Contador de películas 2022
La vida al margen del deporte (la hay)

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Trigueo
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Re: Contador de películas 2022

por Trigueo » 06 Oct 2022, 15:23

Rainbow (la nueva de Paco León)

Gran decepción, después de haber oído muchas críticas sugiriendo que no dejaría indiferente a nadie. A mí es como me ha dejado. Parte porque ya conocía otros remakes del mago de oz con crítica social que no van a ningún lado, parte porque durante casi toda la película no está pasando gran cosa por el escenario salvo una amalgama de personajes sosos y aburridos con poco que hacer o que contar. En the Wiz por lo menos estaba Michael Jackson y una buena banda sonora original. Aquí han tirado de spotify y muy poca imaginación. La historia pues eso: reivindicación de los excluidos y las personas homosexuales. Nunca hay referentes suficientes para estas cosas, pero tampoco obliga nadie ni nada a que todos los referentes sean más planos que el encefalograma de Santiago Abascal. Un buen personaje no solo se construye recalcando lo que no es (una persona normal que se deja llevar por las modas), sino por lo que es, y la protagonista no deja entrever ningún rasgo de carácter mínimamente llamativo, más allá de una filantropía general atravesada por incontrolados actos de efervescencia juvenil.

No sé por qué en todas las adaptaciones del mago de Oz acabo deseando que gane la bruja. Suele ser el personaje más divertido, aquí también Carmen Maura se lo pasa muy bien (Machi no tanto, da un poco de pena verla en un papel tan sombrío).

Me da pena porque me encantaron las películas de Carmina y sé que Paco León lo puede hacer bien, pero habrá que esperar una temporada para volver a ver algo bueno de él.

Genjuro
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Re: Contador de películas 2022

por Genjuro » 11 Oct 2022, 22:19

SSIFF-2022


316. Bonjour sourire! (Claude Sautet, 1956) - 5,5

Un entremés cómico que nos sitúa en un micropaís imaginario donde su princesa sufre de neurastenia galopante, de manera que el primer ministro, el villano de la historia que quiere casarse con ella para controlar el país, organiza el secuestro de unos cómicos parisinos al objeto de hacerla reír, condición que ha puesto el rey para acceder al matrimonio. Todo el metraje es una gran farsa sin pretensiones (más allá de alguna diatriba ridiculizando el gobierno absolutista) que busca el efecto humorístico, un estado de locura permanente. Hay un parte del humor que proviene de la descripción un tanto paródica de ese reino, empezando por ese gran comienzo en el que se suceden las consignas de silencio y de risa constante a la población, y otra parte que emana de las cualidades cómicas de los secuestrados, que no son pocas, y de un desatado Louis de Funès que ejerce de secuaz del primer ministro. Eso sí, la progresión narrativa sufre enormes baches, deteniéndose en tramos largos del metraje en los que se concatenan números cómicos de los personajes, de manera que el interés acaba descansando en buena medida en su quehacer, que es notable pero sin un mayor apoyo argumental se termina diluyendo un tanto.


317. La Montagne (Thomas Salvador, 2022) - 5

En segundo film, Salvador retorna a las obsesiones mostradas por en su ópera prima, con la irrupción del fantástico dentro de un contexto realista, y más concretamente, en unos superpoderes también relacionados con el agua, como sucedía en Vincent. El protagonista es un ingeniero robótico que se obsesiona con la montaña, casi como si fuera un personaje de Encounters of the Third Kind, y deja su vida diaria para abandonarse a las alturas. Es un film de cocción muy lenta, vaciada de diálogos como la otra, aunque mucho menos elíptica, donde ese fantástico tarda mucho en hacer acto de presencia, hasta el punto de que podríamos pensar que se trata de una alucinación del protagonista, sufriendo mal de altura o algo parecido. Lo cual sería extensible al personaje femenino, tan ideal y servicial que parece una fabricación mental. Pero lo cierto es que el punto de vista de la película cambia y pasa a ella durante un pequeño tramo del metraje, con lo cual interpreto que ese personaje al borde de lo ofensivo es real en la diégesis. El film está muy cuidado visualmente, se enseñorea con unos paisajes con los que es fácil perderse a base de postales, lo que no deja de evocar el propio proceso de enajenación del protagonista, y también tiene la función de trasladarnos una belleza en peligro, puesto que la derivada fantástica parece hacer referencia al cambio climático, una alegoría en la cual el héroe del film quizás podría leerse como un supervillano (es significativa la rima del brazo robótico que aparece al principio de la película y cuya presentación hace el protagonista, y su propio brazo iluminado con capacidad para penetrar en el hielo del final).


318. Carvão (Carolina Markowicz, 2022) - 4

La perpetuación de la violencia desde la marginalidad social es un tema recurrente en el cine brasileño, y este film lo afronta desde la óptica de la comedia negra. Una familia acepta deshacerse del abuelo, en coma con respiración asistida, para esconder en su lugar a un traficante, a cambio por supuesto de una lucrativa recompensa. De su desarrollo argumental, que termina siendo excesivamente caprichoso, destaca como elemento recurrente la mirada de ese niño que aprende de la inmoralidad que le rodea y que agudizará a buen seguro las neurosis de la sociedad en la que vive. El humor que maneja la película se siente demasiado básico, entre equívocos sexuales y la relativización de la violencia. Y por otro lado, la puesta en escena se antoja muy pobre, con algunas escenas directamente lamentables por planificación visual (ejemplo evidente es la de la salida de la iglesia), y a menudo la cámara se acerca a los personajes y fuerza las angulaciones sin mucho sentido dramático.


319. Girasoles silvestres (José Luis Rosales, 2022) - 5,5

Rosales regresa a los ambientes sociales de Hermosa juventud para mostrar la odisea de una joven a través de su relación con tres parejas de decreciente gañanismo. Es la búsqueda de un hogar, de un espacio de convivencia en el que resulta fundamental los compañeros de viaje, pero también la propia madurez de la protagonista, su capacidad para ceder y adaptarse. Como si fueran tres intentos de formar una familia. De hecho, hay algo notoriamente didáctico en todo ello, basado en su esquema episódico, en esos modelos de masculinidad tan arquetípicos (su primera pareja deja de tener secretos en la la primera escena en la que aparece, y todo el metraje siguiente sólo sirve para confirmar las certezas del espectador), tan tópicos también, donde el aparente charneguismo y la cantidad de tatuajes parece ser un determinante del comportamiento de cada uno. También didáctico en esa resolución tan esquemática. Pero también es cierto que se trata de una película bien interpretada, y rodada con mucha elegancia.


320. R.M.N. (Cristian Mungiu, 2022) - 7

Durante un generoso tramo inicial de este film se diría que Cristian Mungiu plantea un esquema de buenos y malos, víctimas y verdugos. Todo sucede en el microcosmos de un pueblo rumano de fuerte presencia étnica húngara, a donde acuden a trabajar unos inmigrantes de Sri Lanka que provocan un violento rebrote de xenofobia tras años de relativa tranquilidad después de que hubieran expulsado a los gitanos del lugar. En realidad la violencia ya estaba latente, como demuestra el episodio traumático del niño en el bosque que le ha dejado sin habla. Pero son otros dos personajes los que sirven de principal vehículo a la acción: su padre, que pierde su trabajo en Alemania después de agredir a un superior por tratarle despectivamente de gitano y que regresa al pueblo donde vive su mujer y el crío, y por otro lado la antigua amante de este hombre, ahora directora de la empresa panificadora que contrata a los inmigrantes ante el nulo éxito entre los lugareños de sus ofertas de trabajo por el salario mínimo. Realmente el racismo y la xenofobia de buena parte de la población es muy básica, muy burda, es fácil reaccionar contra ella, pero la historia evoluciona hasta la secuencia clave del film, la reunión vecinal en la que se debate la cuestión de la expulsión de los trabajadores extranjeros, resuelta en un solo plano fijo y llamada a engrosar la galería de escenas más memorables del Nuevo Cine Rumano, tan volcado sobre la dialéctica relativa a las leyes, la economía, la moral u otras grandes cuestiones que atañen a su sociedad. Es ahí donde se desnudan las contradicciones del sistema que alimentan las frustraciones del ciudadano, donde podemos comprender la facilidad que tienen los discursos manipuladores, extremistas y de odio para abrirse camino entre la población. Mungiu no descubre la pólvora, todo es bastante evidente, pero lo dispone con admirable precisión y naturalidad, como una soterrada coreografía del caos social. Y de vuelta al protagonista masculino, tanto su naturaleza agresiva que trata de replicar en su propio hijo, como sus limitadas luces para leer lo que sucede a su alrededor, le sirven al director para plasmar la perplejidad del ser humano ante un mundo cambiante que ya no puede controlar y al que no se puede adaptar. Es algo que yo creo evoca la fantástica secuencia final, una metáfora de los peligros que acechan a Europa, cuyo origen y mecanismo ya no podemos identificar y con los que lidiamos como si disparásemos a fantasmas, siempre al objetivo equivocado.


321. Argentina, 1985 (Santiago Mitre, 2022) - 5,5

Dando continuidad a su gusto por el cine político, Mitre aborda en este film el Juicio a las Juntas, un proceso histórico en Argentina de enorme trascendencia social y emocional. Su aproximación resulta en principio lógica y acertada, un thriller de moderada intensidad y permanentemente descargado a través del humor, pero en lugar de llevar esta apuesta hasta las últimas consecuencias (cierto que sería un difícil empeño), entiendo que la pretensión es concentrar la emoción en un crescendo hacia los momentos más trascendentes y emotivos del relato, los estremecedores testimonios de los testigos y el alegato final del fiscal, héroe interpretado con solvencia por el inevitable Ricardo Darín. Pero por el camino la película termina cayendo en los peores tics del subgénero judicial, con el tono discursivo, sobreactuado, enfatizado musicalmente, destacando especialmente ese momento bochornoso en el que se produce la ovación al fiscal. De hecho, en esta escena es donde muy apropiadamente más abunda en el uso de material de archivo, que va apareciendo de manera puntual, también evocado por la ocasional imitación del material televisivo. Pienso que en este clímax Mitre debería haber prescindido de la música épica de baratillo, de los efectos visuales y simplemente ceder el testigo a las imágenes históricas. Supongo que la necesidad de epatar forzosamente al espectador, su poca confianza en el mismo, le ha acabado pudiendo. Pero también es verdad que la sala prorrumpió en aplausos, así supongo que el objetivo está cumplido. En todo caso, el film parece en ocasiones un quiero-y-no-puedo de los clásicos thrillers políticos hollywoodienses de los años setenta. Siempre que renuncia a la idiosincrasia con la que se presenta de inicio, sale perdiendo. Una lástima.


322. Broker (Hirokazu Koreeda, 2022) - 6

La familia es la recurrente obsesión de Koreeda, y en esta visita a tierras coreanas retorna al familiar territorio de Manbiki kazoku, proponiendo otra heterodoxa posibilidad de familia mezclada con la delincuencia. Los protagonistas son una joven madre que abandona a su hijo y dos bonachones traficantes de menores, valga el oximoron, que se hacen con el mismo, además de una pareja de mujeres policía que les persigue. La maternidad/orfandad es la herida que recorre a la mayoría de ellos, en otra mirada humanista sobre sus personajes tan característica del realizador nipón, con esa mezcla de dulzura y contención marca de la casa, la elegancia en la mirada, aunque queda la sensación de que argumentalmente se agota demasiado pronto.


323. Un año, una noche (Isaki Lacuesta, 2022) - 5,5

Hay algo que entronca matizadamente este film que aborda los atentados en la sala Bataclan con el grueso de la filmografía de Lacuesta, con su querencia por la construcción de mitos, que siempre tienen algo de fantasmagóricos. Aquí también hay fantasma, o quizás nos viene a decir que a veces necesitamos evaporar elementos que nos atan al pasado para poder superarlo. Lo cierto es que se trata de una narración contagiada del síndrome postraumático que sufren los personajes, como si ya nos condenase eternamente a no poder discernir realidad y fantasía diegéticas. Es una obra muy apoyada más sobre el montaje que sobre la línea narrativa principal, que nos ofrece cómo una pareja lidia de contrastada manera con el trauma, reconstruye principalmente los espeluznantes hechos de la fatídica noche, aunque sin mostrar visualmente la violencia gráfica, pero también una felicidad y ligereza previas que ya parecen perdidas. Lacuesta acentúa la subjetividad de su narración con planos muy cercanos, manuales, esquivos, en los que desenfoca el fondo, que nos hablan de una realidad frágil e incompleta.


324. Avec amour et acharnement (Claire Denis, 2022) - 4

Una atmósfera densa y ominosa recorre este film, que parecería que fuera a llevarnos al territorio moral que recorría, por ejemplo, Les salauds. Sin embargo, no estamos más que ante un triángulo amoroso, el formado por un hombre que ha salido recientemente de la cárcel, su mujer que le ha esperado, y su antiguo socio, ahora recuperado, en un negocio de intermediación deportiva, que había sido el anterior amor de la mujer. El film incide en la pasión irrefrenable de ella, le da un aura un tanto diabólica al socio, y por momentos nos podemos creer que entre los socios hay algo más que amistad. Y luego tenemos la digresión relativa al improbable hijo del expresidiario, de una simpleza y esquematismo exagerado. La oscuridad y turbiedad sugerida por Denis, por sus imágenes un tanto feístas, tan pegadas a los personajes, encuentra un histérico clímax para rematar una obra de emociones tan intensas como cargantes. Todo es malsano (mi experiencia como espectador de este film un poco también) y la única solución parece ser un reseteo completo.


325. Sparta (Ulrich Seidl, 2022) - 6,5

La polémica armada entorno a Sparta se desinfló al mismo ritmo que transcurría su metraje. Si el tema es indudablemente escabroso, no me lo pareció para nada su tratamiento. De hecho, tiene la apariencia más ligera de todas las obras que he visto del austríaco, que tras un inicio de rigurosos planos geométricos, se deja contagiar por la vitalidad de los personajes más jóvenes. Ellos son el foco de atención de un ingeniero alemán instalado en Rumanía que deja su trabajo en una central eléctrica para ejercer gratuitamente de profesor de judo para niños en la escuela abandonada de un pueblo. Según lo que muestran las imágenes, lo más reprochable de su interacción en la ficción (dejando de lado las fotos que les toma con intención onanista) es el hecho de que les ponga a trabajar para acondicionar el lugar. Nunca llegamos a ser testigos de mayores excesos, pero tampoco podemos estar seguros de que no se hayan producido, dado cómo Seidl corta la acción de sus escenas. Lo que parece bastante claro es que los niños se encuentran más cómodos con él, que se erige en una suerte de figura paterna, que con sus propias familias, con esos padres que educan en la intransigencia y en la violencia (como si estuvieran abocados a ser habitantes del pueblo que Mungiu describe en R.M.N.). También juega un rol significativo el propio padre del protagonista, a quien éste visita periódicamente en la residencia en la que vive internado. Aquejado de alguna enfermedad neurodegenerativa, su mente le lleva de vuelta a sus tiempos en las juventudes hitlerianas, y de hecho es allí donde la mirada de Seidl se vuelve más sórdida y sus encuadres más intransigentes. Uno de los célebres himnos nazis que se oyen habla de cómo dominarán toda Europa, y algo de esto hay tanto en el poder económico que le permite al pederasta acudir a zonas más deprimidas para dar salida a su perversión (o para tener una novia mucho más joven como la que aparece en el inicio del metraje), como en la actitud de esos padres rumanos con sus hijos. Europa así como un espacio donde el fascismo campa a sus anchas, más o menos veladamente. En suma, el film nos viene a decir que no hace falta ningún pederasta, que los críos van a estar jodidos igualmente. Y de vuelta a la polémica, cualquiera de las posibles realidades que presentan acusadores y acusado refuerza el discurso de la película de manera siniestramente irónica, bien Seidl y su equipo se hayan excedido en el trato con los niños, en lo que sería otro ejemplo de explotación por dominación económica precisamente tan típico de su cine, o bien los padres de los críos se hayan ofendido reconociéndose en el retrato que les ha hecho el austriaco, y hayan decidido atacar la cinta para tratar de cancelarla. Y si nos atenemos al discurso habitual del propio Seidl, lo normal es que nadie sea del todo inocente.

326. Mado (Claude Sautet, 1976) - 6

Este film de Sautet traza paralelismos y contrastes entre las relaciones sentimentales y empresariales. Su protagonista es un empresario dotado de cierta moralidad por contraste con otros elementos con los que interacciona, pero igualmente ambicioso, a quien le cuesta renunciar a aquello que desea, sea la empresa de la que es socio y que corre el riesgo de caer en manos de un tiburón financiero, o la misma Mado, una joven prostituta que no está dispuesta a vender sus afectos. También es un personaje que va dejando cadáveres por el camino de manera quizás un tanto inconsciente, pero en consonancia con su mentalidad discreta y elegantemente depredadora, y aquí podemos encuadrar tanto a ese antiguo amor caído en el alcoholismo o la víctima colateral en su agresivo movimiento de defensa y contraataque ante su oponente. Una tormenta en el tramo final de la película viene a retratar a los personajes de manera muy gráfica, dejándolos literalmente en el barro.


327. Unrueh (Cyril Schäublin, 2022) - 7

No deja de resultar llamativo en el contexto de nuestros días que nos recuerden cómo hace casi siglo y medio era posible que un grupo de relojeros anarquistas de Suiza le enviase dinero a unos huelguistas estadounidenses del ferrocarril, como ejemplo de solidaridad internacionalista. Es una de las varias circunstancias que nos cuenta el segundo film de un Cyril Schäublin que recurre a su memoria familiar, tan asociada a la industria relojera, para recrear la vida laboral en un valle helvético en la segunda mitad del siglo XIX. La visita al lugar del geógrafo y pensador anarquista ruso Piotr Kropotkin nos sirve de introducción a lo que parece casi una distopía capitalista donde el tiempo, una construcción tan aleatoria que en la localidad conviven cuatro horarios diferentes, supone un mecanismo que ejerce un control económico casi absoluto sobre el individuo (tal y como el mercantilismo y la virtualidad determinaban las relaciones interpersonales en la primera película de Schäublin, Dene wos guet geit). Es una propuesta conceptual, con un fuerte discurso ideológico respaldado por un llamativo formalismo que, a base de planos fijos, tiende a dejar los elementos de la escena en los márgenes del encuadre. Esto produce una tensión y una sensación de desplazamiento muy particulares y apropiadas desde la pura visualidad, ya que el tono es radicalmente desdramatizado, a veces casi tan maquinal como los propios relojes. Es muy interesante el rol de la fotografía dentro de la película, con la repetida limitación a la movilidad de los personajes a causa de un reportaje fotográfico sobre el lugar que la empresa está realizando, una manera de patrimonializar el espacio y la imagen por parte de las élites económicas, que obvian en esa representación a la población, a los trabajadores. Ellos a su vez también utilizan la fotografía para popularizar las figuras más señeras de la lucha obrera, aunque por el camino el capitalismo acabe fagocitando esta práctica.


328. El agua (Elena López-Riera, 2022) - 6

Otro debut de una directora española que se siente formulado en alguna medida en primera persona, ambientada en los espacios familiares para la directora de Orihuela, que le sirven para acercarnos una historia de amor adolescente en el contexto de unos atavismos que han dejado de tener sentido y con los que hay que romper. La leyenda que repiten varias lugareñas, que obsesiona a su protagonista, que habla de cómo el agua se metería en aquellas jóvenes a las que el río desea y atraería para sí, y que entronca con la historia de riadas sufridas en la zona, no deja de ser una romantización hecha mito del machismo que coarta el libre albedrío de la mujer. Como siempre la mujer es el elemento sacrificado, como sucede con la leyenda negra que sufre la familia (siempre madres solteras) de la joven heroína, o también en las vidas narradas de las santas religiosas que alimentan el acervo del pueblo. Y el hombre es quien generalmente crea el relato, incluso un cuento tan banal como el supuesto bagaje en el extranjero del enamorado, y también es el hombre quien lo disputa, como sucede durante la competición de palomos (la metáfora es además evidente) con el enfrentamiento entre dos jóvenes a cuenta de la protagonista. El film quiere dar así voz a la mujer, dejarle que construya su propia historia, aunque creo que sobra esa verbalización final tan obvia de sus intenciones. Pero en todo caso López Riera logra construir un espacio auténtico, personajes que consiguen escapar del arquetipo (de hecho la intención de la película es exactamente esa), en un dispositivo formal que no se deja llevar por la rutina, que trata de hacer justicia a la importancia que el relato presta al hecho geográfico.


