Bluffff escribió:Titus Pullo escribió:La Premier es un producto interesantísimo si tienes un más que evidente retraso mental. Un partido de la Premier o uno de tenis femenino, hay gente que ha muerto al zapear y encontrarse con alguno de estos dos productos.
Hombre es bastante mas interesante que el 90 % de partidos de Madrid y Barça, así que el retraso mental debe estar extendidisimo.
riodepiedras escribió:
Buenos días y muchas gracias por sus insultos que sin duda harán que un articulo que habría pasado sin pena ni gloria, se lea, en primer lugar el mermado es usted, al comparar el futbol que se hace en La Premier con el que se juega en la liga española, no se le ocurre a un tonto, sólo a un chuleta incapaz de argumentar, sólo hay que ver los resultados en competiciones internacionales de Madrid, Barcelona, Atlético y Sevilla con lo conseguido por los clubes ingleses en los últimos 6-7 años, es tremendo que nos haga perder el tiempo con estas cosas. A continuación le pongo otra vez el artículo, para los que quieren aprender historia y no ser sólo políticamente correctos
Su articulo pasaría sin pena ni gloría incluso tatuado en el culo de Emily Ratajkowski porque es un mojón 10 veces mayor de los que salen de dicho culo, apto para gente como ud, tarados de la per condición.
Vera una persona que cree que el Real Madrid es un club victima del franquismo y del Estado actual solo puede ser un tipo profundamente idiota, no hay mas explicación científica posible y que tengamos que explicarle que no es así si que supone una inmensa perdida de tiempo, que es lo grave del tema, porque que ud sea una carga para la familia o la seguridad social al final es triste pero no hay otra, ahora que nos toque aguantarlo nosotros es ya otra cosa.
Por otro lado a ud le parecerá lo que sea pero lo cierto es que goza de audiencias aquí y fuera de las que ya nos gustaría y eso se debe a que efectivamente mucha gente encuentra bastante mas interesante su producto que el nuestro, de ahí que lo vendan fuera mejor que el nuestro y tengan también gracias a eso mas pasta que repartir.
Buenas tardes, a continuación otro artículo no mío, sino de Mr. Sambo, no es completo pero dice verdades como puños, no diga que no le aviso, dada su estulticia y su fanatismo rozando la patología, le va a sentar como una patada en los cojones leerlo, Entre paréntesis
(Los mitos del equipo del régimen
A Franco, ese extremo derecha que tantos éxitos le dio al Real Madrid, se le podía reconocer de dos formas: por su bigotico y su traje de militar, cuando estaba de faena, y por las dos insignias de oro y brillantes del F. C. Barcelona que decoraban su ropa cuando iba de paisano.
Si veías a alguien con esas dos insignias podías decir sin temor a la duda: ¡Mira, ahí va Paco!
Ya es hora de que el madridismo reconozca las afrentas sufridas por nuestros amigos culés durante el franquismo, esos beneficios que nuestro equipo recibió en detrimento de los azulgranas. Una reivindicación que realizan cada pocos meses desde hace 70 años, una constancia en la queja (que viene desde su nacimiento), sólo digna de la paciencia china, capaz de realizar esa muralla que ningún español hubiera extendido más allá de un tabique.
Francisco Franco Bahamonde, ese madridista de pro, no tardó, impaciente él, en ponerse manos a la obra para beneficiar al club de sus amores y orgullo de nuestra patria. 14 añitos de nada. Ha de notar el lector madridista la urgencia casi enfermiza, la impaciencia nerviosa de Franco por rellenar las vitrinas de su adorado estadio de Chamartín. Apresuradamente, a los 14 años de iniciarse el Régimen, nos regaló la primera Liga. Él solito, demostrando la incompetencia de esos jugadores que no lo lograban por más que él insistiera…
Quejámonos los madridistas, una tendencia de herencia culé a extirpar, porque a diferencia de aquellos siempre es en sentido autodestructivo, de que llevamos una Liga en 7 años, pero con la proverbial ayuda del Generalísimo nos pasamos más de 14 gloriosas temporadas de patriotismo sentido y orgulloso sin olerla. La época más larga sin que el Real Madrid conquistara una Liga. Sí, amigos, ¡14 años de gobierno franquista sin ganar la Liga! (1933/1939-1953). Justo en la época más dura del régimen, en la que se estaban sentando las bases.
No hubo manera de ganar, incluso en la temporada 44/45 nos quedamos a un punto, pero tuvimos la mala suerte de que en el momento decisivo el general Franco estaba inaugurando un pantano… Lo único que tengo que reprochar a los culés y todos estos equipos antimadridistas, es que sabiendo que éramos el equipo del régimen ellos no reconocieran ni reconozcan nuestra generosidad, ¡porque es evidente que nos merecíamos tal reconocimiento!
