Supongo que he partido de un punto de vista epistemológico inadecuado, pero lo he interpretado como una novela basada en hechos históricos documentados, los de la familia de la voz narrativa. En este sentido, el narrador interpreta -narrativiza subjetivamente- lo que lee e investiga para construir su relato, de ahí que lo haya considerado como una novela. Acepto no obstante que el libro en cuestión sea un libro de memorias al uso, por supuesto. En este sentido, se me ha antojado mecánico y carente de un trasfondo sólido. Si lo comparo con el "Limonov" de Carrère, por ejemplo -libro que terminé hace algunas semanas-, evidencio diferencias importantes: Carèrre usa la historia del personaje principal para hablarnos sobre su vida, faltaría más, pero también para reflexionar sobre la historia según su propio punto de vista. En este sentido, la vida de Limonov es el medio que usa el francés para montar una reflexión política de calado sobre la emigración, el contexto político europeo y las transformaciones ideológicas del viejo continente.Caradhras escribió: El libro de De Waal lo leí hace ya mucho tiempo, al muy poco de publicarse en España, pero no es una novela ni busca serlo. Lo recuerdo como un libro de historia familiar y de los sucesivos contextos geográficos y históricos que acompañan el recorrido de la colección de netsukes a lo largo del tiempo. A mí me gustó mucho, aunque el que aparezca en algunas listas como uno de los mejores libros del siglo me parece excesivo. Por cierto que el de Amos Oz sí que me ha parecido más que digno de aparecer. Y, casualidad, justo antes de su libro leí uno de Sylvain Tesson titulado La vida simple, en el que escribe sobre los seis meses que pasó a orillas del lago Baikal, a 120 kilómetros de la población más cercana. El paisaje es maravilloso pero el libro en sí no me acabó de conquistar. El que has leído no está traducido todavía aquí, pero tiene el mismo título que un clasicazo de la literatura de viajes.
Saludos.
Yo no lo recuerdo como un libro narrado subjetivamente. A mi modo de ver el libro es como la biografía de una colección de netsukes, o su historia si queremos, y además atiende tan bien al entorno de dicha colección a lo largo del tiempo (los lugares en los que estuvo y los distintos contextos históricos, las personas que la rodearon,…) que dicho entorno tiene mucho más protagonismo en la obra que los objetos en sí. En ese sentido La liebre con los ojos de ámbar tiene también algo de libro de historia. Así puede resultar un libro un tanto híbrido y no habitual pero, a mi modo de ver, dentro de una línea muy pura de libro de no ficción. De todas formas estamos hablando de un problema de etiquetaje, algo que no es problema del libro.Heidegger escribió:Supongo que he partido de un punto de vista epistemológico inadecuado, pero lo he interpretado como una novela basada en hechos históricos documentados, los de la familia de la voz narrativa. En este sentido, el narrador interpreta -narrativiza subjetivamente- lo que lee e investiga para construir su relato, de ahí que lo haya considerado como una novela. Acepto no obstante que el libro en cuestión sea un libro de memorias al uso, por supuesto. En este sentido, se me ha antojado mecánico y carente de un trasfondo sólido. Si lo comparo con el "Limonov" de Carrère, por ejemplo -libro que terminé hace algunas semanas-, evidencio diferencias importantes: Carèrre usa la historia del personaje principal para hablarnos sobre su vida, faltaría más, pero también para reflexionar sobre la historia según su propio punto de vista. En este sentido, la vida de Limonov es el medio que usa el francés para montar una reflexión política de calado sobre la emigración, el contexto político europeo y las transformaciones ideológicas del viejo continente.Caradhras escribió: El libro de De Waal lo leí hace ya mucho tiempo, al muy poco de publicarse en España, pero no es una novela ni busca serlo. Lo recuerdo como un libro de historia familiar y de los sucesivos contextos geográficos y históricos que acompañan el recorrido de la colección de netsukes a lo largo del tiempo. A mí me gustó mucho, aunque el que aparezca en algunas listas como uno de los mejores libros del siglo me parece excesivo. Por cierto que el de Amos Oz sí que me ha parecido más que digno de aparecer. Y, casualidad, justo antes de su libro leí uno de Sylvain Tesson titulado La vida simple, en el que escribe sobre los seis meses que pasó a orillas del lago Baikal, a 120 kilómetros de la población más cercana. El paisaje es maravilloso pero el libro en sí no me acabó de conquistar. El que has leído no está traducido todavía aquí, pero tiene el mismo título que un clasicazo de la literatura de viajes.
Saludos.
Tesson sigue también esta línea: la búsqueda de la pantera de las nieves le permite contrastar el estilo de vida tibetano con el francés -lo oriental versus lo occidental-, ubicándose a sí mismo en el centro de una encrucijada de la que no sabe -o quiere- salir.
Gracias Baerd por inaugurar mi libro en el contador, la verdad es que me hace mucha ilusion y me alegra que te haya gustadoBaerd escribió:2 -La mujer que visitaba su propia tumba - Nacho Morejón
Ya conocéis al autor, bastante didáctica y con un ritmo que la hace muy amena, ayuda que por mi parte apenas conocía el contexto del que me habla lo cuál consigue una conexión inmediata, de hecho su primera parte me resultó tremendamente adictiva explicando e iniciando en el cambio de Japón para explicar lo que pasaría después. Muy recomendable para situar la época y ese período de Japón 1860 -1950. Y sobre todo la odisea de Manchuria.
Enepi, si quieres que me extienda sin problema.
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