329. Le lycée (Christophe Honoré, 2022) - 5

Un film de duelo marca de la casa Honoré, protagonizado por un joven estudiante que tiene que lidiar con el dolor provocado por la muerte de su padre al tiempo que profundiza en su proceso de descubrimiento (homo)sexual y afectivo. Es una montaña rusa emocional sobre un personaje perdido que debe terminar de caer para recomenzar de nuevo. Honoré recurre a la muy socorrido testimonio a posteriori ejerciendo de voz en off para explicar mejor a su personaje, lo cual puede ser defendible, pero ceder repentinamente el punto de vista en el último tramo al personaje de la madre sin mayor justificación que el hecho de estar interpretada por Juliette Binoche, sólo se explica como servidumbre a la estrella. Visualmente me ha resultado bastante caótico, con la cámara siempre en movimiento, tratando de reflejar esa incomodidad vital, esa sensación de no encontrar el propio sitio que siente el protagonista, pero el resultado no es muy estimulante.


330. Un beau matin (Mia Hansen-Løve, 2022) - 6,5

En esta obra, Hansen-Løve recupera sensaciones temáticas de sus primeros films con la historia de una pérdida que todavía no se ha producido a nivel físico. Aquí no hay muerte alguna, pero el proceso neuro-degenerativo que sufre un profesor de filosofía es en cierta medida análogo al deceso para su hija, que ya no termina de reconocer a su padre, sus lazos emocionales y tampoco su intelecto, aquello que le definía. Hay una indudable dureza y distancia en ella hacia él, en parte una forma de procesar sus propios miedos, una necesidad de aferrarse a la vida, que además de la cotidiana crianza de su propia hija, se manifiesta en la nueva relación sentimental que comienza después de cinco años de viudedad, una relación difícil porque él está casado. De esta manera, se trata de otra historia que combina el dolor por la enfermedad/pérdida y la (re)iniciación sentimental en circunstancias adversas, como también lo hacían Le lycéen y, de forma un tanto perversa, Sparta. Es un relato psicológicamente complejo y emocionalmente cargado, pero entregado con notable mesura, en el cual Hansen-Løve no renuncia a su típica vorágine de acontecimientos, pero sin la premura que llevaba al apelotonamiento y a la trivialización de su película más olvidable, Maya.


331. Garçon! (Claude Sautet, 1983) - 5,5

Otra aproximación a la comedia de Sautet, una obra en permanente movimiento, casi coreografiada, ya desde el inicio en el restaurante donde trabaja como camarero el protagonista, un espacio de caos organizado que representa un tanto la caótica vida de los personajes, sus relaciones sentimentales cambiantes, hasta culminar en otra secuencia multitudinaria, en la playa, con otro aguacero como en Mado, aunque aquí se trata de una culminación lúdica sin la carga metafórica de la otra, entiendo yo. Es un efectivo divertimento, aunque como comedia se queda un poco sosa y el drama nunca llega a alcanzar entidad.


332. Quelques jours avec moi (Claude Sautet, 1988) - 6

En muchos momentos se diría que estamos en una suerte de Pretty Woman avant la lettre. Pero a pesar de la poca vocación realista de esta película, Sautet no pretende contar un cuento de hadas. El potentado es en esta ocasión un joven empresario cuya familia posee una cadena de supermercados y que, tras salir de un centro de reposo, le encargan supervisar la sucursal de Limoges. Allí se encapricha de la trabajadora doméstica del director de dicha sucursal, de manera que le ofrece vivir junto a él por un tiempo. Incluso tenemos escena de compra de ropa al ritmo de la banda sonora. En todo caso, el film de Sautet me parece más consciente del efecto de la diferencia económica, de que el cuento de hadas no es posible. Y siendo una película cómica y desenfadada, con unos personajes bastante fabulados, especímenes casi imposibles, la posibilidad de transgredir el orden establecido sólo puede tener lugar a través de la tragedia.


333. Pacifiction (Albert Serra, 2022) - 6

La aventura ultramarina de Serra le lleva a la Polinesia Francesa y, como en toda su última producción, se adentra en los resortes del poder en lo que termina siendo su obra más abiertamente política. El Alto Comisionado de la República en Tahití, protagonista del film, se da un aire a caudillo benevolente de otra época, y sin embargo lo más siniestro son otras fuerzas que operan en la sombra, sin que sepamos muy bien cuáles son sus objetivos, además por supuesto, del rumor que se extiende sobre la reanudación de las pruebas atómicas en la zona. El film se va convirtiendo así en una experiencia cada vez más abstracta y enajenada, más paranoica, en la cual la oscuridad va ganando terreno a la luz de un paraíso de colores saturados. Se ha hablado precisamente de la belleza de las imágenes de este film, y yo no la he terminado de encontrar, no al menos de forma consistente. Además encontramos la típica expresividad y sentido del humor de los films de Serra, con su mezcla de hipernaturalismo y artificio.


334. La maternal (Pilar Palomero, 2022) - 6

Son curiosas las coincidencias de El agua con este segundo largometraje de Pilar Palomero, incluyendo las relaciones maternofiliales, el escenario del bar de carretera o la estructura familiar de mujeres madres solteras que tiende a repetirse generación tras generación ante el desprecio de los vecinos. Sin duda el universo femenino sigue dominando el cine de la zaragozana, donde los hombres son clamorosas ausencias, presentes casi exclusivamente por omisión y referencia, y la apuesta por esa figura de la madre soltera se redobla en este film, protagonizado por una adolescente de 14 años que se queda embarazada y es acogida en un centro de maternidad para menores. Allí su experiencia personal encuentra un eco grupal, pero es en las interacciones entre su propia cadena de maternidades donde está el meollo de la historia. Porque con una galería de personajes que protegen y necesitan ser protegidos, la principal conclusión argumental de la película es que su protagonista continúa siendo una niña que sigue necesitando a su madre casi tanto como su bebé la necesita a ella. Palomero es generosa con su metraje, ¿demasiado quizás?, e incluso la película ofrece varias opciones para cerrarse previamente sin perder apenas información. El final elegido busca redondear el sentido del film al menos de tres maneras. En el mismo sale la protagonista pedaleando cuesta arriba, metáfora hasta demasiado evidente de lo que le toca y espera en la vida, y que hace espejo de otra escena también sobre la bicicleta cuesta abajo en los primeros compases de la película, cuando podía permitirse el lujo de ser irresponsable. Y como en esos instantes iniciales, también su amigo la acompaña en esta escena final; la cámara se centra fundamentalmente en ella, pero sabemos que él está muy cerca, sugiriendo la posibilidad de que en esta ocasión el hombre pueda dejar de estar ausente, también quizás como modelo de una masculinidad diferente (que también podría representar el cuidador del centro maternal) no sujeta a los clásicos roles de género (es ella quien le protege físicamente en uno de los momentos iniciales). Por último, cuando el pedaleo les saca del encuadre, nos quedamos con un gran plano general paisajístico y por una vez fijo, como queriendo transmitir un estado de equilibrio final, tras un metraje marcadamente intimista en el cual la cámara se acerca mucho a los personajes, tiembla con ellos y no les permite apenas coger perspectiva de su propia situación.


335. L'innocent (Louis Garrel, 2022) - 6

La última comedia romántica de Garrel hijo juega con los roles, con la mentira e interpretación, también con la oposición libertad/aprisionamiento. El propio director interpreta a un viudo cuya madre se casa con un convicto a punto de salir a la calle. El hijo no confía en la supuestamente recuperada honestidad de este hombre al tiempo que no es capaz de superar la pérdida de su mujer, reprimiendo los sentimientos que siente por la que era mejor amiga de ella. Por supuesto ambas circunstancias se resolverán combinadamente, y por el camino la historia nos depara algunos momentos muy logrados, muy especialmente todo lo relativo al ensayo e interpretación que deben hacer los jóvenes de una pelea de pareja para ayudar al ex-convicto. El tono nunca chirría, el film acierta al pasar del humor más descarado a lo aparentemente serio y/o emotivo, y Garrel se muestra bastante lúdico jugando con ciertos códigos genéricos, como el interesante uso que hace de la pantalla partida en uno de los seguimientos que el protagonista hace al nuevo esposo de su madre.


336. Crimes of the Future (David Cronenberg, 2022) - 5,5

Cronenberg regresa a su temática más reconocible, a la Nueva Carne, a un espacio temporal alternativo en el cual los seres humanos están cambiando, en buena medida por su propia mano. La casi desaparición del dolor y las infecciones ha convertido a la cirugía en poco menos que un pasatiempo, en un arte, en una nueva forma de sexo. El protagonista es un hombre en cuyo cuerpo se generan nuevos órganos que son extirpados en exitosas performances por su pareja, y alrededor suyo pululan diversos personajes que representan oscuros intereses. Hay de mano una cuestión que me molesta en la película, ya que la carnalidad, visceralidad (de vísceras) y fisicidad de la película se ve a menudo frustrada por el uso de unos pobres efectos digitales, tan planos y tan poco palpables. Tampoco sé si el tono veladamente cómico le sienta muy allá a un film de vocación casi más noir (distópico). Hay también un efecto exhibición que desactiva en buena medida la acción dramática, argumental, hasta llegar a un cierre que no se siente como culminación de nada en especial. No es un film despreciable, pero nunca le he terminado de coger el punto.


337. La consagración de la primavera (Fernando Franco, 2022) - 6,5

Todas las películas españolas que había visto en esta edición del festival se acercaban a las clases más populares, cuando no al borde de la marginalidad. Con La consagración de la primavera, Fernando Franco nos sitúa sin embargo en un ambiente muy diferente, acomodado, conservador incluso, empezando por su protagonista, una estudiante de primero de químicas en Madrid que reside en un colegio mayor de monjas. Es una chica que está dando sus primeros pasos, voluntarios pero inseguros, fuera del caparazón familiar. No es fácil discernir cuánto hay de represión, de timidez o inseguridad en su comportamiento, pero no es capaz de confiar en las potenciales relaciones que se le presentan en cuanto siente que ha dejado de controlar la situación. Así que tiene todavía pendientes los ritos de iniciación sexual y quizás por ello la situación de un joven tetrapléjico que conoce por azar le puede generar particular empatía, como también el hecho de ser ella quien tenga en teoría el control absoluto de sus interacciones le puede servir de puerta de entrada a la experiencia sexual. Pero son actos que realiza por dinero, de forma que el film lidia de la manera menos sensacionalista que quepa imaginar con la cuestión de la asistencia sexual apersonas impedidas y también, claro está, con la prostitución. ¿Quién está explotando a quién en esta situación? Hay ternura en la relación entre ambos, pero algo está latente en ella cuando se da cuenta de que sus encuentros podrían hacerse públicos, quizás de que no tiene el control del relato, o quizás los empieza a ver de otra manera, a través de los ojos de unas hipotéticas terceras personas. La escena final sigue abundando en la cuestión iniciática: ella expresa contenta que es la primera vez que monta en moto, cuando en realidad lo que nos viene a decir es que por fin se siente capaz de dejar el control en alguna medida, de abandonarse a otra persona. El film de Franco, abundando en esa tendencia de mucho cine español, y no sólo español, hacia el intimismo, las distancias cortas o la cámara en mano, nunca deja que la narración visual caiga en el azar o la confusión y construye una puesta en escena muy medida que da réplica con delicadeza a las inquietudes de sus personajes.


338. Los reyes del mundo (Laura Mora, 2022) - 6

Si los festivales cinematográficos tienden a fijar un estereotipo del cine que nos llega de países periféricos, está claro que el molde del cine colombiano son las historias sobre grupos de jóvenes que se mueven entre la marginalidad y la delincuencia. Esta misma edición del certamen donostiarra llevaba en su programa un par de títulos del ramo, La jauría y Los reyes del mundo, esta última ganadora de la Concha de Oro con la historia de una búsqueda, la que emprende un joven junto a sus amigos para recuperar al amparo de la Ley de Restitución unas tierras que le habían quitado a su abuela. La odisea de estos muchachos, que sólo se tienen a ellos mismos, en busca de su lugar en el mundo nos depara el habitual y esperable muestrario de violencia, pero el tratamiento de Mora, con algunas soluciones visuales interesantes, busca dejar fuera de campo los elementos más gráficos y generar una vena poética, como si fuera el último recurso para escapar de una realidad dolorosa y perfectamente previsible traspuesta a esta historia.


339. Mutzenbacher (Ruth Beckermann, 2022) - 6

Josephine Mutzenbacher es una anónima novela erótica de principios del siglo XX atribuida al escritor Felix Salten y donde se describe de manera muy gráfica las aventuras sexuales de una joven, desde su niñez hasta la tardoadolescencia, abundando en múltiples tabús. El film de Beckermann concita la presencia exclusiva de hombres para leer pasajes del texto y para compartir sus impresiones y aquello que evoca de su propia experiencia sexual. Es evidente la intención de quitar a la novela el filtro de esa primera persona femenina siempre presta a disfrutar de todas las experiencias que se le ofrecen para que sea de nuevo la voz masculina, al fin y al cabo la creadora de la misma, la que lidie con su crudo lenguaje y evidencie su naturaleza de fantasía masculina. También está muy clara la intención de testar entre el sector masculino de la población la manera en que están asimilando los significativos cambios que se han producido en los últimos años en cuanto a las convenciones en las relaciones sexuales o sentimentales entre ambos sexos. Pero también, explorar cómo choca la parte más instintiva del ser humano con la cultural y aprendida. En fin, una obra bastante reveladora desde elementos mínimos.


340. Amigas en un camino de campo (Santiago Loza, 2022) - 6

Se diría que estamos ante una suerte de secuela de Los labios, film que Loza dirigió hace más de una década a cuatro manos con Iván Fund, de manera que reencontraríamos a dos de aquel trío de trabajadoras sanitarias muchos años después, en otro estadio vital en el cual las pérdidas y ausencias pasan a ser la nota dominante de unas vidas que corren el peligro de acorazarse de manera preventiva. No se trata solamente de la muerte de la tercera amiga, pero otra de ellas planea marcharse de esas tierras remotas a las que un día llegaron como extrañas ante la desconfianza local. Hay más pérdidas, o peligro de ellas, la desconexión generacional. En todo caso Loza vuelve a apostar por cierto minimalismo, por resolver un film esencialmente en un paseo no señalizado, que quizás nos lleve por algunos meandros o quizás no. Puede que el film no ofrezca demasiado, pero tampoco lo pide.


341. Triangle of Sadness (Ruben Östlund, 2022) - 6

Un Östlund cada vez más cómico, cada vez más misántropo, que no duda en recurrir a blancos fáciles y obvios para lanzar sus diatribas contra la sociedad. Al arte moderno del que se ocupaba en The Square, le sucede inicialmente la moda y los influencers para extenderse sobre el mundo del lujo y la diferencia de clases. El primer acto ya plantea una dinámica fundamental en la película, la de las relaciones de poder, pero matizada por las dinámicas de género. Es un conflicto muy minúsculo entre en una pareja de modelos que se van de cena, y aunque ella tiene mucho más poder adquisitivo que él, se hace la loca para que la invite. El segundo acto nos los devuelve en el contexto de un crucero de lujo, como parte de una coralidad mucho mayor, y donde ya no hay sutilidad posible, un universo dividido en amos, sirvientes y capataces, un sistema que, como siempre sucede en los films del sueco, termina colapsando por sus propias contradicciones y que nos aboca a la subversión absoluta del último segmento, donde la riqueza ha dejado de tener importancia, donde sólo cuentan las habilidades primarias (entre las que también tiene su papel "el oficio más antiguo del mundo"). Östlund se divierte como puerco en un lodazal con un humor en muchas ocasiones grueso, repetitivo y escatológico, con unos resortes argumentales complacientemente revanchistas, como si quisiera hacer al público víctima de sus invectivas, o quizás subvertir su espíritu bienpensante tratando de que se regodee en las desgracias ajenas. Visualmente destaca la incomodidad que genera en alguna ocasión con el uso de panorámicas muy cerradas y cuyo movimiento parece el de un mecanismo automatizado para hacer el campo/contracampo en escenas con personajes sentados a una mesa.


342. Walk Up (Hong Sang-soo, 2022) - 6,5

Hong Sang-soo es un cineasta que puede ser tan transparente como misterioso, en buena medida a través de las estructuras narrativas por las que lleva transitando su cine desde hace un cuarto de siglo, y cuyo despliegue tiende a agrietar el realismo del material que vamos visionando para profundizar en la significación de sus retratos humanos. Su último film, protagonizado por un típico alter-ego de Hong en forma de director de cine, se presenta estructurado en cuatro segmentos principales, a grosso modo, uno por cada piso del pequeño inmueble que posee una amiga suya. El cambio de segmento significa una elipsis que genera en cualquier espectador mínimamente familiarizado con su cine un grado de incertidumbre al respecto de dónde nos hará aterrizar la historia. En este caso vamos ascendiendo de piso de la mano de cuatro momentos vitales de este hombre que parecen consecutivos y en los que se va emparejando con diferentes mujeres tras llegar con su hija en la apertura del film. El salto a una coda final genera, ahora sí, una falla en la narración que nos devuelve al episodio inicial, lo que puede interpretarse como una vuelta atrás en el tiempo pero también como el cierre de algún tipo de ensoñación. El protagonista es un personaje que tiende a quedarse sólo en todos los segmentos, que tiene problemas en las relaciones personales (hace años que no veía a su hija), que de hecho parece interaccionar según su vanidad sea alimentada, y quizás podríamos interpretar que en realidad está fantaseando sobre posibles relaciones en los diferentes espacios que le enseña su amiga durante el primer segmento. Sería además muy apropiado al ácido sentido del humor de Hong que ni siquiera en esas supuestas ensoñaciones pudiera su personaje escapar a sus tendencias insulares. Precisamente es curiosa la ausencia en esta ocasión de zooms en los habituales planos-secuencia en los que se dirime la acción dialogada, así como el muy limitado uso de reencuadres, de manera que ese contenedor arquitectónico que potenciaría la imaginación del protagonista adquiere una mayor relevancia. En todo caso, el cierre de la película nos lo devuelve de nuevo solitario y sin compañía, en su estadio natural y definitivo, conformando otro retrato masculino que añadir a la galería que Hong ha venido conformando todos estos años, siempre con un sesgo sensiblemente más negativo que cuando aborda los femeninos, muy apropiado para una edición del festival en la que tantos títulos han puesto en cuestión los diferentes modelos de masculinidad.


343. Moonage Daydream (Brett Morgen, 2022) - 6

La fascinante figura de David Bowie es examinada en este film documental que más que abundar en su carrera artística, que por supuesto también hace, trata de desenmascarar al mito cediéndole la palabra en exclusiva. Uno de sus aciertos es que nos ahorra opiniones de terceros glosando la grandeza del personaje o la influencia que ha tenido sobre ellos. Esto es un Bowie on Bowie, aunque por supuesto pasado por el filtro de Morgen. Su pensamiento, sus motivaciones, su estado emocional a lo largo de su carrera nos ayudan a mejor procesar su trabajo y rol como artista. La labor de montaje es ingente a lo largo de sus dos horas largas de metraje, incluyendo no sólo material de Bowie, sino obras que influyeron en su carrera. El problema es que Morgen trata de epatar por acumulación, bordea el videoclip en demasiadas ocasiones hasta caer en la estridencia. Sin ser una obra nada desdeñable, se acerca peligrosamente a la sobredosis audiovisual.


