Ernesto sonríe.
—Son unos seres arácnidos. Pueden camuflarse, haciéndose casi invisibles. Se discute si son inteligentes o no.
Entráis en la cueva y avanzáis y lanzáis antorchas iluminándola. Lleváis antorchas de sobra. Nadie. Continuáis y os llega un olor pestilente. El agujero se ha ido ensanchando y ahora es un túnel relativamente grande. A la derecha se abre una bifurcación. Al lanzar la antorcha hacia este lado derecho descubres la silueta de seres agachados y escondidos. Cuentas no menos de siete. Una flecha sale disparada hacia donde estáis pero impacta en tu escudo improvisado. Reyes levanta su arma y apunta hacia ese pasillo. Antes de disparar lanza una pregunta dirigida a ti.
—¿Qué demonios hacemos?
El joven Jacob señala hacia el pasillo principal.
—¡He visto algo brillar! ¡He visto algo brillar!
Los tres hombres entran en el agujero. El capitán Garaudy te mira en silencio. Pasan unos instantes y los hombres se sumergen en la oscuridad como una piedra hundida en las aguas.
—Sundov, Walker. Vengan aquí.
Dos hombres se acercan.
—Desarmen a este traidor y pónganle grilletes. Le ordené destruir todo el alcohol y desobedeció mis órdenes. ¿Hay aquí algún juez?
Ernesto levanta la mano.
—Imparto justicia a lo largo de este mundo.
—Muy bien. Entonces tenemos todo lo necesario para celebrar un proceso con todas las garantías. Yo mismo ejerceré la acusación. Usted, señor Paul, será su propio abogado. Prepare su defensa. Y hágalo bien, porque solicitaré la pena capital por alta traición a un superior militar.
Walker se acerca a ti, le acompaña Sundov.
—Muy bien amigo. No compliques más las cosas y entrégame tus armas.
Para dj paul:*Dialogo con Ernesto*
te quedan dos actualizaciones. voluntarias.
Comienza a reír al escucharte.
—Un gran razonamiento. Sin duda. Creo que obraste con justicia al darle muerte. Pero no deberías darte ya por satisfecho. Si hablamos de la joven y frágil Ana, ¿has observado como la mira ese tipo? El bajito y gordo. Sundov. No he podido averiguar gran cosa sobre él, pero no me gusta ese tipo.
Estira el brazo hacia atrás e introduce su mano en el saco en el que lleva sus pertenencias. Rebusca un rato y saca el brazo. Su mano sujeta un objeto. Es una especie de ordenador portatil de tamaño muy reducido. Tiene un solo botón de color rojo. Además la pantalla en su lado posterior parece cubierta con algo parecido a un mini panel solar. Al sacarla del saco una luz verde se enciende en la pantalla. Lees en el lenguaje de símbolos que ahora hablas y conoces "Unidad cargando. Batería al 40%". Tiene una hendidura en la parte frontal
—Hace tiempo hice ahorcar a un tipo. Un tal Shokowsky. Entre sus pertenencias llevaba este chisme. Toma. Te lo regalo.
*Dialogo con Garaudy* (te quedan dos intervenciones, voluntarias).
—¿Su compromiso no es ciego? Me decepciona usted, Paul. No obstante estoy convencido de que de continuar conmigo, acabará comprendiendo la misión histórica que se nos ha encomendado. Exterminar a esos repulsivos seres.
Pasas sin problema las puertas de la torre de marfil. Hombres y mujeres charlan relajadamente aquí y allá. Un grupo de jóvenes chicos y chicas abandonan con sus bolsas y libros el edificio. Apunto están de atropellarte al hacerlo.
Ves a un tipo con aspecto de profesor caminar en dirección a la puerta. Lo abordas y le preguntas si puedes charlar con él. Le dices que tienes algunas preguntas que hacerle.
—Por supuesto, dígame. Me llamo Jason Roth.
Le planteas tus dudas sobre las vivencias en la mina. El hombre te escucha.