No queda ahí el altruismo y la hidalguía madridista con sus rivales. En ese tiempo, el ultrajado Barcelona conquistó cinco títulos, el sometidísimo Athletic Aviación conquistó cuatro (2 con esa denominación y otros dos con la de Atlético de Madrid), y el vilipendiando Athletic de Bilbao ganó otro. Además, Athletic de Bilbao y Barcelona fueron los clubes que más Copas del Generalísimo lograron, 9 cada uno. La afrenta infame es evidente, pero ahí estuvimos nosotros demostrando nuestra bonhomía y dadivosidad.
Foto: Blog Im-Pulso
Y no se crean que no ganábamos porque Franco no hiciera de todo, no ganábamos porque los madridistas somos así, generosos y altruistas, y aún con el apoyo del Generalísimo decidimos no ganar. Sin un mal gesto, ni una queja.
Nosotros, que seguramente también éramos el equipo de la República, al menos ganamos dos titulillos antes de la llegada de Franco…
Di Stéfano, Kubala, el Pacto de Lima y otras aventuras.
¿Y qué ocurrió en 1953 para que empezáramos a ganar todo? No deben achacar ni por un momento, estimados lectores, que la causa del éxito fuera que don Santiago Bernabéu lograra hacer el mejor equipo del mundo: Marquitos, Rial, Miguel Muñoz, Gento, Di Stéfano, Zárraga, Atienza… Kopa, Mateos, Joseíto… Santamaría, Didi, Puskas… La culpa de esta transformación la tuvo Franco. ¡Menudas carreras por esa banda derecha!
En la pequeña lista de jugadores habrán observado que he incluido el nombre de Di Stéfano, la leyenda madridista más incontestable. En su rocambolesco fichaje el mundo culé vio la posibilidad de rezongar con la idea de la manipulación franquista, la ufana y maquiavélica mano del Generalísimo más descarado. Y para ello crearon una historia de mentiras, medias verdades y mitologías.
Buena nota tomaron en Barcelona cuando Bernabéu se fijó en Di Stéfano y dijo que ese jugador debía estar en Chamartín.
Di Stéfano no jugó en el Barcelona porque se negaron a pagar 27 mil pesetas a Millonarios. No hablaré de la tacañería catalana por tópico, pero ahí queda eso.
– Una huelga en la liga argentina mermó la relación de Di Stéfano con River Plate, su equipo, ya que se pasó 2 años sin jugar (de 1947 a 1949), por lo que finalmente terminó marchándose a Colombia. La liga colombiana estaba escindida y con múltiples problemas federativos y burocráticos, se creó una Asociación colombiana paralela a la Federación del país que empezó a fichar jugadores sudamericanos. Uno de ellos fue Di Stéfano, que recaló en Millonarios. En un principio la FIFA no reconoció a los equipos de esta nueva asociación, pero finalmente ambas partes llegaron a un acuerdo en el conocido “Pacto de Lima”. Un jaleo, vamos.
En este pacto, la FIFA reconocía la propiedad de los jugadores que habían fichado hasta el 15 de octubre de 1954, ampliable al 31 de diciembre. Una vez cumplido el plazo los jugadores volverían a sus equipos de origen. Es decir, Di Stéfano pasó a ser propiedad de Millonarios hasta el 31 de diciembre, momento en el que volvería a River Plate.
En 1952, Di Stéfano se declara en rebeldía y decide no volver a Colombia (a Millonarios), planteándose dejar el fútbol incluso. Esta situación, con denuncias de por medio, impedía cualquier operación con el jugador.
En ese momento interviene el Barcelona. Samitier inicia negociaciones con River Plate, aunque en esos momentos no tenía los derechos del jugador. Llegan a un acuerdo: 4 millones por el jugador a partir del 1 de enero de 1955. Todo sin contar con Millonarios, dueño del jugador en ese momento. El presidente Enrique Martí en persona gestionó el cabo suelto de Millonarios, entrevistándose con el presidente del equipo colombiano, Alfonso Seniors, que pidió 27 mil pesetas para ceder sus derechos sobre el jugador, algo a lo que el dirigente catalán se negó. Nos salió pelín agarrado por culpa de Franco, claramente. Nótese que el espíritu de Franco lo va sobrevolado todo.