344. Tori et Lokita (Dardenne, 2022) - 5

La enésima odisea social de los Dardenne nos presenta a una pareja de inmigrantes que se hacen pasar por hermanos por necesidad pero que ya sienten ese vínculo como real. Lokita es la mayor, la víctima de la función. Presionada por múltiples lados, por su familia, por el mafioso que la ha traído, por el gobierno que no le da papeles, se ve abocada a tratar con (más) delincuentes, a profundizar en su condición de víctima. Los Dardenne crean un personaje inmaculado, que encima tiene periódicas crisis de angustia, por si acaso no empatizábamos suficientemente con ella. El planteamiento es tan básico como el mensaje final hecho explícito en boca del niño, por más razón que pudiera llegar a tener. Pero al menos sabemos que no van a caer en el sentimentalismo, y la vertiente thriller, cuando los personajes se ponen en movimiento, funciona bastante bien.


345. Godland (Hlynur Pálmason, 2022) - 7

Hlynur Pálmason maneja un marco temporal similar al de Unrueh, la segunda mitad del siglo XIX, para trasladarnos a una Islandia todavía colonia de Dinamarca, donde también la fotografía tiene cierta relevancia, siendo la principal afición de su protagonista, un cura danés al cual le es encomendado construir una iglesia en una apartada zona de la isla. La fotografía como forma de esparcimiento de este personaje contrasta vivamente con la penosa tarea de los lugareños que tienen que transportarle, y en última instancia se podría leer como instrumento de registro humano, como si tuviera el poder de reconocer o negar el estatus del ser humano dentro de la sociedad. Hay un recurso narrativo que se repite en el tramo final de este film, igual que lo hacía en la totalidad del cortometraje Nest, también de Pálmarson, que oficiaba de muy apropiado preámbulo en la proyección, y me refiero a la sucesión de planos fijos tomados desde el mismo exacto punto y que en elipsis saltan temporalmente hacia adelante, mostrando el cambiante paisaje producto del paso de las estaciones, tan visible en un país como Islandia. Esta gramática narrativa nos enseña cómo la naturaleza acaba procesando todo; tal y como dice un personaje, un hermoso manto de flores lo acabará cubriendo. Porque de esto va esta película, en su superficie de la imponente belleza de sus planos en formato cuadrado que hacen justicia a un paisaje que esconde la dureza de la tierra islandesa, pero en su corazón del colonialismo político y religioso que el paso de generaciones puede haber dejado en el relativo olvido, pero que seguirá latente en alguna forma todavía en nuestros días.


346. Nagisa (Takeshi Kogahara, 2022) - 6,5

Esta opera prima se abonaba a la peligrosa la estrategia de película rompecabezas, que hace de la multiplicidad de líneas temporales y segmentos un potencial aliciente para que el espectador haga gimnasia mental, lo que a menudo se utiliza sin mucho sentido narrativo. Sin embargo aquí encuentro bastante justificada esa tendencia a la elipsis, a la narración esquiva, oblicua, proponiéndose como un film en estado de trauma para tratar tanto la pérdida como también el tabú, que trabaja desde el retazo y la sugerencia al tiempo que tiende a suprimir aquellos elementos más dolorosos para los personajes. Hay una cualidad muy misteriosa en la manera en que se entrega la historia de un joven que ha mantenido en el pasado una relación excesivamente estrecha con su hermana pequeña. La narración alterna tiempos separados por años, ofrece fragmentos descontextualizados sobre los que vuelve más avanzado el metraje, sugiere un esbozo argumental que nunca queda del todo cerrado o definido, que nos llega a través de unas imágenes más bien minimalistas con cierto aroma a duermevela, que recurren al gesto y el detalle, a la oscuridad, el fuera de campo y la insularidad de los planos y acciones.


347. Manto de gemas (Natalia López Gallardo, 2022) - 5,5

Los dos primeros nombres que aparecen en los agradecimientos de este debut son Amat Escalante y Carlos Reygadas, para quienes Natalia ha oficiado de montadora, y la influencia que han ejercido en ella es innegable (es esposa de Reygadas, además). Estamos ante otro tratado sobre la violencia en México mediante una narración coral y elíptica pasada por un muy estilizado filtro formal. Las mujeres son el centro del relato, víctimas propiciatorias aunque en algunos casos puedan formar parte del sistema criminal. De hecho todo es parte de ese sistema, y quien no acata está condenado. El film está lleno de elipsis y el fuera de campo es su rasgo estilístico más definido de una puesta en escena ciertamente rigurosa y elaborada. En multitud de ocasiones opta por un primer plano o plano medio fijo de un personaje que se relaciona con otros que se encuentran fuera del encuadre. Pero hay en toda la función un tufillo exhibicionista que se evidencia particularmente en la escena en la que una de las protagonistas corre desnuda en diferentes direcciones mientras le disparan, o ese final mirando a cámara tan groseramente obvio.


348. Meet Me in the Bathroom (Will Lovelace, Dylan Southern, Andrew Cross, Sam Rice-Edwards & Vivienne Perry, 2022) - 6

La escena rockera neoyorquina del cambio de siglo es el objeto de estudio de este documental musical. Con The Strokes a la cabeza, pero también Karen O y los Yeah Yeah Yeahs, The Rapture o James Murphy y sus LCD Soundsystem, el film captura la ebullición y energía de un lugar y un momento muy peculiares. Llama la atención el excelente material visual que manejan sus directores, todas esas grabaciones previas al salto a la fama de los diferentes grupos. Los testimonios de diferentes épocas de los protagonistas sobrevuelan en off por todo el metraje, ahorrándonos las imágenes de bustos parlantes y las opiniones de terceros. El film va saltando de grupo en grupo, quizás de manera un poco mecánica, e inevitablemente cae en cierto tópico del documental musical que se puede resumir en "ascenso y caída" (relativa, claro), aunque nos ahorra la postrera redención. Me gustaron en particular los segmentos dedicados a James Murphy, y cómo desgranan su progresivo descubrimiento musical.


349. A Human Position (Anders Emblem, 2022) - 6,5

A primera vista, estamos ante otra historia de duelo y trauma en la que una pareja de mujeres trata de superar la pérdida del bebé de una de ellas durante el parto, para así intentar recomponer una relación que en el inicio del metraje se adivina dañada. Pero el oblicuo tratamiento de la figura de un trabajador inmigrante en proceso de expulsión por cuyo caso se interesa la madre frustrada, de profesión periodista, abre el film a sugerentes lecturas sobre la sociedad del mundo más desarrollado. A pesar de su minimalismo y parquedad explicativa, entiendo que Emblem pretende establecer un paralelismo entre ambos traumas, entre las pérdidas de muy diferente naturaleza que sufren la periodista y el inmigrante. Pero son pérdidas tratadas en diferentes contextos que seguramente provocarán diferentes velocidades de cicatrización, porque no disfrutan ambos de la protección y ventajas de pertenecer a un rico estado del bienestar. Hay una pulcritud y brillantez en las imágenes del film como de catálogo de Ikea, una tranquilidad en la narrativa que se diría terapéutica, aunque algunos encuadres que dejan a la protagonista bordeando sus límites pueden sugerir algún vicio oculto en la situación mostrada, las rigideces que pueden dejar fuera de campo a quien no está dentro del sistema. Mientras tanto, el inmigrante ni siquiera hace acto de presencia en el film. Él no tiene el privilegio de transitar esos espacios, esa luz y esos encuadres. Es interesante la metáfora que propone la principal afición u ocupación de la pareja de la periodista, dedicada a restaurar sillas. El film hace explícita mención al acto de sentarse como esa postura exclusivamente humana a la que se refiere el título, y que podría decirnos que ante los problemas ajenos lo más cómodo es permanecer sentados. No hay acritud en la mirada, son personajes cálidos, eminentemente positivos, generosos en su forma de relacionarse. Como pareja lésbica e interracial son inclusivas por descontado. De hecho la protagonista evidencia su preocupación con la historia del inmigrante, lo que le lleva a entrevistarse con potenciales responsables de su proceso de expulsión, pero nunca es capaz de superar la barrera legal e institucional del país. La subversión del orden establecido es la única solución, pero quién va a ponerse a ello mientras disfrutamos sentados de nuestro cómodo bienestar.


350. Corsage (Marie Kreutzer, 2022) - 6

Una nueva semblanza de Isabel de Austria, más conocida por Sissi, que se ciñe al año de su cuarenta cumpleaños, aunque tiene pinta de tomarse abundantísimas licencias. El film propone un retrato complejo y abunda en su excéntrico comportamiento, su carácter inquieto y melancólico, su obsesión con su belleza y figura, su pasión por el deporte o su interés por la política. Nos propone, creo yo, una mujer cuyas neurosis serían en cierta medida producto de un rol en principio más bien decorativo dentro de los estrictos códigos de comportamiento de la realeza austríaca. Es curioso que el corsé del título haga referencia tanto a la codificada vida palaciega que tanto le ahogaba como a la prenda que gustaba aplicar a su cuerpo hasta límites casi inhumanos, una contradicción que puede resumir al personaje. Kreutzer consigue escapar de los peores tics del costume drama con una puesta en escena muy cuidada que tanto puede apelar a las simetrías para reflejar la rigidez de los Ausburgo como a la ligereza propia del carácter inquieto de su protagonista, y dentro de un tono que tampoco tiene miedo en resultar anacrónicamente moderno (la propias presencia del cine dentro de la película es otro anacronismo).


351. Secaderos (Rocío Mesa, 2022) - 4

Otro film español dirigido por una mujer que mira al mundo rural desde el punto de vista femenino, aunque en esta ocasión apenas se puede rastrear una reivindicación de género, desde luego no explícitamente. Estamos en los campos de tabaco granadinos y la historia gira alrededor de dos personajes, una niña que llega con su madre para pasar las vacaciones con los abuelos y una adolescente lugareña que pasa los días estivales entre sus amigas, su novio y la faena del campo, pero con una creciente inquietud respecto a su situación y futuro. Como tantas otras películas rurales, nos habla del final de unos modos de vida, simbolizados por los secaderos, un final que en realidad ya se ha producido en la familia de la niña y que está cerca de tener lugar en la de la adolescente. Mesa apuesta por el realismo mágico para hablar de su entrañable mundo terminal, como si su continuidad fuera más cuestión de ilusiones y fantasías infantiles que de la difícil realidad en presente. Es un film ambicioso pero resulta en un batiburrillo de ideas y situaciones, incluso de formas visuales que no siempre me parecen justificadas, como esa secuencia musicada y al relenti de la recolección del tabaco. Un ejemplo anecdótico pero significativo es el rol de los cachorros que le enseñan a la niña y que luego mata el abuelo. No tiene ningún sentido que lo haga mientras está la niña allí; o se hace antes de que llegue, o después de que se marche. Pero la película quiere hurgar en la metáfora del final de una forma de vida y el dolor que ello comporta usando para ello unos perritos que la madre de la niña no quiere llevarse a Madrid. El episodio del tripi es otro ejemplo de lo bueno y malo de la película, una solución que argumentalmente cojea visiblemente (la adolescente compra todos los boletos para tener un mal viaje y sin embargo termina iluminada) y que sirve para meter una morcilla pseudo-experimental por momentos realmente atractiva.


352. Tampopo (Itami, 1985) - 6,5

La comida en general y el ramen en particular es la obsesión de esta comedia voluntariamente dispersa y libre de ataduras. El tronco argumental lo conforma el adiestramiento de la propietaria de un establecimiento de comida para que sea capaz de cocinar un óptimo plato de ramen. Pero alrededor del mismo tienen lugar múltiples digresiones, pequeñas historias, gags, siempre relacionados con la comida. El film tiene bastante de cómic, de conjunto de viñetas, en las que cabe la exageración, la sobrecaracterización, el subrayado humorístico sin complejos, conformando una simpática oda alimentaria.


353. The First Swallow (Nana Mchedlidze, 1975) - 4,5

Siempre resulta curioso ver una película dedicada al deporte del balompié, pero raramente el resultado es estimulante. Y este caso no es ninguna excepción. El film nos sitúa a principios de siglo en Georgia, donde un grupo de apasionados lugareños forma un equipo de fútbol siguiendo el liderazgo de un fenómeno local. El film no tiene mucha historia, mostrándonos los problemas que sufren para dedicarse a su pasión, lo que es visto en su tiempo como algo negativo, pura ociosidad, desatendiendo sus obligaciones cotidianas, incluyendo el sustento de sus familias. También hay una historia de amor juvenil apenas esbozada. Lo más interesante me parece el final, tan anticlimático a primera vista, aunque en realidad es un canto de exaltación nacional (e indirectamente soviético) por el futuro que estaba por llegar. Por lo demás no me convence la estética, la manera de usar zooms, que ya plagaban los films del Bloque del Este, y el aspecto cómico de la película, que no deja de ser una comedia, no me acaba de llegar.


(acabo en el siguiente mensaje)

Genjuro
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Re: Contador de películas 2022

por Genjuro » 11 Oct 2022, 22:21

354. Trenque Lauquen (Laura Citarella, 2022) - 7,5

Trenque Lauquen fue, por calidad y también por duración, la gran película de la última edición del festival donostiarra, un festín narrativo de cuatro horas de metraje que encuentra su referente más obvio y natural en el cine de Mariano Llinás, viejo colega de la directora en la productora El Pampero. Es una obra al tiempo humilde y ambiciosa, pequeña en cuanto a nivel de producción y grande en espíritu, en la libertad que se otorga para desplegarse ante nuestros ojos. Nos adentramos por sus meandros narrativos con la desaparición de una mujer, Laura, y por similares veredas saldremos de la ficción. Entre medias, asistimos a la búsqueda de este personaje y a otros dos misterios que habían surgido a su alrededor durante su estancia en la localidad de Trenque Lauquen, cuando todavía no estaba ausente. El primero sería un misterio del pasado, más bien de biblioteca, y el segundo un misterio del presente, más bien de trabajo de campo, articulando las dos partes en las que se ha dividido la proyección. De esta manera, el placer por el relato nos lleva de la mano en diversas líneas temporales que se van abriendo camino a través de la compleja estructura del film, alternando diferentes puntos de vista, también a través oralidad de los personajes, con flashbacks que pueden entrar en modo matrioshka. Incluso podemos encontrarnos a personajes hablando a otros situados en tiempos diferentes sobre hechos que se remontan a un tercer tiempo pretérito. Es una filigrana narrativa que se regodea en su propio carácter misterioso, en la dosificación de información, en el ritmo en que esta es ofrecida a los interlocutores y, consiguientemente, al espectador, que entra a formar parte de esa red de personajes que escuchan e indagan en la cualidad misteriosa que les ofrece la realidad circundante. Por supuesto lo importante no es aquí el destino, sino el proceso; no se trata de alcanzar la resolución de las preguntas que el metraje nos va planteando, sino del acto de investigar y fabular con las posibles respuestas. Como el objeto del misterio de la segunda parte, podríamos decir que la película es un cuerpo vivo que va mutando, lo cual también serviría como guiño metanarrativo. Y por eso mismo tampoco tendría sentido un triple mortal para resolver la narración aclarando todas las zonas de sombra que propone. La película opta por disolverse en la nada en un hermoso último cuarto de hora que prácticamente renuncia a los diálogos, al suministro de nueva información que caracteriza la mayor parte del metraje (una información que en todo caso nos hace dar vueltas más que avanzar verdaderamente). Quizás es todo ello una manera de reconocer cuánto nos apasionan las historias, lo hipnótico que puede llegar a ser el acto de relatar, pero también la posible caducidad en estos tiempos de las ficciones (y no ficciones) que llegan envueltas en un lazo. De todas formas, Trenque Lauquen encaja casi como una pieza de puzzle dentro de la obra de Citarella. Ella nos invita a pensar que se trata de una secuela de su ópera prima, Ostende, otro film titulado como una población argentina a la que también llega un personaje igualmente interpretado por Laura Paredes, asimismo amante de los misterios y, detalle decisivo, cuyo teléfono móvil tiene también por sintonía el Suspicious Minds de Elvis Presley, título elegido con toda la intención de señalar el carácter de la protagonista. Pero es que además, tampoco sería nada aventurado leer Trenque Lauquen como una precuela de La mujer de los perros, el siguiente film de Citarella, aunque aquí la protagonista sea Verónica Llinás, también codirectora, encarnando a un personaje que parece haber cortado amarras con la sociedad, de quien no conocemos su nombre, pasado o el menor detalle biográfico. Una Laura avejentada en potencia. Por otro lado, Trenque Lauquen también se antoja como una evolución y síntesis estilística y narrativa de sus obras previas. Ostende es de nuevo el referente más claro en cuanto a puesta en escena. Aunque más enfática al señalar la subjetividad de su único punto de vista, ya anticipa algunos gestos visuales de su último film, como la panorámica de ida y vuelta para descubrir personajes que desaparecen. Mientras tanto, la propuesta narrativa de La mujer de los perros, con una protagonista a la que nunca llegamos a oír, nos puede hacer pensar en el cine de Lisandro Alonso y también encontraría eco en el tramo final de Trenque Lauquen, casi sin diálogos, ya abandonado a la acción física de nuestra heroína, reforzando esa sensación de ligazón argumental entre ambos títulos. Finalmente, el tercer largometraje de Citarella y previo al que nos ocupa, Los poetas visitan a Juana Bignozzi, codirigido en esta ocasión por Mercedes Halfon y ajeno a este universo argumental, sí que sirve de anticipo por la pérdida de linealidad y los juegos narrativos que propone y que nos va acercando al potencial fabulador del cine de Mariano Llinás.


Cierro con la mejor película de Carla Simón que he visto en este curso, un fabulador cortometraje llamado Carta a mi madre para mi hijo, que tiene de misterio y arrojo lo que le falta a Alcarràs. La obsesión familiar de la directora encuentra en la experiencia de su propia maternidad un motivo de juego y evocación, una manera de revivir esos fantasmas que nos gustaría tener a nuestro alrededor (y el cine es quizás el medio más apropiado para ello). Después de un prólogo en forma de registro personal alumbrado por los magnéticos fotogramas del granulado Super8, Simón imagina la vida de su madre mostrando momentos bisagra de diferentes estadios vitales: de niña, de joven y de persona madura, la que sería hoy en día de no haber muerto. Es hermoso y evocador el devenir que propone, especialmente la elipsis mirando al agua entre la infancia y la juventud del personaje, también la onírica escena de baile nocturno en un puerto. Sólo algunos detalles empañan el resultado final, como ese plano que junta las tres edades de la madre sobreimpresionadas por sendas llamas, lo que parece un remedo poco afortunado del ya de por sí poco afortunado plano de cierre del Star Wars original.


Un saludo.

Greg Wiltjer
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Re: Contador de películas 2022

por Greg Wiltjer » 15 Oct 2022, 14:49

Qué pvta obra maestra es MANCHESTER FRENTE AL MAR. Poco más que añadir.

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Genjuro
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Re: Contador de películas 2022

por Genjuro » 16 Oct 2022, 19:55

355. Tsubasa no gaika (Satsuo Yamamoto, 1942) - 6

Yamamoto es notorio por su ideología de izquierdas y antibelicista, pero como (casi) todos, tuvo que pasar por el aro de la propaganda. Los protagonistas de su película son dos pilotos hermanastros, de estirpe aviadora y que de niños prometieron a su madre antes de que muriera que se cuidarían y llevarían bien. Con personajes retratados con sensibilidad, realmente la faceta humana de la historia tiene más calado que la militar, aunque de exalten valores tradicionales japoneses, muy en particular el sacrificio. El argumento toma como vía conductora las pruebas que se realizan a un nuevo avión (¿el zero?), y la verdad es que las secuencias aéreas están muy bien resueltas considerando el año de producción, lo que sugiere una importante ayuda por parte del ejército. En todo caso, el film está resuelto con dignidad y sin caer en los modos más panfletarios.


