por MANOLO PORTET »
03 Nov 2022, 09:01
Una reflexión no sé si breve (supongo que no) tras los últimos partidos del equipo.
En primer lugar, creo que estamos donde debemos estar, dadas las circunstancias. Y donde todos sabíamos que íbamos a estar: 2-3 en Liga Femenina y 1-1 en Euroliga.
Tenemos a 6 jugadoras seniors disponibles más Christinaki (o sea, 6) y estamos afrontando dos partidos por semana.
Si con Ponsarnau y Peñarroya en el masculino de las últimas temporadas, con un roster bastante más amplio que el femenino, la Euroliga era la excusa del cansancio y de los resultados irregulares, Burgos puede perfectamente adherirse a esa misma fórmula.
Mientras no recuperemos efectivos (a Bec difícilmente la veremos antes de 2023, Alba lleva “en las últimas fases de recuperación” desde agosto y a Cris le faltarían un par de semanas si se cumplen los pronósticos médicos facilitados por el club), costará horrores sumar victorias en Liga y también competir al máximo nivel en Euroliga.
El perfil más alto se está reservando claramente para esta competición, sea por el prestigio que otorga, sea por la motivación extra que supone para las jugadoras.
Se ha competido hasta el final contra Virtus (a quien se ganó in extremis pero a la que se pudo sentenciar un minuto antes de no haber fallado Salvadores un tiro perfectamente “metible”) y contra Praga, a quien tuvimos 61-63 hasta que las colegiadas decidieron que la broma había durado suficiente y finiquitaron el choque con tres decisiones consecutivas a las que calificaría no de controvertidas sino de rastreras.
No es que hubiesen firmado precisamente un gran encuentro hasta ese momento, claro. Lo de la bula arbitral a la por otra parte magnífica Valeriane Vukosavljevic (muy superior a su compañera Alyssa Thomas) fue de juzgado de guardia porque llegó inmaculada a los dos últimos minutos del partido después de haber repartido estopa a lo largo de todo el choque mientras era la jovencita Sklenarova quien se quedaba todas las faltas de su equipo, fuesen suyas o no.
El enfermizo empeño en equilibrar el número de faltas señaladas a cada equipo (cuándo les entrará en la cabeza a los árbitros que hay que pitar las personales que se cometen y olvidarse de compensaciones, qué bueno sería que no tuvieran acceso al número de faltas que llevan señaladas a cada equipo) llevó ayer a situaciones surrealistas, como que Oblak terminase el partido después de haber cometido hasta tres veces su quinta falta… y que las tres fuesen anotadas en el haber de una espléndida Buenavida. De nuevo la jovencita para pagar el pato arbitral.
En otro orden de cosas, es curioso que, actitudes al margen, en liga llevemos unos porcentajes horripilantes en el triple (con los picos negativos frente a Perfumerías, 0/6 y Araski, 1/16) y en Euroliga hayamos firmado unos fabulosos 52% en el primer partido y 45% en el segundo.
Mención aparte para Marie Gulich, horrible hasta ayer en esta estadística, con un solo triple tras 6 partidos (5 de Liga y 1 de Euroliga) y que ayer se despacha con un 4/4 ¡¡¡solo en la primera mitad!!!
La alemana se marcó ayer su mejor partido en lo que llevamos de campaña, acompañada puntualmente por una Cox algo más entonada (aunque siguen decepcionándome su alergia a la zona en ataque y su defensa visual, dando la razón a quienes la tachaban de “cromo repetido”, que no mejorado, de la propia Marie) y por unas Queralt Casas y Elena Buenavida ciertamente guerreras, ya que no por una Raquel Carrera que cada vez me preocupa más, enterrada en un agujero que no hace sino crecer.
En cuanto a Leti, que no había empezado nada mal la temporada, se está torciendo en cuanto ha tenido que echarse muchos más minutos todavía sobre la espalda, ya que la enfermedad de Lamana (apenas unos minutos en cancha frente a Araski y ausente ayer) la ha dejado como única base del equipo.
Los intentos de hacer jugar en esa posición a Queralt, Salvadores y hasta Buenavida se han revelado infructuosos y solo provocan que el equipo (que ayer vivió del inusual acierto triplista de sus pívots en la primera mitad y del acierto e inspiración puntuales de sus jugadoras tras el descanso, donde se prescindió ya de cualquier sistema en ataque) se atasque y se aturulle todavía más.
A propósito, ayer firmamos un impecable 11/11 en tiros libres aunque a cargo de únicamente tres jugadoras (Buenavida, Gulich y Salvadores).
Una Salvadores, por cierto, que a pesar de sus 12 puntos y de su infalibilidad desde el tiro libre sigue dejándome malas sensaciones por segunda campaña consecutiva. Su inconsistencia en el triple (algo endémico en su carrera y que este año muestra unos inaceptables 2/16 en Liga y 1/7 en Euroliga hasta el momento) y sus malas decisiones (concesión de 2+1, ataques sin apurar el tiempo que permiten canastas fáciles al rival en los últimos instantes de un cuarto, acaparamiento del tiro incluso cuando está desacertada) convierten en anécdota su gloriosa semifinal de Supercopa.
Y lo de Christinaki, en fin… Se fichó como refuerzo en la posición de 3 y, tras cuatro partidos de liga (no estuvo en Girona) y dos de Euroliga lleva un solo triple de diez intentos. Teniendo en cuenta su poco efectiva defensa, su endeblez en el pase y su nefasto tiro, este mes de contrato temporal se me está haciendo larguísimo.
PS. No quiero terminar este comentario sin mencionar el meritorio triunfo de Paterna este martes en cancha del Lima Horta Barcelona (68-75) sin Awa Fam, Elena Buenavida, Laia lamana ni Noa Dijou, que supuso el mejor partido de la polaca Kalinik desde su llegada a Valencia: 14 puntos y 9 rebotes, en otro gran partido (el enésimo) de la entrañable Itzi Germán.