—Bien. En primer lugar nunca he consumido la hierba maldita. Es una sustancia desconocida y por lo tanto peligrosa. Le recomiendo que se abstenga de hacerlo. Sabemos que el consumo de una pequeña cantidad puede provocar la inconsciencia. Respecto a las cosas que se sueñan cuando se fuma, y el sospechoso parecido que tienen los sueños de todos los consumidores... no tenemos una respuesta. Pero yo le diría, y es solo mi opinión, que se trata de recuerdos bloqueados. En cuanto a su vivencia con esa computadora: No creo que al otro lado de la puerta le esperase nadie, aunque todo es posible. Lo que sí creo es que usted tiene una mente especial, por decirlo de algún modo. Puede que el subconsciente le enviase pistas sobre la contraseña de la puerta. No lo sé. En cuanto a las antenas de las que usted me habla, estoy convencido de que son sistemas de comunicación. Desgraciadamente han sido poco exploradas, al encontrarse en los extremos del mundo. Islas situadas tras mares cuya navegación es tortuosa y se creen pobladas por aberrantes monstruos marinos. Selvas profundas donde los hombres son pasto de fiebres y alucinaciones. Montañas lejanas donde la plaga de los hombres-rata se extiende en números aterradores. En fin, confío en haberle sido de ayuda, caballero.
Lanzo la botella de alcohol hacia la antorcha que arroje a la bifurcacion, aunque no hiera a nadie, al menos servira de barrera de fuego.Metzger1985 escribió:Para Xaviher.
Ernesto sonríe.
—Son unos seres arácnidos. Pueden camuflarse, haciéndose casi invisibles. Se discute si son inteligentes o no.
Entráis en la cueva y avanzáis y lanzáis antorchas iluminándola. Lleváis antorchas de sobra. Nadie. Continuáis y os llega un olor pestilente. El agujero se ha ido ensanchando y ahora es un túnel relativamente grande. A la derecha se abre una bifurcación. Al lanzar la antorcha hacia este lado derecho descubres la silueta de seres agachados y escondidos. Cuentas no menos de siete. Una flecha sale disparada hacia donde estáis pero impacta en tu escudo improvisado. Reyes levanta su arma y apunta hacia ese pasillo. Antes de disparar lanza una pregunta dirigida a ti.
—¿Qué demonios hacemos?
El joven Jacob señala hacia el pasillo principal.
—¡He visto algo brillar! ¡He visto algo brillar!
Vuelvo al hostal algo aturdido. La explicación del señor Roth tiene más sentido que la que yo barajaba. Pero, en caso de que el chamán me estuviera ayudando con la contraseña, ¿para qué hubiera servido acertarla? Si simplemente hubiera abierto la puerta contigua, como sospecho, ¿qué habría al otro lado de la misma? ¿El regreso a nuestro mundo? ¿Y qué pista podría haberme dado respecto a la contraseña? ¿La lengua, era eso? ¿"lengua" era la contraseña? Debí haber probado. Cada vez me arrepiento más de no haberlo intentado por más tiempo. Después de todo, no tengo ninguna prisa en este mundo, no me esperan en ninguna parte. Me pregunto si habrá más cajeros automáticos de esos por ahí.Metzger1985 escribió:Para Roge.Pasas sin problema las puertas de la torre de marfil. Hombres y mujeres charlan relajadamente aquí y allá. Un grupo de jóvenes chicos y chicas abandonan con sus bolsas y libros el edificio. Apunto están de atropellarte al hacerlo.
Ves a un tipo con aspecto de profesor caminar en dirección a la puerta. Lo abordas y le preguntas si puedes charlar con él. Le dices que tienes algunas preguntas que hacerle.
—Por supuesto, dígame. Me llamo Jason Roth.
Le planteas tus dudas sobre las vivencias en la mina. El hombre te escucha.