356. La mujer de los perros (Laura Citarella & Verónica Llinás, 2015) - 6

Es curioso el contraste que ofrece este film con la última obra de Citarella, ya que si Trenque Lauquen se construye principalmente, aunque no sólo, sobre el diálogo y las estructuras narrativas, lo que nos hace pensar en el cine de Mariano Llinás, aquí los diálogos brillan por su ausencia, y asistimos más bien al periplo físico de una mujer en los márgenes de la sociedad, casi a la manera de Lisandro Alonso. Y lo que es todavía más curioso es, no sólo que Llinás colabora como guionista (firma el libreto junto a su hermana Verónica, también codirectora y protagonista absoluta del film), sino que Trenque Lauquen podría llegar a pensarse como una precuela de esta historia. Se podría porque no sabemos de dónde viene o quién es esta mujer a quien siguen un puñado de perros. Es un personaje a quien se le niega que sus palabras sean escuchadas (aunque tampoco parece muy interesado por hablar), que prácticamente no existe para la sociedad, que se mueve en los márgenes de la misma, como una encarnación del abandono al que, por ejemplo, podemos imaginar que sus perros habían sido sometidos antes de que ella los haya adoptado. El film transcurre durante las cuatro estaciones, con diferentes episodios de su vida, y también vemos cómo sufre momentos delicados de salud. Quizás sea la razón de que en el último tramo del metraje la veamos más cercana a otros seres humanos, como si finalmente no fuera tan sencillo cortar amarras totalmente, por mucha compañía que le puedan hacer los animales.


357. All Through the Night (Vincent Sherman, 1942) - 5,5

Una extraña combinación entre comedia, film de espías y noir en la que Bogart interpreta a un mafioso bonachón que descubre una célula de quintacolumnistas alemanes en pleno Nueva York mientras investiga la muerte del pastelero vecino de su madre. Por supuesto es ante todo una obra de propaganda que aboga por un esfuerzo de toda la sociedad, y aquí podemos ver a los elementos mafiosos tomándose la justicia patriótica por su mano, algo que no difiere mucho a un blanqueamiento del argumento de M (curiosamente Peter Lorre hace también aquí de asesino). La narración es muy ágil, pero su humor me parece un tanto básico, y su faceta cómica termina dominando la película.


358. Ostende (Laura Citarella, 2011) - 6,5

El largo debut de Citarella sí que parece transitar de manera más clara el mismo universo que Trenque Lauquen. Como en ésta, Laura Paredes es también la protagonista, anónima en este caso, pero con el mismo gusto por los misterios y el definido detalle de compartir la misma sintonía en el móvil, lo que nos hace pensar que se trata del mismo personaje (además, ambas películas están tituladas con los nombres de sendas poblaciones a las que llega ella). Así todo, aquí el planteamiento es más sencillo, en estructura (lineal) y detalles argumentales. Esta mujer con alma de investigadora llega a un hotel tras haber ganado un premio junto a su novio en un concurso televisivo, y mientras espera la llegada de éste, el comportamiento de los otros únicos huéspedes empieza a llamarle la atención, hasta que se va obsesionando por ellos, un poco a lo Rear Window. El amor por la fabulación lo muestra antes el personaje, que ya da pistas de su peculiar interés por los misterios cuando el empleado del hotel le cuenta el guión cinematográfico que está escribiendo, que la propia película, aunque también invite al espectador a dejarse seducir por lo desconocido. Pero como sucede en Trenque Lauquen, o en el cine de Mariano Llinás, los misterios nunca terminan de desvelarse, o se antojan inteligibles. La cámara de Citarella parece jugar durante la mayor parte del film sobre la subjetividad de su protagonista, con planos muy cortos sobre ella, difuminando en ocasiones el fondo del plano y las pocas panorámicas de la película adquieren gran significación, hasta que el gran plano general (La mujer de los perros termina con otro plano similar) nos deja en una suerte de objetividad final al tiempo reveladora y estéril.


359. Platinum Blonde (Frank Capra, 1931) - 6,5

Un clásico argumento de comedia romántica (e ignoro hasta qué punto este título puede haber sido fundacional; lo más probable es que no), popularizado especialmente en el ámbito de la comedia teen, en la cual un hombre pierde la cabeza por una mujer de mejor posición social que la suya en lugar de hacer más caso a su mejor amiga, que por supuesto es más simpática e incluso más guapa. La típica ceguera del protagonista se hace especialmente increíble cuando la amiga es la encantadora Loretta Young y la rica heredera está encarnada por una imposible Jean Harlow, a quien no es fácil de asimilar como chica de alta sociedad. Aquí el hombre es un periodista de vida disoluta, lengua afilada y fuertes principios, cuyo mejor amigo es su colega de profesión antes mentada interpretada por Young. El film es divertido, dispara contra el esnobismo y su puesta en escena está ciertamente cuidada, sacando mucho partido del escenario que ofrece la mansión de la adinerada con quién se casa. Por ejemplo, el travelling en retroceso que abre el camino al protagonista y el mayordomo cuando éste le conduce al interior de la casa mientras el reportero hace chistes con la distancia recorrida, o la escena en la que se queda sólo en la casa y la cámara le toma desde muy lejos en contrapicado, realzando la enormidad del lugar y su empequeñecimiento. También otros elementos escénicos sirven a los propósitos de Capra, como la romántica escena del protagonista con Harlow, a quienes se ve difuminados a través de agua que cae de una fuente.


360. The Swimmer (Frank Perry, 1968) - 5

Parece que Frank Perry gustaba de tratar personajes con problemas psicológicos, como ya había demostrado en David and Lisa y como hace aquí de nuevo con la historia de un personaje excéntrico, un hombre maduro pero muy en forma que pretende regresar a su casa nadando en todas las piscinas de las propiedades que le separan de la misma, habitadas todas ellas por conocidos suyos. El personaje aparece en bañador y no sabemos cómo ha llegado hasta ese lugar, y su optimismo y vitalidad irán menguando según avance en su trayecto, según se manifiesten las disonancias entre la idea de su vida y la realidad que le van transmitiendo. Da la impresión de sufrir un trauma, como si hubiera borrado de su mente los últimos años, tiene idealizada una vida familiar que no lo es tal y parece que debe dinero a mucha gente. Realmente nunca llegamos a conocer los detalles de su situación real, pero el film pone de manifiesto su neurosis además de realizar un retrato implacable de la clase acomodada a la que quizás ha dejado ya de pertenecer (en lo que podría ser el origen del estado de negación en el que vive). Es una pena que la puesta en escena de Perry sea tan fea, tan poco sutil, con escenas lamentables como la del guateque en una piscina recién inaugurada o cuando el protagonista trata de cruzar a pie la autopista.


361. On the Run (Alfred Cheung, 1988) - 4

Este actioner hongkonés mezcla el típico relato de un policía perseguido por compañeros corruptos con la clásica historia tipo Le Samouraï, para deparar una pareja protagónica que flirtea con la buddy movie pero también con el cine romántico. Es una película bastante resultona, tensa, física, con algunos detalles logrados de puesta en escena, pero cuya culminación es un desaguisado , con el inevitable enfrentamiento climático entre los antagonistas principales que deriva en unas tristes escenas de pelea trufadas de ralentís, sobreactuaciones y acciones ridículas y superfluas.


362. Két lány az utcán (André De Toth, 1939) - 6,5

Una de las últimas películas húngaras de De Toth antes de marcharse a Hollywood, nos habla de la historia de dos jóvenes en situación precaria que unen sus destinos. Una se ha alejado de su casa y de su pueblo tras el escándalo provocado por su embarazo, y ahora sobrevive tocando el violín en una banda de chicas. En la calle conoce a otra chica del mismo pueblo a la que acaba de despedir el director de una obra donde trabajaba como peón por no permitir que se propasarse con ella, y la termina acogiendo en su casa. Creo que hay una mirada atípicamente solidaria con las mujeres, consciente de sus sufrimientos y su punto de vista en un mundo masculino en el que van a llevar la peor parte. Quizás el devenir de la historia pueda acabar resultando un poco contradictorio (la más joven termina casándose con ese mismo hombre que quería propasarse con ella), pero también me da la impresión de que la mirada es muy agridulce y bastante pesimista, con ese cierre en otra obra donde se ve a otras chicas en igual situación precaria como estaba ella, como si el film quisiera que fueramos conscientes de que en el fondo nada ha cambiado. Es una obra estilísticamente muy de los años treinta, con mucho uso del montaje, a veces un poco apresurada en exceso. Lo que menos me gusta de la misma es que De Toth gaste tanto tiempo mostrando a chicas que fingen tocar instrumentos que se diría es la primera vez que tienen entre manos.


363. Der Greifer (Eugen York, 1958) - 6

Un policiaco protagonizado por un veterano Hans Albers que encarna a un comisario al borde de la jubilación y que investiga los asesinatos en serie de jóvenes rubias en Essen. Es un brillante investigador que se guía por sus instintos, y temas como la edad, el sentirse útil o el valor de la veteranía ocupan una parte importante del film. Lo mejor de la película viene de su mano, o de su interacción con el mundo del hampa, donde juega un rol bastante paternalista (la película nos ofrece incluso un momento musical muy disfrutable). Su hijo, también policía, ejerce de contraste, aunque muy relativo ya que es perfectamente consciente de la valía de su padre. Es un film resultón, más bien amable y ligero, que ni siquiera trata de sacar mucho partido a las escenas nocturnas donde potencialmente se pueden suceder los crímenes.


364. Das gefährliche Alter (Eugen Illés, 1927) - 5,5

Otro film sobre personajes que envejecen, en este caso tres mujeres que se enamoran de hombres más jóvenes, aunque la relación central la ocupa la mujer de un profesor que no le presta suficiente atención y un alumno suyo con el cual ella comienza una relación. El discurso de la película es bastante trasnochado, proponiendo como inviables las parejas en las que la mujer tiene una edad sensiblemente mayor a la del hombre, y en el caso de la pareja protagónica, es la obsesión de ella con su propia edad la que acaba siendo motivo de inseguridades que en buena medida frustran la relación. La película tiene algunos momentos curiosos, como ese arranque puramente simbólico en el que el profesor y su esposa aparecen encadenados haciendo girar una rueda de molino, como si fueran dos condenados a trabajos forzados, una representación de su largo matrimonio. O mismamente la siguiente escena, en la que ella está imaginando que su marido la abraza y su figura desaparece siendo sustituida por unos libros, la principal (¿único?) objeto de interés del profesor. También el intermedio en la ópera tiene su gracia, con un montaje de innumerables acciones, o el match-cut del encuentro entre la esposa y el estudiante con una figura de Cupido de una amiga del segundo. Pero tampoco es que el metraje esté lleno de momentos brillantes, y además me parece que la acción se precipita demasiado, que no se maceran las situaciones casi nada, de manera que pierden intensidad y capacidad de resonancia, lo cual puede ser culpa de las tropelías que se cometían con las cintas mudas en la distribución.


365. Diario di un maestro (Vittorio De Seta, 1973) - 7

Miniserie de televisión que suma alrededor de cinco horas y que nos cuenta los desvelos de un maestro sustituto por tratar de captar la atención y realizar la función pedagógica con una clase de quinto de primaria a donde han ido a parar los descartes del resto de las clases de un colegio en un barrio de la periferia romana. Es una obra profundamente humanista, donde las circunstancias y la historia de los alumnos adquieren un gran relieve, donde se aboga por la participación activa y el crecimiento personal en lugar de la enseñanza robotizada, pasiva y magistral, donde también se muestran las bondades del trabajo por proyectos por contraste con metodologías más clásicas que a estos chicos les resultan inútiles. La serie tiene una acusada atmósfera documental, con esa cámara siempre en mano, rodada con los chavales de un colegio del lugar, que mayormente improvisan, interpretándose a sí mismos, con sus familiares, una obra que rezuma espontaneidad y verdad. Sólo se ve un poco de tramoya en las ocasiones, pocas, en las que intervienen otros enseñantes, la jerarquía del colegio, los malos de la película, quizás un poco afectados por contraste, hasta ligeramente maniqueos, pero el corazón del film es la relación profesor-alumnos, que está bellamente capturada.


366. Broadway Bill (Frank Capra, 1934) - 6,5

Comedia romántica/deportiva muy propia del director que quizás mejor encarnó los valores del New Deal. Su protagonista es el yerno de un magnate que le ha colocado como presidente de una de sus compañías, pero lo que en realidad le apasiona son los caballos de carreras. Broadway Bill es de hecho el caballo que le hace soñar y que le impulsa a dejar su cómoda vida para tratar de ganar una importante carrera. La otra parte de la ecuación romántica es un tanto accesoria en el devenir de la película, aunque tenga encanto y personalidad. Se trata de su cuñada, enamorada de él y, al contrario que la esposa, amante de la aventura y que no teme a una vida de incomodidades. Pero en fin, en todo momento lo medular de la película son los sueños y la voluntad del protagonista. En cualquier caso, viene a ser otro título de la época que desacraliza el lujo y el poder. Es un film muy ágil y la faceta cómica resulta bastante efectiva, con ese retrato del mundo de las carreras en el que se juntan delincuentes, pillos y, muy especialmente, perdedores.


367. Función de noche (Josefina Molina, 1981) - 7

La directora Josefina Molina y la actriz Lola Herrera, junto a su exmarido Daniel Dicenta, afrontan un juego de espejos entre la obra teatral Cinco horas con Mario, que Herrera protagoniza, y la recapitulación vital que afronta el frustrado matrimonio en el camerino, en una interpretación en primera persona que nunca sabemos cuánto tiene de verdad (y seguro que buena parte). Es una verdadera terapia, especialmente para el personaje femenino, que sirve para sacar a la luz las miserias e hipocresías de la educación de género, sentimental y sexual de toda una era, basada en el machismo y la represión. Así, ese camerino se transmuta en escenario central de este docudrama, donde Herrera se desnuda y pide cuentas del pasado de manera estremecedora, mientras Dicenta se siente más actuado, y pienso que muy apropiadamente, porque la suya es una estrategia de tratar de capear el temporal y desviar las culpas que le corresponden. Hay bastante correlación entre esta pareja tal y como está mostrada y la Carmen y Mario creados por la pluma de Delibes, pero lógica y afortunadamente se evitan los rasgos más maniqueos de la novela, el sesgo tan negativo visto hoy en día que adquiere Carmen más allá del grito de incomprensión que profiere como mujer cuyos deseos y necesidades son desatendidos. Herrera es el centro del film, claro está, que nos deja una sensación un tanto desoladora. Para ella no hay vuelta atrás, no va a rejuvenecer, no puede desaprender u olvidar las experiencias que ha tenido ("ya no creo en los hombres", dice deshecha), tiene que convivir con esa herencia, igual que tiene que lidiar todavía con la Iglesia para anular su matrimonio, y lo único que le resta es seguir adelante como sea. Me gusta cómo Molina va combinando los diferentes elementos y niveles, y siempre siendo generosa con ese acto de apertura de tripas en canal que se sucede en el camerino.


368. Cry the Beloved Country (Zoltan Korda, 1951) - 6,5

Me parece muy acertado el enfoque de la historia que narra este film, al hacer un alegato antirracista ambientado en Sudáfrica que gira precisamente alrededor del asesinato de un activista blanco a manos de un ladrón negro. Pero son los padres de la víctima y el verdugo los verdaderos protagonistas, quienes toman conciencia de la situación, tanto el terrateniente racista que empieza a comprender a su hijo póstumamente como el sacerdote padre del asesino, que inicialmente va a buscarle a Johannesburgo, en lo que parecería un Hardcore de Schrader avant la lettre, para caer en una perplejidad permanente ante el mundo agresivo y alienado que existe fuera de los confines del humilde pueblo donde habita. Este personaje es el principal protagonista, y el que soporta una carga emotiva mayor, que Korda juega sin miedo pero sin pasarse. Me parece una obra bien narrada, de cuidada puesta en escena, que puede deparar secuencias tan logradas como el montaje que la tormenta del tramo final del metraje.


369. The Devil & Miss Jones (Sam Wood, 1941) - 6

Le viene grande al protagonista de esta película ser calificado de diablo en el título, además de la parafernalia diabólica de los créditos. Se trata de un veterano magnate que vive recluido pero que, cuando en una protesta en unos almacenes de su propiedad cuelgan un monigote suyo, decide infiltrarse de incógnito como empleado para averiguar quienes son los responsables y así despedirlos. La principal responsable de su muy sencilla domesticación es la señorita Jones, dependienta enamorada del líder de las protestas. Es una comedia amable que simpatiza con la labor sindical ante las conductas empresariales (o policiales) abusivas, un perfil de mensajes que sería mucho más difícil encontrar en el cine hollywoodiense muy pocos años después. Wood nunca fue un gran narrador visual, y esta película no es ninguna excepción, pero el resultado es muy presentable.


370. Lydia (Julien Duvivier, 1941) - 6,5

Romanticismo y melancolía son los registros predominantes de la primera película de las cuatro que dirigió Duvivier en su exilio hollywoodiense, un muy libre remake de uno de sus títulos franceses, Un carnet de bal. Cuatro personajes ya en su vejez se reúnen, cuatro enamorados solterones llenos de frustración sentimental, tres hombres y la mujer objeto de su amor, quien a su vez perdió a la única persona que verdaderamente la conquistó. Ella es la narradora fundamental de este relato, desde la locura e inmadurez juvenil, pasando por el apasionamiento cargado de irrealidad, hasta una madurez un tanto lúgubre. Me gusta mucho de mano el pequeño juego que plantea la película con el recuerdo, tanto el color del vestido de su baile de debut (objeto de debate entre los presentes y que nunca se llega a aclarar dado que la película es en blanco y negro), como especialmente ese recuerdo idealizado del propio baile que refiere la protagonista, corregido por el personaje del médico, su principal enamorado, la presencia más estable en su vida. Eso nos da pié a leer los recuerdos de ella desde la subjetividad de sus emociones. Y muy en particular, todo el tramo del film situado en el refugio marítimo familiar, donde tiene lugar su breve y apasionado romance, un escenario irreal, fantasmagórico, lleno de fascinación pero también oscuridad, un lugar que sintetiza el torrente emocional que sufrirá la protagonista desde entonces. De todas maneras, el film es algo irregular, tendiendo a lo episódico (algo que se acentuaría mucho en sus siguientes empeños hollywoodienses), pero se beneficia de una narrativa visual muy sólida por parte de Duvivier.


371. Smilin' Through (Frank Borzage, 1941) - 6

Más romanticismo, a cargo de uno de los especialistas en la materia, y más amores perdidos evocados desde la vejez, aunque en esta ocasión hay otra pareja joven que hace efecto especular de la otra y que supone una especie de segunda oportunidad, y eso sin contar con la parte sobrenatural que puede posibilitar la reunión de los enamorados en el más allá. Desde el principio en el que damos con un maduro ensimismado en el recuerdo y los fantasmas del pasado tras la pérdida de su amor muchos años atrás, la película parece estar pidiendo a gritos la entrada del preceptivo flashback, y sin embargo lo que aparece es una niña, sobrina de la muerta, que nos llevará en dirección contraria, con una elipsis floreada de tres lustros, cuando ya joven se enamora de otro joven que resulta ser hijo del responsable de la desgracia de su tío. Tercera versión de la misma obra, se trata de un film por un lado delicado, de hermosas imágenes en Technicolor, con una faceta musical que no resulta forzada, pero por otro lado supone una sobredosis de violines y romanticismo para la que no estaba del todo preparado, sobretodo en el tramo final de la película.


