Garin de Montglane escribió:Akin escribió:Demostrado, el Madrid tiene una flor en culo: lesión de Salah, dos regalos del portero, y un churro monumental del galés.
Lo de la suerte en el deporte es relativo y tiene muchas vertientes.
Hablando de estas situaciones siempre me viene a la memoria una entrevista a Severiano Ballesteros después de una de sus genialidades. Creo que la he comentado aquí en alguna otra ocasión.
Le preguntaban si para dar un golpe así había que ser muy bueno o hacía falta mucha suerte.
Él contesto que primero hacía falta ser muy bueno* y después tener mucha suerte. Porque aún siendo muy bueno es tan difícil que lo normal es que no te salga bien. Si sale, genial, y si te sale el día que te hace ganar el British (o la Champions) pues ya es la pera.
Por otro lado la suerte hay que saber buscarla.
Indudablemente es afortunado que, en una final, el portero rival se meta él sólo dos goles y ni se entere de la fiesta en un tercero que, estando atento, podía ser parable.
Ahora bien, esto puede enfocarse también de otros modos.
Uno: que difícilmente se puede ser campeón de algo cuando tu titular en un puesto clave tiene un nivel claramente por debajo de la exigencia**.
Dos: que la suerte hay que buscarla. Si tu único plan es jugar a futbolín y meterte con la bolita dentro de la portería, a parte de otras consideraciones, ni te vas a enterar de si el portero rival es bueno o malo. Todo lo más verás cómo resuelve los 1x1 si consigues tenerlos, pero mientras no los tengas va a ser como si nos pones ahí a mí o a la nieta del acomodador.
Lo de buscarla también me lleva a otra cuestión clave en esto de "la suerte": la confianza.
Sin confianza, ni Ballesteros hubiera intentado aquellas cosas, ni Bale los remates de ayer.
Supongo que casi todos los presentes sabemos lo que es competir, a un nivel u otro. Seguro que todos hemos experimentado en algún momento esa sensación de que nos sale todo, por difícil que sea lo que intentamos.
Pero, claro, en esa confianza entran en juego muchos factores. Jugar con red es uno fundamental.
Hay muchas redes y a menudo se retroalimentan: la de los éxitos previos, la impunidad...
Por ejemplo, la confianza de un central entrando con contundencia dentro del área cuando sabe que en la suya no se va a pitar nada salvo que le arranque la pierna al delantero. No es la misma que cuando tienes enfrente a quienes se desmayan en el área a conveniencia con resultado de penalti en caso de necesidad.
Cuando todo te vale es muy fácil tener confianza y cuando te masacran muy complicado, con todos los intermedios que se quiera.
Un ejemplo muy evidente ocurre en baloncesto con las faltas. Tienes jugadores con licencia para hostiar que, claro, tienen una confianza divina de la muerte. En cambio, otros que son víctima propiciatoria de faltas chorras y eso mismo les lleva a menudo a cometerlas por falta de convicción en lo que hacen.
Incluso, cuando el criterio se ajusta con esos mismos jugadores, resulta que su confianza deja de ser sobrenatural o tan voluble, según los casos.
PS/ Tampoco me parece atribuible a la suerte que alguien "se lesione" cuando lo lesionan premeditadamente siendo el jugador clave del equipo.
Jugadas como esa hay un millón, sí. Le enganchas, molestas la recepción, lo sueltas y si el árbitro hace la vista gorda ni te pitan falta.
Si lo haces sin soltar al jugador y tirándote con todo tu peso manteniendo atrapada la articulación estás haciendo daño voluntariamente. No sabes si va a ser mucho o poco, si se levantará bien, le dolerá un rato o le reventarás los ligamentos, pero es una acción rastrera y repugnante buscando minimizar a un jugador haciéndole daño.
Me recuerda a los hijosdepvta que en karate lanzaban barridos cuando tienes el peso bien repartido, sabiendo que con ello lo único que obtenían era su verdadero objetivo: provocarte hematomas en el tobillo o, si tenías mala suerte, un pequeño esguince que te jodía toda la competición.
(*) Valorar la situación, ver las posibilidades, tener esa ocurrencia, tener la destreza suficiente para ser capaz de ejecutarla con posibilidades de éxito...
(**) Me cuenta un amigo de Liverpool que la exhibición de ayer no ha pillado por sorpresa a nadie por allí, que es un habitual de pifias y despejes técnicamente deficientes que ofrecen oportunidades de segundo remate a placer.