Bien, ayer pudimos ver que ninguno de los dos equipos sobre la pista están redondos a día de hoy. En ambos equipos se observan problemas de continuidad muy evidentes, por distintas razones.
Atendiendo a Unicaja, pudimos ver una primera parte con grandes dificultades para mantener un tono defensivo decente. Por un lado se suele apelar casi siempre a la intensidad, que es evidente que es lo mínimo imprescindible para defender adecuadamente, pero también se apreciaron dificultades tácticas para dar soluciones al ataque del FCB. Creo que desde el primer minuto el FCB ejecutaba sus sistemas con mucha comodidad, recibiendo y pasando de cara, nunca de perfil, y así es difícil "ensuciar" cualquier ataque. Esto es achacable a la actitud, evidentemente. Pero por otro lado, creo que también supieron ser muy constantes en el uso del dos por dos lateral. Ya se sabe que Pascual cuando encuentra una grieta, suele poner dinamita para convertirla en falla. En muchas ocasiones por problemas de contención exterior o de comunicación con nuestro interior, acababa en bandeja fácil. En otras, el usar los espacios muy bien, apostando al tirador en el lado débil, evitaba la ayuda desde ese lado y, o bien facilitaba la continuación, o bien si acudía el exterior débil, la facilidad en la circulación creaba un tiro cómodo por su buen timing de pase. El acierto hizo el resto y, por tanto, la ventaja.
En la segunda parte la actitud cambió desde el primer minuto. Unicaja empezó a manotear a la línea del balón y a incomodar su circulación desde el primer pase en pista contraria y eso complicó mucho su ataque. Plaza decidió ser más agresivos en actitud en la defensa del dos por dos, pero más conservadores para contener las continuaciones. También pudieron robar y conseguir puntos relativamente cómodos en transición. En esa combustión de partido, hay jugadores que sienten muy cómodos, como Nedovic o Jackson. No se puede decir que el francés no asuma, desde luego. Supo interpretar la situación de manera correcta, y buscar la línea con interés cuando el FCB se puso en tres faltas nada más iniciarse el último cuarto. En ese momento pensé que el equipo había cogido la ola buena definitivamente para ganar el partido. Lástima de minutos finales que, entre libres fallados, la falta de ataque -con un pase equivocadísimo en mi opinión- y su acierto en momentos calientes (triples del Doellman y Navarro, y Arroyo cerrando el partido desde la línea) decidió un partido que estuvo perdido y ganado a la vez. Podía haber sido un punto de inflexión emocionalmente para el equipo y un paso adelante para la clasificación para la copa.