372. The Blood of Jesus (Spencer Williams, 1941) - 3

Un film de director y reparto íntegramente afroamericano y temática religiosa, donde un marido que no cree en Dios mata accidentalmente con una escopeta a su esposa, quien de camino al cielo es tentada por el diablo con el mundo urbano. En un título muy musical, es curiosa la identificación entre el gospel y religión y los sonidos jazzísticos como más diabólicos. De todas maneras, me parece una homilía demasiado ingenua a nivel argumental y muy tosca de puesta en escena.


373. La vie heureuse de Léopold Z (Gilles Carle, 1965) - 6,5

Las pequeñas miserias de la sociedad del momento eran examinadas por Carle en esta comedia que glosa la jornada de vísperas de Navidad de un autónomo que opera una quitanieves y que desatiende su trabajo para comprar los regalos a su familia y para recibir a su cuñada que llega a la Montreal. Es un hombre atrapado por su día a día, por las convenciones, por el consumismo, por las costumbres narcotizantes, por una imaginación muy limitada, que no parece ser capaz de tomar perspectiva y reflexionar sobre su situación, otra pieza del engranaje social que sirve al sistema (aunque en este caso el personaje no se especialmente riguroso en ello). Ese "feliz" del título tiene parte de ironía, pero otra parte no lo es, porque el film nos viene a mostrar un hombre que encuentra contento en esa guía de comportamiento. Además de lo pertinente del retrato, afilado en alguna medida, me gusta el estilo visual, ese blanco y negro y esa cámara tan móvil, que parece un poco desaliñada, de guerrilla, pero que transmite la sensación de una puesta en escena pensada.


374. Rain or Shine (Frank Capra, 1930) - 5,5

Un film ambientado en un escenario bastante querido por el cine, el mundo del circo, donde atendemos a un triángulo amoroso en medio de las penurias económicas de una troupe que se ve además amenazada por las malas artes de dos de sus miembros que tratan de quedarse con el negocio. La joven propietaria, también artista, está enamorada de un colega de familia bien, mientras que el director del circo, charlatán profesional, la pretende sin verse correspondido. Precisamente este último personaje acaba adueñándose de la película merced a las habilidades cómicas y circenses de su intérprete, Joe Cook. La acción se interrumpe constantemente para atender sus diferentes set-pieces, lo que termina resultando bastante fatigoso, aunque sí es verdad que le da a la película un sano toque de locura, de total absurdo verbal. Me parece acertado, por otro lado, la relativa circularidad del argumento, ya que la película no busca hacer del circo una experiencia glamourosa, más bien una actividad sólo apta para vocaciones muy declaradas. Quizás nos dice algo al respecto el singular plano en travelling siguiendo los pasos del novio de la propietaria según llega en coche y se introduce en el recinto circense para verla a ella, como si ese mero acto de utilizar un vehículo de lujo le convirtiera en un extraño a ese mundo por más que trabaje en el mismo sin mayor problema.


Un saludo.

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Re: Contador de películas 2022

por Bundy » 27 Oct 2022, 10:57

105.-Modelo 77 (Alberto Rodríguez, 2022) – 6,5
A nivel cinematográfico (por montaje, por iluminación y por originalidad) es lo mejor que el director ha rodado hasta la fecha, en especial la primera hora y media. Me parece un biopic en donde traslada parte de cosas como Celda 211 u otras pelis carcelarias de una forma menos tópica que otras que he visto. Es brutal, pero no se recrea en ello como con Hunger; es guion puro, pero no se mete tan de lleno que a veces parece una americanada como Celda 211 y, a su vez, consigue un punto medio interesante, especialmente en lo visual y mediante la generación de imágenes potentes. Entonces, ¿cuál es el problema? EL GUIÓN. Es algo que llevo pensando desde su trabajo anterior, pero me duele decir que Rafael Cobos es el lastre número uno de Alberto Rodríguez. No es que la película se resienta demasiado por su presencia escribiendo, pero sí puedo afirmar que ha habido momentos de clichés cinematográficos y de paja que son 100% rastreables desde guion, y es una pena porque otras virtudes sí son de escritura, pero la deratividad en muchos casos sé de dónde viene. Quizá no ahora, pero si Alberto quiere salir de su zona de confort debe empezar a dirigirlas y pensarlas él en su totalidad.

106.-Luces de la ciudad (Charles Chaplin, 1931) – 8
Siento decir que la peli de Chaplin no me ha entusiasmado mucho. Ha tenido buenos números cómicos y su parte final es increíble, pero poco a poco voy prefiriendo más a Keaton porque sus números de slapstick están mejor trabajados en mi opinión: mientras que Keaton suele jugar más con la cámara y sobre todo el montaje, aquí Chaplin suele tirar mucho de plano general para jugar más con la actuación y la coreografía, algo que da a sus números algo más circense, pero menos impactante y efectivo. Me gusta que ya aquí incorpore sonidos para generar efectos y así enfatizar el ridículo de las escenas, y el final es impactante como él solo (quizá de lo mejor como cierre que Chaplin ha hecho), pero el conjunto en sí… bueno, me gusta y tiene puntos brillantes, pero la veo inferior a otras del director.

107.-Casablanca (Michael Curtiz, 1943) – 7,5
Casablanca tiene dos virtudes muy potentes por las que entra en el canon: que Curtiz sabe atraer actores y dirigirlos y que tiene una construcción de personajes de aúpa. Quitando esto, me va a doler decir esto, pero siendo buen director es de los directores más mediocres de los buenos. Lejos de ser malo, y destacando su trabajo con los zoom ins y los reencuadres (cosa que pocos directores hacían en su época) para enfatizar las emociones de los personajes, hay que decir que Curtiz reverencia a sus actores y en general sabe muy bien cuándo mover y sobre todo cuándo sostener un primer plano, algo que más de un director del mainstream debería aprender. Sin embargo, creo que Curtiz se enfoca demasiado en una historia romántica que si no fuera por el enfoque de los campos de concentración no interesaría a nadie, y en este sentido me parece bastante moñas y tiene menos sentido para mí aquí que en otras películas post-Guerra mundial como Hiroshima mon amour. Siento que hay cosas que funcionan bastante bien porque maridan o están algo inspiradas en ese cine francés de los años 30 y 40 como Los bajos fondos, y esos son sus mejores puntos, pero Curtiz me parece demasiado moñas como para que me emocione una historia romántica bajo sus manos al ver esto. Me gustaría que la película hubiese sido un punto más socarrona, más deprimente y más macarra, y en ese sentido me quedará la curiosidad de qué habría pasado si Renoir hubiese dirigido Casablanca, dado que sabe dominar más la iluminación y la fotografía como para llevar más allá ese aura fantasmal y melancólica que pretende Curtiz y solo consigue en ocasiones y gracias a los actores.

108.-Blonde (Andrew Dominik, 2022) – 2
Ufff. Dominik intenta aquí recrear la perversión de un mito sexual y el impacto físico, mental y psicológico que se le aplica a la protagonista, a esa división entre Norma Jeane y Monroe. Entiendo también la idea de hacer eso a través de lo pesadillesco, y por momentos lo consigue gracias al desenfoque y al juego de perspectivas (y la parte final me gusta, de hecho). ¿El problema? Que Dominik aquí parece un estudiante de la ESCAC que se ha hecho unas pajas con el cine de Haneke, Von Trier y Lynch y no sabe aplicarlo.
Para ser su proyecto de ensueño, Blonde es una película que se refugia demasiado en las imágenes de los otros. No las explota, como hizo Godard con El libro de las imágenes, ni las reutiliza, como debería haber hecho, sino que coge fotografías y momentos icónicos en los que se documenta, y se esconde en ellos en lugar de generar un choque y una complementación entre lo real y lo ficticio/metacinematográfico. A su vez, creo que hay ideas muy machaconas y reiterativas que se repiten, y otros momentos que se hacen muy predecibles, y en general acaba generándose la male gaze de la que Dominik pretende huir. Es una película que si tuviera que resumir en una frase sería el típico “Te convertiste en el enemigo que querías destruir”, y lo hace creyéndose más bueno de lo que es, pero abusando completamente (él más que los personajes, incluso) sobre la figura de Monroe -la escena en que está con Kennedy es un ejemplo de ello, por no hablar del momento de los bebés en 3D. No sé, es una película que podría haber sido algo más que las chaladuras de un director flipao.

109.-La mamá y la **** (Jean Eustache, 1973) – 9,75
Eustache se atreve aquí a hablar de anarquía relacional y relaciones amorosas en un discurso nada viejo tras la antesala y derrota de lo que sucedió en Mayo del 68. Aquí la base son un hombre y sus dos amantes, los cuales van acumulando diálogos y actos que, a su vez, van acumulando las impresiones que tenemos sobre ellos. Es, más de lo que parece incluso, una película de actores y de diálogos, y Eustache simplemente sabe dónde y cuándo colocar la cámara y, a su misma vez, compone algo que vive de la decepción del movimiento estudiantil y anarquista pero, a su misma vez, ha generado ya una serie de dinámicas en las que los personajes de la misma salen de su sistema incluso cuando los protagonistas de la supuesta revolución ha caído (como cuando Alexandre se descojona de Sartre y lo llama un puto borracho). En cierto caso, aquí lo más revolucionario de La mamá y la **** es el desencanto respecto a Mayo del 68, y cómo eso se traduce en una puesta en escena muy distinta a la clásica Nouvelle vague: aquí Eustache es más minimalista, dejando que otros puntos (actores, diálogos) respiren por encima de un mayor virtuosismo o una mayor rapidez en el montaje y en la dirección. Aquí todo es cierta calma, y un trabajo codo a codo con actores y con el guion, pero con el director sabiendo perfectamente qué distancia tomar respecto a la escena a nivel de planos y de dirección.

110.-The bad and the beautiful (Vincente Minnelli, 1952) – 7,25
Si bien la película es puro arte en todo lo que es visual, el guion se acaba quedando bastante plano. Creo que hay ciertos matices que no acaban de cuajar bien, y en general montarlo todo sobre flashbacks no es mala idea dado los giros que dan sobre las propias historias (la historia no deja de ser un pitch tremebundo), pero a su vez creo que, incluso con la genialidad de ideas que tiene -en especial a la hora de usar el sonido y chocarlo, de hacer predominar unos y otros y así representar el bullicio, pero también los pocos juegos de luz que hay son muy buenas soluciones-, se acaba quedando corto. Hay algo que hace que The bad and the beautiful sea de las películas que menos destaque de Minnelli, y es porque acaba siendo de esas películas estetas que se quedan cortas en el apartado de la historia.

Dezsö Kosztolányi
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Re: Contador de películas 2022

por Dezsö Kosztolányi » 01 Nov 2022, 15:10

Acabo de ver Old Henry, un western crepuscular de 2021 que bebe bastante de Sin Perdón, con grandes actuaciones (especialmente protagonista y villano), una buena dirección, y una notable banda sonora. Recomendable para todo aquel al que le gusten los westerns, y para todo aquel al que le gustara la película de Eastwood. Igual tengo una opinión desmesuradamente buena de esta obra porque el resto de películas que he visto últimamente son tonterías palomiteras, pero me ha encantado.

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Re: Contador de películas 2022

por crespo » 02 Nov 2022, 12:46

Los renglones torcidos de Dios. Muy buen Bárbara Lennie, así como Eduard Fernández y, por lo general, el elenco, pero la historia va perdiendo fuelle -me consta que Luca de Tena escribió su libro con otro enfoque y otro final- hasta tener que vivir a costa de los giros de la misma. Es una obra más o menos bien narrada pero que se queda sin aire, pero aguanta el tipo.

En los márgenes. Temía un sinfín de desatinos, pero de he admitir que Juan Diego Botto no solo ha querido la historia que él deseaba contar, sino como la deseaba contar, que no es poco.

De las distintas historias entrecruzadas, me quedo con el conejito de Alicia en el País de las Maravillas, aka Luis Tosar, patético antihéroe que jode su vida por.meterse donde no le llaman... si no fuera por su conciencia. Porque en su continuo correr a ninguna parte se ve lo que supone vaciar de contenido todo servicio de ayuda a la comunidad: empleados desbordados, sin medios, sin tiempo para vivir ni su vida ni hacer más que cumplir con el expediente porque no dan de sí porque los recursos menguan por momentos. Y eso genera frustración y dolor, una frustración y un dolor -por no hablar del miedo y la desesperación- que recorre la obra en todo momento.

Quizá sea ese desgarro más o menos contenido y supurante lo mejor de la obra, porque es precisamente donde nace lo mejor y lo peor de la gente, y por eso las escenas más crudas, que podían pecar de escandalosas o subrayadas, se narran en la soledad o la intimidad de la confianza. Y quizá ante un retrato pesimista, guardo halos, o hilos, de esperanza.

Los cinco díablos. Extraña peli fantástica con un trágico suceso como eje vertebrador del pueblo y la historia, en el que los "superpoderes" de la niña protagonista -su hiperdesarrollado olfato, capaz de hacerla viajar en el tiempo en sus momentos de éxtasis- son, sin querer, el detonante del famoso hecho trágico del pasado y del presente.

Hay un desarrollo desigual de los personajes, aunque van desvelándose sus capas, con la desubicación y la infelicidad como denominador común. Nadie lo dice pero todos los saben, con la llegada de Laura -la protagonista que tuvo visiones de la niña del futuro y con la que se topa en el presente- al pueblo, a reencontrarse con su hermano y su cuñada, y a afrontar otra vez todo lo que pasó, siendo este reencuentro el detonante liberador de un aplastamiento que no solo los Alpes, sino la frustración, la rutina y hasta la culpa, produce en sus protagonistas.

Es una obra... curiosa.
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Re: Contador de películas 2022

por Iñigo » 02 Nov 2022, 13:19

Gran chasco al ver que han "retirado" de Amazon Prime las películas de James Bond, al menos gratuitamente. Estaba por acabar con la última de Roger Moore, "Panorama para matar". Ya solamente queda la del año pasado ("Sin tiempo para morir"), que es la que vimos ayer, y tengo que decir que bien, entretenida y me gustó.

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Re: Contador de películas 2022

por crespo » 02 Nov 2022, 13:57

Iñigo escribió:Gran chasco al ver que han "retirado" de Amazon Prime las películas de James Bond, al menos gratuitamente. Estaba por acabar con la última de Roger Moore, "Panorama para matar". Ya solamente queda la del año pasado ("Sin tiempo para morir"), que es la que vimos ayer, y tengo que decir que bien, entretenida y me gustó.
Te has perdido a Grace Jones haciendo de chica Bond. Ese trago que te ahorras.

A Roger Moore al final se le notaban mucho los añazos para hacer de "héroe de acción", ¿no?
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Re: Contador de películas 2022

por Iñigo » 02 Nov 2022, 14:19

crespo escribió:
Iñigo escribió:Gran chasco al ver que han "retirado" de Amazon Prime las películas de James Bond, al menos gratuitamente. Estaba por acabar con la última de Roger Moore, "Panorama para matar". Ya solamente queda la del año pasado ("Sin tiempo para morir"), que es la que vimos ayer, y tengo que decir que bien, entretenida y me gustó.
Te has perdido a Grace Jones haciendo de chica Bond. Ese trago que te ahorras.

A Roger Moore al final se le notaban mucho los añazos para hacer de "héroe de acción", ¿no?
Bueno, tengo que decir que he visto alguna de Pierce Brosnan, y diría que ya todas las de Daniel Craig, pero no recuerdo haber visto las de Timothy Dalton. De lo que he visto:

- Las películas de Sean Connery diría que han envejecido muy mal. De hecho, me parecen poco entretenidas, y más allá de que determinados comportamientos y acciones de 007 puedan parecer hoy en día de un machismo recalcitrante (hay que entender el contexto de los 60-70), en general no me parecen buenas. Quizá la que más me ha gustado sea justo la que no es canon ("Nunca digas nunca jamás", de 1983), con un Sean Connery ya fondón y autoparódico.
- La de George Lazenby tampoco me parece tan mala. La actuación del modelo deja mucho que desear, e ignoro el motivo por el que le escogieron, o qué problemas tuvo Sean Connery para no seguir (hartazgo hasta que le pusieron pasta sobre la mesa, supongo), pero tiene su aquel.
- Las de Roger Moore en general me parecen más entretenidas, pero lo que dices, ya era mayor (bien pasados los 40) cuando empezó con el papel, y al final se le notan los años.

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Re: Contador de películas 2022

por Bundy » 02 Nov 2022, 19:58

crespo escribió:Los renglones torcidos de Dios. Muy buen Bárbara Lennie, así como Eduard Fernández y, por lo general, el elenco, pero la historia va perdiendo fuelle -me consta que Luca de Tena escribió su libro con otro enfoque y otro final- hasta tener que vivir a costa de los giros de la misma. Es una obra más o menos bien narrada pero que se queda sin aire, pero aguanta el tipo.
Esto es algo de lo que peca muchísimo Oriol Paulo y es su abuso tan reiterado y machacón por el giro de guion. Hay muchas formas de captar la atención del público y siempre elige, sintiéndolo mucho, una bastante torpe.

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Re: Contador de películas 2022

por Bundy » 04 Nov 2022, 09:41

111.-By the sea (Toney W. Merritt, 1982) - 3
Serie de tomas cogidas en San Francisco que cogen panorámicas con otros planos fijos conforme a barcos y otros objetos que se mueven alrededor del puente. Honestamente, quizá otros ven un sentido que yo no a esta película.

112.-Apollo 10/2 (Richard Linklater, 2022) – 4,5
Linklater tira de lo mismo que hizo en A Scanner Darkly para hacer aquí un ejercicio de historia ficción al meter la historia de un niño en una misión encubierta como test de ensayo para la misión de la Apollo 11 en 1969. Me llama la atención ese juego de contraste que hace de las memorias que se pueden y no se pueden contar, y como mientras una se cuenta con una voz en off y tirando de la recreación de la nostalgia de los años 60, la otra, la que no se puede contar y que está en la luna, no tiene voz en off, sino que se entrega por completo al espectáculo de la imagen. El contraste no está mal, pero la parte nostálgica es la menos interesante y le da un toque excesivamente documental a una historia coming of age que al final acaba haciéndose muy aburrida y larga incluso para lo que dura. Admiro el cariño de la obra que Linklater desprende aquí y como consigue recrear ciertas cosas, pero es la clase de cine que me interesa cero.

113.-What the water said, Nos 1-3 (David Gatten, 1998) – 8,25
114.-Giverny I (Négresse Impériale) (Já’Tovia Gary, 2017) – 5,25
115.-What the water said Nos 4-6 (David Gatten, 2006-07) – 9
116.-Towards the colonies (Miryam Charles, 2016) – 7,25
117.-Song for the new world (Miryam Charles, 2021) – 6,5


Un ciclo sobre películas de agua y océanos de Canyon Cinema. Algunas ya las conocía y me gustaron en su momento como los dos trabajos de David Gatten, pero otros no.
Las películas de Gatten son un ejercicio extrañísimo que sale muy bien. Gatten sumerge cintas de 16 mm en una jaula para cangrejos en un océano, hace reposar las cintas en el agua para que se deterioren y luego las va ensamblando y montando. El resultado es una amalgama que funciona muy bien.
En cuanto a las otras, Giverny es la que menos entiendo dentro del ciclo, pues es un collage en el que sale la autora filmada en las zonas de París, y empalma eso con varios retazos de la historia afroamericana en EEUU. Me parece un alegato político bastante fuerte y bien pensado, pero a veces el mensaje político se me hace muy burdo y quizá demasiado intencional. Me parecen mejores en ese sentido las dos películas de Charles, sobre todo la de las colonias, pues sabe hilar bien los fragmentos musicales con imágenes del agua, de paisajes y de océanos, reflejando bien una crítica al colonianismo. Towards the colonies me parece mejor resuelta aunque se me hace más convencional, pues liga fragmentos de textos con imágenes del océano en lo que sería una especie de diario fílmico, y esto se empalma con retazos de dibujos coloniales y música. En la segunda, menos exitosa (creo yo) Charles utiliza la mezcla entre diversos tipos de música -entre la tradicional de sus orígenes y la música de cámara europea- y eso lo liga a filmar diversos terrenos y paisajes. Me parece bien encontrado, pero le falta quizá un par de vueltas, al menos, bajo mi punto de vista.