El Real Madrid entra en acción. Saporta es enviado a Bogotá con las 27 mil pesetas para la cesión de los derechos de Di Stéfano, operación que se ejecutó sin problemas. El siguiente paso era ir a Buenos Aires y convencer a River Plate, pero el equipo argentino ya había recibido la mitad del pago por parte del Barcelona (2 millones de pesetas), con lo que no se pudo llevar a cabo la operación, aunque sí logró Saporta la neutralidad de River. Di Stéfano se sintió utilizado por el club azulgrana, que estaba dispuesto a dejarle un año sin jugar si hacía falta. Saporta se reunió con Di Stéfano e incluso adelantó un pago por sus servicios, lo que estimuló al jugador. Así el Real Madrid tenía los derechos del jugador hasta el 31 de diciembre de 1954, mientras que el Barcelona había pagado la mitad por los derechos del jugador a partir de esa fecha. Esa era la situación. La FIFA dejó claro que los derechos federativos correspondían a Millonarios hasta el 31 de diciembre de 1954 y que el Real Madrid era el único que había llegado a un acuerdo, por lo que exigió a la Federación española que ambos clubes llegaran a un pacto.
La histeria azulgrana se puso en funcionamiento. Ofrecieron a la Juventus sus derechos sobre Di Stéfano; pidieron la anulación del trato a River de malos modos, a lo que los argentinos se negaron; el jugador estaba indignado con esa actitud…
La FIFA nombró mediador a Armando Muñoz Calero, que fue el ideólogo de una salomónica decisión. Di Stéfano jugaría en el Madrid en las temporadas 53-54 y 55-56, mientras que en el Barcelona lo haría las temporadas 54-55 y 56-57. Luego deberían ponerse de acuerdo sobre el futuro de Di Stéfano.
Los dos equipos aceptaron en primera instancia, pero tras la dimisión de Martí por firmar el acuerdo salomónico en el caso Di Stéfano, la junta gestora que se hizo cargo del club decidió renunciar a sus derechos sobre Di Stéfano previo pago de los gastos que la gestión del asunto ocasionó al Barcelona (los millones abonados a River), a lo que el Madrid accedió gustoso.
La única intervención gubernamental se produjo cuando se aplicó una excepcionalidad a la ley que había entrado en vigor el 24 de agosto de 1953, por la cual se prohibía el fichaje de extranjeros desde aquella fecha. Esta excepcionalidad de la Delegación Nacional de Deportes consistió en que se permitió contratar a los jugadores cuya operación se estuviera negociando antes de la entrada en vigor de aquella ley. Esto permitió el fichaje de Di Stéfano… como el de muchos otros, ya que su ámbito era general y lógico. Es más, esa medida beneficiaba tanto al Real Madrid como al Barcelona.
El Real Madrid se limitó a cumplir los trámites y comportarse conforme a la ley, dirigiéndose en primer lugar al equipo que poseía en ese momento los derechos sobre Di Stéfano. Fue clave que el rendimiento de Di Stéfano en pretemporada con el Real Madrid fuera decepcionante. Los azulgranas no sólo despreciaron a Di Stéfano, sino que se sentían superiores al poder contar con Kubala, que lideraba al equipo en aquellos años, y logrando títulos. Además veían al argentino conflictivo y caro, lo que no convertía su contratación en algo prioritario.
Tras los éxitos madridistas con Di Stéfano las mentiras azulgranas se multiplicaron. Hablan de teléfonos pinchados, de que pagaron al dueño de los derechos del jugador, cosa que es falsa como se ha explicado, ya que los derechos eran de Millonarios en ese momento… Hablan de cesión a Millonarios, cuando en realidad era un traspaso. Hablan de Di Stéfano como jugador del Barcelona, cuando en aquella fecha no lo era en absoluto… Hablan de la imposibilidad de
contar con el jugador por argucias estatales, cuando la realidad es que los derechos del jugador correspondían en esa fecha al Real Madrid…
La pataleta culé (por supuesto con toda razón, ¡válgame Dios!), que les dura 70 años después, viene de los posteriores éxitos logrados por el Real Madrid con Di Stéfano al frente. Un hecho difícil de olvidar y que, por supuesto, no previeron en su momento. Así, que sublimando el bendito arte de la fabulación, crearon estas edificantes, embriagadoras y evocadoras historias para regocijo de todos nuestros compatriotas.
