Nadal redobla el pulso para que las centrales siguan quemando carbón
El ministro pretende impedir el cierre de dos térmicas que Endesa quiere clausurar en 2020
El 23 de noviembre de 2016 Endesa apuntó al cierre de las centrales térmicas Compostilla (León) y Teruel, que consumen carbón, el combustible fósil más contaminante a la hora de generar electricidad. “No se prevén inversiones en carbón nacional por las condiciones del mercado”, señalaba su plan estratégico para el periodo 2017-2019 presentado aquel día. Eso se traducía en el cierre de esas dos térmicas en 2020, ya que, si no se hacen las costosas inversiones de desnitrificación —para limpiar de contaminantes su generación de electricidad—, deben dejar de operar dentro de tres años, como establece la normativa europea. Esa declaración de intenciones de Endesa parecía encajar con lo que el entonces recién nombrado ministro de Energía, Álvaro Nadal, había dicho seis días antes desde Marrakech (Marruecos), en la cumbre del clima de la ONU. Nadal dejaba en manos “del mercado” el hipotético cierre de las centrales en España, 15 en total que generan el 15% de la electricidad del país.
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El ministerio sostiene que está preparando un real decreto ley para poder impedir el cierre de las centrales si las considera estratégicas. Y sacará esta medida adelante con el apoyo del Parlamento o sin él. Lo que baraja Energía es intervenir y subastar luego esas térmicas para que sigan operando, según han manifestado representantes de los Gobiernos de Aragón y de Castilla y León tras reunirse con Nadal.
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Pero no solo Endesa prevé ir desprendiéndose del carbón. El Gobierno, a través del Ministerio de Medio Ambiente, envió a la Agencia Europea del Medio Ambiente en marzo una proyección a largo plazo de sus emisiones de CO2. Y en ese documento se señalaba que como consecuencia de la directiva europea “de grandes instalaciones de combustión y del Plan Nacional Transitorio” se espera la desaparición total “del consumo de hulla subbituminosa a partir de 2024, del uso de hulla al 50% y de antracita al 25%” en España. La central de Teruel, por ejemplo, consume la hulla subbituminosa que el Gobierno, en sus previsiones, señalaba que iba a desaparecer totalmente en 2024.
http://economia.elpais.com/economia/2017/05/26/actualidad/1495819978_717526.html
Vomitivo. Puro populismo.
El Ministro de Energía quiere mantener centrales abiertas que el Ministerio de Medio Ambiente considera que deben estar cerradas en unos pocos años. ¿Quién va invertir cientos de millones en modernizar centrales a las que les quedan pocos años de vida?
Sin meternos en que al ritmo que baja el coste de la fotovoltaica, en una década el carbón lo tendrá muy difícil para operar (a menos que cierren todas las nucleares), porque habrá exceso de generación al medio día y caerán las horas de generación térmica (y el precio) en junio-septiembre, que es el principal soporte del carbón.
En carbón tiene un futuro estratégicamente muy difícil, tanto política como económicamente. Por un lado los requerimientos medioambientales llevan a su cierre. Por el otro, la entrada de renovables hace muy complicado operarlo, porque las centrales de carbón necesitan generar electricidad a toda capacidad durante muchas horas para ser rentables, y tardan mucho en subir o bajar la potencia generada, lo que casa muy mal con renovables que un día generan el 20% de la demanda y al siguiente el 60%. Además, los costes de las renovables, especialmente la fotovoltaica, se acercan peligrosamente a los del carbón.
No hay ninguna conspiración, se están cerrando centrales en toda Europa y EEUU (incluso centrales con sólo 30 años), la propia Enel no espera tener ninguna después de 2030. En Portugal no tendrán a partir de 2020, y en Reino Unido las están cerrando progresivamente (la última, en 2025). El único sostén del carbón en Europa Occidental es Alemania, que no puede cerrar nuclear y carbón a la vez, pero incluso allí E·On y RWE se han divido en dos compañías independientes cada una, una dedicada al carbón y otras fuentes a extinguir y otra a las renovables y nuevos modelos (como el autoconsumo), porque consideran que la estrategia a seguir en una y otra es incompatible. Uniper y RWE son poco más que sociedades en lenta liquidación, destinadas a sacar el mayor cash flow posible a nucleares y centrales de carbón hasta su cierre.
Y aquí algunos lo quieren vender como un complot contra España.
Y no, el cierre de las minas de carbón y de la mitad de las centrales de carbón es muy positivo. Y las demás deberían cerrar no después de 2030 (soy más talibán con el carbón que con la nuclear).
Es que no sólo es que contaminen, es que no nos hacen falta. Tenemos 20.000 MW de gas inertes, y si se contruyen los 6.000 MW renovables de estas dos subastas, aunque funcionasen sólo al 25% de su capacidad de media, ya compensarían más que de sobra la pérdida de Teruel y Compostilla (que no generan al 100% 24/7 precisamente... por eso cierran).
Saludos.
PD: Y sí, los pobrecitos mineros. Que le pague el Gobierno por quedarse en su casa rascándoselos a todo el que lleve más de cinco años siéndolo, que saldría mucho más barato que seguir subvencionando el carbón nacional.