Ya está aquí, otro año más, la gran guía del futbol catalán, del grupo quinto. Sé que lo estabais esperando, ya la tenemos a falta de menos de quince días para empezar.
UE TONA (1) (Tona, Barcelona, 8.300 habitantes)
Estadio: Municipal de Tona (700)
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1 temporada en Tercera RFEF
Cuántos municipios pequeños han conseguido grandes logros en el fútbol, y en este caso en el fútbol catalán, los mayores ejemplos serían Mollerussa, Ascó o la Pobla de Mafumet, y cuántos equipos modestos que siempre han jugado en categorías regionales, han conseguido el gran logro de sacar la cabeza en Tercera División, aunque solo haya sido en una temporada. En varias décadas del siglo anterior hay unos cuantos ejemplos en nuestras tierras, y en los últimos años tenemos otros como el Olesa, el Valls o el más reciente de la Guineueta. Pero además, en el caso del Tona, se dan otras circunstancias, como la que describe su situación, pues se trata de un municipio que se encuentra en la comarca de Osona, provincia de Barcelona, pero sobre todo lo hace un poco a la sombra de los dos municipios más importantes de la comarca, Manlleu (20.000 habitantes) y Vic (45.000). Curiosamente, los equipos de estas dos ciudades vivieron mejores épocas en otros momentos jugando en Tercera, y el primero de ellos en Segunda B (en los años 90) y ambos se encuentran ahora mismo en Primera Catalana, habiendo sido, precisamente superados por el Tona la pasada campaña.
No pocos pensarán que el ascenso del Tona fue un milagro y su permanencia en Tercera, si se cumple, otro milagro más grande. Su terreno de juego, de césped natural, se encuentra dentro de la zona polideportiva, hacia el exterior del municipio, de manera que está rodeado de verde, árboles y unos pequeños montículos, desde donde se pueden seguir los partidos. Sería algo parecido a lo del campo del Náxara, pero no tan exagerado. Lo cierto es que la grada propiamente dicha es únicamente una pequeña tribuna, de manera que el resto del público debe seguir los partidos por detrás de la típica barandilla que limita el terreno de juego y desde los citados montículos. Otra particularidad del Tona es que su presidente es
Joaquim Carandell, de solo 27 años. Lógicamente, para Tona es algo histórico con mayúsculas poder jugar en Tercera y cada partido del equipo en casa será una fiesta para todo el pueblo, sin olvidarnos de la experiencia que significará para la mayoría de sus jugadores, además de socios, familiares y directivos, el jugar en estadios históricos como el municipal de Hospitalet, el Narcís Sala o el Nou Sardenya.
Ricard Farrés es el entrenador encargado de intentar conseguir esa milagrosa permanencia. Lo cierto es que las declaraciones de los responsables del Tona son optimistas, aunque la realidad sea la que es, puesto que económicamente es una entidad de lo más humilde. Son quince jugadores los que continúan del año pasado, futbolistas totalmente amateurs, que no han jugado nunca en Tercera, con alguna contada excepción, como es el caso de
Maik Molist, un veterano de 35 años, con una buena trayectoria en Vic, Manlleu, Figueres o Llagostera. Del resto sí que se podría destacar a
Alejandro Gaitán, por sus notables cifras goleadores, aunque siempre entre Primera y Segunda Catalana. Ésta es, pues, la base del equipo, y lo normal hubiera sido que las incorporaciones hubieran llegado por parte de otros futbolistas modestos de la categoría que ocupaba el Tona el año pasado, pero lo cierto es que me han sorprendido algunos de esos fichajes, pues el club ha tenido que hacer un esfuerzo económico, ya que se trata de jugadores que, ya sea más o sea menos, sí que cobran.
Generó (Vic), Alberto Germán (Figueres), De Sande y
Nil Pradas (Manresa), Pau Juvanteny (Peralada) o
Marc Roquet (Manlleu) podrían ser las incorporaciones más normales, por decirlo de alguna manera, pues aquellos que jugaban en Tercera no tenían demasiado protagonismo en sus equipos, pero lo más sorprendente han sido las llegadas de
Enric Vallés (Olot), Dan Coll (Cerdanyola) y
Miki Poveda (Montañesa). El primero de ellos era el autor del gol del ascenso del Olot esta pasada campaña, después de haber vivido una etapa en el extranjero. El segundo, se trata de un central codiciado tras su salida del Girona B, jugando el año pasado entre Hospitalet y Cerdanyola, mientras que el tercero es ese delantero que, después de destacar también en el Girona B fichó por el Europa, pero una grave lesión rompió su progresión. Obviamente, algo o bastante, ha tenido que ver el hecho que los tres sean naturales de poblaciones cercanas a Tona. De todas maneras, estamos hablando de incorporaciones inesperadas, aunque tampoco vayan a cambiar la capacidad del grueso de la plantilla, en su mayoría, repito, formada por jugadores totalmente amateurs.
Lo más normal sería ver al Tona de regreso a Primera Catalana en solo un año, pero nunca se sabe. Lo que está claro es que empieza la apasionante aventura de este modesto club.
El
Tona celebrando en su campo un ascenso histórico