De Messina y los escribidores La entrevista a Messina en La Repubblica ha puesto el dedo en la llaga. Lo que todo el mundo experiodístico sabe, que la Prensa en España está dirigida en la mayoría de los casos por indocumentados trincadores y corruptos del mismo calado que los políticos hispánicos de cualquier espectro del arco parlamentario (el actual, los pasados o los que vendrán, tanto monta), ha llegado al corazoncito de muchos. Pero que Ettore ha cantado las verdades del barquero está fuera de toda duda.
Lo que me acompleja enormemente de mi profesión es el servilismo extremo que sienten los plumillas rasos (y no es nada peyorativo, yo también soy plumilla) con respecto a las líneas editoriales de su medio. Porque una cosa es cumplir órdenes cuando curras (o poner el culo para cuadrar los números en el caso de los autónomos, que también tanto monta) y otra, haber llegado al punto de creerse de tal manera lo que marca el director de su medio como para pasar por un lobotomizado con portátil o con micrófono. Algunos, muchos, han hecho mutis por el foro, la postura más inteligente. Otros, en cambio, han decidido arremeter contra Messina sin piedad, porque eso de que se aireen los tratos de favor a los chivatos e incluso que se hable del racismo intrínseco de la Prensa española lo llevan como muy metido en sus corazoncitos intrépidos y en su alma de reportero veraz y en absoluto chantajeables.
Mentira. Su corazón no es intrépido, sino acomodado, y su alma no tiene nada de reportero veraz y no chantajeable, sino alma superviviente (currar por el Espíritu del Día 1, Santa Nómina P'aPagar) y trincadora. Y el que diga lo contrario, miente. No hay más que ver la pataleta de los invitados a la Comida de Navidad del Real Madrid a la Prensa por el bajón presupuestario en regalos de los dos últimos años. Todo 'Prensa de Madrid', curiosamente.
Pero ser trincador tampoco es un pecado, en todas las pandillas hay un amiguete gorrón que se planta por la jeró en todos los saraos. Lo chungo, lo realmente chungo, es que les hayan dejado con los glúteos expuestos, por decirlo finamente. Porque que les aireen las genuflexiones no es plato de buen gusto. Eso sí, por mucho que las desmientan, por mucho que traten de tapar a base de golpes de kárate contra Messina sus palabras, son ciertas. A los españoles se les mima, que para eso son producto patrio, y más aún desde que las Flojas de fútbol y baloncesto ganaron sus mundiales. Si en mi medio digo, un suponer, que Messina hace bien mandando a escardar cebollinos a Garbajosa, tengo un problema: porque no es sólo que Garbo me chape las puertas del Madrid cerrándome todas las vías de acceso (los pesos pesados del vestuario son así de cabrones, ir contra ellos es ir contra todos), sino que también lo hará cuando llegue a la concentración de la Selección. Lo mismo se puede trasladar al fútbol. Y si me quedo sin fuentes, se acabó el chollito de vivir a cuerpo de rey cubriendo a un equipo. Porque que no vendan milongas, se vive a cuerpo de rey haciendo eso: viajecitos pagados, ver los partidos in situ por la jeró sin tener que hacer ni el huevo... Un poquito de estrés cuando acaban, por aquello de los horarios rourísticos que joroban los vestuarios, y mandarlos a tiempo, y se acabó. El resto del tiempo, dos tonterías y punto, que escribir 40 líneas de texto con dos despieces de siete (bolos) lleva media horita.
Sí, el periodismo español es racista. Mucho. Pero no por cuestiones xenófobas, sino de paletismo. No hay un periodista de la vieja guardia, de aquellos que superan los 50 tacos, que sea capaz de entrevistar en inglés, no digamos ya en francés. Así que los guiris, cuando llegan, son inaccesibles, excepto para los cultos, que no están para esas cuitas. Las fuentes pues tienen que ser los españoles. Y para que me cuenten cosas, tengo que ofrecerles algo a cambio: inmunidad en las críticas. Parece que se creen que somos imbéciles y que no recordamos cómo Marca trituraba a Sergio Ramos (¡qué tiempos aquellos! ¿tendrán alguna vez la decencia de decir que ahora Ramos está para que le manden a esparragar?) cuando éste se negaba a hablar para ese medio mientras AS le bautizaba como 'el nuevo Pirri', o cómo Guti cayó en desdicha en AS después de aquella entrevista en Ibiza de vacaciones mientras sus rivales de la avenida de San Luis vieron el agujero y le doraban la píldora hasta la extenuación. Claro, en cuanto les dijeron del club que Gutiérrez no seguía, ya sí, ya pudieron cambiar el paso y darle palos hasta en el cielo de la boca. Cosas veredes, Sancho...
Lo dicho: periodismo corrupto, babosillo y repugnante. Porque eso no es una fuente. Eso es un acuerdo comercial. Y tiene mérito cero. Cero pelotero. Aunque les jorobe. Y sí, Messina tiene toda la razón del mundo. La mayoría de deportistas españoles son peores que una gripe aviar. Y han encontrado su caldo de cultivo perfecto en la Prensa deportiva. Pero ojo: igual que los políticos españoles, misma escoria, lo han encontrado en la Prensa política. O los mierdecillas de los empresarios españoles en la Prensa económica. O los mediocres artistillas cejiparribas en los dorapíldoras de la Prensa cultureta. Es el mismo nauseabundo modus operandi. El modus operandi de un periodismo que provoca náuseas.
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