por GURPIL »
13 Ene 2018, 18:25
En lo de ayer se explican cosas muy sencillas, que se nos hacen imposibles de entender cuando las cosas no van bien. Hemos hablado en las últimas semanas de cansancio de los jugadores, tanto mental como físico, y generalmente nos ponemos a pensar en todo tipo de causas: excesiva dependencia de jugadores concretos, mala distribución de minutajes, escasa o discutible rotación de banquillo, posible mal ambiente en vestuarios, acumulación de esfuerzos y de lesionados…, vamos, las conclusiones de siempre.
Los entrenadores, que viven por y para HESTO, lo dejan muy claro en cuanto pueden: se juega como se entrena y si los entrenamientos no son de calidad, pasa lo que pasa. Hace una semana no teníamos consuelo por el bache que estaba atravesando el grupo y todos (yo también, aunque casi no participe en el foro) alimentábamos el run-run de la necesidad de cambiar algo en la plantilla. Ha bastado el vaciado de la enfermería, los entrenamientos permiten hacer 5 vs 5 con garantías, han coincidido 4 días en Gasteiz para preparar la cita… y el resultado es lo que vimos ayer. Tan sencillo como esto.
Evidentemente el choque de Tenerife no será ni parecido, pero es que pretender que 48 horas después, con la mente de los jugadores todavía relamiéndose de lo de ayer, viaje a Canarias mediante y sin entrenamientos ni sesiones de vídeo suficientes, el resultado vaya a ser parecido…, pues como que no. Tan sencillo como eso.
Un detalle, el de PM, que a mí, particularmente, me resultó muy curioso y de entrenador curtido, se dio en la primera jugada del 3er cuarto. Ponían los griegos el balón en juego y Baskonia les sorprendió con una presión ensayada con la que consiguió recuperar el balón. Podía haber sido como el casi cien por cien de esas situaciones, en las que el saque de banda “casi” se cede galantemente, sin presión alguna, pero Pedro buscó “meter” a sus chicos en la tensión desde el primer segundo. Pilló por sorpresa a Oly y, si bien es cierto que solo fue un pequeño detalle, “metió” a los jugadores en dinámica de manera inmediata y dejó claro, al rival y a la propia grada, que Baskonia salía a seguir mordiendo. Tan sencillo como eso.