por h-h »
21 Abr 2018, 23:16
VLa escribió:h-h escribió:VLa escribió:
Me da igual de donde la hayamos heredado si funciona razonablemente bien. Algunos de los paises mas avanzados y democráticos son monarquías parlamentarias (Holanda, Suecia, Noruega, Belgica, Gran Bretaña, ...). La palabra democracia va asociada al voto, a la libertad de expresión, conciencia, movimientos, al respeto a tus creencias e incluso a tu derecho a defender una ideología que pretende destruir esa democracia.
Países que tienen muy claras la separación de poderes en la práctica y en la teoría. Por otro lado.
Mucha gente se ha vuelto experta en separación de poderes. Su autor de cabecera de toda la vida ha sido Montesquieu. También en derecho procesal y penal. Han descubierto que la prisión provisional la ha inventado Llarena para mantener entre rejas a los heroes de la Arcadia catalana. El truco del almendruco. Mas o menos como alargar los partidos del Real Madrid hasta que marca Ramos.
"¿Es la Justicia española independiente del poder político?
El organismo que manda sobre todos los jueces es el Consejo General del Poder Judicial. Tiene 21 miembros. Pero ninguno de ellos lo eligen los jueces. Todos sin excepción, son nombrados por el Congreso y el Senado, es decir por los políticos.
Como para cada nombramiento hace falta una mayoría de 3/5, en la práctica, los eligen por acuerdo los dos grandes partidos, el PP y el PSOE. Y aquí está el pastel que todos persiguen. Porque controlar el Consejo significa controlar también los nombramientos, entre otros, de los magistrados del Tribunal Supremo o los presidentes de los tribunales superiores de Justicia.
El interés político es evidente. Javier Gómez Bermúdez sabe mucho sobre presiones políticas a la Justicia. Fue presidente de la Sala de lo penal de la Audiencia Nacional. Según él, las presiones políticas existen, pero son indirectas. "No te llama el político, pero sí el amigo del político. Te tientan", asegura. Carlos Dívar, presidente del Tribunal Supremo y viajero consumado, no ha ayudado a la imagen de la Justicia. Tuvo que dimitir por, presuntamente, pagar con dinero público viajes privados a hoteles de lujo de Marbella. Su principal defensor fue el Ministro de Justicia, para quien la polémica incluso fortalecía a Dívar.
El otro gran símbolo de la politización de la Justicia es el Tribunal Constitucional. Es el órgano que tiene la última palabra sobre las leyes que aprueba el Parlamento.
En el se recurren las leyes más polémicas: la del aborto, la del matrimonio homosexual o el Estatut de Cataluña entre otras muchas. Controlar este Tribunal significa, por tanto, quitarse muchos problemas a la hora de gobernar. Por eso, se ha convertido en campo de encarnizadas batallas políticas."
Como en el Consejo del Poder Judicial, es imprescindible el acuerdo de PP y PSOE para nombrar a la mayoría de sus miembros. Y es demasiado frecuente que eso no ocurra. Consecuencia: los políticos bloquean su funcionamiento y la renovación de la mayoría de sus miembros. Hay una sorpresa más: sólo dos de sus 10 integrantes deben ser jueces.
Y deja de dar vergüenza.
Que no soy catalán.
El gofio legendario fue el primero en 2019.
Ahora es la hora de Nico González y Gavi.
Subanse al barco antes de que zarpe.