—Bien. En primer lugar nunca he consumido la hierba maldita. Es una sustancia desconocida y por lo tanto peligrosa. Le recomiendo que se abstenga de hacerlo. Sabemos que el consumo de una pequeña cantidad puede provocar la inconsciencia. Respecto a las cosas que se sueñan cuando se fuma, y el sospechoso parecido que tienen los sueños de todos los consumidores... no tenemos una respuesta. Pero yo le diría, y es solo mi opinión, que se trata de recuerdos bloqueados. En cuanto a su vivencia con esa computadora: No creo que al otro lado de la puerta le esperase nadie, aunque todo es posible. Lo que sí creo es que usted tiene una mente especial, por decirlo de algún modo. Puede que el subconsciente le enviase pistas sobre la contraseña de la puerta. No lo sé. En cuanto a las antenas de las que usted me habla, estoy convencido de que son sistemas de comunicación. Desgraciadamente han sido poco exploradas, al encontrarse en los extremos del mundo. Islas situadas tras mares cuya navegación es tortuosa y se creen pobladas por aberrantes monstruos marinos. Selvas profundas donde los hombres son pasto de fiebres y alucinaciones. Montañas lejanas donde la plaga de los hombres-rata se extiende en números aterradores. En fin, confío en haberle sido de ayuda, caballero.
Historia:Sin demasiada dificultad conectas el aparato. Pruebas a introducir el pendrive que encontraste el primer día en la rendija y encaja. La pantalla se ilumina y en la misma aparece un recuadro que dice: "Reproducir".
Presionas en el mismo y comienzas a ver un vídeo. Es una imagen fija de tu cuarto grabada desde el techo. Tú estás en la cama. El plano cambia y ahora enfocan la puerta desde el fondo de la habitación. Comienza a entrar humo en el cuarto. El plano vuelve a cambiar y la toma es desde arriba. Estás tumbado en la cama y ahora hay más humo. Te despiertas y te incorporas y comienzas a toser. Hay mucho humo. Apartas la sábana y te cubres con el pijama la boca y te pones en pie. Te tambaleas y toses y te llevas las manos a los ojos. Caes al suelo. El humo apenas deja ver tu silueta. El plano vuelve a cambiar y ves la puerta de tu cuarto desde el fondo del mismo. El marco de la puerta comienza a arder.
El vídeo termina.
Lanzas la botella hacia el pasillo lateral. Una explosión y llamaradas y gritos y una rata ardiendo como una antorcha viviente. Ilumina a otras siete en formación. Dos disparos más de ballesta. Uno contra tu escudo y el otro rebota en una pared y cae al suelo. Retrocedéis. Estáis dejando atrás el pasillo lateral. Tú también ves en frente puntos luminosos. Son los ojos de los hombres-rata en la oscuridad. Reyes dispara. Escucháis un lamento y luego silbidos. El revolver de Jacob ilumina de nuevo la cueva y veis con claridad a otro hombre rata desplomarse. Tras el muerto puntos luminosos hasta donde alcanza la vista. Un ejército de decenas. Quién sabe cuantos. Tres flechas vuelan hacia vosotros. Una se pierde detrás de vosotros y otra se clava en tu escudo. La tercera alcanza al joven Jacob. Le ha alcanzado en el ojo y cae de espaldas retorciéndose y gritando. Reyes va tras de ti apuntando la pistola por encima de tu hombro.
—Tenemos que irnos. Tenemos que irnos de aquí. Olvida al muchacho, está muerto.
Historia.—Si obedece mis órdenes, todo irá bien y no me decepcionará.
Saca un catalejo y te lo entrega.
—Tome. No hago obsequios a cualquiera. Por alguna razón siento estima por usted, sargento.
—No necesitamos su maldito alcohol para cerrar ese agujero. Dawson, traiga la dinamita. ¡Aparten a este tipo de mi vista!
Un hombre se acerca con una mochila negra y descolorida que iba a lomos de uno de los caballos de carga. En su interior varios cartuchos de dinamita. Cogen un par de ellos, aunque no los encienden. Os parece oír disparos dentro de la cueva.
—¡En formación fusileros!
Mientras los tiradores con fusil se posicionan, tú eres llevado más allá por Sundov. Te sienta en una piedra junto a un árbol. Algunos caballos se han puesto nerviosos. Relinchan y se levantan sobre sus patas traseras. Sundov va hacia ellos. Se acerca a uno muy extraño, amarillo y con lunares negros y un pelo rojizo como llamaradas anaranjadas. Le pasa la mano por el hocico y trata de calmarlo. Le susurra palabras.
