por Kunabi2 »
11 Oct 2017, 14:25
Yo estoy en contra de que se celebre un referendum, pero tampoco movería un dedo por impedírselo. Si se celebrase, tampoco iba a movilizarme o a cambiar mis intenciones políticas.
Me molesta en primer lugar, porque me parece que apenas ha habido debate previo, y la discusión se ha movido entre soflamas y eslóganes. El referendum debería ser un último recurso, cuando todas las demás vías se han agotado. Al fin y al cabo, es una pregunta simplista a un problema complejo y por lo tanto, oculta todos los posibles matices y posiciones intermedias que se puedan dar en la sociedad -por mucho que queramos presentarlo como un todo o como dos bloques, existen muchos grises y mucha gente con opiniones no tan sencillas de catalogar en un sí o no a la independencia-. Es el fracaso de la política.
En segundo lugar, me cuesta aceptar la nación cómo sujeto político, a las alturas de la historia en las que estamos. Me parece que en plena globalización salvaje, con las migraciones en máximos históricos y con la economía enfangada en algo parecido a un mercado único, plantear algo así como la soberanía del pueblo uniforme (la tribu), es tan ingenuo, que me asusta que nadie pueda seguir pensado así.
Y por último, y en relación con lo anterior, los grandes retos del planeta y las grandes decisiones políticas deben tomarse a nivel de especie -un saludo a Pepe Mujica- no a nivel de País, ni a nivel de Nación. Pensar que el calentamiento global, los conflictos armados, los flujos de inmigrantes y sobre todo la desigualdad económica mundial se pueden arreglar teniendo muy limpito y muy bien organizado tu rinconcito del mundo, a la vez que se espera que el resto de mundo siga tu ejemplo, me parece no solo ingenuo, sino también muy muy peligroso.
Por estos motivos, entre otros, considero que la tendencia política debería ser la contraria: crear espacios políticos comunes, con reglas comunes y con una búsqueda del interés común, buscando siempre dar prioridad a aquellos que más lo necesiten. Me interesan los movimientos políticos que buscan reformar (y reforzar) proyectos como la UE, y sacarlos de esa deriva que supone el club de estados en que se ha convertido (¿o siempre lo fue?). No me interesan los movimientos que pretenden crear una Arcadia feliz (a la nórdica) rodeada de estados-favela como si la peste no fuera ha terminar por llegar.
Dicho todo esto, vuelvo a la primera frase. Después de los últimos años, con la humillación de Grecia, la victoria de Trump, el BREXIT, Marine Le Pen (y la extrema derecha europea), los Colombianos rechazando la paz y sobre todo el PP reafirmándose como único proyecto viable en España, me he terminado por caer del caballo y abrazar el pesimismo con todas mis fuerzas.
Así que, que pase lo que tenga que pasar. Que se celebre el referendum, que los estados se partan en pedazos, que la gente se sienta ecologista reciclando los vidrios, que tu empresa cierre porque se llevan las fábricas a Bangladesh y que a tu cuñado le hagan alcalde de tu pueblo por el PP con apoyo de Ciudadanos. A mí ya todo me pilla confesado.
Un saludo