118.-Cuando Harry conoció a Sally (Rob Reiner, 1989) – 7
Recuerdo que hay varios guionistas que aplauden esta película como un éxito a nivel de guion por sus momentos icónicos. Honestamente, no creo que sea mal guion, pero creo que tiene una serie de puntos cercanos a Woody Allen en el que hay una barrera entre el histrionismo y los momentos icónicos del guion y el desinterés de sus actores por representarlos. Veo dos películas distintas, una buena y una excelente: la buena es cuando el guion se impone buscando ser “lo más cool posible”, y en realidad acaba haciendo que la dirección y el resto se aplane; y, por otro lado, tenemos la película excelente, que es cuando los actores se creen a los personajes y hay una mayor vulnerabilidad y una cooperación más honesta entre las partes, recordándome un poco a las comedias de décadas atrás.

119.-Un año, una noche (Isaki Lacuesta, 2022) – 7
Me alegra que Isaki Lacuesta haya decidido hacer una película sobre el trauma y haya hecho este juego de saltos en el tiempo entre lo vivido en la noche de los atentados de la sala Bataclan y el año posterior al evento. Creo que la película tiene un elemento narrativo que se presta más a la confusión de lo que debería (por una vez), pero creo que es un elemento lógico dentro de la cadena de decisiones erráticas y momentos traumáticos vividos por los personajes, aunque ello no quita que desluzca lo que podría haber sido una de las películas del año. Como producto raso he de decir, pero, que tanto Lacuesta como Isa Campo me sorprenden siempre por su tremenda sensibilidad a la hora de tocar temas y mostrar imágenes, y pese a su torpeza en algún momento el conjunto en general está bien y tiene algunos momentos de montaje realmente loables por mucho que haya otros con menos sentido.

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Re: Contador de películas 2022

por crespo » 06 Nov 2022, 11:02

Es injusto centrar los méritos interpretativos de una obra en una sola persona, pero Un año, una noche me ha dejado acojonado por la pedazo de actriz que es Noémie Merlant. La película en sí no solo muestra los bandazos del trauma producido por el atentado de Bataclan, de una manera en el que la "realidad pura" es inasumible para sus protagonistas, debiendo recrear aquello cada cual a su modo y con un sinfín de vacíos. Y si Nahuel Pérez debe exorcizarlo y simboliza ese desamparo -es como si se volviese un ser infantil por momentos- Merlant se vuelve en madre de él y de sí misma, al punto de sostener todo el peso en silencio y observación, hasta que explota en esos momentos de no poderse mentir a sí misma. Esa capacidad de contención/expansión me ha dejado alucinado. Si ya en la obra Les Olympiades se descubría su soledad a razón de un pasado incierto, en esta se descubre a una mujer muy fuerte que debe pasar por encima de aquello...

La obra en sí huye del morbo y hay momentos de humor para aligerar la tragedia -los WhatsApp compartidos son, en su contexto, entre patéticos e hilarantes, descubriendo uno lo ridículos que somos para dar el pésame- y momentos que debían ser ligeros y devienen plomizos, como la escena de la playa, cuando la pareja ya sufre una falla.

Importantes los secundarios para hacer contraste y también los planos abiertos y cerrados, ya que los protagonistas reaccionan de forma opuesta ante una cierta claustrofobia de estar encerrados en su propia experiencia.

Curiosamente, el epílogo desencalla esa condena de vivir reiteradamente lo mismo, aparentemente para siempre y sin remedio.

Hasta luego...
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Re: Contador de películas 2022

por crespo » 16 Nov 2022, 11:22

Cuatro, a la muy rápida.

El Agua, historia entre fantástica, de amor, dizque documental, con las crecidas del río en Orihuela como punto en común, un río que "se enamora" de una muchacha y "se la lleva para que no sea de nadie más".

El tono y la fuerza que irradia Luna Pamìés es lo mejor, junto con su complicidad de la abuela, Nieve de Medina. No me terminó de llenar, pero es curiosa.

Vasil. La vi queriendo ver otra cosa, por lo que mi disgusto no es de recibo. No deja de ser una obra de contrastes: que el carisma y los talentos del búlgaro no eviten que se vea en la calle; que el más arisco de los personajes, encarnado por Karra Elejalde, sea quien lo acoja; que la incomunicación que jalona toda la obra pueda tener momentos graciosos junto con una incomodidad continua; lo abrupto de la división escénica, con la sensación de dejar cabos sueltos por todas partes; de no avanzar de verdad ni de dar verdadera voz a su protagonista.

Memorias de París. Un ejercicio de reconstrucción de los supervivientes de un ataque terrorista en un bistró parisino. Al final, se crea un círculo de hielo que separa a quienes lo vivieron y quienes no, al tiempo que conmueve cómo los recuerdos compartidos llenan los vacíos creados por el trauma, con historias como la que lanza a la protagonista, Virginie Efira, en busca de quien la acompañó en esos angustiosos minutos, o de cómo la "pulsión de muerte" se vuelve en un irrefrenable deseo de vivir, o de compartir, sea la vida posterior, el dolor, el recuerdo, o aunque sea la muerte.

Pese a sus intenciones y el buen trabajo de los actores, me dejó algo frío.

Estado de Sitio, enéeeeeeeeesima revisión que hago de la obra de Costa-Gavras. Me encanta la manera de diseccionar la América Latina de las dictaduras y democracias limitadas. Me gusta el juego poliédrico de ejercer la crítica, así como la asunción de roles tan clara y tan "limpia" entre los antagonistas, dejando las valoraciones morales para cada cual. "No se trata de una cuestión sentimental. Él nunca los tuvo. Es una cuestión política. Sí o No", se repite en la escena del autobús urbano. Pues eso sería, una suerte de juego "limpio" con las cartas repartidas y menos dobleces que las que se ven en la "vida real", pero sin que por ello sea, por un lado, menos contundente, y a la vez, menos piadoso.

La escena chusca del "Hasta siempre Comandante" rompe tal vez esa limpieza del juego, pero al tiempo, me quedo con el chiste de "El gobierno tiene problemas constitucionales".

Sin duda, la mejor película de este grupo.
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Re: Contador de películas 2022

por Bundy » 16 Nov 2022, 12:46

Coincido con los análisis de El agua. Me parece un ejercicio valiente y orgulloso de estar en medio de todo, algo que alabo, pero quitando el dueto protagonista y el momento final diría que el resto está bien y poco más. Sí que tengo interés por ver qué hace López Riera en el futuro, pero la película en sí es un sin más.
De momento la que más me ha gustado es la de Un año, una noche, aunque tengo que verme otras como No mires a los ojos y demás (de todo el circuito de estreno de película española por semana que llevamos últimamente). Y bueno, La maternal no pinta nada mal, me interesa bastante más que Las niñas, por ejemplo. Ah, coño: y tricot.
Última edición por Bundy el 16 Nov 2022, 12:57, editado 1 vez en total.

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Re: Contador de películas 2022

por crespo » 16 Nov 2022, 12:55

La inminente película de Cesc Gay, "Historias para no contar", en cambio, me llama a salir huyendo.

¿Alguien que haya visto "As Bestas", de Sorogoyen?
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Re: Contador de películas 2022

por Genjuro » 23 Nov 2022, 21:33

375. Un étrange voyage (Alain Cavalier, 1981) - 6,5

La inexplicable desaparición en una anciana durante un trayecto ferroviario supone el inicio de su búsqueda por parte de su hijo y de su nieta, dos personajes en crisis que, por supuesto, también se terminan buscando a sí mismos y que tratan de recomponer una relación paternofilial muy dañada por el divorcio que provocó el alejamiento del padre muchos años atrás. Se construye así una suerte de road movie (rail movie más bien) donde se percibe un progresivo intercambio de roles, la sustitución de unos vínculos de dependencia emocional por otros. Quizás un planteamiento un tanto convencional para Cavalier, pero realizado con mucha elegancia, visual y tonal, en el que destacan algunos destellos de misterio, el plano nocturno de las vías vacías, o ese tren que corre mudo en la noche mientras oímos la voz del protagonista que llama a su madre.


376. Kotoshi no koi (Keisuke Kinoshita, 1962) - 6,5

Al principio de este film, realizado todavía en el período de esplendor de Kinoshita (digamos, entre 1953 y 1964), dos amigos, estudiantes de instituto, son amenazados por unos matones, pero justo cuando comienza la paliza, empiezan a sonar los acordes de una música casual, dulce y ligera, que ya marcan un tono de comedia que rápidamente deriva hacia su rama romántica, cuando la hermana y el hermano de estos chicos se conocen y comienzan su dinámica de desencuentros. Y precisamente la ligereza tiene su peso (valga el oxímoron) en el conflicto entre la pareja, ya que ella ve en la aparente ligereza de las relaciones sentimentales de él y de su familia un refuerzo a su noción de que el amigo de su hermano es una mala influencia. Realmente hay muy poco de tradicional (desde el punto de vista del Japón del momento) en las diferentes relaciones y conatos de las mismas que asoman en pantalla, en buena medida por un rol de la mujer mucho más activo de lo usual. El resultado es simpático, destacando las escenas en el establecimiento de la familia de ella, donde coinciden padre e hijo casualmente, o las pequeñas batallas que van librando los protagonistas. Y por supuesto Kinoshita entrega una puesta en escena elegante de ritmo muy medido.


377. Romantiki (Mark Donskoy, 1941) - 7

Uno de los principales temas del cine soviético es la fuerza social y de progreso del régimen para con los pueblos más periféricos de la Unión, de costumbres más ancestrales. Aquí estamos en las frías y remotas tierras de los chukchis, donde tres enviados de la revolución, incluyendo un médico y una profesora, tratan de convencer a la población local para alfabetizar a sus hijos y para utilizar sus servicios médicos en detrimento de los chamánicos. Las penurias de los lugareños vienen sintetizadas por el personaje de una abuela, que como sería costumbre, le pide a su familia que la sacrifique para no suponer una carga, una improductiva boca más que alimentar. En fin, con lo diáfana que es a nivel propagandístico, Donskoy sabe imprimir vida y encanto a cada uno de los personajes, a las situaciones que atraviesan, con un excelente manejo de los recursos narrativos. Como en el match-cut de la bola terráquea de la clase a la bola de nieve que utilizan los críos en el mismo simulado sentido para jugar a que están en la escuela. O como quizás mi escena favorita, un mudo juego de superposiciones de caras en el que, encima del mustio semblante de la abuela, van apareciendo los rostros sonrientes de sus nuevos amigos rusos, que la podía haber quedado muy ridículo y sin embargo resulta emocionante.


378. The Party (Blake Edwards, 1968) - 7

Celebérrima comedia con un Peter Sellers que encarna al quintaesencial agente de la destrucción, un actor indio en Hollywood que, tras ser despedido por destruir accidentalmente un costoso set, es invitado por equivocación a una fiesta que ofrece el productor de la película. La torpeza del personaje y su cuestionable criterio a la hora de tomar decisiones, mediatizadas por cierta timidez y curiosidad, son el foco inicial de un humor fundamentalmente visual que evoluciona en un crescendo que va involucrando progresivamente a más personajes hasta la locura final. Hay un sentido narrativo y humorístico en las decisiones de puesta en escena de Edwards, que resulta en una experiencia visual bastante estimulante. Y por otro lado, el film traza un esbozo bastante terrible del mundillo del cine, haciendo de la función una catarsis necesaria, de alguna manera purificadora.


379. Decision to Leave (Park Chan-wook, 2022) - 5,5

Un cruce entre el drama romántico y el thriller policial que tiene por protagonista a un policía que mantiene una relación con su esposa a distancia y que se enamora de la sospechosa de ser la responsable de una muerte aparentemente accidental, la joven esposa del fallecido. Park es del club de "antes muerto que sencillo", y su esforzada labor por acumular ideas visuales acaba resultando un tanto contraproducente por falta de sutileza, por exhibicionismo, con un llamativo montaje lleno de relaciones entre planos o de transiciones de espacio y tiempo dentro del mismo plano, o el uso de una angulaciones de cámara muy acusadas. Y pasa lo mismo con la historia, que parece todavía más aparatosa de lo que ya es por la fragmentación y el cálculo a la hora de facilitar información al espectador. De alguna manera pierdo interés según avanza el metraje, que es algo que ya me sucedió por similares razones con The Handmaiden.


380. Les passagers de la nuit (Mikhaël Hers, 2022) - 6,5

Los films de Hers siempre se orquestan entorno a la pérdida, la gestión del trauma y la recomposición emocional y relacional. En esta ocasión su protagonista no sólo ha perdido a su marido, que se ha ido a vivir con otra mujer, lo que le fuerza a buscar trabajo para sostener a sus dos hijos (y a sí misma, claro), sino que la dispersión temporal de la narración, que salta varios años hacia adelante, nos lleva además a la transición que va a suponer la emancipación de esos hijos y la modificación de un rol de protectora que se re-intensifica con la aparición de una joven vagabunda a quien dan techo y que flirtea con la drogodependencia. El film cae en ciertos clichés en su desarrollo de personajes y pierde frescura por ello, sea la nueva relación de la madre, el malditismo de la vagabunda, la conciencia política tan explícita de la familia con la hija como estandarte o la vena literaria del hijo. Ambientada en los años ochenta, empezando precisamente con la victoria de la izquierda con Mitterrand en 1981, quizás un símbolo de la necesidad de emancipación de todos los personajes, el film está trufado de imágenes de archivo que ambientan espacialmente la narración, una interesante estrategia que le da más carácter a la película. Y siempre podemos contar con la sensibilidad de Hers en el tratamiento de los personajes, que se exponen emocionalmente pero no se exhiben, en esa clave agridulce tan característica de su autor.


381. EO (Jerzy Skolimowski, 2022) - 5,5

El octogenario Skolimowski propone una especie de revisión de Au Hasard Balthazar, donde la esencialidad y materialidad de Bresson dan paso a un viaje excesivo y pesadillesco, según el burro de turno va pasando de mano en mano. Es así como el director polaco plantea el fresco humano que pasa ante nuestros ojos, lleno de crueldad, violencia o egoísmo. La puesta en escena es un poco mejunje de planos que refuerzan el punto de vista animal con otros realizados con dron, tirando en ocasiones de filtros rojos, ralentís, cámara atrás o aparatosos gestos visuales. Sí que se logra una sensación de aventura extrañada ante este mundo tan hostil, pero acaba cayendo en cierta medida en el subrayado y la sobrecocción.


382. Historia ni Ha (Lav Diaz, 2021) - 6

Lav Diaz no abandona las coordenadas fundamentales de su cine, el examen de una historia filipina llena de violencia y explotación que reverbera en el presente. Y lo hace a través del periplo de personajes humildes en historias de fuerte carga moral, y siempre bajo similares coordenadas estéticas que le han llevado a convertirse en el ejemplo más paradigmático del slow cinema, con ese gusto por los planos-secuencia muy largos, generales y fijos, sin iluminación añadida, donde el sonido se captura también de manera naturalista, un marco de precariedad en su desnudez, desdramatizador ante una realidad hiriente, pero que también extrae cierta monumentalidad del material que retrata. Ambientada a finales de los años cincuenta, tras la muerte del presidente del país, lo cual ya nos pone en un contexto violento, aquí el protagonista es un ventrílocuo que, tras regresar a su pueblo y ver cómo su novia se ha visto abocada a comprometerse con el cacique local, se lanza a los caminos, sin rumbo fijo, y deja de hablar, excepto cuando lo hace a través de su muñeco Ha. En su viaje sin rumbo se encuentra a varios personajes que van de camino a una isla donde ha aparecido oro, a quienes ayuda a llegar al pueblo donde pueden embarcar, un lugar regido por otro cacique. El dinero como bien supremo de la mayor parte de la población, particularmente entendible en un contexto tan precario, supone algo así como una travesía por el infierno para el protagonista, quien opera como propuesta de redentor a través del único vehículo que puede sacar a la sociedad de su situación, la educación (y ya en los primeros compases del film, este personaje entrega el dinero que había ahorrado para casarse a su hermana, para pagar los estudios de sus sobrinos). Ah, dura cuatro horas y media.


383. Pastor Hall (Roy Boulting, 1940) - 6

Como la posterior Thunder Rock, ésta es otra disquisición ética con la Segunda Guerra Mundial como invisible trasfondo (aquí en futuro). Eso sí, su planteamiento es más convencional, ya que nos lleva a la Alemania prebélica, a un apacible pueblo, casi idílico, que ve cómo la llegada material de los nazis para controlar el poder local acaba con la convivencia e instaura un régimen de terror. Es además la religión la que confronta la nueva moral, a través de un pastor y sus discusiones con el líder de las tropas, que no es más expeditivo debido a su interés por la atractiva hija del susodicho. El meollo del film no reside en quien tiene razón, claro, sino en el sentido de responsabilidad y el deber de su protagonista, en realidad el mismo conflicto que anidaba en Thunder Rock. Es cierto que la película es igual un poco discursiva, pero no me molesta en exceso, como tampoco me resultan maniqueas las caracterizaciones, incluso los giros verbales y la gestualidad tan británicas de algún secundario (el futuro suegro de la chica, principalmente) son más curiosas que otra cosa, y la sobria fuerza de su héroe termina resultando muy efectiva.


384. Serpentário (Carlos Conceição, 2019) - 6,5

Un joven blanco llega a África, a un territorio en su mayoría inhóspito, en busca de su madre, de su rastro o de su eco. Parece penetrar en una distopía postapocalíptica, los retazos de un traumático pasado colonial. La narración se abre al tiempo pasado y puntualmente a un futuro cósmico, como si fuera parte de una onda expansiva histórico-fabuladora (siempre en un registro minimalista) que no ha dejado otra cosa que fantasmas. Me gusta su carácter misterioso contrarrestado por cierto sentido del humor que parece heredado del cine portugués, su potencial evocador de una historia, la colonial, que necesita ser contada, y sus hermosas imágenes en celuloide, de un intenso cromatismo que nos traslada a unos escenarios de belleza telúrica.


385. Return to Dust (Li Ruijun, 2022) - 5,5

En una China todavía rural en plena era desarrollista, dos personajes particularmente marginales pero de peculiar integridad ven unidos sus destinos por una boda de conveniencia, para sus familias, como una manera de librarse de ellos, pero finalmente también para ellos, que encuentran en el otro comprensión y cariño. Ellos viven todavía como si el tiempo se hubiera detenido muchas décadas atrás, en esencia sin tecnología moderna, ya sea en sus labores agrícolas o construyendo la casa que les dará cobijo. Es una existencia precaria, pero en armonía con el mundo que les rodea. Me parece una mirada bastante naif y buenista, pero en todo caso, vienen a abundar en la corriente auroral china que gusta de retratar un mundo furiosamente cambiante donde sus habitantes no siempre pueden o quieren mantener el ritmo de los nuevos tiempos. Visualmente es una película cuidada, con una pátina de preciosismo que, como los buenos sentimientos de sus protagonistas, conforman una función quizás demasiado deliberadamente digerible.


386. Ayame kasa: kenka kaidô (Tai Katô, 1960) - 6,5

Una clásica historia de yakuzas del periodo feudal que combina dos tramas de asesinato con falsa incriminación en las que se ve envuelto un yakuza errante. Si el carácter expansivo e inconstante del protagonista ya lleva el tono hacia la comedia, además también hace acto de presencia un ladrón en el típico rol de secundario gracioso, mientras que los hechos luctuosos están elididos o se narran en flashback a posteriori, y tampoco se presta seria atención a los intereses románticos de los personajes. El film se convierte así en una aventura de cierto frenesí en la que siempre están sucediendo cosas y donde ya podemos apreciar el gusto de Katô por encuadres poco convencionales, en un abigarrado panorámico y desde la altura del tatami.


