por myshkin »
12 Oct 2018, 20:12
Me animo a contestar.
Hace unos años entré por curiosidad a un bar de ambiente de mi ciudad. No soy homosexual y, cuando lo hice, sabía perfectamente que estaba entrando a un bar gay, así que no hay excusa de ningún tipo. Simplemente sentía curiosidad y quise comprobar qué ocurría allí dentro. El caso es que después de beber un par de cervezas en la barra me entró un chico la mar de agradable. En serio lo digo. Un encanto de persona. Estuvimos un rato hablando y en un momento dado me cogió de la mano y me propuso entrar al "cuarto oscuro". Imagino que todos sabéis lo que es eso del cuarto oscuro, no hace falta que lo explique. Una vez allí me enrollé con él, y he de decir que fue súper agradable. Para nada me sentí violentado o incómodo, ni tampoco sentí repulsión en absoluto. Más bien al contrario. Me excité bastante y, bueno, al final mis prejuicios y mi educación judeocristiana me obligaron a decirle al chico que lo sentía mucho (vaya si lo sentía...) pero que me marchaba.
Una vez en casa me sentí como un idiota. Lo estaba pasando muy bien, y si hubiese sido sincero conmigo mismo, podría haber tenido una amistad bastante chula con aquel chico, no voy a decir una relación porque ya digo que no soy homosexual, y como experiencia diferente estuvo muy bien, pero de ahí a formar una relación estable media un abismo.
Lo que me quedó claro fue que si dejamos al margen los prejuicios y todo lo que nos han enseñado desde que nacemos, al final lo que queda son personas, y entre esas personas, bajo unas circunstancias determinadas, perfectamente se puede encender el deseo, independientemente de la orientación sexual y del sexo de cada uno de ellos.