Ramirez se acerca a ti sigilosamente. Te susurra como Sundov al caballo.
—Escúchame. Ese ****** está loco. Te libero ahora mismo, robamos dos caballos y nos largamos de aquí los dos juntos. ¿Qué me dices? ¿Eh?
Historia:En la posada tienes un sueño:
Estás en un montículo. Observas una especie de cono que se hunde en la tierra. Tiene nueve niveles diferenciados. Observas torturas y horrores en cada uno de los niveles. En el más profundo ves a un ser de tras cabezas sujetar a un hombre barbudo. El hombre parece un muñeco a comparación del ser que lo sostiene entre sus garras. Lo muerde y tira de él con sus garras y ríe y el hombre mientras tanto emite unos alaridos aterradores.
Después estás en otro lugar que no identificas. Ves una pantalla como la de la mina. También de pide una contraseña.
El muelle bulle. Pescadores, hombres de mar y un tipo dando un mitin sobre unas cajas.
—¿Pensáis que podéis salvaros? ¿Pensáis que podéis huir? Fuisteis traídos aquí por vuestros pecados ¿Y qué hacéis vosotros? Seguir pecando. Jamás, escuchadme bien, jamás saldréis de aquí. Y lo único que puedo deciros de mañana es que será peor que hoy. El fin esta cerca porque esto es el fin.
Un grupo de hombres se arremolinan entorno a algo. Puedes ver qué es. Se trata de una jaula. Dentro hay un individuo humanoide de metro cincuenta aproximadamente. Tiene la piel repleta de escamas como un reptil. Los ojos amarillos y la nariz totalmente chata y la boca es una abertura sin labios. Su mirada se cruza con la tuya. Una voz en tu mente.
"¿Tienes un arma? Tócate la barbilla si sí y después mírame otra vez"
Una mano te toca el hombro. Ante tus ojos Chigorin sonriente.
—Buenos días marinero. En seis horas cortaremos amarras y nos haremos a la mar. ¿Estás preparado? No escuches a ese tipo de las cajas, no es más que uno de esos fanáticos religiosos. Abundan por aquí.
Sin alejarme de la jaula y mirando de reojo a la extraña criatura, le pregunto a Chigorin.Metzger1985 escribió:Para Roge.
Sueño:
Historia:En la posada tienes un sueño:
Estás en un montículo. Observas una especie de cono que se hunde en la tierra. Tiene nueve niveles diferenciados. Observas torturas y horrores en cada uno de los niveles. En el más profundo ves a un ser de tras cabezas sujetar a un hombre barbudo. El hombre parece un muñeco a comparación del ser que lo sostiene entre sus garras. Lo muerde y tira de él con sus garras y ríe y el hombre mientras tanto emite unos alaridos aterradores.
Después estás en otro lugar que no identificas. Ves una pantalla como la de la mina. También de pide una contraseña.
El muelle bulle. Pescadores, hombres de mar y un tipo dando un mitin sobre unas cajas.
—¿Pensáis que podéis salvaros? ¿Pensáis que podéis huir? Fuisteis traídos aquí por vuestros pecados ¿Y qué hacéis vosotros? Seguir pecando. Jamás, escuchadme bien, jamás saldréis de aquí. Y lo único que puedo deciros de mañana es que será peor que hoy. El fin esta cerca porque esto es el fin.
Un grupo de hombres se arremolinan entorno a algo. Puedes ver qué es. Se trata de una jaula. Dentro hay un individuo humanoide de metro cincuenta aproximadamente. Tiene la piel repleta de escamas como un reptil. Los ojos amarillos y la nariz totalmente chata y la boca es una abertura sin labios. Su mirada se cruza con la tuya. Una voz en tu mente.
"¿Tienes un arma? Tócate la barbilla si sí y después mírame otra vez"
Una mano te toca el hombro. Ante tus ojos Chigorin sonriente.
—Buenos días marinero. En seis horas cortaremos amarras y nos haremos a la mar. ¿Estás preparado? No escuches a ese tipo de las cajas, no es más que uno de esos fanáticos religiosos. Abundan por aquí.
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