Estuve un par de días en la SEMINCI (sí, voy muy retrasado con el Contador), y además de algunos de los títulos que van en esta actualización, también pude ver un par de cortos muy interesantes.

El primero, Ice Merchants del portugués João Gonzalez, que realiza una obra de animación muy cuidada tanto en el diseño estético como en la gramática visual, y que habla del cambio climático con la historia de un padre y un hijo que viven en una casa pegada a la cara de una montaña y que se ganan la vida vendiendo al pueblo situado al pié de la misma el hielo que se genera en las alturas. Todos los días descienden en paracaídas y todos los días pierden en el proceso sus gorras, que reemplazan por otras nuevas puntualmente. Es curioso que este gesto consumista que debemos interpretar como corresponsable del calentamiento global que les aboca al desastre termine siendo también salvador, como parte de la poética que recorre sus imágenes.

Más aún me gustó Por la pista vacía, donde Pablo García Canga vuelve sobre el material que trabajó junto a Ángel Santos Touza en Así vendrá la noche, la idea de una mujer que graba mensajes después de mucho tiempo a un antiguo amigo, a una obsesión amorosa todavía no cicatrizada, mensajes que se van desechando, con diferente tono y niveles confesionales que van modulando la comunicación sentimental. El film se ciñe a esta mujer, a un único espacio y prácticamente al acto de grabar mensajes, con una cierta influencia de La Voix humaine de Jean Cocteau. Desde la aparente sencillez y transparencia expositiva del plano sostenido a la altura de la mirada de su personaje, García Canga consigue transmitir una notable carga dramática y melancólica sin renunciar al factor lúdico inherente a su propuesta narrativa.

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Trigueo
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Re: Contador de películas 2022

por Trigueo » 23 Nov 2022, 23:54

Muy sinmás Sin Novedad en el Frente. Quiso la suerte que al poco de verla echaran Dunkerke en la tv y en la comparación palidece. Y eso que a mi Dunkerke tampoco me pareció genial pero al menos consigue que te identifiques con un par de personajes durante el metraje. Sin Novedad en el Frente es más larga que un día sin pan y al final no sabía ni cómo se llamaba el prota. No sé si era parte del objetivo de la peli o algo así pero bueno. Me aburren los planos secuencia interminables. Hoy no constituyen un desafío técnico tan grande como antes así que si el guión no lo exige no tiene sentido emplearlos como exhibición de lo bueno que eres.

La última de Alex de la Iglesia está bastante bien.

Genjuro
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Re: Contador de películas 2022

por Genjuro » 27 Nov 2022, 15:05

SEFF-2022


387. Saules aveugles, femme endormie (Pierre Földes, 2022) - 6

Basado en relatos de Haruki Murakami, en esta obra encontramos muchos de los rasgos característicos de la pluma del autor nipón, los personajes solitarios, heridos, con necesidades afectivas, en historias pasadas por un tamiz la fantasía y surrealismo que encuentran natural salida en pantalla gracias a tratarse de un film de animación. Dos historias se van alternando en la narración, con dos oficinistas en roles protagónicos: uno más veterano a quien visita una rana que le propone salvar Tokio de un monstruo subterráneo, y uno más joven que entra en crisis tras haberle dejado su esposa. Földes realiza un buen trabajo transmitiendo las penurias emocionales de sus personajes desde un solvente trabajo de animación.


388. Retour à Seoul (Davy Chou, 2022) - 7

Es éste un film transido por la herida que sufre su protagonista, una joven de origen coreano adoptada por franceses y que ha llegado a Seúl con la esperanza quizás no del todo consciente de reencontrar a sus padres biológicos. Nunca llegamos a ver a sus padres de adopción, una forma de enfatizar por omisión la sima abierta con ellos, nunca explícita pero evidente, quizás el simple resultado de mirarse al espejo y verse diferente (y que podría ser magnificado en un contexto social racista), de abrirse a abismos existenciales y dejarse caer en el síndrome del abandono. Es evidente que esta joven no puede cultivar relaciones afectivas de una mínima profundidad y que va camino de cierta misantropía, hasta el punto de acabar trabajando en el comercio armamentístico. Su director parece querer llevarnos por momentos hacia la comedia juvenil, hacia la excentricidad captada en rápidos movimientos de cámara, y sin embargo se termina imponiendo una mirada paciente y reposada sobre sus conflictos. Porque el film nunca tiene miedo a detenerse en una situación, en una escena, en un plano, en un silencio. Y en particular, porque su protagonista nunca termina de encontrar el modo de cicatrizar su herida, es un personaje que parece condenado a la soledad y la melancolía. Chou juega así a dos bandas estilísticas, pero nunca abandona a sus personajes, su cercanía visual, unas emociones que pueden estallar en pantalla. Como lo hace por ejemplo, y de manera brillante, en ese reencuentro resuelto en un plano fijo sin profundidad de campo sobre el perfil de la protagonista, sentada, mientras en segundo término comienza a definirse vagamente la figura de su progenitora según se va acercando a ella. Pero estamos lejos de registros peliculeros, de catarsis-remedio, más bien ante una narración donde se van sedimentando las emociones con el transcurrir de los años.


389. The Kiev Trial (Sergi Loznitsa, 2022) - 5,5

Loznitsa recupera ampliados los juicios de Kiev que ya reflejara en el tramo final de Babi Yar. Context, en una estructura muy focalizada que nos remite a su anterior The Trial, donde despachaba las farsas judiciales de las purgas estalinistas. Aquí no hay farsa que valga, sólo la concatenación de relatos de hechos estremecedores, en los cuales los juzgados admiten por lo general su responsabilidad, y la autoridad judicial militar acaba respondiendo con sus dosis de salvajismo (legalizado). El film carece de la resonancia que alcanzaba Babi Yar. Context, y resulta un tanto espeso en su discurrir hacia un final que ya habíamos visto en la otra.


390. The Eternal Daughter (Joanna Hogg, 2022) - 6,5

Se diría que en su última obra Joanna Hogg ha afrontado una suerte de versión maternofilial de The Souvenir, en particular de su segunda parte, con todo su aparato metanarrativo. Las obsesiones que allí mostrara la realizadora inglesa regresan a la pantalla bajo un filtro más explícito de historia de fantasmas que transcurre en lo que también podría ser una casa encantada, un espacio extrañado de atmósfera irreal, vaciado de personajes y llenado de sonidos. De hecho el espacio arquitectónico, siempre importante en el cine de Hogg, no había tenido tanto protagonismo en su obra desde la casa donde residía la pareja en disolución en Exhibition. Como si fuera otro contenedor donde dar fe del acto de separación, aquí se trata de un castillo-hotel donde se alojan una madre, que atesora innumerables recuerdos del lugar referidos a su infancia, y su hija, atenta con ella hasta la saturación y cuya labor como directora de cine en busca de inspiración facilita que la identifiquemos como nuevo trasunto de Hogg. Además, en una decisión nada azarosa, ambos personajes están interpretados por la misma actriz, su musa Tilda Swinton. De esta manera, es más sencillo percibir a un personaje como proyección mental del otro. Como también lo sugiere una puesta en escena, tan precisa y medida, siempre haciendo un excelente uso del espacio arquitectónico, que casi nos niega la posibilidad de ver a ambas en el mismo plano, y de hecho el único contacto físico, reflejado en el plano detalle de sus manos, se revela posteriormente como un recuerdo u otra proyección mental ya con otra actriz, la supuesta madre verdadera. Todo ello sirve como fórmula de autoexamen, una forma de conjurar el sentimiento de culpabilidad que nos puede surgir ante quienes nos dejan y por quienes quizás no hemos hecho en vida todo lo que nuestra conciencia nos dicta, también para procesar el dolor por la pérdida, el shock de la ausencia.


391. La mala familia (Nacho A. Villar & Luis Rojo, 2022) - 5,5

Quizás es muy sencillo señalar y demarcar la familia cuando no te falta esa estructura tradicional dentro del sistema. Pero está claro que los protagonistas de este film viven cerca de los márgenes sociales, una situación que se adivina heredada por la condición inmigrante de los antepasados o simplemente una marginación socioeconómica. Una circunstancia les une de manera particularmente nítida, la obligación de resarcir a una víctima de su agresiva inconsciencia de manera solidaria, de forma que si alguno de ellos no cumple con su compromiso de pago, todos corren el riesgo de acabar en prisión. Y en este contexto, aunque en realidad no por ello, surge esa idea de "La mala familia", un término más bien irónico al evocar unas circunstancias pasadas ineludibles, pero que en el presente de la narración emerge más bien como una red social entre estos chicos, por supuesto de cuestionable eficacia y consistencia, pero real, una forma de apoyarse dentro de su marginación, de unas circunstancias que no van a preocupar a nadie más que a ellos mismos. Reconozco que las interacciones entre ellos me producen poca curiosidad, quizás por una falta de afinidad estética. Es una obra que habla a sus propios personales con su lenguaje, como cuando concatena mensajes visuales de móvil que sirven a los personajes para mantener un contacto estrecho. Pero sus directores también saben cuando detener la progresión argumental y dejar que la lógica de los personajes haga su trabajo.


392. Matadero (Santiago Fillol, 2022) - 4,5

Otra aportación al género del cine dentro del cine, su historia nos lleva de la proyección en presente de un film maldito en el que habrían muerto algunos de sus participantes, a su filmación en la Argentina de los años 70. Su antihéroe, un director de culto norteamericano (aunque con raíces argentinas) cuya principal obsesión es llevar a (buen) término la filmación de una película. La narración plantea la (¿falsa?) dicotomía entre moral y arte. El sesgo político y la pertenencia de clase de los intérpretes y colaboradores de la película es un elemento esencial de la historia, pero también motivo de comentarios chuscos y facilones sobre los personajes. Las tradicionales contradicciones de la izquierda política, especialmente cuando se refieren a cuestiones de género, quedan de manifiesto, pero también la necesidad de impactar, de una grandilocuencia que ya desde la presentación se hace evidente en el film.


393. Scarlet (Pietro Marcello, 2022) - 6,5

Pietro Marcello parte de un material decididamente romántico, la novela Velas rojas escrita hace un siglo por Aleksandr Grin. Sin embargo, es la hiperconciencia política e histórica que el director italiano mostrara en Martin Eden lo que pareciera animar el inicio de este film, que se sitúa al final de la Gran Guerra entre imágenes de archivo. La cuestión de la clase social de los personajes es además un trasfondo insoslayable de la película. Pero pronto nos adentramos en el terreno más propio del cuento de la mano del soldado que regresa del frente para encontrar que su mujer ha muerto y que le ha dejado una hija para criar. El devenir de esta niña con el transcurrir de los años y entre el desprecio de los vecinos acaba evocando a una heroína de cuento en espera de su príncipe azul. Marcello actualiza un tanto el registro clásico, los roles más arquetípicos, pretende destruir esa figura del príncipe azul (como confesó en el encuentro con el público) pero no tengo nada claro que lo haya logrado del todo, en particular porque su protagonista nunca deja de ser una mujer demasiado dependiente de la presencia masculina. En todo caso, es una obra dulce en su retrato de personajes y en su registro visual, quizás hasta el exceso, por ejemplo con la recurrente presencia de las luces doradas del ocaso. Pero resulta muy tentador abandonarse a su belleza, al romanticismo que finalmente la anima.


394. Le mur des morts (Eugène Green, 2022) - 6

Después de algunos títulos muy poco estimulantes, Green recupera en alguna medida el pulso con este film que no llega a la hora de duración, con un tema en realidad bastante trillado en la ficción, la de los fantasmas que vienen a importunar al protagonista de turno, para resolver cuestiones del pasado pero cuya presencia también tiene efectos terapéuticos en el personaje principal. Aquí se trata de un joven a quien se le aparece un soldado muerto de la Primera Guerra Mundial que le anima a visitar y consolar a sus familiares según recibieron la noticia. Por supuesto Green nunca abandona su registro estético, nunca se pone misterioso y esquivo con su puesta en escena, siempre tan transparente y frontal, y así lo sigue haciendo cuando se trata de mezclar personajes de carne y hueso con espectros, cuando combina personajes separados por un siglo de existencia. Es una obra sencilla y luminosa de agradecido visionado.


395. Close (Lukas Dhont, 2022) - 6,5

Dhont da continuidad a su gusto por el retrato íntimo en esta sensible historia de amistad y pérdida entre dos adolescentes. Su título señala la cercanía que sienten entre ellos y en la cual no está claro dónde termina su amistad y empieza el amor, una relación que se convierte en problemática pasada por el filtro de los otros, sus nuevos compañeros en su recién iniciado periplo en el instituto. Ahí pienso que está uno de los aciertos de la película, en no hacer del contexto un determinante absoluto e impositivo, sino un condicionante que puede ser sutil, pero también inevitable. Si su anterior Girl fue cuestionada por el recurso al impacto en su tramo final, este film resulta mucho más elegante, empezando por un nudo argumental directamente elidido. Es verdad que podríamos acusar a su desarrollo narrativo de previsible: su catarsis emocional es tan lógica como inevitable, y por eso mismo funciona tan bien. Dhont se muestra ensimismado con la belleza que busca capturar en paisajes transidos de luz, espacios fugaces como el estado vital de sus personajes. Es una belleza ya planteada desde unos protagonistas casi idílicos en físico y ocupación, uno de ellos intérprete solista de oboe y el otro perteneciente a una familia que cultiva flores. Es uno de los pecados y atractivos de una obra tan sensible como efectiva.


396. Sonne (Kurdwin Ayub, 2022) - 5,5

El mundo de la protagonista de este film, hija de inmigrantes kurdos irakíes en Viena, es un cúmulo de contradicciones, de estímulos opuestos entre los que resulta difícil navegar, ante el vértigo de la ausencia de raíces y la orfandad cultural. Al contrario que sus dos mejores amigas, utiliza el pañuelo para el pelo (cuestión focal del último plano de la película), pero no tiene reparo en bromear con ellas sobre elementos de su cultura en una interpretación del Losing my Religion que se vuelve viral; eso sí, mostrándose molesta cuando se entera de que lo han subido a Internet sin consultárselo. Entre una madre restrictiva y un padre permisivo, ella juega el rol de hija responsable por oposición a su hermano. Y cuando entran en juego los chicos de su misma cultura, todavía se acentúa más esas dicotomías, entre el deseo sexual y la herencia groseramente machista que acarrean. El film trata de acercarse a cierta estética propia de las nuevas generaciones, incluyendo en su narrativa las redes sociales que los personajes usan para comunicarse, un poco como también hacía La mala familia. El resultado no me parece demasiado atractivo, aunque sí creo que acierta a capturar en alguna medida esa neurosis inherente a la asimilación cultural del inmigrante.


397. Viagem ao Sol (Susana de Sousa Dias & Ansgar Schäefer, 2022) - 7

La filmografía de Susana de Sousa Dias se va conformando como un obsesivo atestado de la dictadura de Salazar a través de materiales de archivo gráfico. Y en esta ocasión, firmando la dirección a cuatro manos junto a Ansgar Schäefer, productor de algunas de sus obras más volcadas sobre dicha temática, se ha acercado a la fascinante historia de un contingente de niños austriacos que pasaron una temporada acogidos en Portugal para aliviar sus penurias en la posguerra europea. Las voces en off que relatan los recuerdos de aquella aventura se superponen a fotografías y filmaciones de la época, algunas con los propios críos de protagonistas, un material de deconstruido con el uso de la cámara lenta, del recorte y el aumento, que nos sumerge en las texturas, en los gestos, en las miradas, creando un vínculo íntimo con estas imágenes. Es curioso el camino de ida y vuelta que, a la vez que sus protagonistas, emprende la película. De esas historias individuales, epopeyas singulares, pasamos al reflejo de un momento muy determinado de la nación portuguesa. Es evidente que son las capas pudientes quienes acogen principalmente a estos niños, pero ello no es óbice para que sus diferentes circunstancias y experiencias dejen en evidencia las brutales desigualdades económicas y sociales de Portugal, la fractura clasista bendecida por un régimen, el de Salazar, que ofrece un paternalismo engañoso. Nos movemos así en las coordenadas favoritas de Sousa Dias, pero las trasciende al no abandonar en ningún momento a sus personajes, su periplo, regresar siempre a la dimensión individual y humana. Hay algo tremendamente brutal en la experiencia de estos jóvenes. Es evidente que transplantar con retorno seres en diferentes realidades, jugar con roles familiares, abona un terreno fértil para la tragedia. ¿Cómo se hacen y deshacen vínculos paterno y maternofiliales impunemente? Las limitaciones que se autoimpone la película, el recurso a mero testimonio, sin mayores aditamentos, nos permite adentrarnos, empatizar con sus protagonistas y digerir unos relatos a veces terribles, pero igualmente bellos por la profundidad humana que reflejan.


398. Les enfants des autres (Rebecca Zlotowski, 2022) - 5,5

No creo que el calificativo de romántica le siente demasiado bien a esta comedia. Su heroína es una profesora que se enamora de un hombre separado y con una niña pequeña. Su relación con la cría ocupa un espacio emocional muy importante, dado que la maternidad es una experiencia todavía frustrada para ella, que se está quedando sin tiempo para tener hijos propios, y la dinámica entre ambas creo que está bastante lograda. El film nos viene a decir que la maternidad (incluso adoptiva) no puede ser la única manera de realización para la mujer, de dejar huella. Con una narrativa muy ágil, el film carece de aristas, parece excesivamente procesado para hacerlo digerible, aunque por el camino también juega con las nociones del lugar común, como ese fortuito encuentro de la protagonista, que es judía, con otro judío de diseño que parecería indicar el comienzo de una relación definitiva que la siguiente elipsis ya refuta.


399. Saint Omer (Alice Diop, 2022) - 6,5

Con sus personajes de origen senegales instalados en Francia, Saint Omer trasladaba en pantalla una angustia parecida a la Sonne, la orfandad cultural provocada por la emigración. Diop propone en este film una relación especular entre Coly, una mujer acusada de infanticidio, y Rama, una profesora y escritora que asiste a su juicio con la aparente intención de documentarse para una obra futura. ¿Qué ha llevado a Coly a matar a su bebé? La narración prefiere ofrecer pistas a certezas, pero la tendencia del personaje a la fantasía es tan clara como la obsesión de su propia madre por una educación, por un ideal de modales y expresión que le facilitase la vida en la metrópoli. En suma, una neurosis cultivada que puede explicar la relación con un hombre blanco mucho mayor que ella y supuesto padre del hijo, seguramente origen de infinitas contradicciones emocionales. Pero el punto de vista pertenece a Rama, la versión "sana" de Coly que diserta en sus clases sobre Marguerite Duras mientras rechaza en alguna medida su propia herencia familiar (que nos llega en flashbacks con estética videográfica), también embarazada pero quizás demasiado asustada del proceso de integración de esa inminente tercera generación como para darle la noticia al padre... que también pasa por ser blanco. Personajes incapaces de navegar con naturalidad el proceso de asimilación sociocultural (probablemente porque es casi imposible), que sienten la necesidad instintiva de renunciar, de seccionar ligaduras, para darse las mejores opciones de éxito en un mundo que les ha transmitido un código muy definido del mismo. Si el discurso del film está muy bien medido, lo más llamativo de la película es el sorprendente control de Diop sobre la imagen, la sobriedad y economía de planos, la renuncia a la menor espectacularización visual y tonal de un género, el drama judicial, cuya unicidad de espacio resulta tentadora al subrayado y al énfasis, a pesar de bordearlo con el rasgo maniqueo del fiscal o el alegato final de la abogada. Pero en su lugar, la cámara descansa atenta sobre los personajes, sin la menor premura por llegar o marcharse, sin ningún acento musical, confiando en la fuerza de su trágico misterio, en la capacidad resonante que un esbozo de sonrisa de entendimiento entre sus dos protagonistas pueda llegar a ofrecer.


