Yo estoy esperando impaciente el capítulo en el que indique la cantidad de títulos que ganó Xosé tras dejarlo en la cuneta y señalándolo como culpable de todos los males de aquel Madrid.
Los hechos demostraron posteriormente que Caquillas tenía razón y que Xosé tenía más males que remedios.
Lo disfrutaré, al menos en ese capítulo, porque en cuanto salgan sus delirantes padres tendré que cerrar el libro a toda velocidad.