por MANOLO PORTET »
21 Jul 2022, 08:34
Estos días me ha dado por volver a ver la final del Mundobasket Femenino sub'17 de 2014.
Tenía interés en comparar aquel partido con el que la selección de 2022, con Awa Fam e Iyana Martín en sus filas, perdió el domingo pasado frente al mismo rival, USA.
Y la verdad es que da motivos para pensar. Muchos, de hecho.
Para empezar, sorprende que una selección española mantuviese a raya a una Estados Unidos al menos tan potente como la que hemos visto este año.
No en vano, en sus filas se contaban, entre otras, jugadoras como Katie Lou Samuelson, Sabrina Ionescu, Arike Ogunbowale o... ¡¡¡Lauren Cox!!!, uno de nuestros dos fichajes de este verano, que fue la verdadera artífice de la victoria yanqui y no solo por sus 20 puntos sino también por su decisiva aportación en los minutos de la verdad.
Hay que decir que los árbitros también pusieron de su parte lo que pudieron, ya que anularon, a pocos segundos del final y con 75-71 en el marcador, un triple de Cazorla por un bloqueo supuestamente ilegal de una de sus compañeras. El resultado final sería 77-75.
Enfrente, España oponía un bloque con jugadoras actualmente consagradas como María Conde o la propia Maite Cazorla, así como nuestra Ángela Salvadores (en la mejor actuación de su vida, con 40 puntos que a punto estuvieron de decantar la balanza del lado español), algunas jugadoras "correctas" como Iho López o Laia Raventós y también la prematuramente retirada Iris Junio.
Con el riesgo que supone aventurar el futuro recorrido profesional de las actuales Fam, Iyana y compañía, que apuntan alto, la comparación entre ambas finales suscita diversas cuestiones.
Por ejemplo, si el equipo español en su conjunto, fuera de las dos individualidades ya indicadas y de alguna otra jugadora como la triplista Carla Viegas, es tan inferior al de hace ocho años.
Lo que sí se nota a simple vista es la ausencia de pívots sólidas que acompañen o den la réplica a Awa Fam. Un hándicap histórico de nuestro baloncesto, tanto masculino como femenino (la ausencia de jugadores altos de gran nivel) que solo con cuentagotas vamos supliendo.
También me hace plantearme la duda de si en la actual selección estadounidense habrá alguna futura estrella WNBA (¿tal vez su eléctrica base Jaloni Cambridge, MVP del certamen?) o acabarán, por diversos motivos, en un nivel alto pero no estelar, como la propia Katie Lou (muy destacada en Europa pero algo irrelevante en su liga) o la ya citada Lauren Cox. Mejor le ha ido, en cambio, a la rumana-americana Ionescu.
Otra reflexión que me suscita la comparación de ambas finales es en torno a la figura de la propia Awa Fam que, en poco tiempo, ha pasado de ser una relativa "tapada" a estar en el foco de la atención mediática, con lo que ello pueda tener de negativo en cuanto a presión y al especial cuidado de los equipos técnicos rivales en su defensa y anulación.
Realmente parece complicado lograr que una jugadora que destaca tanto en categorías inferiores llegue a cumplir más tarde las altas expectativas que genera y el caso de Ángela Salvadores es más que significativo.
Dejando al margen la idiosincrasia de esta jugadora, es inquietante que alguien que destaca en todas las categorías inferiores por las que atraviesa acabe teniendo problemas serios para mantener una trayectoria profesional importante.
El caso de Iris Junio es todavía más dramático, claro.
En la versión masculina del asunto siempre pienso en Germán Gabriel, que se comió con patatas a los pívots del combinado USA en la final del Mundobasket Sub 19 de 1999, dentro de un equipo en el que Pau Gasol apenas contaba con un rol secundario. No hay que explicar cómo les fue a ambos en su carrera posterior.
Tampoco parece que la evolución de los jugadores dependa excesivamente de su posición en la cancha sino más bien de su solidez mental (no creo demasiado en las involuciones técnicas y en las físicas solo si median lesiones reiteradas o graves) y de lo bien o mal aconsejados y acompañados que estén.
En fin, son solo algunas ideas que se me pasan por la cabeza mientras espero a septiembre para ver a tres de las protagonistas de estas dos finales ya míticas (Lauren Cox, Ángela Salvadores y Awa Fam) junto a la consagradísima Alba Torrens. Personalmente -y por segunda campaña consecutiva- tengo mucha más ilusión en verlas a ellas que a ellos.