Sin embargo, desde hace varios meses, no hago más que llevarme las manos a la cabeza casi de forma semanal con una cantidad de artículos nauseabundos, forzadamente orientados a colectivos habitualmente jóvenes, bajo tonos distendidos y relatos amenos, normalmente centrados en un caso en concreto que sirve para reflejar el tema, y siempre, siempre, siempre, con el objetivo de normalizar la pobreza, la precariedad o la exclusión social, que serviría casi como una especie de puente para alcanzar una situación chachi y guay, con la crueldad que ello encuadra.
Voy a enumerar unos pocos, pero estoy convencido de que podría encontrar un par más.
¿Treintañeros o adolescentes? Sin casa, hijos o nómina, pero con humor
Retrato de los 'treinteenagers', un nuevo grupo demográfico que ha hecho de la necesidad, virtud
No salir de casa en todo el fin de semana rebaja la ansiedad e ilumina la mente
Atrincherarse entre las cuatro paredes de su morada ya no es de muermos, sino la última tendencia de moda: el ‘nesting’
Friganismo: la última dieta hipster es coger comida de la basura
Ni la paleo ni la alcalina. La última moda en dietas se sirve en los contenedores de basura. No se trata de una carencia de medios económicos para llevarse el pan a la boca, es una nueva tendencia sostenible y sus adeptos se hacen llamar 'freegans'
Yo comparto mi empleo y mi salario
Repartir un puesto de responsabilidad entre dos trabajadores gana adeptos en Europa
9 trucos para calentar la casa sin encender la calefacción
Plantarle cara al frío sin consumir energía es posible con las mantas adecuadas, algo de cinta aislante y otro montón de buenos consejos
Y este, que acabo de ver ahora mismo:Cómo criar a nuestros hijos para que sean futuros emprendedores
El deseo por inculcar en las nuevas generaciones el espíritu emprendedor ante un porvenir profesional cada vez más cambiante copa las preocupaciones de padres y educadores.
De verdad, ¿pero qué cojones es esto? Ascazo absoluto. El País, nuestro diario progresista favorito."Estaba pelado de dinero y recordé que los potitos no estaban malos y son baratos y en efecto, le cogí el gusto otra vez. Ahora los tomo casi con la misma frecuencia con la que como espaguetis u otra cosa"
Adultos que se alimentan de potitos
No solo es por pereza a la hora de cocinar, hay una verdadera legión de adictos que disfrutan con su sabor
Pero, eso sí, al menos que sepáis que ser un muerto de hambre, mola.