Los que os habéis empeñado en defender a Abós hasta lo indefendible no habéis querido ver lo que muchos análisis han dejado más que rebatido.GENUINO escribió:Pues toda la razón, con Abós se empezaba el sistema muy a menudo con ese balón interior, que o derivaba en canasta por la calidad de Henk al poste cerca del aro, o se jugaba un dentro fuera en la que la pelota luego circulaba de forma extraordinariamente buena, beneficiando a jugadores tan limitados como especialistas como era el caso de Topper.
Después nos empeñamos en jugar sobre sistemas en los que teníamos la pelota durante los primeros 16 segundos de posesión a más de 8 metros del aro, Teniendo al rival mucho menos exigido en el tema de ayudas y siendo mucho más predecibles.
En un equipo como el Basket Zaragoza, la manera de jugar no habría de depender jamás del entrenador, sino de los jugadores que tiene a su disposición. BZ tiene que fichar lo mejor que pueda en el mercado y el entrenador ha de hacer jugar a los jugadores de la forma en que mejor escondan sus defectos y maximicen sus virtudes.
Abós tendía a jugar siempre lo mismo, ofreciendo unos conceptos básicos y ayudando muy poco a sus jugadores.
En 2012, Villar(ó Abós) consigue dar con la tecla y logra un conjunto de jugadores irrepetible, en cuanto a características y encaje.
Van Rossom, Llompart, Roll, Stefansson y Rudez tienen bote, pase y tiro, todos tus interiores(Aguilar, Jones y Norel) tienen pase y tiro y tu último exterior es el mejor triplista de la liga.
El encaje de ese equipo es brutal y, en muchas fases, es indefendible. ¿Cómo defiendes a un equipo que tiene un poder ofensivo de élite dentro de la zona, donde todos tus exteriores botan, pasan y tiran y encima al panoli de Toppert, que juega 10 minutos, no le puedes dar un metro porque te masacra?
Un 4 abierto, 2 generadores de juego con bote-pase-tiro en pista, un pívot indefendible, Rudez. Veíamos un movimiento de balón ultra rápido, donde se explotaban las ventajas que generaban Norel, Van Rossom ó Roll. Un espectáculo.
Pero cabe recordar qué ocurre al año siguiente, cuando con una plantilla mejor y más profunda, hacemos el ridículo en Europa y llegamos descompuestos al final de la competición.
Porque Shermadini no genera de espaldas ni es un gran pasador, porque a Sanikidze se le pide que sea Aguilar con un 25% en triples, porque a Pere Tomàs se le manda a una esquina a hacer de Toppert ó se le piden cosas a Tabu, base-escolta anotador, que él no entiende.
Abós se encuentra con un equipo de posibilidades infinitas, para jugar de muchas formas, pero los jugadores necesitan la ayuda de su entrenador, que tiene un librillo demasiado corto para manejarlos.
Abós solo sabía aplicar los conceptos básicos, por lo que necesitaba, no solo una plantilla muy buena, sino jugadores muy concretos, para que su equipo funcionase.
Aquí llegamos a desperdiciar a uno de los mejores anotadores exteriores(el mejor si no viene Neal)que he visto en la ACB porque no era capaz de crear como creaban Quinteros ó Roll y hasta le pedimos a Cabezas que hiciera de base director cuando no lo ha sido en la vida.
Pero sí, ese año dimos justo en la diana.