El equipo blanco, apoyado en las soberbias actuaciones de Llull y Carroll, derrota al Barcelona en el Palau Sant Jordi y se alza con su 23ª Copa del Rey
No importó que enfrente estuviera el Barcelona Regal, ni que hubiera perdido las dos anteriores ediciones contra su máximo rival, ni el ambiente extremadamente hostil del Palau Sant Jordi. Ni los 19 años sin ganarla. Al Real Madrid le influyeron poco los temas estadísticos y psicológicos y dio una lección de saber competir. Derrotó al anfitrión y se alzó con la Copa del Rey 2012. Y lo hizo sin renunciar a su juego, ese que ha vuelto a enganchar a miles de aficionados. Con Llull y Carroll en plan estelar (23 y 22 puntos, respectivamente) y secundado por un gran juego de equipo, el Real Madrid suma su vigesimotercer título copero y desempata con los azulgrana para ser el Rey de Copas. Pero aún hay más, porque ha sido en Barcelona, una ciudad que sigue siendo talismán para el club blanco, donde ha ganado las últimas tres finales disputadas.
El Madrid saltó a la cancha con las ideas claras. Desde el primer minuto se hizo con el mando del partido con un juego muy serio y tomando en todo momento las decisiones más acertadas. Llull tuvo gran parte de culpa, ganando una y otra vez la partida a Marcelinho, obligado a dejar su lugar a Sada ante la escabechina del base madridista. Sus diez puntos, con dos triples incluidos, y el gran trabajo en el poste bajo de Suárez, desarmaban la poderosa defensa blaugrana hasta alcanzar la máxima diferencia a favor (10-18, min. 7).
Mejoró algo el Barcelona con la entrada de Navarro y Vázquez, pero el equilibrio defensivo madridista había anulado casi todas las vías de anotación rival. Sólo N'Dong y en ocasiones Eidson, sumaban. Se llegaron a colocar a cinco puntos en el ecuador del segundo periodo, pero los blancos no cayeron en la precipitación. Todo lo contrario. Continuaron moviendo el balón para encontrar los mejores tiros y siguieron hurgando en la herida local con la aportación de todos (paradójicamente solo Carroll no se había estrenado). Un triple sobre la bocina de un inconmensurable Llull cerró un primer tiempo, el mejor del equipo en toda la competición, digno de un gran campeón (33-42).
Los de Xavi Pascual apretaron tras el descanso, alentados por su público, mientras que el Madrid ya no estaba tan a gusto desde el perímetro. Despertó Lorbek y N`Dong anotaba con facilidad bajo el aro. Un triple del pívot esloveno colocó a los suyos a un punto (51-52, min. 26), poniendo en los primeros apuros al Real Madrid, que además tenía a Tomic con cuatro faltas. Pero los blancos no estaban dispuestos a tirar por la borda el gran trabajo realizado. Llull y Carroll dieron un paso adelante. Entre los dos acribillaron el aro rival. Primero el base y luego el escolta fueron los protagonistas de cada jugada.
En seis minutos encabezaron un espectacular parcial de 3-23 que enmudeció al Palau y noqueó al Barcelona (56-75, min. 33). Con el eterno rival contra las cuerdas, el Madrid no bajó el pie del acelerador. Se divirtió jugando y fue un paseo triunfal. El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, fue testigo de la enorme victoria de un equipo con mayúsculas (74-91, min. 40).
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