400. When the Waves Are Gone (Lav Diaz, 2022) - 5,5

No sé si es Lav Diaz o soy yo, pero cada vez me hacen menos gracia sus películas, su estilo narrativa, siempre reconociendo que la fatiga característica de un festival es lo menos indicado para disfrutar de su obra. Por supuesto estamos ante otro film que explora la violencia en su país, a través de la historia de dos policías corruptos enfrentados, con una serie de asesinatos en serie irresueltos como trasfondo. Sus tres horas de duración son un trayecto más bien ominoso, con algunas referencias religiosas, hasta el inevitable duelo final. Hay ciertos elementos curiosos, como la cuestión de la representación de la violencia que aporta el personaje del fotógrafo, como el negro sentido del humor del director filipino, que aflora en ese explotado gusto por bailar de los dos personajes. Pero no termino de encontrar suficientes alicientes a lo largo de su metraje.


401. O Trio em Mi Bemol (Rita Azevedo Gomes, 2022) - 6,5

Rita Azevedo Gomes adapta con O Trio em Mi Bemol una obra de teatro de Rohner (en realidad la quinta y descartada aventura de Reinette y Mirabelle) para darle una vuelta de tuerca metanarrativa y convertirla así en otro ejemplo de cine sobre cine. Un libérrimo Ado Arrieta es el encargado de interpretar al director que filma la muy lúdica interacción entre una pareja que acaba de romper pero que mantiene una amistad asimétrica, ya que él sigue enamorado mientras que ella siente la disociacion entre ternura y pasión que le permite explorar otras relaciones. Así, el material de Rohmer nos lleva por supuesto hacia una exploración mucho más analítica que romántica de los sentimientos de sus personajes, aunque éstos puedan volcar cierta irracionalidad (¿romántica?) en simples detalles, en la diferente percepción de cuestiones que pueden ser tan triviales como trascendentales dentro de una relación de pareja. Que su primera escena quede interrumpida sin una razón convincente y acabe siendo repetida no hace sino adentrarnos en un espacio donde los diferentes niveles de realidad abonan el juego narrativo, el misterio argumental asociado a los estadios de esta relación un tanto equívoca (que parece seguir aquella máxima de mi profesor de religión Don Silverio Zapico: "la amistad entre un hombre y una mujer es una línea discontinua"). Como cabría esperar de Azevedo Gomes, el cuidado visual se da por descontado, y de hecho la acción se sucede en la Casa Alves Costa, un singular espacio arquitectónico creado por Álvaro Siza Vieira que los encuadres y calculados movimientos de cámara de la directora extraen sentido estético, un escenario donde sublimar en un nivel extra de ficción el material rohmeriano.


402. A Noiva (Sergio Trefaut, 2022) - 5

La protagonista de este film es la joven esposa europea de un colaborador del Daesh ejecutado en los compases iniciales del film. Ella misma es prisionera a la espera de juicio. Trefaut construye un relato minimalista, trata de evitar juicios morales, posicionamientos claros. ¿Es esta mujer una fanática, una víctima o ambas cosas? Se agradece la falta de homilías, pero la película también se queda un tanto escasa de chicha, ya que como relato físico tampoco resulta muy estimulante.


403. Les amandiers (Valeria Bruni Tedeschi, 2022) - 5,5

Si el cine de Bruni-Tedeschi muestra una nítida tendencia a la exuberancia expresiva, esta obra redobla la apuesta poniendo en primer plano las volcánicas vidas de un grupo de estudiantes de teatro. También parece abundar en la tendencia de su directora por compartir aspectos de su historia personal, ya que se remonta a mediados de los años ochenta, en la escuela de teatro de Patrice Chéreau, donde ella estudió. El film ya comienza con los aspirantes a alumnos realizando unas audiciones para los profesores, actos de exhibición incontrolada, de gritos histéricos que tienen un efecto un tanto cómico pero también señalan de alguna manera su camino futuro. Son personajes que trabajan con sus emociones, cuya labor es volcarlas en escena, al tiempo que lo hacen en la vida real sin mucha capacidad para luego controlarlas. La cámara, la luz capturada por los 16 mm y el montaje bastante fragmentario apoyan la idea de la flamabilidad y fugacidad de sus criaturas, sensibles a unas impresiones que les van a dejar profunda huella. Pero también es cierto que la función raya el histerismo y termina saturando un poco.


404. Hole in the Head (Dean Kavanagh, 2022) - 5,5

Un nuevo ejemplo de cine sobre cine, en el cual un hombre trata de reconstruir un pasado traumático con sus padres, que le abandonaron cuando tenía cinco años y provocando la pérdida de su capacidad de habla. El acto de filmar a los dos actores contratados para interpretar a sus padres, los supuestos catalizadores hacia una respuesta sobre su pasado, su obsesión con tratar de extraer de ellos una verdad en el fondo ilusoria, se descubre como un acto de agresión. Kavanagh juega con los niveles de ficción y las diferentes texturas de los soportes visuales, para realizar una obra tan extrañada como el director de la película dentro de la ficción, un sujeto que parece tan formateado en sus rasgos y expresiones como la maquinal voz del aparato que utiliza para comunicarse.


405. Afterwater (Dane Komljen, 2022) - 5

El cine abstractivo de Dane Komlijen le lleva en esta ocasión al espacio acuoso en lo que parecen tres segmentos donde varios personajes se mueven en pantalla, recitan textos o ejecutan coreografías propias de un ballet moderno. La misteriosa belleza de las imágenes de All the Cities from the North, las sugerencias de su retórica, se me escapan en esta ocasión. Sí, el agua esconde mundos ocultos u ocultados, pero en última instancia me resulta un fatigoso y forzado ejercicio de poética.


406. Lumière (Jeanne Moreau, 1975) - 5,5

Un film de estrella sobre una estrella. Moreau se pone a ambos lados de la pantalla para contar la vida de una estrella de la actuación y de los personajes que orbitan alrededor de ella. Hay una perspectiva de género en el empeño, de subvertir los roles más habituales en el cine, puesto que los hombres vienen a ser meros satélites, mientras que sus amigas serían en esta constelación estrellas menores a cuyo alrededor también giran otros personajes. Todo este baile, que Moreau acompaña de mucho travelling visual, acaba trivializando en buena medida las interacciones entre los personajes. A veces me pregunto si en la intención de su autora no está la (auto)parodia, en una obra que se abre con unos créditos de purpurina y fantasía y se cierra con un equipo de filmación rodeando a la protagonista, como un chute de egomanía. Pero si fuera parodia, en todo caso se encontraría muy soterrada.


407. Ashkal (Youssef Chebbi, 2022) - 4,5

El trasfondo político tunecino va tomando progresivo protagonismo en este thriller policiaco, hasta abstraer la investigación de una serie de inmolaciones presuntamente forzadas en una pseudofantasía metafísica. Los hechos transcurren en un barrio muy simbólico, pensado para las élites del país, cuya construcción se interrumpió durante la Primavera Árabe y que en la actualidad se está retomando. La profusión de grandes planos generales, a menudo geométricos, inciden en la importancia de ese escenario como espacio simbólico donde se manifiesta una continuidad de los males del sistema, de esa corrupción tan omnipresente en la narración, por el cual sangra la sociedad. El problema es que la película acaba siendo demasiado grave, solemne, casi hasta la grosería en su culminación.


408. Gigi la legge (Alessandro Comodin, 2022) - 6,5

Alessandro Comodin saca del retiro a su propio tío para interpretarse a sí mismo como policía en una zona rural del Friuli, para acompañarlo incansablemente en sus rutinas, en su jardín, en sus patrullas, en sus conversaciones con vecinos, con compañeros de profesión y también en sus flirteos con Paola, la joven radioperadora de la central. Personaje excéntrico este Gigi, y su devenir en el film nos hace plantearnos su cordura, la legitimidad de su conducta profesional dada su obsesión casi acosadora por uno de los habitantes, la procedencia de sus relaciones con el sexo opuesto dada la advertencia de una compañera de trabajo, incluso su espíritu ciudadano teniendo en cuenta las quejas de sus vecinos por el descuido con el que trata su propio jardín, un espacio de vegetación casi selvático que sólo vemos de manera tremendamente parcial. Esta parcialidad es una estrategia recurrente de la película que engarza con el repetido uso del fuera de campo para generar todo un espacio de incertidumbre sobre su protagonista. Más aún, Comodin enlaza secuencias dentro de su coche patrulla como si fueran simples contraplanos dentro de la misma escena, hasta el punto de hacernos dudar de si la continuidad temporal se ha roto en algún momento. Es un dispositivo de espíritu muy lúdico y radicalmente naturalista que culmina en un ejercicio de desarmante humanismo.


409. On a eu la journée bonsoir (Narimane Mari, 2022) - 5,5

La cineasta Narimane Mari rinde homenaje a su pareja recientemente fallecida, el artista Michel Haas. Es una obra sobre la creación y la vejez, sobre el tiempo y la fugacidad, un cuaderno de esbozos, de imágenes más o menos sugerentes, un acto de cariño y amor, que no me termina de generar excesiva fascinación.


410. Fogo-Fátuo (João Pedro Rodrigues, 2022) - 6,5

Autodenominado como fantasía musical, este pequeño capricho Rodriguesco nos propone la historia de un príncipe concienciado en proteger la naturaleza que decide meterse a bombero. Allí, entre un cuerpo antiincendios manifiestamente gay, descubre el amor con un compañero negro. Como puede sospecharse, el humor lo invade todo, particularmente con referencias políticas, raciales, artísticas y sexuales. Quizás le pesa un poco quedarse en la superficie de los personajes, aunque es una superficie ciertamente excéntrica y divertida, construida estéticamente de manera exquisita por una puesta en escena muy cuidada.


411. Face to Face (Roviros Manthoulis, 1966) - 5

Un año antes del golpe de estado de los coroneles, este film daba cuenta de un estado de agitación social y abogaba por involucrarse en la lucha de clases. Su protagonista es un joven profesor de inglés contratado por una familia burguesa para dar clase a su atractiva hija, que va a casarse con un inglés (algo nada casual dada la influencia británica en el devenir político del país). Su relación con la familia no deja de ser una trampa del sistema para adocenarle, para desactivarle, como si pudiera fantasear con una posición que en realidad es ilusoria y que sólo abunda en su servilismo. La película no es demasiado sutil en su desarrollo y poco estimulante a nivel estético, a pesar de los esfuerzos de Manthoulis. Hay bastantes planos que a nivel individual resultan atractivos, pero en la fricción del montaje todo luce menos afortunado. Es un intento de estética modernista que junto a ciertos recursos visuales bastante torpes y reiterativos dejan sensación de envejecimiento. Pero al menos sí que supone un oportuno reflejo de una época y un estado sociológico.


412. Naçao valente (Carlos Conceição, 2022) - 6

Conceição, siempre preocupado por el pasado colonial de Angola, regresa a 1974, cuando en el país se libraba la guerra de independencia, no tanto para levantar acta de ese pasado ominoso, que algo también, sino en particular para sugerir su relación con el presente, con la herencia histórica y moral de ese periodo, también con discursos que tratan de recuperar y perpetuar una dialéctica colonialista. Si la película se ofrece más narrativa y convencional que Serpentário, su disimulada elipsis y el giro shyamalanesco nos lleva a un espacio más mental, más abierto a la fábula que a la reconstrucción histórica, donde los personajes devienen en zombis, en fantasmas de la historia.


413. Human Flowers of Flesh (Helena Wittman, 2022) - 7

Este film pasa por ser una de las experiencias más placenteras, y sin duda la más relajante, de las que he disfrutado en esta edición del festival, y donde Helena Wittman extiende su fascinación por el medio acuático. Esa mirada romántica se concentra en el Mediterráneo, el escenario decisivo de sus imágenes, un crisol de historia(s), culturas y nacionalidades que si en tierra firme tienden a generar conflicto, el mar puede integrar armónicamente con su multiforme naturaleza, a decir del film. Es una oposición clara que viene reflejada en el contraste entre la institución de la Legión extranjera, que aparece en diversos momentos del metraje, y la tripulación multinacional de un navío que comanda una mujer (detalle nada azaroso que también sirve para oponer los liderazgos masculinos y femeninos). El film funciona a base de esbozos, de retazos de conversaciones y citas, sobre hechos, mitos o leyendas, se enseñorea en los elementos, la luz el agua, el cielo, en el permanente movimiento marino. La narración nos va dejando algunas rimas, como ese relato sobre la medusa y el coral que luego evoca la visión submarina de un avión hundido y fagocitado por la flora marina; como sendas escenas de un legionario y un tripulante del barco haciendo sus respectivas camas. O como la rima intertextual que establece la aparición de Denis Lavant reencarnando implícitamente a su propio personaje de Beau Travail, un recordatorio de que la problemática sociopolítica, en buena medida heredada del pasado colonial europeo, subsiste.


414. Un couple (Frederick Wiseman, 2022) - 6

Wiseman le otorga la palabra en forma de soliloquio a Sophie Tolstói, esposa del célebre escritor, de forma que le pide cuentas a éste de su vida en común. Sus palabras nos transmiten las penas y frustraciones de una vida turbulenta en la que conviven el amor y la admiración hacia su marido con el aguante de sus exigencias, caprichos, la completa subordinación hacia él con su nada reconocida carga doméstica. ¿Por qué esa necesidad de sacrificio? Cuestiones terriblemente modernas sobre el rol de la mujer, de la esposa, en una relación de pareja. El film empieza y termina en la oscuridad de una estancia, pero el resto del metraje se desarrolla entre unos hermosos espacios naturales que la cámara de Wiseman no hacen sino potenciar, como si esa belleza estuviera íntimamente ligada al cuestionamiento que su protagonista hace de su vida.


415. Mistletoes (Judit Ember, 1978) - 6,5

La húngara Judit Ember hacía buen uso de sus habilidades documentalistas para acercarse al Cinéma vérité en este film. De hecho, su protagonista Nóra Szabó lo había sido también de un documental previo de Ember, Tantörténet, para centrarse ahora en su vida doméstica según se acerca el nacimiento de su tercer hijo. Es en este preciso momento cuando su pareja plantea su propia necesidad de adquirir un coche, para lo cual tendrían que endeudarse, lo que es recibido por ella con disgusto. Nóra proviene de una saga femenina donde los hombres parecen ausentes, y esta constante presencia femenina tiene continuidad en la siguiente generación, dadas las dos hijas que ya ha tenido. De ahí el deseo de tener un varón "que herede el trono familiar". Rodada con cámara en mano, sin corsés formales, buscando la máxima inmediatez y naturalismo, la escena clave y culminante es su parto por cesárea, que Ember nos muestra en suficiente detalle como para hacernos cargo en alguna medida del sufrimiento y el peso que supone para una mujer la maternidad. Por eso resulta tan clamorosa la última escena del film, esa celebración familiar en la que se profieren deseos para el recién nacido, "felizmente" niño, mientras la madre pasa sutilmente a un segundo plano visual. La maternidad y la mujer emergen así como entes utilitarios subordinados al orden social del momento.


416. Aftersun (Charlotte Wells, 2022) - 7,5

¿Cómo moldea nuestra infancia lo que somos en la vida adulta? Algo así parece preguntarse Charlotte Wells en este brillante debut que desgrana las vacaciones que pasan en Turquía un padre separado y su hija preadolescente a mediados de los años 90. Es un momento de conexión, expansión y descubrimiento, pero pronto intuimos que algo no funciona, particularmente en el padre, que parece sufrir algún trauma o depresión, que no parece capaz de ejercer su rol apropiadamente. La cámara de Wells a menudo se aproxima de forma esquiva y oblicua a las escenas para ir deslizando elegantemente la imagen hasta su centro de atención, y explora desde un registro muy íntimo, con delicadeza, misterio y capacidad de sugerencia, las evoluciones de sus personajes, con un excelente manejo del punto de vista, que recae principalmente en la chica. En su caso nos encontramos ante una clásica historia de maduración, de descubrimiento de ciertos aspectos de la sexualidad, mientras que un velo de angustia cubre la psique del padre, de quien sólo sabemos que quiere huir de su infancia, de sus recuerdos y de los espacios que la transitaron. En el tramo inicial del metraje ya asistimos a un extraordinario plano que expone muchas de las virtudes de la película, una escena nocturna en la habitación del hotel donde se hospedan, en la cual la cámara nos muestra en primer término a la niña durmiendo para pasar suavemente a la figura de su padre, en la terraza, como si le estuviéramos espiando, siempre con la pesada respiración de la cría como acompañamiento sonoro. Y sin apenas información, sin ningún gesto definido, podemos sentir que este hombre podría saltar al vacío en cualquier momento. Esta inusual sensibilidad está presente en todo el metraje, así como una ambición narrativa que se puede comprobar en el afortunado uso de diferentes soportes que generan una dimensión especular en el relato (las grabaciones con la videocámara, incluso la Polaroid). Porque lo que sucede en este viaje reverbera en su futuro y en su pasado. El transcurrir del film nos descubre el motor evocador de esa experiencia, la niña ya convertida en adulta que revisa unas viejas grabaciones de vídeo, seguramente a resultas de su propia reciente maternidad (a decir de los lloros que oímos fuera de campo), lo que sirve de espoleta a su memoria, a la narración, y que introduce el sesgo subjetivo en las imágenes que vemos. Pero igualmente nos va dejando pistas sobre algún trauma del pasado que su padre llevaría a cuestas desde mucho tiempo atrás, que parece a punto de estallar en esas vacaciones y en el que podemos intuir la dolorosa herencia de la relación en su infancia con sus propios padres, quién sabe, quizás represores de su sexualidad (valga esta elucubración como mera hipótesis de trabajo). Parentalidades por triplicado, de hecho. Esta loable y esencialmente exitosa ambición narrativa también hace perder un poco de pié a la película en la secuencia final, donde Wells construye un montaje bajo el paraguas del Under Pressure de Queen (y Bowie) que resulta un poco aparatoso y efectista, aunque totalmente significante, un "último baile" para sugerir el inminente destino que ya sólo podremos imaginar para el personaje del padre.


417. Safe Place (Juraj Lerotic, 2022) - 6

Lerotic recrea una historia personal, ejerciendo él mismo como protagonista en la figura del hermano de un hombre que intenta suicidarse. Su apagada paleta lumínica y sus rigurosos encuadres, que tienden a la exclusión visual en las escenas más institucionales en hospitales y en la comisaría de policía, conforman una obra claustrofóbica que tiñe de desesperanza sus imágenes. También sirve para mantener una prudente distancia con las situaciones que narra. Se agradece de hecho la fuga surrealista que emprende en un momento dado, anticipando el final de la película, pero añadiendo una nota de calor a su demoledora historia.


418. Een vrouw als Eva (Nouchka van Brakel, 1979) - 5

La frustración que siente una madre de familia con su rol y vida, así como el posterior descubrimiento de su sexualidad lésbica desatan el conflicto de una mujer dividida entre su condición de madre y de amante en una sociedad, la holandesa de finales de los años 70, que privilegia las estructuras tradicionales. El film, que peca de cierto didactismo y buenrrollismo naif, es manifiestamente feminista, pero también tiene su punto animalista y ecologista, con influencia del movimiento hippie. Precisamente el nuevo interés amoroso de la protagonista forma parte de una comuna. De todas maneras la película mantiene a raya su idealismo ante la realidad del momento que deja a su protagonista en una encrucijada irresoluble. Visualmente es una obra solvente, aunque su dulzona y repetitiva banda sonora desluce el acabado.


Un saludo.
Última edición por Genjuro el 04 Dic 2022, 14:00, editado 1 vez en total.

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