canon de belleza, de amistad, de lealtad, de familia, de tragedia y de comedia, a la vez que elude de manera consciente y visible el mensaje explícito de militancia feminista o de denuncia del machismo. El contenido ideológico de la peli (maravillosa peli, por cierto) descansa íntegro en el subtexto, huyendo de obviedades y eslóganes que no hacen ninguna falta. Cine del güeno.
Ayer acabé de ver la serie. Después del último capítulo de la narración como tal hay un contenido adicional, una especie de "comentarios de la productora" en el que la Selenita (parecía tonta cuando la pintaban como una puerta y le fijaban la melena con seis kilos de laca, sin tener ni 12 años) suelta un mensaje sobre la tremenda gravedad del bullying, presunto tema central de la serie, mencionado hasta la saciedad por casi todos los personajes en todos los capítulos varias veces. Diría incluso que pronunciando con regodeo. Sin embargo, si uno se fija bien, ese speech final de Selena en realidad dice claramente:
- Mira, machirulín mío, nos hemos permitido crear la denuncia más potente del patriarcado y la descripción más sutil y precisa de todas sus capas, de micro, mini, macro y supramachismos, que se haya visto jamás en un audiovisual destinado al consumo de ocio. La putadilla pa ti es que digo bien alto bullying, bullying, bullying, bullying tolrato, así que ven y censura el mensaje o a sus responsables, a ver por dónde empiezas.
La serie tiene un solo tema, un solo objetivo, un solo camino. Que no es el abuso escolar ni de fuckin' coña. Cada cara de cada cinta narra una historia de agresor y agredida. Siempre agrede él, siempre sufre ella. Y son historias verosímiles, incluso cercanas (seguro que para muchas de vuestras amigas, hermanas, compañeras de curro, desagradablemente cercanas). Las historias están rodeadas de personajes secundarios e incidentales, que TODOS forman parte SIEMPRE de un esquema heteropatriarcal de relaciones, en grados que van desde la primaria crueldad adolescente hasta la fina sutileza de los matrimonios padres de los protagonistas o de las relaciones entre profesores. No hay una sola secuencia en toda la serie que no refleje de una u otra forma el problema de género, asunto que recibe toda la atención de actores, dirección, operadores de cámara, iluminadores y resto del equipo. Hacia el final de la serie acaban yendo sin cadena, alcanzando niveles de exhibicionismo puro y duro.
Los diálogos siempre alrededor de la coartada: bullying, bullying, bullying, venga bullying, violaciones por bullying, culpar a la víctima mujer es bullying. Importantísimo que nadie verbalice una sola palabra sobre lo que realmente quiero contar y consigo contar. Ya lo creo que consigo contarlo. Es imposible escribir un guión así, producirlo así, montarlo así, y que no sea intencionado. Es imposible que no quisieran hablar de machismo, diseccionar el problema hasta niveles microscópicos, mostrar cada uno de esos niveles en contextos verosímiles, esbozar posibles causalidades entre ellos... Es imposible que no quisieran, porque lo hacen hasta el puto fondo.
Selena Gómez, el plumilla, Netflix y/o quien haya participado de la gestación y ejecución de esta maniobra, se han currado un "fuck you shitty machirulo, fuck Disney, fuck Hollywood, fuck entertainment, fuck the USA", y encima sin arriesgarse a que los exaltados participantes de cierto debate muy actual, muy enconado y muy impopular les cuelguen etiquetas que podrían ser perjudiciales para su estatus, pero a la vez mirando a la cara del público y guiñándole un ojo cómplice. Se han hecho un "Plácido" pero a lo bestia.
- ¿Feminista radical yo? ¿Cómo osa usted decir eso? Me va a perdonar pero el feminismo, el machismo, el patriarcado o esas cosas modernas no se mencionan en ni una sola línea de guion ¿Es que no lo vio? Bullying, bullying, bullying, bullying, bullying... ¿No le gustó mi denuncia? ¿Acaso está usted a favor del abuso escolar? Qué vergüenza.
Sombreros fuera. Hito brutal en los audiovisuales de ocio: un derrame de morado por doquier, al que ya mismo pondría a la altura de Tomates (eso es jodidamente alto, debo insistir) si hubiesen conseguido también meter un poco de humor en una historia tan dura. Aparte de una lección magistral del uso de la herramienta narrativa multinivel y del complicadísimo recurso del cinismo.
Si te interesa mucho el tema del bullying y no eres ni machista ni feminista, no te la pierdas. En serio, vas a gozarla. Y si eres, crees ser o quieres ser feminista, entonces sí que no te la pierdas.
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