– De lo que no oirán hablar a un culé es del caso Kubala y las asombrosas ayudas que el gobierno franquista le proporcionó al Barcelona para que se hiciera con sus servicios, negadas al Real Madrid. Como mucho algún radical verá ciertos dejes franquistas y “fascistoides” en el hecho de que la asombrosa rapidez con la que proporcionaron su ayuda y realizaron las operaciones burocráticas, saltándose procedimientos y plazos, no fuera aun más rápida y contraria a la ley, pero poco más. Un fichaje, este sí, ad hoc a favor de los azulgranas. El régimen silbó la melodía de “El puente sobre el río Kwai” mientras se saltaba la legalidad vigente por una causa mayor, y los madridistas, primeros en interesarse por el húngaro, protestaban…
Armando Muñoz Calero fue vital para la llegada de Kubala. Él fue también el que propuso la medida salomónica sobre Di Stéfano (fue Presidente de la Federación Española de Fútbol y Vicepresidente del Atlético de Madrid)… ¿Por qué ayudaron a esta contratación? Pues porque con el fichaje de este “mediocre” jugador mermaban el potencial de los culés, está claro, con lo que nos beneficiaban a nosotros, el equipo del régimen. O más bien por pura propaganda. El régimen usó este hecho como propaganda anticomunista, lo que supondría un beneficio para ellos. ¡Si hasta le hicieron una película de propaganda al régimen, “Los ases buscan la paz” (Arturo Ruiz Castillo, 1954)!
– Ante estas afrentas e injusticias que el egregio e insigne Caudillo de España y Generalísimo de los ejércitos produjo en los culés, estos entraron en grave crisis. Sin perder ocasión y ante la oportunidad de terminar con el club culé, el Caudillo de esta nuestra España no dudó un segundo en recalificar los terrenos de Les Corts hasta en tres ocasiones en 15 años, reduciendo plazos y burocracias, terminando con la deuda del club culé, que ascendía a 230 millones de pesetas de la época, y posibilitando la creación de Palau Blaugrana y el Palacio de Hielo. La primera recalificación fue en 1951, la segunda en 1962 y la última en 1966. Con esto, el régimen impidió la ruina y desaparición del Fútbol Club Barcelona.
Como es de recibo, en el Boletín Oficial del Estado número 228, fechado el 23 de septiembre de 1965, aparece el Decreto 2735/1965, de 14 de agosto, con las firmas de Martínez y Sánchez Arjona (Ministro de la Vivienda) y Francisco Franco.
Tanto a José María de Porcioles, alcalde de Barcelona, como a Torcuato Fernández Miranda y Hevia y el mismísimo Francisco Franco les hicieron Socis d’honor blaugranas.
Nosotros, el equipo del régimen, no tuvimos tanta suerte y nunca logramos este tipo de ayudas, negadas sistemáticamente. Así podemos decir orgullosos que el estadio de Chamartín fue construido y ampliado con el esfuerzo de los socios y simpatizantes del club. Sin más apoyo. Esto Franco lo hizo por nuestro bien, para que supiéramos lo difícil que es lograr las cosas y no convertirnos en un club mimado. Y es que Franco se levantaba todas las mañanas con la intención de ayudarnos y perjudicar a los culés, pero le salían estas genialidades tácticas…
– Todos estos desmanes del régimen contra los culés fueron censurados por el club catalán de forma contundente. La denodada lucha antifranquista del Barcelona se escenificó con la entrega de dos medallas de oro del club al Generalísimo. Estos luchadores de la libertad y la democracia hincaban con saña las insignias en el pecho del Caudillo, haciendo gala de su descontento. Es notorio que Franco recibía estas condecoraciones con desdén y a regañadientes, frunciendo su dictatorial gesto, incómodo con toda la pompa ofertada, ya que a él le gustaría recibirlas de su equipo, o sea el del régimen, ya saben, el Madrid…
La primera fue otorgada en 1971, en agradecimiento a lo que supuso la financiación del Palau Blaugrana y el Palau de Gel. La segunda en 1974, cuando el equipo azulgrana visitó el Pardo en la celebración del 75º aniversario del club catalán. Vamos, por salvarles la existencia.
– Los árbitros siempre fueron el principal mecanismo de manipulación del franquismo y donde los culés centraron sus quejas especialmente. Todos ustedes habrán oído hablar de Guruceta, ese maquiavélico árbitro que dedicó su profesión a beneficiar al Real Madrid y perjudicar al Barcelona. El régimen franquista, para ayudarnos en todo lo posible, dio satisfacción al veto pedido por los culés al colegiado, al fin de que no los arbitrara más. Fueron muchos los ultrajes cometidos por este colegiado contra el Barcelona, al que arbitró la friolera de 1 partido de Liga en Riazor, partido que concluyó con empate. La causa de la desazón azulgrana fue un penalti injusto pitado a favor del Real Madrid en la Copa del Generalísimo, ya saben, esa que ganaban tanto los culés en aquella época. La recusación a Guruceta duró hasta 1985. También fue recusado Ortiz de Mendíbil por conceder un gol en el tiempo de descuento al Real Madrid en otro enfrentamiento contra los culés.
