Sí, hasta que aparezca la oferta que le dobla el sueldo... y nadie se acuerde de esta declaración. Y si alguien se acuerda... como si no. En caso de que haga falta, lacrimógena carta de despedida que le escriba su agente.
Es la hostia; por muchos años que pasen, las milongas son las mismas de siempre.