Pues yo le he visto hacer de todo: abroncar jugadores, gritar, lanzar cosas, pegar patadas a las vallas, echar jugadores al vestuario... y payasete era un rato, pero gracioso.juanjo sala escribió: Jo a Pesic no l'he vist mai cridar en la banqueta.
Ni fer el ridícul en roda de premsa tampoc.
Crec que el tema no va de volumen,només amb el llenguatge visual és prou.
Pero es que intentáis extrapolar cosas imposibles, un tiempo muerto dura muy poco y generalmente no tienes un sólo mensaje para un jugador en concreto.corretger escribió:Yo prefiero a un jefe que cuando he cometido un error no me chille, sino que me pregunte que ha pasado y entre los dos lo solucionamos, lo más normal es el marrón siempre se lo coma el currito. Cuando era joven me encontré varios buenos jefes de estos y aprendí con ellos
Ten cuidado con lo que deseas...corpusculi32 escribió: Con este hombre nos pasamos la vida aprendiendo, pero llega un momento en que hay que demostrar lo aprendido. Entiendo que en 3 años no ha dado tiempo, no pasa res.
A lo mejor en el próximo lustro.
Jo crec que ningú recorda cap decissió tàctica d'aquest home que haja eixit bé o que, com dius, haja canviat el signe d'un partit al nostre favor.Zampolini escribió:És que no recorde cap partit en el que Jaume haja canviat el signe del partit amb una gran decisió tàctica o de lectura del partit....i si recorde partits en els quals la seua mala gestió ens ha portat a perdre el partit (amb especial menció al partit de Milà i deixar a Dubi a la banqueta per a que no el desgastaren). I decisions estranyes com posar a Motum a defendre al partit contra el Fenerbahçe els últims 2 segons, deixar al tirador soles als cantons (Vildoza, Toolson,...), etc.
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Para qie tengo que contarlo todo, si aquí nadie lo hace si no concuerda con el discursete simplificado de Ponsar kaka... Además yo no estuve en Berlín y tengo Alzheimer juvenilManetes de Goma escribió:Coñe pero cuéntalo todo, que veníamos de perder el segundo partido porque le dió por jugar con dos bases los minutos finales, dejando a Matt Thomas sentadito en el banquillo para sacarlo en la prórroga más frío que los pies de un esquimal.
Por cierto de aquella zona nunca más se supo y mira que funcionó bien. Nos hubiera venido bien para no alargar la serie del Unicaja a tres partidos porque en el primero dejó sin minutos a cierto jugador que pasó el año siguiente de no servirle a salvarle el culo. De ganarle al Madrid algún partido de aquella semifinal (u otro posterior o anterior) ya hablaremos otro día, si eso.
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