Extrañamente los culés no se quejaron del reconocido árbitro antimadridista Antonio Rigo (no lo digo yo, lo dijo él), que llegó a arbitrar hasta en 13 ocasiones a los azulgrana en una temporada sin que perdieran un solo partido, con arbitrajes demenciales que llevaron al Real Madrid, junto a otros ocho clubes, a recusarle. Lo de las recusaciones era algo habitual en aquella época. La famosa “Final de las Botellas” fue la sublimación de la manipulación franquista a través de los árbitros para ayudar al Madrid y perjudicar al Barcelona. Una final con un desastroso arbitraje que perjudicó a los madridistas y que ya venía precedido de las quejas atléticas en semifinales, donde los culés también fueron beneficiados en los dos partidos arbitrados por… Antonio Rigo. Franco no impidió su designación porque estaba viendo una de sus series favoritas, “Juego de Tronos”.
– Debe recordarse que el Caudillo de nuestra gran España también lo era de Europa, y bien que nos beneficiamos los madridistas, que conquistamos cinco Copas de Europa consecutivas y luego otra más en 1966. Todo el mundo sabe que la influencia franquista en Europa era absoluta, especialmente en asuntos futbolísticos, clave estratégica en la época… Extrañamente a partir de 1966 no ganamos ninguna más, en otra generosa demostración del dictador, magnánimo con los rivales, ante los que no quería escenificar un abuso tan grande. Nadie en su sano juicio podía imaginar que el equipo creado por Bernabéu y que se paseaba por Europa lo hiciera también por España, otro signo inequívoco del madridismo del régimen. Es mucho más lógico y sensato achacar todos esos éxitos, europeos y nacionales, a la mano bienhechora del Caudillo. Lástima que la designación de los árbitros Ellis y Leafe (anularon hasta 4 goles) en nuestra primera eliminación europea, contra el Barcelona en octavos, le pillara a Franco ejercitando la noble actividad de la caza… Y es que seis seguidas eran muchas, pero pelillos a la mar.
– Conocidas son las trifulcas de Bernabéu con miembros del régimen. Un Santiago Bernabéu que no se mezclaba en políticas y que su única obsesión era defender al Real Madrid ante UEFAS, FIFAS o políticos. El caso del “palco de invierno” con Millán Astray, fundador de la Legión española, es conocido. Astray andaba por el Bernabéu como Pedro por su casa. Solía propasarse con las muchachas, lo que le llevó a besar a la mujer de un diplomático, con el consiguiente escándalo y pelea. Por este hecho Bernabéu cerró ese palco, por lo que cuando Astray intentó volver al siguiente partido le fue impedida la entrada. Al no recibir explicación retó a un duelo a pistola a Bernabéu, que tuvo que recurrir a su amigo personal Muñoz Grandes para que Astray entrara en razón.
Cuando Moshé Dayán, general israelí y reconocido madridista, fue condecorado con la insignia de oro que portaba el propio Santiago Bernabéu durante un partido entre el Madrid y el Maccabi, se montó un escándalo tremendo, ya que Israel no era un estado reconocido por el régimen franquista, lo que acarreó bastante problemas al presidente, ya que muchos miembros del régimen lo tomaron como un desafío.
A estas cosas, siendo como éramos el equipo del régimen, Franco no les daba importancia. Pequeñas travesura de Santiago, él tiene estas cosas, nada que no se resuelva con unas cañas, aseveraría, jovial y risueño, el Generalísimo.
Lo que sí ocurrió es que el régimen, una vez vinieron los éxitos madridistas, se benefició mucho de esa marca a la cual podían vender al extranjero. Nada nuevo bajo el sol, lo hacen todos los políticos de todo régimen, pero no fue hasta que esos éxitos vinieron cuando la política se interesó por el fútbol.
Resulta increíble que todo un Real Madrid haya sido incapaz de forjar un discurso para tirar por tierra todas estas zarandajas, algo que podría hacer fácilmente, propiciando que esas mentiras repetidas miles de veces se convirtieran para muchos en verdades. Tendrá que ser desde estas páginas desde donde demos la tabarra a tal misión.
Se antoja muy complicado que los equipos “perjudicados” por el régimen logren explicar estos extraños sucesos paranormales…
Pueden ver documentación y las fuentes originales por internet, son documentos que rulan por ahí.)
Saludos blancos, castellanos y comuneros