¿Y esto por qué lo digo?
El jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha pedido al presidente libio, Muamar Gadafi, que no prosiga con su "viaje a ninguna parte" porque la comunidad internacional quiere "un cambio" y "reformas democráticas" en el país como pide el pueblo libio.
En rueda de prensa conjunta con el primer ministro qatarí, Hamad bin Jassim bin Jaber bin Muhammad al Thani, ha considerado que la comunidad internacional ha sido "muy contundente" a la hora de manifestar que "no tolera ni tolerará" que el régimen libio ataque violentamente a los manifestantes.
Zapatero ha abogado por que las grandes multinacionales inviertan económicamente en los países del norte de Africa en pleno proceso de cambio, como Túnez, Egipto y Libia, ya que estas empresas disponen de más recursos que los estados. No obstante, ha indicado que Qatar estaría dispuesto a invertir en estos países.
El primer ministro qatarí ha subrayado que "nadie puede vencer más que el pueblo libio" por lo que ha instado a Gadafi a que anteponga "la razón y los intereses de su país" y "respete las decisiones emanadas de su pueblo". En su opinión, una victoria en este país sería el "evitar que se derramara más sangre".
Preguntado por las protestas ciudadanas que se extienden en varios países del Golfo como Bahrein, Arabia Saudí u Omán, ha indicado que Qatar sigue su evolución "con atención", aunque ha querido distinguir unos países de otros.
En relación con Bahrein, ha saludado el diálogo entablado por el Gobierno con la oposición, mientras que respecto de Omán, considera que el rey ha adoptado de "forma muy rápida" medidas serias" que responden a la mayoría de las reivindicaciones de la población.
Ha destacado que en Qatar existe libertad de expresión y de prensa, y, aunque ha reconocido algunos "retrasos" en el camino para aumentar la participación ciudadana en los asuntos políticos se ha mostrado convencido de que el emirato está "en el buen camino".
Por poner en contexto, hoy estamos a 28 de febrero del año 2011, uno de esos pocos años que parece marcado para la historia desde el principio. No en Europa, no en América, sino en los países árabes. Durante el mes pasado el pueblo tunecino echó a Ben Ali, el Egipcio a Mubarak y otros muchos protestaron hartos de estar bajo la bota de una tiranía. Ben Ali y Mubarak abandonaron la satrapía, pero el macho alfa de los dictadores, Muamar Gadafi (desconozco por qué hace años era "el Gadafi") ha decidido intentar someter a su pueblo por el camino. Conmigo o contra mi. César o muerte. Al resto de países no les ha gustado nada ver como ataca el régimen libio a su propia población. No les ha sorprendido que tuviese tantas armas, al fin y al cabo se las habíamos vendido nosotros en esa relación propia de montaña rusa en la que Gadafi fue, en lapsos cortísimos de tiempo, ora el diablo ora el salvador.
Fuera de contexto las declaraciones de Zapatero no tienen mácula. La expresión del pueblo que quiere libertad, el fin del tirano, el pueblo que se impone, no pasarán, no nos moverán... Claro que en el contexto la cosa cambia. Le falla el tiempo, quizá estas cosas eran iguales desde 2004 cuando llegó el poder y, en este tiempo, tiene hasta una foto con él (antes de que nadie diga nada, ya antes Gadafi era un tirano y nosotros unos calzonazos, pero en eso no tiene nada que ver ZP, pobre hombre). Ahora mismo decir eso es sólo redundar en lo obvio. No está mal, pero tampoco es un acto de enorme valentía decir hoy que Gadafi debe escuchar a su pueblo, sobre todo cuando su pueblo tiene la garganta ya irritada de tanto grito en las últimas semanas. En cualquier caso, el tiempo tampoco es lo más importante del día, supongamos que aún hay que decirlo, que el tirano escuchará las declaraciones en Trípoli, se las tomará en serio y saldrá corriendo.
Claro que la otra variable, la del espacio, tampoco parece ser la más acertada. Zapatero está buscando contrato en oriente medio. Ha ido a ver a un monarca amigo de nuestro monarca. Hamad bin Jassim bin Jaber bin Muhammad al Thani se llama el pollo según cuenta Europa Press. Este señor, jeque, no es como el rey de Suecia. Digamos que su influencia en la vida de sus ciudadanos es mayor. Catar (antes Qatar, luego la RAE decidió tocar los huevos) no es Estocolmo. Ni San Francisco. Ni siquiera Madrid. La Sharia impone costumbres en algunas partes de la vida, no es el mejor país para comentar que eres homosexual, no hay partidos políticos. Hay petroleo y dinero, eso sí, pero quizá para determinadas cosas es mejor vivir con un poco menos de dinero y un bastante más de libertad. De ellos dice ZP que están en el buen camino. En Doha, la capital, no hay revueltas. De momento. Y esa es la clave, de momento. A lo mejor la semana que viene, como ha pasado en Bahrein, se encuentra una plaza llena de gente diciendo que Hamad bin Jassim bin Jaber bin Muhammad al Thani es un cabronazo opresor (quizá no les quepa en la pancarta, pero los gritos no tienen papel que constriña el mensaje). Y es bastante probable que en esas mismas Zapatero sea preguntado y diga "señor Al Thani, deje que su pueblo hable, devuelvales el poder, libertad o muerte y bla bla bla". Sus frases, como las de hoy, tendrán problemas de tiempo. Si las hace en Rusia, por ejemplo, también de espacio. Pero nadie irá a la hemeroteca. Así que de momento nos callaremos y seguiremos vendiendo y comprando cosas. Señor Hamad bin Jassim bin Jaber bin Muhammad al Thani le cambio tres cazas bombarderos por cuarto y mitad de mi deuda y un buen chorretón de petróleo. Y así, en bucle, seguiremos diciendo cosas y haciendo cosas de las que luego sólo podremos avergonzarnos.